Vivos de milagro
Los dos contables de C's, Dinamarca y la alfombra mágica catalana
Miguel Mora 29/10/2015
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La investigación de las cuentas de Ciudadanos realizada por Josep Campabadal y Francesc Miralles para CTXT, publicada en una serie de tres artículos entre el 24 y el 26 de octubre, es una metáfora que ayuda a entender mejor algunas cosas, casi todas ya sabidas, sobre este lugar exótico, llamado España se rompe, y que por mucho que se empeñe Rajoy no es la nación más antigua de Europa,
La información revela que las cuentas de C's, lejos de ser claras y tersas como una mejilla danesa, son una chapuza de lo más hispánica, llena de agujeros y de misterios inconfesables. Esto podría ser una metáfora sobre la relativa novedad política que supone el partido zumo de naranja, que sueña con convertir a Madrid en Copenhague aplicando recetas de corte asistencialista, ultraliberal y privatizador --pero con un toque social. Por ejemplo, bajar los impuestos a los ricos más aún que el PP.
El partido de Albert Rivera ha sido elegido, financiado y aupado por el sistema bancario-mediático para taponar la previsible hemorragia electoral que debería causar –en cualquier país parecido a Dinamarca-- la putrefacción creada durante estas últimas dos décadas de Cultura de la Transición, bipartidismo rampante, 3% pujoliano, PSO-ERES, Gürtel, Púnica, Bankia, LFP e impunidad-barra libre.
Se supone que los bancos no se equivocan nunca --al elegir candidato--, pero la noticia de CTXT es también una metáfora sobre la cínica presunción de honestidad y transparencia del líder más valorado del momento. Campabadal y Miralles han demostrado que Rivera, con su aspecto de niño bueno con déficit de atención, mintió como un anciano democristiano italiano durante su debate con Pablo Iglesias, al aventar el 10 concedido a su web por la sucursal española de Transparencia Internacional. Partido y auditor han quedado desacreditados por la información de este semanario y por la aceptación de Ciudadanos –es un avance-- de que sus cuentas son opacas como un pozo.
La publicación de esa información en un digital nuevo y pequeño es, también, una metáfora de la abdicación de los medios de comunicación rescatados por la banca, que no solo se olvidan de contrastar lo evidente, sino que siguen mudos ante una noticia que quizá a algunos votantes les parecería relevante conocer a dos meses de las elecciones.
Resulta que un partido que aspira a gobernar la cuarta economía de la zona euro no puede explicar de dónde saca 850.000 euros de ingresos privados, y admite que no sabe cuadrar un presupuesto de tres millones.
-¿Por qué?
-Es que solo tenemos dos personas en contabilidad.
-Ah. Nos quedamos más tranquilos.
Irónicamente, mientras 120.000 internautas leían y compartían en redes las 8 dudas planteadas a C’s por CTXT, metiendo presión al partido para responder, las radios, la prensa y las televisiones guardaban un estruendoso silencio.
Durante 72 horas, los medios ‘mainstream’ y la caverna, unidos como una lágrima, solo tenían ojos para el advenimiento del enésimo “Se rompe España”. La consigna es evidente desde hace tiempo: se trata de alarmar con banderazos, apelando a los más bajos instintos patrioteros, a una opinión pública que, pese a los reiterados intentos de los poderes hispano-catalanes, está mucho más preocupada por el paro y la corrupción que por las bravatas indepes del bizarro triángulo sadomaso CDC-Esquerra-CUP.
Pero, erre que erre, el único punto de la agenda de la vieja-nueva política bipolarizada (el negocio consiste en clonar la rivalidad Madrid-Barça, o Mourinho-Guardiola), la lámpara de Aladino que nos llevará a todos en alfombra mágica hasta el 20D, sigue siendo Cataluña.
Cataluña, Cataluña, Cataluña. Y mil veces Cataluña.
Ese animal mitológico llamado Secesión es el mejor antídoto que los alquimistas del Régimen y la prensa del Nuevo Movimiento han encontrado para curar y silenciar las demandas de democracia real del 15M, hoy suavizadas y casi olvidadas por la conversión de Podemos en un partido centrado, previsible y pequeño burgués.
Esa gran cortina de humo, esa crispación histérica amasada por la irresponsable huida hacia delante del PP y CDC para tapar sus montañas de basura acumuladas en los últimos 20 años, se ha convertido en la base de los nuevos y patéticos Pactos de la Moncloa, que tratan de prolongar el postfranquismo bancario y el expolio del Estado de Bienestar convirtiendo a PP, PSOE y C’s en uno y trino. Intercambiables. Complementarios. Constitucionales. Yo soy español, español, español. Y yo más. Yo solo tengo dos contables, uno para las cuentas A y otro para las B. Yo solo tenía uno y ahora está en la trena. Pero en dos meses, ya veréis, ¡seremos Dinamarca!
Otra conclusión posible del bochornoso caso destapado por este semanario que nunca aspiró a dar exclusivas es que la eclosión de Ciudadanos como alternativa de poder real debe tanto al desgaste (y a la inventiva gattopardesca) del Régimen del 78 como a la rendición incondicional de muchos medios y periodistas. Unos se han echado a dormir en el regazo del poder para sobrevivir. Otros se disfrazan de libertadores mientras pontifican en tertulias pagadas por instituciones o empresas del IBEX y buscan desesperadamente aumentar sus clics, aunque eso suponga llevarse por delante las buenas prácticas profesionales y la deontología.
Por eso el milagro Ciudadanos puede suceder. Porque vivimos en una democracia, sí. Pero sobre todo porque se trata de una postdemocracia quebrada, moribunda, cada vez más desigual --ya es una de las más desiguales de la OCDE-- y manipulada.
La oligarquía ha amordazado al 90% del ex cuarto poder, y con la ayuda del bipartidismo corrupto ha eliminado contrapesos, controles y reguladores, y ha desanimado, despedido o cooptado a buena parte de los perros guardianes y lanzadores de alertas. Los que se mantienen con la espalda recta, radicalmente libres e independientes, son considerados y tratados como sospechosos: castigados sin publicidad ni derecho de cita, borrados de televisiones y radios.
Por todo eso, y no porque nos parezcamos a Dinamarca, salvo en el olor a podrido, resulta cada vez más probable que Albert Rivera acabe siendo el presidente –o, en fin, el ministro de Finanzas con dos contables-- del próximo Gobierno español, en solitario o en compañía del PSOE o del PP, y si la cosa se pusiera realmente mal, de los dos.
En vista de la impopularidad manifiesta de la Gran Coalición, el IBEX y los viejos muñidores de la Transición han diseñado una nueva oferta navideña, más atractiva y modelna. Hace unos meses, Gerardo Tecé la llamó, genialmente, Operación Converse.
Sería deseable, y un caso de justicia poética, que ese plan B fracasara. Si PP, PSOE y C'S son los tres partidos más votados, la esperanza de un cambio profundo y la urgencia de alcanzar una democracia más justa, igualitaria y plural se evaporarán en buena medida.
¿Es Podemos una alternativa mejor, más ilusionante y fiable? Tal y como está ahora, resulta muy dudoso, aunque cualquier cosa suene mejor que este "más de lo mismo". ¿Podría suceder que la gente entienda que no necesitamos un recambio, sino un reseteo? ¿Que intuya que un partido de plástico creado por la banca y amparado por la máquina del fango postideológica es solo un parche que cronificaría la enfermedad?
Esto dependerá, en gran parte, de que la cúpula de Podemos se apee de su lánguida y absurda torre de marfil --un ejemplo cercano: en CTXT llevamos ocho meses esperando a que Pablo Iglesias nos conceda una entrevista-- y aglutine, otra vez, la imaginación colectiva del 15-M, la garra imparable de las Mareas y la heterodoxia de las plataformas municipalistas, empujando a las urnas a ese 30% de trabajadores y parados a quienes el último asalto neoliberal ha convertido en carne de miseria, emigración y esclavitud.
La fórmula para conseguir que los maltratados venzan a los poderosos la dio el Cholo Simeone, ese líder espiritual de la resistencia al establishment. Y consta solo de dos puntos: "Si se cree y se trabaja, se puede". Y "no consuman".
(El 6 de noviembre, Simeone añadió otro mensaje a la prensa que viene al pelo: "No confundan a la gente").
La investigación de las cuentas de Ciudadanos realizada por Josep Campabadal y Francesc Miralles para CTXT, publicada en una serie de tres artículos entre el 24 y el 26 de octubre, es una metáfora que ayuda a entender mejor algunas cosas, casi todas ya sabidas, sobre este lugar exótico, llamado España se rompe, y...
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Miguel Mora
es director de CTXT. Fue corresponsal de El País en Lisboa, Roma y París. En 2011 fue galardonado con el premio Francisco Cerecedo y con el Livio Zanetti al mejor corresponsal extranjero en Italia. En 2010, obtuvo el premio del Parlamento Europeo al mejor reportaje sobre la integración de las minorías. Es autor de los libros 'La voz de los flamencos' (Siruela 2008) y 'El mejor año de nuestras vidas' (Ediciones B).
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