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Semana mangui para el periodismo catalán. Suponiendo que exista. Sobre su no existencia: el periodismo, snif, es un objeto ciudadano. Ciudadano, es decir, de ciudad, no de C’s –objeto político-periodístico local que posiblemente es todo lo contrario, también, a una ciudad/es otra vía hacia la aldea de cabreros, aquella que se inventó Gil de Biedma para defenderse de los boinazos-. Anyway. Cuando un periodismo deja de pertenecer a esa escuela ética y estética que es su ciudad, y le da por explicar y ordenar cosas más amplias, como naciones u otros retratos robots, generalmente mete las dos patas en el tiesto. Ahora que lo pienso, este breve párrafo igual es una historia abreviada del periodismo madrileño de las últimas décadas, y del periodismo barcelonés de los últimos años. Por lo que les aconsejo que salten al próximo párrafo. Es tan bueno que empieza con la palabra bueno.
Bueno. Les decía que era una semana mangui para el periodismo catalán. La razón: esta semana lo humano y lo divino jugaba en otra Liga. La información ha girado en torno a la trama valenciana, otra vía al 3% que, por eso mismo, ha tendido a ser aplazada por nuestros muñoxmolinettes locales, no sea que a alguien le diera por extrapolar. El otro tema semanal ha sido la cosa pactos de legislatura, una disciplina lejana, dada a la melancolía. En otros tiempos, snif, CDC brilló en esa especialidad deportiva con luz propia. Hoy en día, no ya para brillar, sino para que no le corten la luz (la propia y la otra), CDC debe de buscarse la vida, actividad que rellena sus días desde 2012, sí, pero que cada día le resulta más difícil. Esta semana, verbigracia, ha llenado la caja vacía –Trade-mark de Ferlosio: un diario/la información es una caja vacía, que cada día se llena; para seguir vacía–, con artesanía, ante la imposibilidad de llenarla de otra cosa. Así, el egregio rotativo El Punt-Avui ha colado en dos días una entrevista a los dos últimos Presis de la Gene –bueno, no era una entrevista ad-hoc; era una entrevista para su canal televisivo, rodada en el restaurant 7 Portes, el segundo más antiguo de Barcelona, sito en un edificio y en un local del XIX, con vestigios de simbología masónica; datos que, ahora que lo pienso, dan igual–. La entrevista tiene un doble interés. Por una parte a) tiene el morbo de ser emitida por un diario propiedad del propietario/el mentor político de Puigmdemont. Y que, b), permite ver a los dos Presis en acción.
En ese sentido, el diario debería regalar un jamón –o un fuet, si nos ponemos telúricos–, al lector que encuentre las 8 diferencias entre un Presi y otro. A mi, después de dos lecturas, sólo me sale una: Mas está más encendido que un mechero. Como todo el mundo cuando se muere, está cabreado, y sigue viviendo a piñón fijo con ese cabreo tras los primeros instantes de su muerte. Mas, en ese sentido, es hoy una suerte de remake de El Sexto Sentido con patas. Dos, por cierto y por otra parte. Otros servicios que ofrece la entrevista: reparto de consignas, marcos y cosmovisiones a los profesionales de la Bruc-nete –como la Mediática Brunete, pero en catalán; queda gracioso–. Les copio los resaltados. En una cultura de la declaración, a fin de cuentas, las declaraciones son lo único que cuenta. En la vida no. Una declaración en la vida real no vale un pito. Las promesas de amor, incluso, mucho menos. Júpiter se ríe de las promesas de los amantes, etc. Bueno. Los resaltados –el catalán es una lengua latina y, por tanto, fácil de discernir entre hablantes latinos; si no es el caso, recuerden que google translator es el amigo del hombre; y de las señoras–:
No sóc donat al vertigen, les vacil·lacions temorenques no van amb la meva biografia.
Hi ha hagut un esforç per arribar a un acord. Estic segur que la CUP serà lleial a allò que ha signat.
Tenia un cert temor per la trucada, perquè estava instal·lat en una zona de confort a l'alcaldia de Girona.
Jo vaig fundar la JNC a Girona l'any 1981. El model de Convergència em representa molt bé.
Jo no treballo per una pròrroga del pressupost. Seria llançar la tovallola abans d'hora.
Damunt la taula només hi ha una alternativa, que és la que fa el govern de Catalunya.
En el debat parlamentari, vaig intentar que quedés clar que al davant no hi tenien un holograma.
He vingut a fer una feina que no té continuïtat. La propera etapa demanarà nous perfils.
Mas té una feina molt important a fer. És un gran actiu tant internament com externament.
La nostra agenda política no la dicta ni el mercat, ni l'àmbit econòmic ni el carrer combatiu.
Dir que això no representa un enrenou familiar seria mentir.
El rei està atrapat en el seu rol. Podria haver tingut una exquisida neutralitat i no ha estat així.
Dues vegades m'ha impedit ser president el tripartit i l'última ha estat la meitat de la CUP.
Jo no formo part d'aquesta elit, especialment de l'elit econòmica, però és clar que el procés els incomoda.
Era el personatge més perseguit del gran poder de l'Estat. Em volien tallar el cap. Han trobat l'aliança en la meitat de la CUP.
Tenen raó que amb els vots no és suficient per arribar al final. Però sí per anar avançant.
Vaig intentar escoltar un clam molt majoritari del país que no s'havia escoltat des de feia molts anys.
L'Estat espanyol només té un projecte: desballestar i residualitzar Catalunya.
Jo tenia moltes raons personals per deixar el càrrec i alguna s'ha conegut aquests dies.
Convergència ha estat objecte d'atacs i gelosies i ha tingut el desgast de molts anys de govern.
Segurament Anna Gabriel ha demostrat més ganes de tenir un càrrec que jo mateix.
Ningú s'empassa que un govern té estabilitat parlamentària si presenta la primera llei i la hi tomben.
Porto l'acord de la CUP sempre a sobre. Han de fer honor a aquest compromís, que és solemne.
No necessàriament em tornaré a presentar, però tampoc he de complir el compromís de retirar-me.
Puede parecer un sistema cutre de emitir consignas. Pero la Brucnete, en ese sentido, es como la Brunete. Funciona. Es un sistema vertical de transmitir mensajes de manera efectiva. Incluso, de seleccionarlos y de potenciarlos. En ese sentido, es preciso señalar que la Brucnete ha potenciado en sus reproducciones la cosa darle a la CUP, que es de goma.
Volviendo a la entrevista original de los dos Presis / compendio de posturas de ambos Presis / el Presi-sutra, se desprende que hay una lucha encarnizada por demostrar que la CUP pringó con su pacto. Y que debería seguir pringando. De lo que se desprende que, tal vez, eso no es así, y que la estabilidad gubernamental es una fantasía patria. Lo que sería una buena noticia para el Govern. Las fantasías patrias, españolas o, como es el caso, catalanas, son las únicas que por aquí abajo tienen estatus de realidad. A pesar de que la realidad les dé para el pelo. Ejemplo: en lo que es una alarma para el maravilloso país de la fantasía, esta semana, la Consellera Neus Munté ha tenido un desliz, consistente en reconocer que no hay ningún plan ni recorrido para el Procés2.0. O, lo que es lo mismo, que la Declaración del 9N es sólo “una declaración de intenciones” –como yo cuando digo que voy a dejar de fumar–, y que la “unilateralidad” –el punto de interés, la novedad de la declaración parlamentaria del 9N, una posible evolución de un tema que no evoluciona desde que se le presentó, en 2012–, es algo “que no aparece en la declaración del 9N”, con un par.
No es extraño, por tanto, que Mas y Puigdemont repartan consignas a diestro y siniestro. La Brucnete, desde el pacto con CUP, y a pesar de un primer momento de euforia, está pocha. Carece de la capacidad para fabricar y alargar algo que necesita el Govern que la paga: días históricos y la capacidad de marcar ritmo en un Procés inactivo, en términos reales y de movimiento, desde su nacimiento. Desde entonces/el pacto con CUP, se dedica a pasar la consigna, al parecer, de guardia: esto va a ir lento, que no acaba en 18 meses, y que la República está más lejos de lo que la NASA Catalana –es decir, ellos– calcularon en un principio. Esta semana, de hecho, la Brucnete no han justificado su sueldo. Han escrito sobre Ada Colau, y la payasada feminista, hippy y de mal gusto que prevén para la próxima semana, cuando el nuevo Ajuntament de Barcelona presente a la ciudad su Carnaval. Nota: la Brucnete se parece a la Brunete en todo, salvo en algunos preciosismos. Por ejemplo, no la lía con los reyes magos, que queda como poco laico, sino con su Carnaval.
Por lo demás, y mientas dure esta ausencia de asideros en lo real para elaborar propaganda, la Brucnete lo tiene mal con la que está cayendo. Laqueestácayendo, concepto: a) un Govern que no acaba de diferenciarse de un Frente Nacional en más ocasiones de lo previsto. Esta semana, incluso los medios afines, se han visto obligados en notificar, sin brutalidad, la última brutalidad gubernamental, consistente en proponer el pago de una Renta Mínima de Inserción –esas cosas que te da(ba) el Estado cuando la pasabas canutas–, a candidatos que demuestren conocimientos de catalán. Cuando el Estado, en fin, reclama conocimiento de la lengua que más le gusta –catalán, castellano, francés, inglés– a cambio de una ayuda, es que sólo quiere ayudar a rostros pálidos.
También está cayendo, b), se está produciendo en lo cotidiano lo contrario a la desconexión ésa que nos prometió el Govern –ya saben, en 18 meses, es decir, en el tiempo que decida el Govern, Catalunya se desconectará del Estado; desconexión es una palabra chula; de hecho, evita decir independencia, que es la desconexión real en el mundo de los adultos, mundo del que nos alejamos paulatinamente, por otra parte–. Verbigracia: esta semana se ha producido en Catalunya la primera aplicación y uso de la Ley Mordaza. No la ha aplicado el Gobierno del que el Govern se quiere desconectar echando leches, para proteger el Bienestar y la Libertad, sino el Govern. Y, más concretamente, su poli.
Bueno. Sinopsis: Mala semana para la Brucnete. Semana radiante para el humor. No se pierdan, en ese sentido, el último Pòlonia. Y, más concretamente, el gag que empieza en el minuto 12:07.
Semana mangui para el periodismo catalán. Suponiendo que exista. Sobre su no existencia: el periodismo, snif, es un objeto ciudadano. Ciudadano, es decir, de ciudad, no de C’s –objeto político-periodístico local que posiblemente es todo lo contrario, también, a una ciudad/es otra vía hacia la aldea de cabreros,...
Autor >
Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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