No one is looking at you

Mirando este vídeo uno se pregunta dónde ha quedado el dicho que decía que el tiempo es dinero; probablemente diríamos que en algún lugar fuera de aquel taller, el lugar donde -en un soleado día en Roma- decidimos darle prioridad a nuestro tiempo.

Esta obra no es un intento de representar un concepto o una concepción artística del mundo. Lo que hicimos tenía como objetivo alimentar el hedonismo que supone estar juntos, en el tiempo y en el espacio. Cuando acabamos la obra estábamos convencidos de que faltaba algo: aparte de la euforia de pintar, prácticamente desnudos, con uno de nuestros mejores amigos, había algo más. De hecho, días después, cuando revisamos la grabación, estuvimos todos de acuerdo, una vez más, en que nuestra performance representaba el sinsentido de no ser observados. El resultado coincidía con nuestra idea inicial.

Simplemente creíamos que, cualquiera que fuese nuestra concepción del arte, el acto de creación era superior a este. Es por tanto cierto que no existe arte en relación a su proceso creación. El arte está al alcance de todos, se puede ver en las galerías, en la web, en las paredes. En cambio, el proceso de creación permanece oculto. Es esto, y nada más que esto, lo que pretendemos mostrar, lo insignificante que es el arte cuando no es observado, lo grandes que somos cuando representamos nuestras vidas, y cuánto amor compartimos cuando estamos juntos.