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Andaba atascado, muy atascado el Atleti ante el Eibar cuando Óliver Torres saltó al campo en el minuto 59. Es cierto que acababa de conseguir el empate gracias a un cabezazo de Giménez aprovechando una jugada a balón parado, pero el equipo se mostraba impotente para imponerse a través del juego a los armeros. Sin embargo, a raíz de la salida del extremeño comenzó otro partido. El que quiso él. Donde había oscuridad apareció la luz, bajó el balón al suelo y se empezó a ver fútbol. Quiebro por aquí, amago por allá, giro sobre sí mismo para deshacerse de dos rivales, pase en corto, pase en largo… y entonces volvimos a darnos cuenta de lo importante que puede llegar a ser para este equipo.
Fue en ese momento también cuando muchos aficionados rojiblancos respiraron aliviados al pensar que a estas alturas Óliver podía estar vestido de amarillo, aprendiendo sus primeras palabras en alemán y haciéndose fotos con los famosos pantalones cortos de cuero teutones, en vez de retratarse vestido de tigre en el carnaval de su localidad. Y es que el Borussia Dortmund quiso llevárselo en este pasado mercado de invierno. Fueron los más interesados pero no los únicos. De hecho, el representante del jugador estuvo en las oficinas del Calderón para trasladar hasta tres ofertas que incluían todas las posibilidades: cesión, cesión con opción de compra y traspaso puro y duro. Viendo que últimamente no disponía de oportunidades y que incluso se quedaba fuera de las convocatorias en varios partidos, el centrocampista llegó a pensar que era mejor probar suerte en otro sitio.
Es cierto que empezó la temporada teniendo la confianza de Simeone, siendo titular en siete de los nueve primeros partidos oficiales, pero sus prestaciones no debieron convencer al técnico y Óliver fue teniendo cada vez menos protagonismo. Hasta el punto de que en los últimos dos meses y medio ha disputado únicamente 116 minutos en tres partidos de Liga, siendo titular en tan sólo uno de ellos. Ahora mismo es el decimocuarto jugador de la plantilla en minutos. De hecho, en el mes de enero se quedó hasta en cuatro ocasiones sin ser citado. A lo largo de la campaña ha habido nueve partidos en los que, por no ser convocado o por quedarse en el banquillo, no ha disputado ni un minuto.
El canterano sopesó aceptar alguna de las ofertas que recibió en el mercado de invierno ante la falta de minutos en el último mes pero el club no le dejó marchar
Sin embargo, ya fuera porque en los despachos y en el cuerpo técnico le siguen viendo como un valor de futuro del que no hay que desprenderse, porque aún no se sabe si el Atleti va a poder fichar el próximo verano debido a la sanción de la FIFA --ahora mismo suspendida cautelarmente--, o porque unos días antes se lesionó Augusto volviendo a dejar el centro del campo algo mermado de efectivos, lo cierto es que el representante salió del Calderón con la negativa de los responsables del club a cualquiera de las opciones propuestas. Sabiendo ya que, al menos, va a estar hasta final de temporada, si China no lo impide de aquí al día 26 de febrero, la pregunta que muchos se hacen es cómo conjugar el estilo del Cholo con el de Óliver. ¿Es tan difícil casar uno con el otro? Si Arda pudo adaptarse y Griezmann también lo ha conseguido, ¿por qué no va a poder también él?
Dando ejemplo de estar a las duras y a las maduras, Simeone reconoció hace unos días que consideraba un fracaso personal el hecho de que Jackson no haya funcionado y que se haya ido del equipo. Con Óliver nos podemos encontrar ante otro caso similar. Ya sabemos que el jugador tiene que poner de su parte, esforzarse por dar en el campo lo que le pide el técnico e intentar ser más regular en sus actuaciones. Pero, sin cambiar su idea de fútbol, como también dejó claro que no lo iba a hacer, el Cholo debe hacer todo lo posible para que este jugador se integre dentro del esquema potenciando sus virtudes. Por edad, cualidades, por haber salido de la cantera, seguramente sería un error mayor perder por el camino a Oli que al delantero colombiano.
Empezó siendo titular pero poco a poco fue perdiendo protagonismo. Ahora es el decimocuarto jugador en minutos disputados y se ha quedado sin jugar en nueve partidos
De las cualidades técnicas de Óliver no duda nadie: es uno de los centrocampistas del equipo mejor dotados --por no decir el mejor-- para dar claridad al juego ofensivo. Teniendo ya lo más difícil de encontrar, el talento, se trata de sacarle el mayor rendimiento posible a un futbolista que puede ofrecer mucho al juego del equipo. En los últimos encuentros, especialmente en casa, al Atleti le está costando muchísimo imponer su ritmo, desarbolar a los rivales y crear ocasiones. Y Óliver puede ayudar mucho en esa parcela, como se vio ante el Eibar. Ya sabemos que a Simeone le gusta ponerle de interior derecho, que quizá no es la mejor posición para que pueda explotar todo el fútbol que lleva dentro, pero con un mínimo de libertad para poder abarcar más terreno y conectar con los puntas, puede ofrecer mucho más.
A Óliver hay que exigirle, claro que sí. Él sabe que con Simeone en el banquillo el Atleti no se adapta a ningún jugador, sino que debe ser al revés. Tiene que hacer el esfuerzo por jugar siempre con la intensidad, la motivación y la personalidad que lo hizo ante el Eibar. La competencia es alta y el Cholo no se casa con nadie. Para entrar en el once inicial hay que quitar a alguien y su competencia directa la encontramos en Koke, Carrasco y Saúl. El primero, pese a no estar en su mejor momento, es fundamental para el técnico, y los otros dos son de los jugadores más en forma de la plantilla. Puede que Óliver no haya hecho los méritos suficientes aún para ocupar un sitio de titular en el equipo de forma continuada, pero quizá pueda tener más protagonismo en esta última etapa de la temporada.
Ante el Eibar demostró que puede aportar mucho en ataque, especialmente en encuentros donde se necesite más control del juego e imaginación para romper defensas
Debemos tener en cuenta que estamos hablando de un chico de apenas 21 años que debe seguir aprendiendo y progresando, pero cuando está Óliver en el césped sabes que en cualquier momento puede crear algo positivo para el equipo. Todo es menos previsible en el juego rojiblanco. También es verdad que no es lo mismo salir desde el banquillo con los rivales ya cansados que desde el inicio, algo que ya se ha comprobado últimamente en varios jugadores. Correa o Thomas no han lucido tanto cuando han jugado de inicio que cuando han salido en la segunda parte, igual que Óliver el otro día. Aun así, él está capacitado para ser mucho más que un revulsivo o una solución de urgencia.
Que el Atleti de Simeone ha llegado hasta donde ha llegado sin Óliver es tan incuestionable como también que sería un error no intentar por todos los medios que triunfe uno de los mayores talentos que ha dado la cantera atlética en los últimos años. ¿Se imaginan lo que le pedirían al Atleti si fuera al mercado a intentar conseguir un jugador de su perfil? ¿Para que buscar fuera lo que ya tienes en casa? La paciencia en el fútbol suele ser una gran virtud, sobre todo en apuestas donde hay tan poco que perder como es en este caso.
Los Torres hicieron que el otro día la gente saliera del Calderón contenta e ilusionada en una tarde que había empezado muy torcida. Tanto Fernando como Óliver, tras pasar momentos difíciles en los últimos meses, pueden ser dos piezas importantes para lo que viene por delante. Argumentos tienen ambos en su cabeza y en sus botas para que así sea.
Andaba atascado, muy atascado el Atleti ante el Eibar cuando Óliver Torres saltó al campo en el minuto 59. Es cierto que acababa de conseguir el empate gracias a un cabezazo de Giménez aprovechando una jugada a balón parado, pero el equipo se mostraba impotente para imponerse a través del juego a los armeros. Sin...
Autor >
Ricardo Uribarri
Periodista. Empezó a cubrir la información del Atleti hace más de 20 años y ha pasado por medios como Claro, Radio 16, Época, Vía Digital, Marca y Bez. Actualmente colabora con XL Semanal y se quita el mono de micrófono en Onda Madrid.
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