Dos campesinas trabajando sobre la nieve (1890).
VAN GOGHEn CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
La misma semana en la que, según Bloomberg, Goldman Sachs se plantea la eficiencia del capitalismo, The New Yorker abre su sección de cultura tratando de pinchar otra burbuja: la del mercado del arte para millonarios. Lo hace con la historia de Yves Bouvier, transportista y dueño de grandes naves de almacenamiento en Ginebra. Especializado en custodiar toda suerte de obras, desde lienzos de Picasso hasta esculturas realizadas con mantequilla, decidió convertirse, también, en mercader.
El suizo intercambió óleos de Van Gogh, Gauguin, Klimt y hasta Da Vinci, y la confidencialidad de los tratos firmados le permitió quedarse con decenas de millones de euros en cada compra y venta: también junto a sus clientes de confianza, que durante años pensaron que estaban adquiriendo las obras a un gran precio, dado que con Bouvier se ahorraban otros intermediarios.
Porque la cultura es para las masas, o al menos eso piensa la Shakespeare Globe, la compañía contemporánea de teatro que retoma la tradición de la escena isabelina y que ha dejado, por unas jornadas, la elegante bóveda de su auditorio en Londres. El grupo ha marchado hasta el campamento de refugiados de Calais, donde ha actuado al aire libre, y gracias a un escenario improvisado con sábanas y palés de madera, ha interpretado Hamlet frente a los exiliados sirios. The Guardian, aparte de contarnos la historia, le dedica una fotogalería.
Aunque compondría un gran gesto de cristiandad, el coqueteo del Papa Francisco con el mundo de la interpretación anunciado por el Independent no está confirmado por el Vaticano e, incluso, figura como desmentido en algunos diarios. De la película a la que hace referencia la cabecera inglesa, Beyond the Sun, no hay ni rastro en IMDb. Que también periódicos como El Mundo hayan dado credibilidad a esta historia es razonable, si recordamos el disco que lanzó la Iglesia católica el otoño pasado, y en el que los discursos de Francisco se mezclaban con música rock.
Más terrenal es el reciente homenaje a Le Mépris (1963), la célebre obra de Godard, que el diario Le Monde ha ido a ver a la filmoteca francesa y cuyo soliloquio, en esta ocasión, trata sobre la precariedad en la vida laboral de los jóvenes. Para esquivar que estos inviertan su poco dinero en lo que no deben, la curiosa lista del Independent revela qué sustancias consumen en realidad los actores cuando sus personajes se drogan. Son cigarrillos de hierbas, en lugar de tabaco, y leche en polvo y levadura, y hasta vitamina B, en las veces de la cocaína.
En la antesala de los Goya y de los Oscar, Jot Down se interesa por los intérpretes que, también galadornados por la Academia norteamericana, eligieron sin demasiado tino algunos papeles que giraron sus carreras. Allí podemos votar por Renée Zellweger, Nicolas Cage, Geena Davis o John Cusack. Quién sabe si será el destino de quienes aparezcan en la tercera temporada de Twin Peaks, con la que David Lynch retomará la historia que dejó anclada en 1990. El Independent clamaba, esta semana, que Naomi Watts se incorporará a un reparto en el que también figuran otros habituales del autor, como Laura Dern o Kyle MacLachlan.
Y si los activistas de Anonymous, según Le Monde, son los caballeros del siglo XXI, tal vez, como cuenta Yorokobu, detrás de Mario Benedetti se escondiera un profesor de publicidad adelantado a su tiempo. Algo así le ocurriría a Emilia Pardo Bazán, que creyó que sus ensayos sobre feminismo encontrarían buena acogida en España. Al ver que no fue así, y como ilustra la dibujante Buba Viedma en esta misma revista, se pasó a las recetas de cocina.
Quizá tampoco el Bosco pudiera intuir, allá por el siglo XVI, la historia recogida por Le Monde: una de sus obras viajaría desde las manos de un coleccionista de arte –sí, como aquellos que comerciaban con Bouvier–, hasta los desvanes de un museo de Kansas. Y allí ha aparecido, a principios de febrero, y solo unos días antes de la retrospectiva con la que su ciudad natal, Bolduque, conmemora los cinco siglos que han pasado desde su muerte. Allí permanecerá el trabajo, a la vista de quienes quieran verlo, y bien alejado de las manos de los marchantes.
La misma semana en la que, según Bloomberg, Goldman Sachs se plantea la eficiencia del capitalismo, The New Yorker abre su sección de...
Autor >
Francisco Pastor
Publiqué un libro muy, muy aburrido. En la ficción escribí para el 'Crónica' y soñé con Mulholland Drive.
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí