Tuiteando vengo
Como en España en ningún sitio
Moe Triana 29/09/2015
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Digan lo que hayan dicho las urnas, porque con estas cosas nunca nos aclaramos, Cataluña no logra salir del bucle. Prosigue, sin habérselo propuesto, girando en una de esas ruedecillas de hámster a merced de políticos empeñados en gobernarla a golpe de síes y noes. Tan desolador y tan cierto. Algunos de ellos a pesar de presumir de linaje netamente catalán, llevan consigo, aunque pretendan renegar de ella, la sangre trilera e innoble del típico dirigente español. Triste personaje de pacotilla donde los haya. Y reconocido. Ése que lleva siglos consiguiendo que el populacho acostumbre a empuñar el único argumento del odio. Que con un esmero minucioso es capaz de explotar la incultura del pueblo sin que apenas lo parezca. Es su medio de vida. Herir enfrentando. En Teruel o Granada; en Cuenca o Granollers. Al frívolo elemento no le interesa más que azuzar la sinrazón para su beneficio. No debería resultarnos ajeno. Los libros de Historia dan buena cuenta de ello y se convierten en su particular Guinness de logros conseguidos a raíz de echar a pelear a vecinos e incluso hermanos generación tras generación.
La España de la astracanada es así. Rechace imitaciones. Un dislate se combate con uno mayor. De siempre. Por ese motivo, el político reaccionario de ambos bandos agita garboso la bandera que hace olvidar sin remedio a propios y extraños su famélico padecer. Saben que el ondear de una enseña nos puede. Resulta hipnótico. Admitamos que ahí perdemos pie. El amor por una patria, cualquiera, a veces devora al que debemos rendirnos a nosotros mismos y a nuestros valores. Pero llegados a este punto no hay conciencia que valga. Ni espíritu crítico. De empatía ya ni hablamos. Qué necesidad de ponernos en la piel de fulanito si puedo arrancársela a tiras. Miramos la banderita y ladramos hacia donde nos indiquen mientras el gobernante cabalga en el sentido contrario. Dándonos la espalda. Abstrayéndonos de sus injusticias. Plantándonos ante el miedo y el alarmismo que difunden sus medios.
Soplan vientos de secesión en una nación resquebrajada socialmente por el paro y los recortes y todo parece confrontar a los líderes de allí y acá pero, a buen seguro, el mandatario, el catalán y el de dondequiera que sea, Robledillo de Gata mismo, tienen un pensamiento idéntico. Una idea que ha debido rondarles a todos la cabeza en algún momento de sus vidas. Unos segundos. Lo justo. Y es que ‘como en España en ningún sitio’, al menos para vivir haciendo de la política tu poltrona vitalicia desde la que manipular a la ciudadanía según convenga. Anda que no.
Digan lo que hayan dicho las urnas, porque con estas cosas nunca nos aclaramos, Cataluña no logra salir del bucle. Prosigue, sin habérselo propuesto, girando en una de esas ruedecillas de hámster a merced de políticos empeñados en gobernarla a golpe de síes y noes. Tan desolador y tan cierto. Algunos de...
Autor >
Moe Triana
Álvaro Ballén (Sanlúcar de Barrameda, 1983) Como técnico superior trabajo en el ámbito de la animación sociocultural y la integración aunque de vez en cuando intento pensar y me da por escribir. Desde CTXT oigo los latiditos de Twitter. A menudo blogueo en moedetriana.com.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí