"Todo comenzó el día de San Isidro". Más o menos así, como si se tratara del principio de una novela policiaca, se inicia mi conversación telefónica con el fotógrafo Luis Gaspar. Es martes y los kioscos y el time line de Marhuenda han amanecido con una extraordinaria portada de La Razón; extraordinaria porque presidiéndola, al más puro estilo escándalo Watergate, aparece una muy buena fotografía de Tania Sánchez con camisa blanca y chaleco de chulapo, sosteniendo sonriente una banda en la que se lee con mayúsculas: "Vamos, Manuela".

La noticia del titular es la imputación de Tania por prevaricación y tráfico de influencias durante su etapa en el Ayuntamiento de Rivas. La noticia que motiva mi llamada a Gaspar es que él se ha enterado a la vez que yo de la presencia de su fotografía en primera plana del periódico: nadie ha contactado con él y le ha pedido permiso o precio para utilizarla, y nadie se ha tomado la molestia de citarle a pie de foto, atribuyéndole la autoría de una imagen que no nació como contenido de la campaña electoral, ni por encargo de ningún partido. No fue un trabajo, sino una propuesta individual, artistíca y comprometida, que se convirtió en viral para sumarse al aluvión de iniciativas espontáneas a favor de Manuela Carmena, la candidata de Ahora Madrid a la alcaldía de la capital en las recientes elecciones autonómicas.

"Todo comenzó el día de San Isidro" -me cuenta-, "tenía claro que Manuela significaba un cambio a mejor para esta ciudad y decidí hacer lo posible por apoyar su mensaje y darle visibilidad. Se me ocurrió vestirme de chulapo yo mismo y fotografiarme con el cartel de "Vamos, Manuela" en lo que fue prácticamente un selfie, porque estaba solo y tuve que programar el disparador de la cámara. Luego subí el resultado a mi perfil de Instagram y se corrió la voz". Este gesto provocó que por el estudio que Gaspar tiene en la calle Desengaño pasaran varios rostros populares y desconocidos con la intención de reforzar posando el mensaje de ánimo a la ex jueza; y Tania, con la que él había coincidido una vez en el Ritz, "la amiga de una amiga", se dejó caer por allí y también se inmortalizó.

Visto el éxito, Ahora Madrid sí contactó a Luis Gaspar para poder difundir su serie de fotografías. Él aceptó encantado.

Y así hasta este martes por la mañana, en que La Razón, por sopresa y sin reconocerlo como autor ha publicado la de Tania.

Cuando hablamos, a pesar de la revolución que se ha generado en los time lines de muchos de los profesionales de los medios próximos a Gaspar, reclamando explicaciones a la cabeza visible de La Razón, Paco Marhuenda, rectificaciones y disculpas brillan por su ausencia. Y lo que yo creo es que, aunque más tarde lleguen (quizás cuando se publique este artículo ya existan), dará igual, porque la anécdota, tal como está, al margen de su posible evolución, me sirve para reflexionar sobre el periodismo que hacemos y con el que nos conformamos cada día. Siento cierta lástima.

Más allá de toda consideración legal (Luis Gaspar menciona como antecedente a la práctica de La Razón, entre otros muchos, el caso de Inditex y sus camisetas por la cara), dos razones hacen que me pregunte cómo es posible que un medio de comunicación "de referencia" -nos guste o no- actúe de esta manera: la primera, porque una fotografía es como una película, una partitura o una novela, y la ha "creado" alguien que, ya que por lo visto no merece ser remunerado, al menos sí merece ser reconocido; y la segunda, porque entendería que un cirujano plástico, un charcutero o un veterinario no hubiesen oído en su momento hablar de la puesta en escena de Luis Gaspar, ¿pero un equipo de periodistas?

¿Pensaron que nadie iba a darse cuenta? No lo creo. 

Por desgracia, la repercusión de las acciones incorrectas siempre es mayor... y eso es lo que más me entristece al final.