La publicación de Reality Hunger: A Manifesto de David Shields (Knopf, 2010) constituyó un auténtico terremoto en el panorama editorial anglosajón. Esta antinovela, construida a base de retales, puso en entredicho los conceptos de originalidad y autoría e hizo renacer el debate sobre la muerte de la novela. Ahora, la editorial Círculo de tiza lo publica en castellano, traducido por Martín Schifino. CTXT ofrece a sus lectores el sexto capítulo:

e

realidad

121

He aquí los hechos, amigo, y debo tener fe en ellos.

122

¿Qué es un hecho? ¿Qué es una mentira, para el caso? ¿Qué, exactamente, constituye un ensayo o un cuento o un poema o incluso una experiencia? ¿Qué pasa cuando ya no podemos detener la fantasmagoría movediza de la experiencia?

123

En mitad de los conciertos, Sonny Rollins solía salir del establecimiento y agregaba a la cacofonía de los taxis que pasaban el sonido de su saxofón.

124

¿Alguna vez has oído una canción que te provoque tanta alegría como «Fingertips-Part 2» de Stevie Wonder? Yo no. Es muy real. Cuando escuchas la canción, oyes a uno de la banda que grita: «¿Qué clave? ¿Qué clave?». Se ha perdido. Pero entonces encuentra la clave y ¡pum! Cada vez que oigo a ese tío que grita «¿Qué clave?» me pongo como loco.

125

El soul es una música que la gente entiende. Sin duda, es básica y simple, pero es algo más, porque es honesta. No hay en ella nada de chorradas. Se arriesga y habla directo desde el corazón. Te agarra de los huevos.

126 

El don esencial de un buen escritor es tener incorporado un detector de chorradas antichoque.

127 

Ichiro Suzuki, el primer jugador japonés de las ligas mayores de béisbol, tiene una vista y una coordinación visual-motora inusualmente buenas y entrena muy duro, pero su mayor don es estar presente en la realidad. Si persigue una bola que viene al vuelo, no solo mira la bola; realmente le clava la vista. Cuando los periodistas de deportes le hacen preguntas, invariablemente deja al descubierto las perogrulladas sobre las que se basan las preguntas. Una vez, tras internarse en el territorio de foul para realizar una extraordinaria atrapada que aseguró la victoria de su equipo, le preguntaron: «¿En qué momento supo  que iba a atrapar la bola?». Ichiro contestó: «Al atraparla».

128 

No pierdas el tiempo; ve derecho a por cosas reales. Vale, ¿qué quiere decir «real»? Aun así, ve a por ello.

129

Jennicam empezó a transmitir en 1996; dejó de hacerlo varios años después. Cada dos minutos de todas las horas de todos los días, subía a la red una imagen capturada por una cámara del apartamento de Jenni. En la sección FAQ, Jenni dijo: «La cámara lleva tanto tiempo instalada que no le presto atención. Así que lo que ven no es falso ni una puesta en escena. Aunque no me considero la persona más interesante del mundo, creo que hay algo fascinante en la vida real que una puesta en escena no reflejaría».

130

Actúa con naturalidad.

131

En algún momento se me ocurrió que la vida personal no tenía nada que ver con la ficción, mientras que la verdad, como todo el mundo sabe, es casi el extremo opuesto. Por si fuera poco, me rodeaban pruebas de lo contrario, aunque eligiera pasarlas por alto: de hecho, la ficción tanto publicada como inédita que me conmovía entonces (y sigue haciéndolo ahora) era precisamente aquella que cobraba brillo e innegable autenticidad por haber sido hallada y recogida, siempre a costa de algo, en niveles más profundos, más compartidos de la vida que realmente vivimos.

132

La gente a menudo me pregunta cuando haré «películas de verdad». Estas son mis películas de verdad. Nada podría ser más verdadero que las películas que hago.

133

Siempre me ha costado escribir ficción. Es un poco como conducir un coche vestido de payaso. Vas a alguna parte, pero estás disfrazado, y la verdad es que no engañas a nadie. Eres el tipo que va disfrazado, y se supone que todo el mundo tiene que hacer caso omiso y subirse al coche contigo.

134

Solo la verdad es graciosa (la comedia no es bella; definición de la comedia: bajar a Sócrates de su pedestal).

135

Nicholson Baker es un ensayista cómico que a veces se disfraza de novelista. Su obra es más atractiva cuando le presta más atención a un tema que el que realmente merece: cordones de zapatos que se rompen, por ejemplo, en La entreplanta, o una frase inocua de John Updike en U and I. No funcionaría si, en vez de cordones rotos, tratara del puente de Brooklyn, o, en vez de Updike, Proust: la excesiva elaboración de Baker no sería graciosa ni interesante. Su estilo se nutre de temas farsescos y atilda dos (véase su ensayo sobre la historia de la coma). Baker celebra sin pedir disculpas aparatitos, electrodomésticos, inventos, máquinas, hazañas de ingeniería. Su lirismo seudocientífico resulta efectivo —es extrañamente iluminador— cuando analiza en exceso la física de las pajitas o el comienzo de Pigeon Feathers. Parece querer decir que no hay nada que no sea interesante.

136

La atención es vida o es su única prueba.

137

¿Por qué tomas fotografías constante y obsesivamente? ¿Por qué coleccionas fotografías ajenas? ¿Por qué rebuscas en tiendas de viejo y compras álbumes de fotos con el pasado de otra gente?

Para ver lo que he visto.

138

Somos meros hechos fugaces,

y eso mismo nos insta a dar

a cada figura de la foto

un nombre vivo.

139

Al final, echaba de menos el placer de una obra bien concebida en la que el deseo de moldear la experiencia fuese tan fuerte como el de revelarla.

140

La trama, como un andamiaje, se echa abajo, y lo que queda en pie es la cosa misma.

141

—elogio de la materia en su estado más simple, como hecho.

142 

No existe historia alguna. No se trata de la historia. Se  trata del mundo que quita el aliento: ahí está todo. La historia no es importante; lo importante es el aspecto del mundo. Eso es lo que te hace sentir cosas. Lo que te hace sentir presente.