Análisis
De divorcios y herencias: las finanzas de las millonarias españolas
Javier Santacruz Cano 24/02/2016
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Los ricos son perejil para cualquier salsa, y los periódicos han prestado recurrentemente atención a la forma que tienen de invertir como posible guía para las decisiones de sus lectores. Y suele pensarse que seguir su conducta nos llevará a conseguir lo mismo. Pero es más probable que suceda lo contrario y que siguiendo las inversiones publicitadas uno termine con unos cuantos euros menos en el bolsillo y unas minusvalías importantes en su cartera.
En este sentido, el comportamiento de las millonarias patrias es aún más diferente. Para empezar, porque depende de si su riqueza ha sido sobrevenida, heredada o trabajada a lo largo de su vida. Esto condiciona (y mucho) la forma de invertir y la tolerancia frente al riesgo que uno tiene, incluso cuando uno mismo no se dedica a la gestión sino que lo hace un equipo profesional.
Tanto el perfil inversor como los resultados obtenidos los podemos ver a través de las SICAV o vehículos inversores de estas grandes fortunas femeninas cuyos datos son totalmente públicos y registrados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) todos los trimestres en que tienen que presentar cuentas. Concretamente, los datos que aquí se ofrecen son de cierre de septiembre.
Las fortunas sobrevenidas
En un primer bloque se sitúan fortunas como la de la “sobrina díscola” de El Corte Inglés (Carlota Areces), Carmen Godia, Felipa Jove o Sandra Ortega, la hija del fundador de Inditex. En este sentido, encontramos dos grupos perfectamente diferenciados. Por un lado, aquellas que han hecho bastante poco por conseguir el dinero pero que sí se encargan de “conservarlo” gastándolo básicamente. Más allá de ensoñaciones como la de que El Corte Inglés vale 20.000 millones de euros, Carlota Areces poco ha hecho por una firma que poco a poco va internacionalizándose y de la que ha terminado siendo expulsada de su Consejo.
Tras la muerte del sobrino del fundador, Isidoro Álvarez, las tensiones entre la familia fueron en aumento hasta que Carlota Areces (representante de la corporación familiar Ceslar) aseguró que el nuevo presidente, Dimas Gimeno, había malvendido un 10% de la compañía a la Familia Real de Catar. Parece que Areces no se conforma con los 1.000 millones que vale su participación.
Por otro lado, en otro orden de más glamour se encuentran las hermanas Godia, hijas del primer piloto de Fórmula 1 que hubo en España y cuyo patrimonio conservaban en una Fundación que ahora está alquilada a la Fundación Mapfre en el madrileño Paseo de Recoletos. En este momento, con un tren de vida extraordinario y severos problemas con el Fisco, la hermana “mecenas” Liliana (tuvieron que hacer frente ella y su marido a una multa de Hacienda superior a 5 millones de euros) y sus otras hermanas accionistas de Abertis se colocan como las fortunas que más posiciones están perdiendo en los rankings incluso a pesar de los retornos cada vez mayores que da una empresa en expansión como es Abertis.
Por último vienen dos gallegas de cuna y cuya fortuna procede de dos ámbitos distintos. Felipa Jove es hija de Manuel Jove, el antiguo dueño de Fadesa, la constructora que vendió a Fernando Martín un minuto antes de que pinchara la burbuja inmobiliaria por 4.000 millones de euros. El manejo de la fortuna familiar se une a cosas como el coleccionismo de cuadros y el reflote de la firma de moda Caramelo, que salió recientemente de la suspensión de pagos.
En el caso de Sandra Ortega, la fortuna tiene un único origen (Amancio Ortega, el fundador y dueño de Inditex) pero dos vías: la de su padre y también la de su madre, la fallecida Rosalía Mera, que se quedó con una buena parte de la fortuna de Ortega en el momento de su divorcio. Inditex, siendo el mayor conglomerado del textil en España, poco tiene que temer ante herederos poco diligentes a los que no les interese mucho el negocio. Dada su enorme diversificación y la profesionalización de su gestión, la propiedad no es lo que más importa.
Hasta septiembre y en términos acumulados, sus inversiones están muy expuestas a renta fija (de media más del 60% de su cartera) y con gastos de gestión notablemente elevados que contribuyen a que la rentabilidad neta de costes sea negativa.
Este sesgo que antaño diríamos “conservador” no es tal a la vista de las extremas fluctuaciones que tiene la renta fija, menos “fija” que nunca. A pesar de que uno invierte 100 unidades monetarias y por ello recibe un interés denominado cupón normalmente fijo, las fluctuaciones del precio del bono (por encima o por debajo de 100) hacen que uno pueda ganar o perder dinero de una forma importante.
Aquí hay un segundo riesgo que ha hecho perder mucho dinero a fortunas españolas despegadas de la gestión: la aparición de gurús y dejarse llevar por las modas. Un caso paradigmático es Bernie Madoff, con quien mujeres como Rosalía Mera y las hermanas Koplowitz perdieron una suma nada despreciable de su patrimonio. Madoff, a través de un esquema piramidal, estafó cerca de 50.000 millones de dólares a clientes de medio mundo a principios de la crisis, entre los que se encontraban grandes fortunas y bancos.
Las fortunas “ganadas” y con herencias “bien empleadas”
En un segundo grupo, se encuentran aquellas fortunas que, a pesar de tener una posición sobrevenida, desarrollan una actividad profesional más o menos cercana al mundo empresarial. Es el caso de la presidenta del Banco Santander (Ana Patricia Botín), la presidenta de la embotelladora unificada de Coca-Cola (Sol Daurella) y Alicia Koplowitz. ¿Cuáles son las características esenciales de este grupo? Son inversoras más arriesgadas (más del 50% del capital está invertido en renta variable), con comisiones de gestión más bajas que en el primer grupo y con una base de inversiones más diversificada tanto sectorial como geográficamente.
Las fortunas femeninas más “ejecutivas” prefieren correr más riesgo. No les basta con hacer inversiones simplemente de conservación del patrimonio y caer en la maldición de las fortunas familiares, donde es muy difícil llegar a la tercera generación. Mayor riesgo les reporta mayor rentabilidad a partir de una gestión más enfocada a la banca privada de verdad: un gestor personal dedicado única y exclusivamente a un cliente.
Por último, encontramos rara avis como el caso de la presidenta de Prosegur (Helena Revoredo) o la esposa de Alberto Palatchi (Susana Gallardo), que han conocido desde el minuto uno el coste de ahorrar hasta alcanzar la fortuna actual. A diferencia de Revoredo (tomó los mandos de la empresa de su marido Herberto Gut a su muerte en 1997), Susana Gallardo sí viene de familia rica, la dueña de los laboratorios Almirall. La unión con su marido Alberto Palatchi, hijo de un comerciante turco que llegó a Barcelona, ha formado un grupo empresarial fuerte con su presencia en el consejo de Caixabank.
En estos casos, los porcentajes invertidos en renta variable son altos pero no tanto como en el segundo grupo y donde se preocupan más del coste que tiene la gestión, aparte de mantener colchones de liquidez de entre el 7% y el 10% del patrimonio bajo gestión. Por el contrario, no es habitual ver lazos familiares entre gestores y gestionados, cosa que sí ocurre con Revoredo: su nuera es hija del presidente de la gestora de su SICAV, Gesconsult.
Hay otras muchas fortunas femeninas en España, pero a estas todavía no les ha tocado su turno en listas como Forbes o los rankings que publica Bloomberg. En estos casos no estudiados a fondo, el denominador común es la discreción pero con un coste notable en términos de gestión.
No todo el mundo tiene acceso a formar una SICAV (el capital mínimo son 2.400.000 euros) o que lo que llaman “banca privada” en España no es tal o que no tenemos la misma capacidad de poner a “mariachis” o accionistas fantasma de las SICAV para cubrir el mínimo legal de 100 accionistas. Pero por muy pequeña que sea la fortuna, sí existe capacidad de comprar acciones de muchas de las SICAV que hemos analizado en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Por ejemplo, aquellos que confían en la gestión de Lierde –la SICAV de César Alierta, presidente de Telefónica– han ganado en sólo un año cerca de un 9% estando invertido casi en su totalidad en renta variable.
A la luz de estos datos, en suma, las féminas que han hecho fortuna a base de divorcios o herencias (o las dos cosas a la vez) tienen una probabilidad alta de ir desapareciendo de las listas de los más “ricos” a nivel mundial. Nadie sabe conservar el dinero mejor que aquél que sabe lo que cuesta ganarlo. Algunas de éstas parece que ya se han aplicado el cuento.
Los ricos son perejil para cualquier salsa, y los periódicos han prestado recurrentemente atención a la forma que tienen de invertir como posible guía para las decisiones de sus lectores. Y suele pensarse que seguir su conducta nos llevará a conseguir lo mismo. Pero es más probable que suceda lo...
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Javier Santacruz Cano
Es economista y socio de China Capital.
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