Kiko Herrero triunfa en Francia con ‘Arde Madrid’, su primera novela
El escritor afincado en París fue finalista del Premio Goncourt en la categoría de autor novel por un libro cuya trama va desde los últimos años del franquismo al comienzo de la crisis, que se publica ahora en España
María D. Valderrama 30/09/2015
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
Hace 30 años que Kiko Herrero (Madrid, 1962) llegó a París. Salió huyendo de Madrid, no por trabajo ni por cuestiones políticas como tuvieron que hacer tantos otros. Él necesitaba escapar del bucle en el que llevaba dos años metido: la “mala vida” de la Movida. En el tiempo que ha pasado, no pensó ni por un momento que hubiera un hueco para él en el mundo de la literatura, hasta que los recuerdos escritos de su infancia cayeron por casualidad en manos de un editor francés que le animó a continuar. La memoria del madrileño fue llenando folios y folios para dar forma a ¡Sauve qui peut Madrid! (Editions P. O. L., 2014), su primera novela publicada en Francia en 2014 y que llega al fin a las librerías españolas, con el título de Arde Madrid, traducida por Luis Núñez Díaz y publicada por Sexto Piso.
La galería EOF, en la calle Saint Fiacre, ha sido el hogar de Herrero en París desde que la pusiera en marcha junto a un amigo francés --de abuelos españoles, por cierto-- en 1996. El local ocupa la planta baja y el sótano de un edificio antiguo cuyo aspecto industrial no han querido cambiar; el suelo de madera sufre los achaques propios de la edad y tiene algunos parches de vidrio. Además de un antiguo ascensor de carga que llama la atención desde una esquina, la sala se mantiene vacía a la espera de una próxima exposición. “Empezamos a alquilarlo para eventos porque si dependiéramos solo del arte ya habríamos cerrado”, cuenta Herrero mientras desvela la barra de bar del sótano, como si estuviéramos en un local clandestino del Chicago de los años 30.
Herrero no tarda en reconocerse como un pésimo lector, obsesionado en los últimos años con En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, que dice haber leído y releído unas siete veces. Parece disculparse por no haber buscado el éxito de su primera y accidental novela, que quedó entre los cuatro finalistas del prestigioso Premio Goncourt, en la categoría primera novela, el pasado mes de marzo. Tampoco se define como un nostálgico pero las cosas cambiaron cuando su hermana enfermó de cáncer hace unos años, abriendo heridas cerradas o pasajes aparentemente olvidados de su infancia.
La novela se divide en pequeños capítulos de recuerdos, muchos de ellos independientes entre sí, que rememoran la infancia de un niño, el propio escritor, que vive los últimos años de Franco y la Transición hasta que se muda a Francia. Finalmente, un breve epílogo vuelve a un pasado mucho más reciente donde el protagonista, rozando ya los cincuenta, vuelve a Madrid para visitar a su hermana enferma y se reencuentra con una ciudad desconocida. “Escribía los recuerdos conforme rememoraba ciertos personajes o historias, luego lo organicé cronológicamente y salió una novela aunque son capítulos que pueden existir por separado”.
Este autor tardío se sorprende al descubrir el éxito que esta teniendo la novela y ríe al verse protagonizando una lectura en la conocida Maison de la Poésie de París. “El día anterior estará Emmanuel Carrère y al día siguiente Christine Angot, y yo ahí en medio”, decía en diciembre cuando su novela solo comenzaba a despegar. Ahora, casi un año después, cuenta emocionado que su admirada novelista Annie Ernaux le escribió una carta tras leer ¡Sauve qui peut Madrid; había disfrutado de su libro como Herrero lo ha hecho siempre con los de ella.
De patrias y naciones
Al hablar sobre sus dos países, Herrero reflexiona hasta hallar la traducción de ciertas expresiones francesas al español y pide perdón, reconociendo que no habla mucho su lengua materna. A veces se le escapa alguna que otra palabra: un ‘pas’, a la hora de negar, o alguna frase que traduce literalmente. También el libro lo escribió en francés aunque algunas expresiones se mantuvieron en castellano por recomendación de su editor.
La editorial Sexto Piso adquirió los derechos poco después de su salida en Francia aunque Herrero se empeñó en que el traductor fuera un amigo suyo. “Me preocupaba mucho la traducción. Luis Núñez conoce mi humor, es madrileño y ha vivido mucho tiempo en París, sabía que si alguien podía hacer esa traducción era él”, dice Kiko. “Eliminar explicaciones que un español no necesita leer sobre el franquismo o sobre la Puerta del Sol… Pensé que sería fácil porque mi escritura es muy simple, pero parece que cuanto más simple, más difícil es de traducir”.
Ahora se pregunta qué pensará un español al leer el libro. “No sé si al ver el país desde fuera tengo una visión muy crítica, temo que pueda herirles. Hace 27 años que estoy aquí por lo que, cuando voy a España, soy el francés y, cuando estoy aquí, soy el español”.
Arde Madrid es al mismo tiempo una introspección necesaria sobre los cambios que ha vivido España en los últimos cincuenta años y sobre cómo los ha vivido. “Antes, cuando volvía a Madrid, en tan solo un par de meses encontraba no sé cuántos edificios nuevos, dos túneles, tres líneas de metro, las calles llenas, gente comprando y comprando, pisos más caros que en París, hospitales privatizados… Una auténtica locura”, dice.
Su observación llegó hasta el comienzo de la crisis, cuando se sorprendía al encontrar familias enteras viviendo en los soportales de la Plaza Mayor calentando sopas con pequeñas bombonas de gas. “Al parecer la alcaldesa [Ana Botella] dijo que era muy incómodo para los barrenderos y para los turistas. Me pregunto dónde han mandado a toda esa gente”.
La simple mención de la palabra España crea en él un gesto melancólico, un sentimiento “paradójico”, dice. “Como soy hijo de republicanos la bandera de España me crea un sentimiento…”, Herrero frena la frase torciendo el gesto.
Hay un pequeño detalle en la galería EOF que denota que, por mucho que pasen los años, Herrero siempre recuerda de dónde viene. Un pequeño gesto decorativo; no es muy llamativo pero algunos reparan en ello. “Me sorprende que te hayas fijado, pocos lo hacen”.
Para no romper el secreto, dejaré que lo descubran ustedes mismos.
La novela Arde Madrid acaba de ser publicada en España por Sexto Piso.
Hace 30 años que Kiko Herrero (Madrid, 1962) llegó a París. Salió huyendo de Madrid, no por trabajo ni por cuestiones políticas como tuvieron que hacer tantos otros. Él necesitaba escapar del bucle en el que llevaba dos años metido: la “mala vida” de la Movida. En el tiempo que ha pasado, no pensó ni...
Autor >
María D. Valderrama
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí