Cuarta entrega de esta revista de prensa que  simplemente recupera y propone algunos reportajes, análisis, crónicas o noticias de este planeta.

1. Barack Obama presentó el martes 23 de febrero un plan para cerrar Guantánamo. Había prometido que clausuraría este centro de detención tan sólo dos días después de jurar su cargo en su primer mandato. Hace ya siete años.

Amnistía Internacional y otras organizaciones de derechos humanos llevan 14 años –desde su inauguración en 2002, cuatro meses después de los atentados del 11-S– denunciando que en este no lugar se violan los derechos humanos. Detención arbitraria, detención secreta, tortura y otros malos tratos, entregas extraordinarias y juicios injustos son algunas de las categorías del catálogo de horrores de Guantánamo.

El plan de Obama incluye la “transferencia” (deportación, tal vez sería un término más adecuado) lo antes posible a terceros países de 35 detenidos. Son los que  tienen, desde hace años, permiso de las agencias de seguridad para salir de Guantánamo. En estos momentos aún continúan encerrados 91 sospechosos.

En el documento, que ya ha sido rechazado por los republicanos, mayoritarios tanto en el Congreso como en el Senado, puede leerse lo siguiente con respecto a las condiciones de transferencia:   

“Los Estados Unidos obtienen dos tipos de garantías por parte de un país de acogida: las garantías de seguridad (es decir, medidas para mitigar suficientemente la amenaza planteada por el detenido) y garantías de la integridad personal (es decir, las medidas para garantizar que la transferencia concuerda con la política de integridad personal del Gobierno de los EE.UU.)”.

Ahora bien, ¿qué ocurre con los “combatientes enemigos” una vez liberados y trasladados a otros países? Esta fue la pregunta que se hicieron los periodistas de Vice News que viajaron hasta Kazajistán para encontrarse con el tunecino Abdul Mohammed Rahman. Acusado de estar vinculado al Grupo Tunecino para el Combate y a Al Qaeda, cumplió una condena de 12 años en Guantánamo sin que hubiera cargos ni juicio. La exrepública soviética es ahora su nuevo hogar.

Por la base militar estadounidense ubicada en isla de Cuba han pasado cerca de 800 detenidos. El 85% de ellos ya han sido transferidos.  

2. Donald Trump ha arrasado en las primarias republicanas de Nevada. El multimillonario bocazas y racista obtuvo el 45,9% de los apoyos. Suma así otros 14 nuevos delegados, el doble que Marco Rubio, el preferido del partido. El neoyorquino del tupé imposible va en cabeza de la carrera por la nominación presidencial. Cuenta ya con 79 delegados para la Convención Republicana que se celebrará este verano y en la que se elige al que será el competidor conservador por el Despacho Oval.

Quienes no han debido votar por el neoyorquino en Nevada son los trabajadores de su hotel, Trump Hotel, los peores pagados de Las Vegas: tres dólares menos la hora que los asalariados de otros establecimientos hoteleros. A 1 de enero, el salario mínimo por hora en ese Estado estaba fijado en 8,25 dólares para aquellos a los que sus empleadores no cubriesen el seguro médico. Los empleados –empleadas en su mayoría, de origen centroamericano y mexicano– de Trump no cuentan ni con éste ni con el de jubilación.

Por ello, mientras el político se reunía con sus seguidores para celebrar su victoria en el hotel Treasure Island, propiedad de un amigo, un centenar de ellas se concentraban delante de su hotel para reclamar una cita con él.

La protesta estaba convocada por el sindicato Culinary Union, presente en el 98% de los establecimientos de la capital de los casinos. Entre ese 2% de hoteles en los que tienen representación se halla el Trump Hotel. Ningún comité ha podido crearse en él desde su apertura en 2008.

3. El martes 23 de febrero se cumplía el plazo dado por la prefectura del Pas de Calais para que los migrantes acampados en la zona sur de la Jungla se marcharan. El Estado había decidido reducir a la mitad el espacio de este poblado en el que miles de personas han ido viviendo en condiciones insalubres a lo largo de los últimos 14 años mientras esperaban poder cruzar el Canal de La Mancha para llegar al Reino Unido. Según los datos ofrecidos por Fabienne Buccio, la prefecta, el desalojo afectaría a entre 800 y 1.000 personas instaladas en tiendas de campañas o chabolas. Dos de las ONG presentes en Calais movilizaron a sus voluntarios para hacer un censo entre el 15 y el 18 de febrero. Sus cifras difieren de las oficiales:

- 3.455 personas viven allí, de las cuales 440 son menores.

- 293 menores no están con su familia y 90 de ellos tienen familiares cercanos en Gran Bretaña.

- El 96% de los migrantes viven cabañas y el 4% en tiendas.

Ocho organizaciones sociales y humanitarias recurrieron a la justicia para parar el desalojo. Argumentaron que la operación de desmantelamiento iba a llevarse a cabo sin ofrecer las alternativas adecuadas. Tiraron de cifras: 3.455 personas son más de tres veces lo barajado por el Estado.

A esto se sumó la firma de un manifiesto Calais, ¡los bulldozers no constituyen una política! por más de 250 personalidades y organizaciones. Pedían, entre otras demandas, parar el desalojo y una atención individualizada y respetuosa de los derechos humanos para las personas que viven en el poblado.

Este jueves 25 de febrero el Tribunal Administrativo de Lille ha rechazado el recurso presentado por las asociaciones. No está aún claro que pasará a partir de hora. El juez señalaba en su resolución que “el Estado se había comprometido en todo caso a una evacuación gradual”.

La dibujante Lisa Mandel y la socióloga Yasmine Bouagga decidieron un día viajar regularmente a Calais para contar mediante un cómic el día a día de estos migrantes y refugiados. El periódico Le Monde lleva publicando desde el 23 de febrero un blog llamado Les nouvelles de la jungle con las historias de estas tensas jornadas de espera.