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Una certera viñeta de El Roto de aquellos primeros días de 15M rezaba “¡A la puta calle! nos dijeron y eso hicimos”. Ilustraba a la perfección una Puerta del Sol a rebosar de indignación y de ganas de cambio, de cabreo colectivo y de colectiva ilusión. En 2013, Maria Dolores de Cospedal pedía a los movimientos sociales que se presentaran a las elecciones. Más tarde, Aguirre insistió “a los anti sistema” con el mismo mensaje. Oscar Wilde dijo en su momento: “Ten cuidado con lo que deseas, se puede convertir en realidad”.
La realidad es que en unas semanas veremos a Ada y a Manuela, dos mujeres que cuando nació el 15M probablemente no tendrían pretensiones de hacer carrera política ni como concejalas de un pequeño pueblo, en la situación de tomar el bastón de mando de las dos ciudades más importantes del país. Madrid, Barcelona, Coruña, Santiago de Compostela, Zaragoza y Cádiz... lugares donde la ciudadanía organizada ha dado un vuelco político histórico, convirtiendo así en realidad sus peores deseos.
Gala Pin --del equipo de Ada--, activista del movimiento de vivienda de Barcelona, ha dicho que el proceso municipalista puede ser el primer paso para que la ciudadanía sea realmente protagonista del panorama político. ¿Cómo se ha conseguido? Ha sido fundamental la política de la afectividad a la hora de generar comunidad, y el empoderamiento colectivo a través de los cuidados o los afectos. ¿Y eso cómo se traduce en el día a día? Nada de lo que ahora está ocurriendo hubiera sido posible si entre nosotros no nos hubiéramos autogestionado y apoyado.
Ada Colau, madre y activista, será la nueva alcaldesa del pueblo barcelonés gracias también a espacios que crearon para que los niños pudieran jugar e incluso intervenir en las propias asambleas. “Porque también es su futuro, ellos tienen que decidir”. De todos modos, ese sigue siendo uno de los retos, comenta Gala Pin, futura concejala del ayuntamiento de Barcelona. “Vivimos un cambio de época; ahora depende de nosotros mismos, de la gente sencilla, qué democracia construyamos”.
El desgaste del movimiento quincemayista dio lugar a que algunos vieran el municipalismo como una luz al final del túnel, un paso previo al fenómeno Podemos en las europeas. Nacen así agrupaciones de electores donde cabe gente que viene desde partidos (Podemos, Ganemos, Equo...), de los movimientos sociales y de quienes han querido participar en este proceso de confluencia.
Guillermo Zapata, responsable de Cultura de Ahora Madrid, cree que este camino se ha ido abriendo gracias a una cada vez mayor potencia ciudadana y a un bloqueo institucional que hacía imposible que esa fuerza se materializara en derechos reales, como si de una olla express se tratara.
Por otro lado, El 15M dio lugar a un nuevo sujeto político y de participación mucho más feminizado, donde la cooperación, la solidaridad y los cuidados fueron protagonistas. Así lo cuenta Carolina Pulido, la número 22 de Ahora Madrid. Se tuvo en cuenta cuidar el tono, que todos tuvieran palabra, que quienes tomaban notas no fueran siempre mujeres ni el que moderara las asambleas fuera siempre el hombre.
A lo largo del camino hemos podido ver cómo las mujeres se han ido empoderando cada vez más, cómo ellas mismas han cogido el testigo y han abanderado su propia lucha. Es el caso de la liberación de un edificio abandonado del barrio madrileño de Malasaña por parte de 'Las Leonas', un grupo formado por ocho mujeres, y sus hijos y nietos.
Por supuesto no debemos olvidar la presión continua hacia el ya extinto ministro Gallardón, que quiso legislar sobre nuestros ovarios y se encontró con una lluvia de ideas, propuestas y acciones que consiguieron frenar su ley del aborto. El brainstorming quincemayista, en el que las mujeres han tenido un papel fundamental, ha hecho que podamos estar ante un cambio histórico, del que hablan las portadas de los medios internacionales.
Luisa Capel, otra participante de este proceso municipal, cree que Ahora Madrid tiene una “transversalidad feminista nunca vista hasta ahora”, y explica que tanto las primarias como la configuración de las candidaturas han sido más que una simple lista cremallera, “porque han tenido como protagonistas liderazgos feministas con influencia real en la toma de decisiones”.
Esto es cierto si tenemos en cuenta que Rita Maestre, la número 3 de la agrupación madrileña, ha sido la directora de campaña de Manuela Carmena; y Raquel Carrasco ha dirigido la logística de los eventos y los actos más potentes, explica Luisa Capel. No es casualidad que el último acto se llamara #AhoraNosotras y que se desbordara el cine Palafox de mujeres queriendo escuchar a Manuela. En las redes podía leerse el entusiasmo y la creencia de que está revolución tiene ya nombre de mujer.
Cuando el 15M cumplió su primer año, muchos preguntaban en qué había quedado un movimiento al que se exigía demasiado. Algunos contestaban, con gran acierto, que el movimiento se caracterizaba por su heterogeneidad y por ser mutante. Entonces no estábamos familiarizados aún con una nueva forma de hacer política, pero ahora podemos decir que somos capaces de construir una nueva ciudad, ya sea desde las plazas, los ayuntamientos o desde nosotros mismos. La próxima mutación sólo depende de nosotros. Y de nosotras.
Una certera viñeta de El Roto de aquellos primeros días de 15M rezaba “¡A la puta calle! nos dijeron y eso hicimos”. Ilustraba a la perfección una Puerta del Sol a rebosar de indignación y de ganas de cambio, de cabreo colectivo y de colectiva ilusión. En 2013, Maria Dolores de Cospedal pedía a los movimientos...
Autor >
Anita Botwin
Gracias a miles de años de machismo, sé hacer pucheros de Estrella Michelin. No me dan la Estrella porque los premios son cosa de hombres. Y yo soy mujer, de izquierdas y del Atleti. Abierta a nuevas minorías. Teclear como forma de vida.
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