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Casi todos “acongojados” ante el poder político
Félix Soria 4/11/2015
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De 6 de diciembre de 1978 a 20 de diciembre de 2015, treinta y siete años y quince días después hemos vuelto a las andadas: el Gobierno “acongoja” a casi todos los medios, en especial a los políticamente correctos. Bueno, en rigor no es exactamente así, pues estos no se sienten amedrentados, al contrario, gozan nadando en el líquido amniótico, se alimentan del poder, crecen y la mayoría de los que no rectifiquen morirán, esto lo saben hasta sus propietarios pero… ¡qué nos quiten lo bailao!
En el negocio de informar, como en todos, cuando se hace el balance final se cuentan billetes, no clientes satisfechos.
Visto desde fuera, como lector, radioyente, telespectador o internauta es difícil percibir e incluso aceptar que las cosas sean así.
La prensa, radio y televisión privadas siempre han sido y serán negocios; pero no es menos cierto que hay fronteras (éticas o de simple dignidad, como usted prefiera calificarlas) que profesionales y empresas rara vez cruzaban.
De un tiempo acá esos lindes se han ido difuminando. ¿A partir de cuándo? Existe elevado consenso en que el deterioro se inició en los años noventa, cuando España iba requetebién. Para colmo, tras el estallido financiero de 2008, la progresiva reducción de ingresos por publicidad envalentonaron al poder político y a la banca, que entraron hasta la cocina. No pocos medios incluso abrieron las puertas y ahí están, cocinando juntos y revueltos.
«Y los periodistas, ¿cuándo os disteis cuenta de lo que estaba ocurriendo?»
— Todo eso está muy bien, pero supongo que quienes estabais dentro visteis venir al lobo, ¿o no?
— Sí, es verdad…
— ¿Cuándo sonaron los primeros aullidos?
— Los primeros fueron débiles, creímos que pasajeros, pero llegó un momento en el que…
Corría 1998 y al finalizar el Consejo de Ministros de Justicia de la UE los titulares convocaron las obligadas ruedas de prensa. Por aquel entonces había un asunto que nutría decenas de páginas y horas de emisión: ¿cómo poner coto a la pornografía infantil?
La ministra española compareció y los colegas de radio y televisión necesitaban el corte:
— Por favor, ¿cómo resumiría usted el acuerdo alcanzado?
«¡Manda narices!, esa respuesta necesita medio telediario», se lamentaba por lo bajines el compañero de TVE, el lúcido y amistosamente ácido Luis de Benito, no en vano la ministra estaba dando vueltas y más vueltas en torno a consideraciones morales.
Todos temíamos que la perorata se eternizara e impidiera tocar otros asuntos. Los medios audiovisuales insistían, ¡necesitaban el corte!, interrumpieron la prédica para reformular la pregunta con la esperanza de que la buena señora dijera una frase limpia de polvo y paja, inteligible, nítida, vendible…
Cuando ya estábamos al borde de la rendición la eficaz corresponsal de Cadena SER, Griselda, lanzó una de sus geniales directas:
— Señora ministra, con su permiso y para ir al grano, yo tengo en casa cincuenta vídeos de pornografía infantil, si se entera la policía y los requisa, ¿qué me puede pasar?, ¿qué figura delictiva me imputarán y cuál puede ser la pena?
— ¡Por el amor de Dios!, ¿cómo tiene eso en casa?
No pasó un ángel, conté cuatro o cinco. Nos miramos unos a otros y a punto estuvimos de llorar.
Al día siguiente, ningún medio narró lo acontecido, ni siquiera fue comentado a vuelapluma. Con independencia de otras consideraciones y sabedores de que se puede informar sin recurrir a la burla, todos coincidíamos en que el sucedido era noticiable y que los ciudadanos merecían conocerlo.
Hubo cuatro corresponsales —que yo sepa— que intentaron “colar” el episodio. Ni con vaselina: decir lo que dijo «puede ser considerado una falta de respeto a la ministra». Textual.
— Ese día, amigo mío, ya en casa, me miré en el espejo y musité “estamos bien jodidos”…
La cosa ha ido a más. Estos días hay medios que, por poner un ejemplo, han dado por cierto lo dicho por Casado titulando que el Gobierno del PP no ha bajado las pensiones ni los salarios, sin comillas, colocando el apellido Casado de manera que el lector de titulares, ¡los hay a miles!, se queda con la copla y luego la canta.
La hiperrealidad va a misa.
1978-2015: treinta y siete años después hemos vuelto a las andadas y casi todos “acongojados” ante el poder político.
De 6 de diciembre de 1978 a 20 de diciembre de 2015, treinta y siete años y quince días después hemos vuelto a las andadas: el Gobierno “acongoja” a casi todos los medios, en especial a los políticamente correctos. Bueno, en rigor no es exactamente así, pues estos no se sienten amedrentados, al...
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Félix Soria
Nací en Lugo (1953), me crié y formé en Barcelona. Estudié en la UB la "vieja" Filosofía y Letras. Trabajé desde los 17 años en un poco de todo: barrendero, traductor, mozo almacén para carga-descarga, administrativo, comercial o funcionario municipal. Fui corresponsal de La Voz de Galicia en Bélgica. Mi primer empleo en información fue como colaborador de Reuters y de AFP. He colaborado con distintos medios en Catalunya y Andalucía. Vivo en A Coruña, escribo en mi blog, y hago colaboraciones esporádicas que me piden desde Sudamérica sobre asuntos comunitarios.
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