Diversos autores, actores, artistas e ilustradores de Madrid y Barcelona han hecho público este manifiesto, con el que quieren visualizar el abuso cometido contra los dos titiriteros y, en general, sobre el absurdo y abuso que supone el encarcelamiento de dos titiriteros.

Puede adherirse aquí. En el sitio, y en @FicSinFianza también encontrarán material gráfico diseñado por lo más granado del oficio, disponible para su difusión.

MANIFIESTO

El encarcelamiento de dos titiriteros es un hecho lamentable. Lo lamentable, como ya habrán adivinado, es que nos parece poco. Queremos que se les torture y, posteriormente, se les queme en una plaza. Pedimos --o mejor, exigimos--, la detención de sus títeres --un muñeco al que le metes la mano por el culo y no grita, es que le gusta. Es más, también se tendría que reducir y detener a otros personajes de ficción que no entienden la diferencia entre libertad y libertinaje. Hablamos, ya lo habrán supuesto, de la Bella Durmiente --esa mujer que duerme en horas lectivas--. De Superman --va con los calzoncillos por fuera y nunca ha condenado a ETA; ¿casualidad?--. De Mickey -nos pongamos como nos pongamos, una rata-. De Pinoccio -pura degeneración: le aumenta el tamaño de uno de sus apéndices al hablar con un hada-. Del Druida de Asterix -una invitación a los niños y niñas para que cocinen su propio meta-. De Tintin -desafiando toda normativa comunitaria, siempre va con Milú suelto-. Del Lobo Feroz -un suplantador-. De Darth Vader -sólo hay que escucharle respirar: es un fumador compulsivo-.

Queremos la detención de Ulises, ese mentiroso, del tal Homero, que siempre va ciego. De Aristófanes, que se rió de las autoridades atenienses. De Ovidio -un salido, siempre pensando en lo mismo-, de Cervantes -pudiendo escribir como Muñoz Molina, va por ahí sembrando derrotismo-. De Shakespeare  -escribió "y todo en guerra con el tiempo por tu amor", y no "el IBEX cae por la ausencia de estabilidad"-. De Natasha Rostova, que raya hasta a un muerto, siempre dudando. De Valle-Inclán, ese alegato contra la monarquía que tanto ha hecho por nosotros; de Margarita, ese personaje de Bulgakov que no está a la altura de los desafíos de su época. Queremos también, ya puestos, que se pelen a Bulgakov. No, aún más. Queremos que detengan a todo el mundo que escribe cosas que no existen, o que molestan. Queremos que se ilegalice la ficción. Que se proscriba. Que, en beneficio de una sociedad mejor, desaparezca de una vez por todas. Por eso felicitamos, de todo corazón, a las autoridades españolas que han facilitado la reclusión de ese par de peligrosos titiriteros. Adelante, vosotros nos señaláis el camino.