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1.- Porque es el primer conflicto institucional contra el neoliberalismo en la UE.
Es la primera vez en la historia de la Unión Europea en la que un gobierno se muestra abiertamente discrepante con el resto de jefes de estado y de gobierno. Acostumbrados a una Europa en la que los gobiernos han actuado de correa de transmisión de los mercados, la batalla de Atenas nos afecta a todos. El protagonista del conflicto no es Tsipras, ni Syriza. Ellos solo son la mediación política de una movilización social que sacude Grecia desde hace más de un lustro.
2.- Porque en Grecia hay una crisis humanitaria.
En 2008, Grecia era el país con el menor índice de suicidios de la UE. A partir de 2012, pasó a liderarlo. Tras los dos rescates impuestos por la Troika, el paro ha alcanzado el 26%; el 30% de la población ha quedado excluida de la sanidad; 200.000 hogares han sufrido cortes de luz por no poder pagar su factura o el IBI, que se cobra a través de la misma; 15.000 funcionarios han sido despedidos; 6500 profesionales sanitarios han sido despedidos. Ha habido un repunte en el consumo de heroína mientras los programas de atención a tóxicodependientes se recortaban drásticamente; se ha precarizado a una generación completa de jóvenes.
3.- Porque Syriza ha entendido que el conflicto no es nacional sino continental.
Porque los gobiernos nacionales han actuado como los seguratas que impiden entrar a la fiesta, protegiendo al poder financiero de los anhelos de cambio de la gente. Syriza entendió perfectamente que la reversión de la austeridad no se puede dar si no es a escala europea. Por decirlo de una manera muy clásica que ya no está de moda, en la medida en que el capital se organiza a escala continental, la lucha de clases debe articularse al mismo nivel. Grecia no es una estructura económica independiente sino parte del engranaje de la UE, constituida en torno a la división continental del trabajo.
4.- Porque las elecciones de España e Irlanda están a la vuelta de la esquina.
La situación estará, sin duda, muy reñida. Pero las encuestas muestran que es posible que, por primera vez, en noviembre venza Podemos y en febrero el Sinn Fein gane las elecciones en Irlanda del sur. Esto posibilitaría romper el aislamiento de Grecia y conformar un campo contra la austeridad no solo en las calles, cosa que ya sucede, sino también en el Eurogrupo.
5.- Porque no nos puede molestar que se le pregunte a la gente.
Una Europa fundada en los valores democráticos no puede tener miedo a que se consulte a los ciudadanos. Giorgos Papandreu sugirió la posibilidad de somerter a plebiscito el rescate que la Troika imponía a Grecia. Le obligaron a dimitir por ello y la Troika puso a un títere tecnócrata al que nadie había votado al frente del gobierno. No podemos acostumbrarnos a que el gobernante que propone un referéndum se suicide políticamente.
6.- Porque la deuda es un chantaje.
La deuda no es un elemento contable sino un instrumento político disciplinario. El problema de Grecia no es que deba mucho dinero, sino las medidas de austeridad que los acreedores le imponen. Un rescate consiste en poner al servicio de los acreedores los activos de un país, a precio de coste, bajo amenaza de arruinarlo: “o me regalas tu sistema sanitario, o te corto el grifo”.
7.- Porque, aunque el No dé miedo, el Sí ya lo conocemos.
La mayoría de las griegas y griegos tienen miedo de lo que pueda pasar si gana el No. Pero saben perfectamente lo que pasará si gana el Sí. Más recortes, menos derechos sociales, menos soberanía y menos democracia. Llevamos muchos gobiernos que han agachado la cabeza y dicho que sí a la Troika.
8.- Porque no es un referéndum sobre salir de Europa sino sobre qué Europa queremos.
Los partidarios del Sí a la austeridad dicen que lo que se juega hoy es si Grecia se va o no del euro y la UE. Por el contrario, el gobierno heleno ha explicado por activa y por pasiva que no se trata de eso. Ante 100.000 personas que le aplaudían, Tsipras lo resumió en el mitin de la plaza Syntagma: “no nos vamos de Europa, vamos a cambiar Europa junto a nuestros pueblos hermanos”.
9.- Porque los grandes medios no han jugado limpio.
Todos los grandes medios privados de Europa, y parte de los públicos, ha atacado ferozmente a los partidarios del No. Les han negado espacio para que explicaran sus razones, al tiempo que las colas en los bancos, el inexistente desabastecimiento y los falsos augurios de Grexit ocupaban enormes franjas de la parrilla. Frente a ello, el gobierno griego ha aposado porque ERT, la televisión pública reabierta recientemente, fuera neutral. Es la única televisión griega en la que el tiempo del Sí y el del No ha sido el mismo.
10.- Porque nos pone Varoufakis.
Solo hay que compararlo con Luis de Guindos. En todos los sentidos.
1.- Porque es el primer conflicto institucional contra el neoliberalismo en la UE.
Es la primera vez en la historia de la Unión Europea en la que un gobierno se muestra abiertamente discrepante con el resto de jefes de estado y de gobierno. Acostumbrados a una Europa en la que...
Autor >
Hibai Arbide Aza
Hibai Arbide Aza era abogado en Barcelona hasta que se fue a vivir a Grecia. Reside en Atenas, donde trabaja como periodista freelance para diversos medios, trata de acabar la escritura de un libro que se resiste, pincha tropical bass y monta en bici.
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