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Poco a poco, la mayoría de los medios de información de ámbito autonómico y local han acabado editado o emitiendo desde Madrispaña; es decir, con todos los sentidos atentos a lo que ocurre o pueda ocurrir en la villa y corte, sobre todo en las calles Génova y Ferraz.
Durante la campaña electoral y también después de los comicios recién celebrados, que eran locales y autonómicos, quedó probado que el virus Madrispaña sigue extendiéndose, ¡qué digo extendiéndose!, se consolida e incluso ha creado cepas autóctonas.
Salvo sorpresa mayúscula, las elecciones legislativas refrendarán el centralismo más centralista de todos: el que anida en todos nosotros —poco o mucho, sigue vivo y coleando.
El centralismo caló tanto y tan bien que incluso lo necesitan sus combatientes más firmes, incluidos numerosos catalanistas, galleguistas y vasquistas. Madrid, Madrid, Madrid y dale con Madrid… no hay forma de que lo entiendan: ¡no es Madrid, es Madrispaña! Más simple: el Estado.
Pues hay cosas que sí las dejó atadas y bien atadas
Los famosos “demócratas de toda la vida”, los partidos de la eterna Transición y numerosos medios arrasan: España es Madrid... ¡pobres madrileños!
En un ayuntamiento andaluz el PSOE gana las elecciones locales… ¡derrota del PP madrileño!, según informan los más “listos” de quienes trabajan la actualidad.
En un ayuntamiento andaluz el PSOE gana las elecciones locales… ¡derrota del PP madrileño!, según informan los más “listos” de quienes trabajan la actualidad.
La mayoría de los votantes valencianos apoyan a los partidos de centro y de la izquierda… ¡gran derrota de Génova!
En tres ciudades gallegas ganan las “mareas”… pero no han perdido votos Negreira y Barcón, sino que Rajoy y Sánchez han sido políticamente fulminados; patético, pero cierto. Y más patético: a Rajoy y Sánchez esas alusiones les hacen políticamente felices…
Así en toda la piel de toro; perdón, ¡toro bravo!
Coñas aparte, convendría que los medios “de provincias” se lo hicieran mirar. Es comprensible que los partidarios de Madrispaña claven hondo la espada, al fin y al cabo quieren que atraviese el hígado de la convivencia interterritorial, tanto da que lo hagan por interés como porque están convencidos de que el mosaico de las Españas necesita liberarse de “las singularidades regionales” —esta es su expresión preferida—; pero resulta grotesco que un medio de Cádiz, por poner un ejemplo, intente convencer a su público y a sus clientes de que la calidad de vida de los residentes en el municipio depende fundamentalmente de ser más o menos amigo de los inquilinos de Genova.
En A Coruña ya hay quienes susurran que lo del túnel de O Parrote, las comunicaciones con el puerto exterior y el arreglo de los desastrosos mercados de Santa Lucía y Durmideiras, entre otros retos pendientes, acabarán tarde, mal y arrastras por haber desalojado a Rajoy de la alcaldía.
Tal como antetitulaba Vázquez Montalbán: "Del alfiler al elefante"
El provincianismo que embota la inteligencia de numerosos medios locales y autonómicos es sólo un detalle, cierto, pero es el alfiler que desnuda las elefantiasis ya viejas que son de calado mayor.
Los medios (no todos) contribuyen a que perviva Madrispaña, también para informarse… y deformarse.
Es patético a la vez que peligroso que decenas de miles de orensanos, onubenses o castellonenses sigan creyendo que el único poder del Estado sigue estando en Madrid, todo lo demás es subsidiario, como cuando un agente de la brigada político-social coincidía contigo en el cine y te detenía por pitar el himno que acompañaba un reportaje del No-Do.
Por cierto, el Estado no tiene una sola sede… ninguna en la calle Génova y en la de Ferraz, tampoco. Y en cuanto al poder, ya se verá.
Poco a poco, la mayoría de los medios de información de ámbito autonómico y local han acabado editado o emitiendo desde Madrispaña; es decir, con todos los sentidos atentos a lo que ocurre o pueda ocurrir en la villa y corte, sobre todo en las calles Génova y Ferraz.
Durante...
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Félix Soria
Nací en Lugo (1953), me crié y formé en Barcelona. Estudié en la UB la "vieja" Filosofía y Letras. Trabajé desde los 17 años en un poco de todo: barrendero, traductor, mozo almacén para carga-descarga, administrativo, comercial o funcionario municipal. Fui corresponsal de La Voz de Galicia en Bélgica. Mi primer empleo en información fue como colaborador de Reuters y de AFP. He colaborado con distintos medios en Catalunya y Andalucía. Vivo en A Coruña, escribo en mi blog, y hago colaboraciones esporádicas que me piden desde Sudamérica sobre asuntos comunitarios.
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