Xavier García Albiol, el candidato del Partido Popular a la Generalitat en las elecciones del domingo 27 de septiembre, corona este viernes su campaña electoral con un broche republicano. El ex presidente francés, Nicolás Sarkozy, acompañará al candidato en el mitin del Palacio de Congresos de Barcelona, al que también asistirá el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La visita de Sarkozy se ha enmarcado, como todo, en el dramatismo secesionista: “una de las voces internacionales más autorizadas” para hablar de soberanismo, se ha dicho de quien no se le conoce obra ni milagros al respecto.

Es verdad que las reflexiones del presidente Rajoy sobre el posible trasvase de nacionalidad entre España y los ciudadanos de una supuesta Cataluña independiente (“Ah, no lo sé”, respondió el martes en una entrevista en Onda Cero), disculpan cualquier laguna constitucional del invitado. El propio Albiol, sin embargo, reconoce motivos personales para explicar la presencia de Sarkozy: “Tenía muchas ganas de que fuera él, por razones de identificación”, cuenta por teléfono a CTXT. “Por su labor como presidente de la República y como ministro”.

La identificación se remite al periodo en que Sarkozy tuvo varias carteras de gobierno, entre 2002 y 2005, y sobre todo la de Interior. ¿Qué rasgos destaca, el candidato Albiol, de su modelo? “La firmeza al defender sus ideas y su política de inmigración”, explica el ex alcalde de Badalona, tercera ciudad catalana por población (220.000 habitantes). Sarkozy también estuvo al mando de un ayuntamiento metropolitano durante casi veinte años (1983-2002).

El flamante ministro del Interior, a menudo bajo los focos de los periodistas, dejó claro que iba a hacer del control de identidades, policial y políticamente hablando, su campo de batalla

Sin embargo, aquel alcalde bajito de Neuilly-sur-Seine, una banlieue rica de París situada entre el Arco de Triunfo y La Défense, es decir, entre el Ancien Régime y el capitalismo financiero, no se hizo célebre hasta que no empezó a pisar, como ministro del Interior, las otras banlieues de la ciudad del amor. Esos suburbios pobres donde viven muchos franceses hijos y nietos de inmigrantes (sea eso lo que sea, varias generaciones después) e inmigrantes tout court. Un par de años en los que el flamante ministro del Interior, a menudo bajo los focos de los periodistas, dejó claro que iba a hacer del control de identidades, policial y políticamente hablando, su campo de batalla.

En 2007, cuando Sarkozy ganó las elecciones presidenciales francesas, Albiol no había alcanzado mayor notoriedad municipal que la lograda con su temprana llegada al consistorio. Ex jugador de baloncesto, había sido elegido concejal con 23 años, en 1991. Sin embargo, un vídeo de la campaña de 2007 que desarrollaba la secuencia inmigración-suciedad-delincuencia-inmigración, grabado al más puro estilo Callejeros y que se distribuyó por los buzones de la ciudad, catapultó la imagen del candidato. “Hola, soy Xavi García Albiol: he nacido, vivido y formado mi familia en Badalona”, decía, y remataba: “Quiero una Badalona limpia y segura”. El vídeo levantó cierto escándalo, según este reportaje de El Mundo, y bastantes votos: el Partido Popular subió de cinco a siete escaños.

Este año, tras pasar los últimos cuatro como alcalde, la campaña publicitaria de García Albiol en las municipales de mayo pasado, afirmaba que el candidato seguía en ello: “Limpiando Badalona” fue uno de los lemas con los que ganó las elecciones, pero perdió la alcaldía. Los partidos de izquierda sumaron los 14 votos necesarios para investir a la candidata de Guanyem Badalona en Comú, Dolors Sabaté, como alcaldesa.

Mr. Proper

En estos años, con una querella de SOS Racisme de por medio, Albiol ha sido acusado repetidamente de mirarse en el espejo de Le Pen, pero su higienismo se inspira directamente en el “primer madero de Francia”, según el propio Sarkozy reclamó con orgullo. Albiol admira su “idea clara y firme sobre el orden de valores y prioridades a los que deben adaptarse las personas que vienen de fuera”. Sarkozy, hijo él mismo de inmigrantes, nació en París en 1952 y es abogado. “Es un ejemplo en el que yo trato de reflejarme”, explica Albiol a CTXT poco antes de que su coche de campaña, que el miércoles lo llevaba a Girona, entre en un túnel y la comunicación se corte. Albiol también estudió Derecho, aunque no se licenció.

En 2005, Sarkozy visitó Argenteuil, al norte de París, donde prometió “limpiar con Karcher” las calles 

En 2005, el entonces ministro del Interior francés visitó Argenteuil, al norte de París, donde prometió “limpiar con Karcher” las calles. Limpiarlas de racaille (chusma), según este vídeo del Instituto Nacional del Audiovisual. Sarkozy ha usado reiteradamente el término racaille para referirse a los delincuentes que según él son el principal problema de los suburbios. En una visita posterior, tras los disturbios urbanos en los que ardieron centenares de vehículos y fueron atacadas escuelas y comisarías, volvió a usarlo: ¿está usted harta de esa “bande de racaille”, no?”, dijo levantando la vista a una anciana asomada a un balcón.

Muchos franceses lo consideraron una ofensa xenófoba. El término usado por Sarkozy tiene connotaciones racistas y clasistas, por estar fuertemente territorializado (“la racaille des banlieues”, anota de pasada Emmanuel Carrère en su última obra, Le Royaume). Por traducirlo al español oficial contemporáneo, es como si un estalinista iberoamericano usara el término “gusanos” (que es como los castristas llaman a los exiliados cubanos) para señalar los problemas de delincuencia en Miami, y luego rectificara diciendo que a él jamás se le habría ocurrido confundir  “exiliados” y “delincuentes”.

Sarkozy, por supuesto, aseguró luego que no era su intención confundir a “delincuentes” y “jóvenes”. Meses después volvió sobre el tema para asegurar que lo que en verdad pensaba “de esa gente” era mucho peor. De manera parecida, Albiol también suele decir que él distingue perfectamente entre la “inmensa mayoría” de los inmigrantes, y “esas minorías” de ladrones y terroristas, que no se adaptan, al tiempo que subraya siempre que son inmigrantes. En su vídeo de 2007, las ancianas tenían también un papel protagonista.

Los gestos de Albiol imitan el repertorio del ex presidente francés, y no tanto el de Le Pen. También en su obsesión con los gitanos rumanos

Los gestos de Albiol imitan el repertorio del ex presidente francés, y no tanto el de Le Pen. Incluso la obsesión con los gitanos rumanos, “les roms”, es otro de los elementos que Sarkozy convirtió en bandera y cuyo legado, que en Francia ha adquirido rasgos de paranoia, según recogía The New Yorker hace unos meses, ha explotado también Albiol. Unos panfletos contra los rumanos repartidos en 2010 por Albiol estuvieron en el origen de la querella de SOS Racisme, que fue finalmente archivada dos años después.

Apertura

Aunque Albiol es prácticamente el único que ha hablado de la inmigración durante la campaña, su prioridad ha sido denunciar a “los que quieren romper Cataluña [sic] del resto de España”. Para ello ha apelado directamente, en cada una de sus apariciones televisivas, “a ese votante socialista que nos está viendo”, ampliando así su deuda con el actual líder de Les Republicains. Durante su presidencia y con un gobierno de mayoría conservadora, Sarkozy alentó también la llamada “apertura” acogiendo a figuras históricas del izquierdismo francés. El fundador de Médicos Sin Fronteras, Bernard Kouchner, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores en 2007.

“Yo en las responsabilidades que he tenido hasta ahora a nivel municipal, he aplicado esa política desde 2011”, dice Albiol. “En la última legislatura, en mi candidatura se incorporaron tres independientes, que después estuvieron gobernando conmigo”. La apertura de Albiol incluye una oferta para gobernar junto a PSC y Ciudadanos, si el resultado de las elecciones del 27S lo permitiera. “Estamos ante una situación excepcional y ante una situación así, caben medidas igualmente extraordinarias”, asegura. La excepcionalidad no tiene tanto que ver con la posibilidad de la independencia –“la independencia no la van a lograr”—como con “el proceso” de ruptura institucional que iniciarán los partidos independentistas y que puede traer “consecuencias muy graves desde el punto de vista social y económico también”.

“Estamos ante una situación excepcional y ante una situación así, caben medidas igualmente extraordinarias”, asegura Albiol sobre su propuesta de pacto al PSC

« Algún día podremos decir que Sarkozy intentó ser el gran arquitecto de nuestro partido único, el UUP, la Unión por la Unanimidad Presidencial”, escribía el filósofo Alain Baidou en De quoi Sarkozy est-il le nom? La ambición de Albiol, al menos la declarada, no apunta tan alto aún. “Mi sitio, para los próximos cuatro o cinco años, está en Cataluña”. Es decir, el tiempo de una legislatura.

Nos hubiera gustado preguntarle si está a favor también de la Gran Coalición entre PP y PSOE para después de las generales, pero a la salida del túnel no volvió a descolgar el teléfono. Según su jefa de prensa, por problemas de agenda. Tampoco quiso añadir nada a lo dicho sobre la investigación abierta por la Fiscalía del Odio, a raíz de varias denuncias que reflejan las amenazas y los insultos racistas recogidos entre los comentarios de su página personal de Facebook, según adelantó CTXT. Que está tranquilo.

Como todo discípulo que se precie, Albiol ha superado en ocasiones a su maestro. Nicolas Sarkozy se opuso a la llamada “doble pena” en Francia, reformando la ley que permitía la expulsión de los jóvenes de nacionalidad francesa condenados a penas de cárcel, después de salir de prisión. Albiol, en eso, está de acuerdo con Jean Marie Le Pen: “Creo que se deberían llevar a cabo las reformas que sean necesarias para que las personas que han sido nacionalizadas españolas y que come[te]n delitos se [les] retir[e] la nacionalidad española”, escribió en su Facebook en noviembre de 2014. No parece que el presidente Rajoy esté en condiciones de aclarar cuáles serían esas reformas sobre la nacionalidad que proponía Albiol. Ni que vaya a hacer falta.