“Del Pateti (de patético) de Madrid al #AupaAtleti: así se vivió el pase del equipo rojiblanco”. Ese fue el tuit de la cuenta oficial de Los Manolos TV, correspondiente al informativo de deportes que emite Cuatro durante la sobremesa. El tuit, desafortunado y faltón, fue borrado de la cuenta oficial del programa, según muchos aficionados, después de la reacción encolerizada de miles de hinchas colchoneros, que se sintieron agraviados.  Muchos atléticos contestaron a través de las redes sociales, argumentando que lo realmente “pateti” (de patético) es el informativo de deportes de Cuatro. Otros exigieron una disculpa pública a Los Manolos TV, sin éxito. Y la mayoría señalaba que esa ofensa en forma de tuit jamás habría sucedido si se hubiese tratado de Cristiano Ronaldo, el auténtico Superman del Manolismo. Huelga decir que, con  seguridad, Deportes Cuatro no tenía la intención de ofender a los aficionados del Atlético, porque en esa cadena de televisión, más allá de si el programa gusta más o menos, hay excelentes profesionales, respetuosos con todos los equipos y aficiones. Dicho eso, imaginen qué habría sucedido o qué escándalo no se habría montado si esa referencia desafortunada sobre el Atlético, al que se llama “Pateti” ( de patético), hubiese tenido lugar con los aficionados de Real Madrid o Barcelona. Imaginen que el autor del tuit hubiese afirmado algo así como “De la Farsa al #ForzaBarça: así se vivió el pase del equipo culé”, o “Del Trampas (de tramposo) de Madrid al “HalaMadrid: así se vivió el pase del equipo rojiblanco”. Se habría armado la marimorena. El Madrid no es ningún Trampas, ni el Barça es una Farsa, ni el Atlético es el Patético. Nunca un término despectivo, usado por los aficionados rivales, puede servir para describir los éxitos deportivos de un club. Jamás. Y es por ese preciso motivo por el que los aficionados del Atlético, que no son tantos como los de Real Madrid y Barça, merecían una disculpa pública, también en las redes sociales, por el agravio sufrido y por el trato de menosprecio gratuito. Seguro que se produce.

Más allá del desafortunado affaire de Deportes Cuatro en la Red, que a buen seguro tendrá una rectificación pública, conviene detenerse en Antena 3. Una empresa privada que, gastando su dinero, se hizo con la Champions y que estableció un criterio de emisiones que, compartido o disparatado, es el suyo. Antena 3 prometió “una Champions para todos”, garantizó que emitiría “los mejores partidos” y que “no privilegiaría a Madrid o Barça”, porque si había “un partido más interesante que el que jueguen Madrid o Barcelona, se dará, porque no hacerlo sería ir contra nuestros intereses". Aquello fue más falso que un euro de madera. Los seis encuentros emitidos fueron Madrid – Shakhtar, Barça-Bayer, Bate-Barça, Madrid-PSG, Barça-Roma y Madrid-Malmö. ¿Partidos televisados a Sevilla, Atlético y Valencia? Cero. Su dinero, sus reglas. Ni un solo pero. Ellos deciden qué ofrecen y qué les genera más audiencia. Eso sí, esa empresa faltó a su palabra, pasándose el interés de la competición por la entrepierna cuando apostó por emitir un Madrid-Malmö con todo decidido, en lugar de un interesante Benfica-Atlético con la primera plaza de grupo en juego. Ante tal atropello y frente a una mentira tan descarada, seguidores de Sevilla, Valencia o Atlético, al sentirse discriminados, expresaron sus quejas en las redes sociales.

En octavos y tras conocer los pormenores y fechas del sorteo, como Madrid, Barça y Atlético no coincidían en sus fechas, la cadena se animó a ofrecer el Atlético-PSV. Y por lo visto, los datos de audiencia han sido satisfactorios. Así lo aseguraba, henchido de orgullo, un tuit de la cuenta oficial de Atresmedia, la misma que mintió a los aficionados, al decir que si había un partido de más interés deportivo que otro, no privilegiarían a Madrid o Barça. El tuit decía así: “Los penaltis entre el Atlético de Madrid y el PSV Eindhoven arrasaron con 7.601.000 seguidores y el 39%, lo más visto del curso”. Tuvo picos de 8 millones de personas y fue, según diferentes fuentes, lo más visto de 2016. Probablemente esa cadena habría tenido más audiencia de haber jugado Madrid o Barcelona, pero lo único constatable es que batió todos los récords con un representante español que no fue ni blanco ni azulgrana. Madrid y Barça son minas de oro en cuanto a audiencia, pero sostener que Atlético, Valencia o Sevilla no tienen interés y no pueden dinamitar el share es mentir. El fútbol es emoción. Y cuanta más genera, más audiencia tiene. No sabe de colores, sólo de pasiones. Explota sentimientos y los multiplica en la televisión. Antena 3, como empresa privada, seguirá con el criterio que considere oportuno. Sólo faltaría. Eso sí, hoy, que presume de audiencias y de datos, es un día inmejorable para recordar a esa cadena que los aficionados del Atlético, esos a los que se engañó y discriminó en la fase de grupos, anoche se volcaron frente al televisor. Como el resto de españoles, quisieran que perdiera el Atlético o que ganase. El fútbol es emoción. Y eso genera audiencia, no al revés. Hoy, mientras Antena 3 saca pecho por sus inmejorables datos, los aficionados del Atlético, secundados por los de Sevilla y Valencia, tienen dibujada una sonrisa burlona. La que les ha pintado su equipo, ese que fue despreciado cuando se jugaba la primera plaza de grupo ante el Benfica, siendo sustituido por un apasionante Madrid-Malmö. Anoche, el Atleti, marginado por Antena 3, regaló a esa cadena la mejor audiencia del año. Moraleja: para poder presumir, aprende la lección y no vuelvas a mentir.