Xavier Sala-i-Martín / Economista
“Si Rajoy pusiera un euro por segundo, tardaría 32.000 años en pagar la deuda”
Irene G. Pérez Barcelona , 24/06/2015
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Barcelona, mediados de junio. El calor y la humedad ya aprietan y los estudiantes de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) comparten parada de metro con el aluvión de turistas que se disponen a pasar el día en la playa del Somorrostro, junto a las torres mellizas. Los que resisten la tentación de seguir a la multitud acuden a las últimas clases del curso. Algunos de ellos podrán presumir de haber tenido como profesor a Xavier Sala-i-Martín, el economista catalán más conocido internacionalmente y más mediático, con permiso del conseller de Economía de la Generalitat, Andreu Mas-Colell, y de los banqueros Isidre Fainé (La Caixa) y Josep Oliu (Banco Sabadell). Sala-i-Martín (Cabrera de Mar, Barcelona, 1963) no perdona el “uniforme” de trabajo a pesar del bochorno: camisa, corbata y pantalón negros, y una americana de un color estridente a juego con los power points que utiliza en la clase del día. En cada muñeca, un reloj: uno con la hora de Nueva York, donde es el Catedrático J. and M. Grossman de Economía de la Universidad de Columbia, y otro con la hora de Barcelona, donde es profesor visitante de la UPF.
Su campo de investigación es el desarrollo económico, que inició a raíz de un viaje a Bolivia como estudiante de doctorado. “La pobreza que vi me convenció de que las matemáticas y los modelos económicos tienen que servir para que la sociedad mejore”, explica. Es de los que piensan que la ayuda al desarrollo no funciona porque quienes la proporcionan no tienen ni idea de qué es lo más apropiado para la comunidad que aspiran a ayudar, que no les preguntan qué necesitan ni asumen los costes de una decisión equivocada. Su ONG Fundación Umbele es un portal en el que se anuncian proyectos africanos elegidos por misioneros que llevan años trabajando en la zona, con un objetivo de financiación y duración determinados. Defiende también que el debate sobre la desigualdad “está mal planteado”, porque así como todo el mundo coincide en que la pobreza es algo negativo que hay que erradicar, no está tan claro que se pueda decir lo mismo de las desigualdades, ya que se pueden dar porque un grupo de la población mejore sin necesidad de que otro empeore, y “es discutible que sea justo que no haya desigualdad”.
Sala-i-Martín es también asesor del Center for Global Competitiveness and Performance del Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), investigador asociado del National Bureau of Economics Research, y colaborador de La Vanguardia, Rac 1, Catalunya Ràdio, Ara y TV3. En otra vida no muy lejana fue presidente de la comisión económica del FC Barcelona y miembro de la junta directiva de Joan Laporta. Atiende a CTXT en la media hora que su complicada agenda le concede para comer. Su desparpajo en el aula y ante las cámaras de televisión contrastan con un carácter reservado en las distancias cortas
¿España está saliendo realmente de la crisis?
No lo sé. España estaba arriba del todo, cayó en 2008-2009, frenó la caída en 2010, parecía que salía –¿recuerdas los brotes verdes?–... Cayó de un precipicio, se agarró a una rama, la rama se rompió. Caída brutal en 2012, a mediados de año Mario Draghi hace el discurso de “haremos lo que sea necesario para salvar el euro”, la economía se calma, y poco a poco parece que vuelve a subir. Pero, comparado con el nivel donde estabas, es un desastre. Comparado con julio de 2012, pues sí, parece que está creciendo. El Partido Popular mira sólo ese trozo final y dice “mira, mira, somos los que más crecemos”. Mirado desde arriba dices “chavales, si estáis abajo del todo”. Si miras el PIB o el paro se ve claramente. Para que la economía vuelva donde debería estar según la tendencia que llevaba, con el ritmo de crecimiento actual tardaremos décadas. Si salir de la crisis quiere decir que hemos dejado de caer, sí. Si quiere decir que la rama a la que estamos cogidos ahora no se romperá nunca, no lo sé.
¿En qué indicadores deberíamos fijarnos para ver de qué manera se refleja en la economía real esta recuperación?
El paro está bajando, el PIB sube... hay indicadores que dicen que va mejor. Pero una tasa de paro de casi el 24% ya no es el 27%, muy bien, pero exceptuando a Grecia, es la peor tasa del mundo civilizado. Antes de la crisis estaba al 10%. Pero yo, más que mirar los indicadores que van bien, miraría los riesgos. La rama se puede romper porque España es un país enormemente endeudado ahora mismo. Cien por cien del PIB, un billón de euros de deuda. ¿Sabes lo que es un billón de euros? Si Rajoy pagara un euro cada segundo, tardaría 32.000 años en pagar la deuda. Si hubiera empezado a pagar durante la época de los hombres de Cromañón, aún no habría acabado. Esto es un peligro porque los tipos de interés son cero. La crisis de la deuda de América Latina vino por una subida de los tipos de interés, y tardaron veinte años en salir de la crisis. Tenían una deuda brutal y los estadounidenses subieron los tipos de interés. Ahora EE.UU. ya ha dicho que subirá los tipos de interés, que ellos ya salen de la crisis y es probable que en la próxima reunión de la Reserva Federal, o de aquí a dos, suban los tipos de interés. Los países endeudados sufrirán.
Una tasa de paro de casi el 24% ya no es el 27%, muy bien, pero exceptuando a Grecia, es la peor tasa del mundo civilizado. Antes de la crisis estaba al 10%.
En segundo lugar, esta recuperación ha coincidido con un precio del petróleo barato. En tercer lugar, ha coincidido con el euro bajo; y en cuarto lugar, Draghi pensaba que habría deflación y ha inundado el mercado de dinero. Cuando empiecen a subir los precios, ya sabemos que los europeos estamos obsesionados con la inflación, sobre todo los alemanes, así que sacarán dinero de la economía.
Por tanto, España ha ido con viento de cola durante este último año que parece que las cosas han empezado a mejorar, pero también parece que este viento es temporal: el precio del petróleo ya ha empezado a subir, el euro vuelve a fortalecerse, los americanos subirán los tipos de interés y el resto del mundo tendrá que seguirles. Yo no sé cómo será el futuro, no sé hacer predicciones, pero, cuidado, las cosas que han ido bien se pueden acabar en cualquier momento.
Por lo respecta a los cambios que ha habido en el mercado laboral, a sus alumnos les advierte de que no todo el mundo es empresario, pero en España parece que alguien se ha empeñado en que todos tenemos que ser, si no empresarios, emprendedores.
No sé qué pretenden, pero más que porque crean que en España cualquiera puede ser emprendedor, parece que es porque no tienen un trabajo que ofrecer, por tanto, “o te buscas la vida, o no tenemos nada más, lo siento”. La proliferación de autónomos no parece fruto de una política diseñada para promocionar las ideas, la creatividad, sino más bien una confesión de esta incapacidad para ofrecer una alternativa, sobre todo a los jóvenes. A un chaval que ha acabado la carrera, que ha estudiado todo lo que le dijeron los profesores, que ha sacado buenas notas y le decimos que no tenemos trabajo para él… una manera fácil es decir que ahora lo que se lleva es el emprendimiento, pero es un poco un engaño.
Es muy crítico con el sistema educativo español porque entrena a los alumnos para responder y no para formularse preguntas. ¿Qué opina de los movimientos estudiantiles que critican que en las universidades sólo se explica la Economía desde la perspectiva neoliberal?
Yo critico también que haya una visión dirigista de qué es lo que se tiene que enseñar. Creo que los centros europeos están yendo en la dirección equivocada porque desde arriba dicen qué asignaturas debe haber, cuál es el curriculum, un economista debe ser “a,b,c”… Y todo teledirigido por un ministro que no tiene ni idea de lo que se tiene que saber, me parece espectacularmente peligroso, pero tanto para Economía como para otras disciplinas. Yo enseño lo que me da la gana y creo que todo el mundo tendría que hacer lo mismo, independientemente de lo que diga el ministro, porque no tendría que decir nada. Si tú das libertad para que la gente dé lo que quiera seguro que habrá determinados profesores o determinadas escuelas donde enseñarán determinadas cosas y las personas que quieran aprender estas determinadas cosas tendrán un sitio al que ir. Sé que barro para casa, pero esto es lo que hacemos en EE.UU. No hay un curriculum, en Columbia hacemos una cosa, en Harvard otra, y en la New School for Social Research, otra. Y los estudiantes eligen qué les interesa más. El problema es cuando llega el ministro y decide que todo el mundo tiene que aprender lo mismo.
Entrando en política, ¿qué le parece la nueva alcaldesa de Barcelona?
No me parece nada, no sé quién es ni qué propone. La verdad es que no sigo demasiado la política de Barcelona, ni la de Nueva York. Lo que sé es que tiene 11 diputados y en total hay 41, por tanto durante esta legislatura nadie podrá hacer nada ni de izquierdas, ni de derechas ni nada. Aunque gobierne, tendrá que aprobar los presupuestos, las políticas, y con 11 regidores no puedes aprobar nada. Toda la retórica del miedo de los que dicen que habrá políticas radicales de izquierdas, es mentira, porque no podrán aprobar nada, igual que también es mentira lo que aseguran aquellos que dicen que harán “una gran revolución de izquierda”, porque no podrán aprobar nada.
Hace 30 años que vive en Nueva York. Si Cataluña se independizara, ¿se instalaría aquí?
Mi familia y yo vivimos en Nueva York. No sé con quién se casará mi hija, pero tiene todos los números para que sea un americano, instalarse ahí y que mis nietos sean americanos. No sé cómo será el futuro, pero veo difícil que me traslade teniendo a mi familia allí. Si vuelvo no será por la independencia, y menos por tener un cargo político en la Catalunya independiente.
¿Le han ofrecido alguna vez ser conseller de Economía de la Generalitat?
Sí, alguna vez.
¿Y por qué rechazó?
Porque en la vida uno debe saber su papel y a menudo la gente se ilumina por el poder, se cree que sabrá hacer cosas, que sabrá ser ministro, alcalde o presidente del Gobierno, y en realidad no tiene ni idea. A mí la gente que se cree que sabe hacer cosas y no las sabe hacer me pone muy nervioso. Yo no quiero cometer este error. Yo sé mi papel: soy profesor e investigador y, por tanto, doy clases e investigo; soy divulgador y, por tanto, escribo libros y salgo por la televisión explicando cosas de economía. Hay gente que sabe, que es capaz de hacer el salto, pero yo no. Mi papel no está en hacer política y yo no me meteré nunca en política.
¿Entre los que sí saben dar el salto estaría el conseller d’Economia, Andreu Mas-Colell, recientemente nombrado doctor honoris causa de la Universidad de Chicago?
Yo creo que Mas-Colell sabe mucho más que yo de política. Yo a Montoro no lo aguantaría ni tres minutos. Mas-Colell sabe acudir a una reunión de Montoro sin que se le escape la risa; yo no podría, me marcharía de la reunión irritado y entiendo que un político tiene que aguantar la leccioncita del señor Montoro, su arrogancia intelectual. Mas-Colell es un ejemplo de gigante intelectual al lado del cual todos los demás economistas catalanes somos unos enanos, y tiene una habilidad política que yo no tengo.
Mas-Colell sabe acudir a una reunión de Montoro sin que se le escape la risa; yo no podría, me marcharía de la reunión irritado y entiendo que un político tiene que aguantar la leccioncita del señor Montoro, su arrogancia intelectual.
En una tertulia en El Matí de Catalunya Ràdio dijo que el soberanismo no había excitado a sus votantes. ¿Cómo cree que llegan las fuerzas soberanistas al 27-S?
Creo que en todas las elecciones el que gana es el que excita a los suyos, el que motiva. En el 9-N, el soberanismo era emotivo, la gente estaba orgullosa, y era una pérdida de tiempo: estuve haciendo dos horas de cola para votar en Nueva York, pero me hacía ilusión. Y veía las fotos que enviaban desde Catalunya, la gente llorando, los abuelos que se emocionaban en el momento de depositar la papeleta… En estas municipales el soberanismo no ha excitado a los suyos aunque digan que han sacado más votos que nunca y que han conseguido más ayuntamientos o más mayorías soberanistas que en toda la historia. Esto engaña a la gente y se engañan ellos mismos: tienen más pero no llegan a lo que esperaban tener, ni han llegado a lo que decían que sacarían las encuestas que se hicieron por las fechas de la consulta sobre la independencia. Si despliegas el mapa, hay mucha presencia soberanista, ha subido Ciutadans, se ha hundido el PP pero todo lo que ha perdido se lo ha llevado Ciutadans…, y la razón es que después del 9-N se han estado peleando entre ellos y esto desmotiva a los votantes. Conste que no digo que tengan que ir juntos ni que tengan que hacer lista unitaria, pero no hacer lista unitaria no significa ir peleados. Yo he ido a presentar mi libro [És l’hora dels adéus? Rosa Del Vents] por pueblos de Cataluña y hemos ido notando el cambio. El libro lo presenté en septiembre y en las primeras presentaciones la gente estaba excitadísima y, hacia febrero-marzo, la afluencia bajó. Que se peleen entre ellos es traicionar a la gente, no a mí, sino al abuelo que paga una parte de su pensión para comprar una estelada para colgarla en el pabellón del pueblo para hacer una conferencia de la Assemblea Nacional Catalana. A este abuelo le están faltando al respeto, le están traicionando y le están desmotivando por una lucha que no acabo de entender de a ver quién es más guapo, quién representa mejor el soberanismo, quién tiene más protagonismo… peleas absurdas. Por culpa de uno y de otro el soberanismo no ha cumplido las expectativas.
En todas las elecciones el que gana es el que excita a los suyos, el que motiva. En el 9-N, el soberanismo era emotivo. En las municipales el soberanismo no ha excitado a los suyos
Un aspecto que señala su libro es que en el caso de que Cataluña se independice y quede fuera de la Unión Europea, ésta tendría la obligación moral de aceptarla, ya que si ha aceptado a Croacia y se está planteando aceptar a Serbia después de guerras muy sangrientas, cómo va a rechazar a Cataluña si se independiza por un proceso pacífico. Bosnia se llevó la peor parte de esa guerra y está fuera.
Sí, pero el argumento es cómo le explicas a los catalanes que Croacia está en Europa y Catalunya no. ¿La diferencia es que ellos hicieron una guerra y vosotros votasteis, a las guerras les damos un premio y a los votantes no? Y en el caso de Cataluña, no es que no te admitan, ¡es que te echan! Nosotros ya somos europeos, y sería decirles a un grupo de europeos que los echas porque han votado. Yo creo que Europa no se lo puede permitir, ni siquiera dejando al margen los intereses, porque si Cataluña se independiza, España quiebra, no podrá pagar la deuda y ese billón de euros será del 125% del PIB, ya no del 100%, y eso lo tendrán que pagar los bancos alemanes. Y los bancos alemanes nos dirán que nos toca pagar, pero no veo por qué si nos echan de Europa. Y la Unión Europea nos dirá que tenemos que dejar pasar los productos españoles por Cataluña para exportar, y nosotros preguntaremos por qué, si no nos regiremos por las mismas reglas que ahora si resulta que estamos “en el hiperespacio por los siglos de los siglos”. Que lo pasen por la N-II que es la que han construido ellos, y los más perjudicados serán los españoles.
Hablando de leyes comerciales, ¿qué le parece el tratado de libre comercio que tienen previsto firmar EE.UU. y la UE?
No está claro ni qué tratado es ni que lo vayan a firmar pronto, y lo digo porque el Senado americano se está oponiendo y el Parlamento Europeo el otro día dijo que votarán más adelante. Hace tiempo que los países, para proteger sus negocios, ya no utilizan aranceles, ahora se utilizan reglas: “Los mejillones europeos, para declararse aptos para el consumo, se tienen que analizar individualmente” y “en los mejillones americanos se mira que el agua no tenga bacterias”. Como el método es diferente, los mejillones americanos no pueden ir a Europa y a la inversa, y esto lo hacemos con todo y después hacemos grandes teorías científicas de por qué un método u otro es mejor, pero siempre son reglas raras que impiden el comercio. Este tratado, básicamente, elimina esa regulación que es perjudicial para todo el mundo. Ni europeos ni estadounidenses se mueren por intoxicación de los mejillones, ¿verdad? Pues lleguemos a un acuerdo, que lo que decida la agencia americana se acepte en Europa y viceversa. Reduzcamos estas regulaciones absurdas que perjudican al comercio. Pero se oponen los lobbies de toda la vida, los agricultores europeos y los americanos, que defienden sus intereses en contra de los de los ciudadanos.
¿Son también lobbistas los taxistas contra Uber, los hoteleros contra Airbnb…?
La solución de Uber, ahora mismo, ya se está aplicando en Catalunya, que es que los taxistas trabajen con aplicaciones que hacen lo mismo que Uber, como Mytaxi. Lo que acabará pasando es que los taxistas usarán Uber. Cuando empezó la música por Internet, cuando salió Napster, Sony los llevó a los tribunales porque robaban música, etcétera. En lugar de coger la tecnología y utilizarla en beneficio propio, que es lo que hizo Steve Jobs cuando creó iTunes, Sony los llevó a tribunales y pretendía que lo prohibieran. Sony ha perdido todo el mercado de la música y iTunes se forró gracias a que se dio cuenta de que lo que la gente quería era descargarse música por Internet canción por canción en vez de comprar el CD. La gente sigue pagando por bajarse música o por una suscripción para escuchar música durante un tiempo determinado. En la vida siempre ha pasado esto: cuando sale una tecnología nueva, el que estaba con la anterior tecnología se intenta oponer, pero la tecnología acaba triunfando. Los taxistas deben saber que acabaremos todos pagando con el móvil y que acabaremos todos llamándoles y tendremos una aplicación que nos mostrará dónde están en el mapa, cuánto falta para que lleguen y si se ha equivocado o no. Los taxistas que se están adaptando están ganando dinero y están más contentos porque también mejora el perfil de su cliente, tienen más información también.
Joan Laporta ha anunciado su candidatura a las elecciones del Barça. ¿Usted repetiría en la directiva?
No, es un mundo demasiado complicado para mí. Está muy bien, muy divertido, aprendí mucho, pero el mundo del fútbol y su entorno (la prensa deportiva, por ejemplo) son demasiado complicados para mí.
Barcelona, mediados de junio. El calor y la humedad ya aprietan y los estudiantes de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) comparten parada de metro con el aluvión de turistas que se disponen a pasar el día en la playa del Somorrostro, junto a las torres mellizas. Los que resisten la tentación de seguir a...
Autor >
Irene G. Pérez
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