El espejo europeo
En Alemania estudiar sí da un futuro
Los universitarios no pagan tasas, reciben becas y préstamos del Estado y son contratados por las empresas tras graduarse
Laura Alzola Kirschgens Hamburgo , 25/11/2015
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Al cumplir 19 años y terminar el bachillerato, Andreas decidió mudarse a Berlín para cuidar de niños discapacitados jugando con ellos. “Esos meses cambiaron radicalmente toda mi perspectiva y mi forma de ser”. Lo que al principio entendió como una buena excusa para huir a la gran ciudad, a dos horas en tren de su pueblo natal situado en el despoblado land de Brandenburgo, terminó siendo una experiencia que cambiaría sus planes. “Pensaba estudiar para ser maestro y acabé eligiendo Medicina”, dice sonriente, sentado en el comedor universitario de Hamburgo, sacudiendo el tenedor tres años después de comenzar la carrera en la ciudad hanseática.
Desde que en 2011 se eliminara el servicio militar obligatorio para los hombres, y con él, su alternativa, el servicio civil, todos los alemanes, ellos y ellas, pueden comenzar la universidad directamente al terminar el colegio. Sin embargo, siguen siendo minoría quienes se matriculan antes de cumplir los 20.
Hacer una pausa para madurar ideas tras la educación secundaria se convirtió hace mucho en la opción más escogida por los alemanes. Antes de ser seleccionados en un campus y matricularse, muchos eligen entre viajar, trabajar, hacer ambas cosas al mismo tiempo, o acogerse al plan subvencionado por el Estado: un año de voluntariado social o ecológico.
Antes de ser seleccionados en un campus y matricularse, muchos jóvenes eligen entre viajar, trabajar o acogerse al plan subvencionado por el Estado: un año de voluntariado social o ecológico
El Año Social Voluntario (Freiwilliges Soziales Jahr, FSJ) es un año de voluntariado social para personas de entre 17 y 27 años. Los jóvenes, que deben haber concluido la escolarización obligatoria, realizan tareas de apoyo en instituciones para personas discapacitadas, geriátricos u hospitales, tanto en Alemania como en el extranjero.
Un equivalente al Año Social es el Año Ecológico Voluntario, en el que las tareas de apoyo se realizan en una institución que proteja la naturaleza y el medio ambiente. Es la oportunidad de hacer algo por otras personas de forma responsable, libre y voluntaria y, para muchos, una manera de tomarse un tiempo de margen, de madurar y de conocerse en otro contexto fuera de las aulas.
Los voluntarios sociales y ecológicos reciben una paga de hasta 363 euros al mes del Estado y, la mayor parte de las veces, tienen el alojamiento y la comida cubiertos, así como el seguro médico y el billete de transporte incluidos, lo que les permite salir del nido sin estar demasiado condicionados por la situación económica de los padres.
Universidad: matrícula cero y subvención del Estado
Los padres de Sarah, ambos en paro, no hubieran podido pagar la matrícula universitaria de su hija más de un semestre. Por suerte para esta tímida estudiante de Psicología de 21 años, Alemania abolió definitivamente el pago de matrícula tanto para estudiantes nacionales como para los extranjeros en octubre de 2014.
Durante ocho años, concretamente desde 2006, algunos länder del oeste alemán habían introducido por primera vez el cobro de tasas universitarias. Pero, tras fuertes presiones de la oposición y del movimiento estudiantil, considerablemente activo en Alemania, contra los gobiernos conservadores que las aplicaban, las tasas se volvieron a eliminar con el argumento de que eran “esencialmente injustas por desalentar a los jóvenes sin antecedentes de familiares con estudios superiores a matricularse en la universidad”.
El pago por semestre es de entre 200 y 300 euros, un precio con el que se cubre un 'ticket' semestral de transporte públicos, el seguro médico y la cuota del sindicato de estudiantes
La actual matrícula a coste cero no implica, sin embargo, la gratuidad absoluta. El pago por semestre es de entre 200 y 300 euros, un precio con el que se cubre un ticket semestral de transporte públicos, el seguro médico y el pago de cuota al Studentenwerk, el sindicato de estudiantes, y a la Asta, el comité o asociación de éstos.
BAföG: impulso a la independencia
Ser universitario implica en Alemania, casi siempre, independizarse y mudarse de ciudad, ya que haber nacido en un land no da más puntos a quien pretende matricularse en la universidad más cercana a la casa de sus padres. A Sarah sólo la aceptaron en la Universidad de Tubinga, a 500 kilómetros de su ciudad natal, Hannover.
Ella pudo mudarse gracias a que el Estado alemán concede becas y préstamos a aquellos estudiantes cuyos padres no pueden correr con los gastos semestrales de la institución y ofrece una ayuda de manutención y de alquiler a aquellos estudiantes que la necesiten.
La Ley Federal de Fomento a la Educación Superior o BAföG (abreviación de la ley en alemán) establece un máximo de 650 euros de beca: la mitad es una ayuda financiera estatal y la otra mitad, un préstamo sin intereses que los estudiantes deberán devolver, en plazos y cantidades proporcionales a sus ingresos, cuando se encuentren establecidos en el mercado laboral.
El sistema alemán de crédito universitario, que existe desde la década de 1950, pretende que nadie se quede fuera del sistema educativo por motivos económicos. Con el BAföG, el becario debería poder cubrir los gastos mínimos necesarios para vivir. La cantidad recibida es asignada según las necesidades y características socioeconómicas de cada postulante y son los sindicatos de estudiantes los que se encargan de evaluar la situación.
El modelo de crédito universitario, que existe desde la década de 1950, pretende que nadie se quede fuera del sistema educativo por motivos económicos
Según los últimos datos de la Oficina Federal de Estadística alemana, un 50% de los 647.000 estudiantes becados en total obtiene en 2015 el máximo de 650 euros al mes, mientras que la cantidad media recibida está en 448 euros. A partir de 2016, el tope se incrementará hasta 735 euros y también se pretende aumentar el número de universitarios becados.
Estudiar y trabajar sí es compatible
Mario llega cansado a casa el lunes por la noche. “Concierto de pop, muchas adolescentes impacientes en la barra, pero bien”, escribe antes de irse a dormir. Hoy le tocaba un turno de seis horas en la barra de un conocido club de Hamburgo. El siguiente, más largo, será el próximo viernes en una fiesta. “Me gusta el trabajo, lo disfruto por la música aunque a veces me canse, y gano entre 400 y 450 euros al mes, según el tiempo que tenga y los turnos que me pida”.
En Alemania, es muy común que los estudiantes trabajen mientras estudian. El resto de la semana, Mario es un estudiante de Trabajo Social. Va a los seminarios, queda con sus amigos, lee y juega al voleibol cuando los demás se acuerdan de reservar la cancha a tiempo.
Aunque los contratos llamados minijobs hayan sido muy criticados por ser una punta de lanza para abaratar el salario y disminuir las prestaciones sociales, existen algunos sectores de la sociedad, como los estudiantes, a los que esta forma de contrato ofrece muchas ventajas.
Con un 'minijob' y ganando hasta un límite de 450 euros mensuales no se pagan impuestos y se puede seguir recibiendo la subvención del Estado para estudiar
Con un minijob y ganando hasta un límite de 450 euros mensuales no se pagan impuestos y se puede seguir recibiendo la subvención del Estado (BAföG) sin problemas. Si el estudiante gana más de 450, necesitará un número de identificación fiscal y se le descontarán automáticamente los diferentes impuestos y seguros del salario, cuantía que normalmente recuperará tras hacer la declaración de la renta a final de año. Además, a no ser que alegue razones concretas y de peso por las que necesita cubrir gastos más elevados, el sindicato de estudiantes volverá a evaluar su situación y, probablemente, a descontar una parte proporcional de la beca.
La nueva ley sobre el salario mínimo, que entró en vigor el 1 de enero de 2015, estableció un límite de 8,50 euros la hora. Una norma que las empresas deben aplicar tanto a los minijobs como a las prácticas superiores a 3 meses de duración. Lo que significa en la práctica que un estudiante deberá invertir unas 13 horas semanales en trabajar para alcanzar los 450 euros netos mensuales.
Formación dual universitaria: un sueldo para estudiar
Patrick trabaja en el área de desarrollo de uno de los mayores fabricantes de electrodomésticos alemanes. La misma empresa que había invertido en él cubriendo todos sus gastos durante tres años y medio le ofreció un contrato nada más terminar la carrera: dos años con posibilidad de ser renovado.
Un becario con jornada laboral completa, de ocho horas al día, y un contrato de prácticas voluntario recibe alrededor de 1.360 euros brutos al mes
Aunque pueda parecerlo, el de este muniqués de 26 años no es un caso excepcional. Sobre todo en las carreras de Ingeniería o Informática --es su caso--, y tras un proceso de selección de la propia compañía, existen cada vez más promociones de jóvenes que combinan el grado universitario con varias prácticas en dicha empresa. Los estudiantes viven, por un lado, en el mundo laboral con colegas, clientes y procesos reales, y por otro lado reciben una formación teórica con un plan de estudios fijo, exámenes al final del semestre y trabajos escritos.
Las prácticas y el estudio se alternan de forma periódica, y durante la carrera, los estudiantes perciben una retribución por parte de la empresa que comienza, como en el caso de Patrick, con unos 300 euros de media al mes, y termina cumpliendo en los últimos semestres el estándar del sueldo mínimo, con alrededor de 1.300 euros mensuales para el bolsillo del joven.
El 90% de los estudiantes de la formación dual son empleados por empresas tras sus estudios. Hay algunas compañías que incluso se comprometen desde el comienzo a ofrecerles un puesto de trabajo durante un cierto periodo de tiempo, tras haber finalizado la carrera. Este es el caso de Patrick.
Primer empleo: sin encadenar prácticas
El sueldo mínimo interprofesional establecido por ley, junto con la gran disposición a moverse dentro del país germano por parte de los jóvenes, tras haberse desplazado ya durante la carrera, son dos condiciones de partida que ayudan a mejorar la calidad de la entrada en el mercado laboral de los universitarios.
Un becario con jornada laboral completa, de ocho horas al día, y un contrato de prácticas voluntario, es decir, no obligatorio dentro de su carrera, recibe alrededor de 1.360 euros brutos al mes. Pero cabe destacar que las empresas alemanas, al menos la mayoría adscrita al ranking y al sello Fair-Company, se niegan a aceptar a quienes no están matriculados en la universidad. Aunque a veces esto obstaculice la entrada de personas con la carrera terminada, según los últimos datos de la Oficina de Empleo alemana, cerca del 90% de los recién graduados encuentra un trabajo indefinido en el país, a corto o medio plazo.
Al cumplir 19 años y terminar el bachillerato, Andreas decidió mudarse a Berlín para cuidar de niños discapacitados jugando con ellos. “Esos meses cambiaron radicalmente toda mi perspectiva y mi forma de ser”. Lo que al principio entendió como una buena excusa para huir a la gran ciudad, a dos horas en...
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Laura Alzola Kirschgens
Reportera e investigadora. Migración, educación, discurso y cambio social. Múnich, Hamburgo y ahora, Barcelona. Periodista. Máster en Inmigración por la Pompeu Fabra. Extranjera, como lo son todos en algún lugar
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