MEMORIA HISTÓRICA
Autorretrato inédito de la Brigada Lincoln
El Museo de Teruel muestra una exposición multimedia de Francesc Torres centrada en filmaciones desconocidas sobre la unidad de voluntarios estadounidenses
Luis Rajadel 23/03/2016
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El equipo de fotógrafos y camarógrafos de la Brigada Abraham Lincoln filmó entre 1937 y 1938 escenas que muestran el recorrido del batallón, que combatió al lado del ejército republicano durante la Guerra Civil desde Albacete, cuartel general de las Brigadas Internacionales, hasta destinos como Guadalajara, Teruel o el frente del Ebro. Las imágenes, que reflejan la vida en la retaguardia o los preparativos para entrar en combate, han permanecido inéditas en España hasta ahora.
El Museo Provincial de Teruel presenta desde el 15 de marzo al 18 de mayo la exposición Qué sabe la Historia de morderse las uñas, una instalación de Francesc Torres centrada en los 45 minutos de filmaciones sobre la Brigada Lincoln que localizó, casualmente, mientras trabajaba como profesor invitado de la Universidad de Nueva York, que guarda el Abraham Lincoln Brigada Archives (ALBA). En aquellas fechas, el jefe del grupo de fotógrafos y cámaras de la unidad de voluntarios estadounidenses, Harry Randall, entregó su archivo personal al ALBA, y Torres recuerda que se quedó “helado” al descubrir el valor histórico de aquellas escenas que permanecían ignoradas para el gran público.
El artista opina que quizá fueran materiales descartados de rodajes realizados para producir un documental o una película propagandística sobre la Brigada Lincoln que nunca llegó a estrenarse o de la que se perdió la pista en algún momento. Francesc Torres cree que su carácter de escenas sobrantes es la única explicación lógica para que Harry Randall, que dirigía un equipo de cuatro cámaras al servicio de la Brigada, se quedara con las películas hasta su muerte.
El audiovisual que constituye el eje central de la exposición que puede verse en el Museo de Teruel refleja “lo que ocurría en la Brigada Lincoln cuando no ocurría nada”. Torres añade que, “en contra de lo que pueda pensarse, las unidades combatientes no se pasaban todo el tiempo corriendo de un sitio para otro y pegando tiros, sino que la mayor parte del tiempo era de espera y entrenamiento”. Así, en la pantalla se puede ver cómo los voluntarios yanquis, en los prolegómenos de la decisiva Batalla del Ebro, ayudan a los campesinos del Priorato a cultivar las viñas plantadas en laderas empinadas, cómo se bañan en tranquilas pozas o incluso pasean alegremente con las chicas del lugar.
Hemingway posa ante la cámara acompañado de distintos mandos, entre ellos el general Walter, inmortalizado por el autor en Por quién doblan las campanas
En un entorno incomparablemente más duro, se ve también cómo los soldados norteamericanos al servicio de la República cavan trincheras en medio de la nieve y el hielo que cubren el paisaje de Teruel durante la batalla librada por el control de la ciudad entre finales de 1937 y principios de 1938.
En otro fragmento, se observa a cientos de brigadistas que suben a los trenes que les trasladarán desde Albacete a la Zona Centro, cómo ejecutan maniobras de despliegue o disparan su artillería. En las imágenes, aparece el escritor y cronista de guerra Ernest Hemingway durante una visita al centro de recuperación de los oficiales de la Brigada Lincoln en Ambite (Guadalajara). El futuro premio Nobel posa ante la cámara acompañado de distintos mandos, entre ellos el general Walter, inmortalizado por el propio Hemingway en Por quién doblan las campanas, así como la que sería la tercera esposa del novelista, Martha Gellhorn, también corresponsal en España.
En las imágenes tomadas por Randall y su equipo, los soldados reciben instrucción militar, desfilan, escriben cartas, leen o se asean a la espera del momento de entrar en acción. Raramente se les observa en acciones de combate e incluso cuando parece que nos encontramos en medio de una batalla se trata, en realidad, de entrenamientos o ensayos, según aclara Torres. Pero Qué sabe la Historia de morderse las uñas no es un documental sino una exposición de arte contemporáneo. El enigmático título está tomado de una frase de la novela El cero y el infinito, de Arthur Koestler, sobre las purgas estalinistas.
La filmación original está salpicada de imágenes actuales tomadas en los mismos escenarios donde se tomaron las escenas de guerra. Las ha grabado Francesc Torres, un artista multimedia de prestigio internacional nacido en Barcelona pero afincado en Nueva York. Incorpora a la proyección estampas que contrastan vivamente por su colorido y el ruido ambiental con las imágenes mudas en blanco y negro que captó Randall.
Fantasmas en un fondo tenebroso
Torres ha incorporado fragmentos audiovisuales de la plaza del Torico de Teruel –la misma que Harry Randall filmó en 1938 en medio de los combates–, de Ambite, de la vendimia en la Terra Alta (Tarragona) y de una cota cercana al Ebro donde, en 1938, se localizó una posición martilleada por la artillería rebelde. El artista explica que sus inserciones con secuencias del presente quieren provocar un “contrapunto” con las escenas documentales de la Brigada Lincoln, que ha dejado tal cual las encontró, sin ordenar cronológicamente, sin restaurar y sin corregir. Las imágenes tomadas durante la Guerra Civil no tienen sonido y algunos fragmentos están tan deteriorados que sus contenidos son casi indescifrables.
La aportación de Torres al original se ha limitado a incorporar, como banda sonora, la música de Conlon Nancarrow, un miembro de la Brigada Lincoln que se convertiría con los años en afamado compositor de vanguardia. Además, ha extraído y ampliado una serie de fotogramas que, aislados, presentan un aspecto sorprendente que pasa desapercibido durante la proyección del filme. “Aisladamente, son visualmente espectaculares”, dice el autor catalán.
Entre ellas, destaca un retrato de Marion Merryman, esposa de Robert Merryman, que fue comandante de la Brigada Lincoln. Otras reflejan distintas imágenes de Teruel en las que los civiles se difuminan como fantasmas en un fondo tenebroso. Una de las fotos murales muestra a un grupo de civiles que se aprovisiona de agua en un camión cisterna aparcado en la plaza del Torico momentos antes de que la llegada de la aviación franquista desbarate la escena. La exposición se completa con una pequeña muestra de materiales procedentes de la Guerra Civil recogidos sobre el terreno por el propio autor, entre los que figuran proyectiles, obuses, un casco y restos de latas de sardinas, uno de los alimentos básicos para los combatientes de ambos bandos.
Torres denuncia el abandono a la memoria de los gobiernos que ha habido en España desde la Transición
La combinación de documentales rodados durante la contienda con una presentación vanguardista atrae al Museo de Teruel a “un doble público”, según explica Anabel Herce, coordinadora de exposiciones de la institución cultural, filial de la Diputación Provincial. Herce aclara que, entre el auditorio que “abarrotó” el salón de actos durante la conferencia inaugural de Torres, figuraban por igual aficionados al arte moderno y ciudadanos interesados en conocer el pasado de la ciudad y, en concreto, la cruenta batalla de Teruel.
Entre las razones que explican cómo un material del máximo interés sobre la Guerra Civil como el que produjo la Brigada Lincoln ha estado olvidado durante más de tres cuartos de siglo, Torres señala la actitud “cobarde” de los gobiernos que ha habido en España desde la Transición, que no han trabajado por la recuperación de la memoria de la contienda y que han evitado “enfrentarse con el pasado y pasar página”.
“Es casi un hecho patológico que después de 80 años de la guerra no exista ningún museo ni institución pública dedicados a investigar y divulgar el acontecimiento más importante ocurrido en España durante el siglo XX. Lo poco que se hace es desde la iniciativa ciudadana y con muy pocos medios. Es una vergüenza”. El montaje que puede verse en Teruel es fruto del patrocinio del Wellesley College de Boston –un centro universitario entre cuyos alumnos más ilustres figura Hillary Clinton–, donde se mostró por primera vez en 2015.
Pero una vez abiertas las puertas del fondo filmográfico del ALBA al público español con la exposición en el Museo Provincial, la muestra sobre los materiales inéditos de la filmoteca de la Brigada Lincoln no se quedará en Teruel. Seguirá su camino por el país con las próximas paradas en Lérida y Vitoria.
El equipo de fotógrafos y camarógrafos de la Brigada Abraham Lincoln filmó entre 1937 y 1938 escenas que muestran el recorrido del batallón, que combatió al lado del...
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