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Marcelino guía al submarino amarillo

Analy'sport Traducción: Gabriel Méndez-Nicolas 11/05/2016

<p>Estado del Madrigal</p>

Estado del Madrigal

Wikipedia

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Villarreal, pequeña ciudad en la costa del mar Mediterráneo, forma parte de los mejores equipos españoles esta temporada a pesar de su relativo anonimato. Sin embargo, el club se sitúa en el primer tercio de la clasificación desde que subió de segunda división hace tres temporadas: es Marcelino el que propició la subida y el que está desde entonces en el banco.

El submarino amarillo está en buena posición para ser el primer equipo detrás del trío infernal Barcelona/ Atlético/ Real Madrid, a pesar de un verano muy movido en el que han perdido los cinco jugadores ofensivos que jugaron el año anterior (Vietto, Giovani, Uche, Moreno y Moi Gómez + Joel Campbell que había jugado una veintena de partidos).

Un reclutamiento numeroso viene a compensar esta oleada de partidas, con una idea clara a pesar de todo: conservar el 4-4-2 importante para su entrenador.

Vamos a comprobar en este artículo cómo Villarreal se construye alrededor de este 4-4-2, con las elecciones tácticas operadas por Marcelino y su impacto en el juego de su equipo.

¿Cuáles son sus referencias? 

A pesar de la imagen que circula en los medios, el Villarreal no es un equipo que juega, que ama tener el balón y que multiplica los pases cortos. En realidad, el equipo de Marcelino se pasa la mayoría del tiempo sin balón ya que presenta una posesión media de 47,1% en Liga.

Pero el Villarreal está satisfecho con esta situación dado que son particularmente eficaces cuando el adversario tiene el balón. Organizados con su 4-4-2, los hombres de Marcelino trabajan todos juntos para impedir la progresión adversa. Un trabajo que se hace con tres puntos de referencia: el balón, los compañeros y el espacio.

“Nuestros jugadores tienen 4 referencias: el balón, el espacio, el adversario y sus compañeros. Cada movimiento debe de estar ligado a estas referencias” – Arrigo Sacchi

El caso más simple de comprender es la orientación “jugador”, que se convierte en marcaje individual cuando se le empuja al extremo.

Tener al adversario como punto de referencia principal asegura una fuerte capacidad de asfixiar ya que los jugadores están siempre cerca de sus adversarios: el acceso es mínimo.

Sin embargo este enfoque es reactivo. Implica por lo tanto tener un tiempo de retraso, y puede generar situaciones en las cuales el bloque defensivo está completamente desorganizado.

Volvamos al Villarreal y a sus 4 referencias. Esto significa que un jugador del Villarreal, cuando el equipo no tiene el balón, no cuenta casi nada con la posición del adversario para elegir su posicionamiento en el terreno de juego. Este enfoque permite un control ideal de los espacios, sin arriesgarse a descubrirse en las zonas importantes respondiendo a los movimientos del adversario. Sin adaptarse al equipo contrario, el bloque puede interpretar su partitura. Sin embargo, este planteamiento es limitado a la hora de provocar el error en el equipo contrario. En efecto, lo único que le hace falta a este es salir de los espacios controlados para darse tiempo y espacio. Un bloque que defiende de esta manera tiene que tener mucha concentración y paciencia para cerrar los espacios esperando el error contrario.

Vemos en este ejemplo que los atacantes del Villarreal no adoptan su posición para impedir al adversario recibir el balón justo delante de ellos. Misma constatación unos segundos más tarde con los centrocampistas que dejan al adversario recibir y darse la vuelta justo delante de su línea. Sus movimientos hacia el adversario se limitan a situaciones donde este tiene el balón: porque es el balón la referencia, no el jugador.

Pocos equipos tienen un enfoque comparable al del Villarreal hoy en día. Si han leído el análisis detallado del Atlético de Madrid, se acordarán seguramente de que el equipo integra rápidamente esta cuarta referencia en su juego. Y esto es similar en la Ligue 1.

Estos tres equipos defienden básicamente con un 4-4-2 (como Villarreal) pero vemos que los jugadores toman como referencia al adversario. Esto no significa que solo tengan un adversario que vigilar (como en el marcaje individual), más bien que cambian su posicionamiento para responder al posicionamiento del adversario cuando este tiene el balón. Vemos en el último ejemplo un límite evocado anteriormente en esta elección, ya que los espacios en el bloque han sido creados por el centrocampista que sigue a su adversario.

 

Puesta en práctica

Acabamos de ver que el Villarreal no utiliza al adversario como referencia defensiva. Pero no puedo aguantarme más, tengo que admitir que es falso. Lo que les he presentado anteriormente es una versión simplificada de la realidad en el terreno de juego. Dado que en los hechos, los puntos de referencia utilizados dependen de la posición del jugador. Vamos a centrarnos en la táctica del equipo línea por línea y en los mecanismos eventuales de microtácticas que se esconden al interior del conjunto.

Los delanteros

Lo vemos en cada vez más equipos hoy en día, hasta el punto de convertirse en un estereotipo con el famoso “la defensa empieza con los delanteros”. El Villarreal no falta a la regla de modo que la primera línea formada por 2 delanteros obra de verdad como una primera línea integrada en el bloque. Una primera línea en la cual el trabajo de la sombra es primordial para el equipo de Marcelino.

Su misión es simple: tienen que  controlar el medio del campo.

Cuando el balón se sitúa en los 3 pasillos centrales del terreno, los delanteros tienen por referencia el balón y el espacio. Este par ocupa entonces lo ancho del círculo central, diez metros después de la línea de mediocampo y se mueve con el balón. Pero a pesar de su voluntad de controlar esta zona de juego, no realizan marcajes al mediocentro adverso más retrasado. Toman en cuenta de manera regular la posición de este mediocampista para reaccionar más rápido en caso de pase. 

La referencia “balón” genera el movimiento de la primera línea: sus posicionamientos están influenciados por la posición del balón.

La referencia “espacio” hace que los jugadores se centren en la cobertura del espacio que se les ha asignado más que la cobertura de la posibilidad de pase. Sin embargo, evidentemente, reaccionan en caso de pase ya que tienen que impedir que el adversario juegue en esa zona.

Con este trabajo, la pareja de delanteros obliga al adversario a jugar por los laterales. El comportamiento de los atacantes cambia cuando el balón sale por los tres pasillos centrales evocados anteriormente. A partir de ahí las referencias utilizadas por el delantero del lado del balón son modificadas puesto que tienen que tomar en cuenta el adversario más que el espacio. Este cambio, que puede parecer ligero, da fe del cambio de enfoque del colectivo: cuando el balón está en el eje, hay que incitar el juego hacia los costados. Y cuando el balón se halla en esa zona, hay que evitar que salga.

El delantero del lado del balón toma en cuenta la posición de los adversarios en la zona central para posicionarse, con la misión de impedir el juego hacia el interior. Este candado no se hace por un marcaje del jugador en la zona sino por una defensa en la línea de pase. El adversario es claramente la tercera referencia en este caso: el delantero se mueve con el balón, se coloca para bloquear la zona central del lado del balón y tiene que intentar bloquear las líneas de pase si puede hacerlo controlando siempre el espacio.  [CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4-mobile/xcal.mp4]

Defender en la línea de pase permite sobre todo presionar al portador del balón además de bloquear el juego hacia el interior, en cambio este jugador no tendría esta posibilidad si tuviese que estar al marcaje del jugador adverso en la zona central. Hasta si en los hechos los delanteros rara vez van a presionar hasta la banda, esta posibilidad suma una presión al portador que se siente encerrado.

Dependiendo de los partidos, el delantero del lado opuesto adapta las mismas referencias que su compañero (balón/adversario), y va por lo tanto a moverse para colocarse en la línea de pase atrás, o se queda en el eje del terreno de juego para mantener el control del eje. En ese caso toma por lo tanto el espacio como referencia.

Este trabajo de la primera línea permite que el adversario sea más previsible al repelerlo hacia las bandas. En ese momento es la línea de mediocampo la que tiene que venir a oponerse al balón.

 

Los mediocampistas

La segunda línea del Villarreal está compuesta por un doble pivote y dos jugadores en los pasillos. Cuando el balón está en los tres pasillos centrales, esta segunda línea adopta un comportamiento similar a sus atacantes, para adaptarse a la posición del balón. Los centrocampistas escorados juegan ligeramente más adelantados que el doble pivote y se sitúan a la vertical del área. Además, los desmarques rivales no son seguidos por los demás y los jugadores no salen de sus posiciones para acercarse al adversario (el adversario no es la referencia). Sin embargo, ellos también toman nota de los movimientos alrededor de los adversarios para estar listos en caso de pase en sus zonas.

La línea se pone a trabajar una vez que el balón sale de este espacio central y modifica entonces su comportamiento. El extremo del lado del balón viene a presionar al portador posicionándose entre el balón y su portería: su única referencia es el balón. La orientación de su cuerpo varía según las situaciones, no parece haber una regla predefinida. Con frecuencia no busca ni siquiera una orientación específica.

El mediocampista más cercano viene a cubrir para impedir un pase entre líneas en la zona central: estas referencias son siempre el balón y su compañero (el extremo). Sin embargo, está más que nunca muy atento a las posibilidades de pase hacia adelante en su zona y debe ser dinámico para recuperar.

Puede haber un debate sobre cuál es la referencia real del centro del campo: ¿Se ocupa de bloquear el espacio (la zona del medio) o de cubrir a su compañero? Yo creo que es más una cobertura, pero es muy difícil ser afirmativo dado que los dos se confunden muchas veces.

Habitualmente un mediocentro central en esta configuración toma al adversario como una referencia, y sigue los desmarques que puedan hacerse (sea hacia la línea de banda o hacia atrás). El segundo mediocentro central cambia de referencia y debe sobre todo ocuparse de generar el espacio central. Se mueve por lo tanto menos que su compadre del doble pivote y se prepara para cubrir a la vez que mantener su presencia en el eje.

Por último, el extremo opuesto no toma ya el espacio como referencia, a saber, el espacio al límite de la zona central, del lado débil (sin balón). Esto significa que no se mueve (o muy poco) para cubrir el balón, no recula para cubrir a compañero en el medio.

  

Este comportamiento del extremo permite guardar un buen acceso si el adversario consigue reciclar la posesión para cambiar el juego. Además, el centrocampista central más cercano puede cubrir fácilmente dado que se ha quedado en el eje y no había buscado balón.

El conjunto del movimiento es dominado perfectamente por los mediocampistas del Villarreal que demuestran una excelente coordinación y un verdadero dinamismo posicional para adaptarse inmediatamente al movimiento de sus compañeros.

Este dominio colectivo es magnificado por la capacidad que tiene cada centrocampista de reaccionar de manera dinámica a las posibilidades de pase del adversario. Esto es más que verdad para Bruno Soriano y Denis Suárez, pero todos son capaces de ajustar muy rápido su posición o la orientación de sus cuerpos para cortar las líneas de pase. Estos microajustes plantean muchos problemas al adversario que tiene que estar muy atento para no ver su pase interceptado.

El dinamismo y la coherencia de esta segunda línea son una de las grandes fuerzas del submarino amarillo, que les permite repeler al adversario muy eficazmente. Un adversario que tiene tendencia a rápidamente forzar el juego hacía adelante, cansados de no encontrar un fallo.

 

La defensa

La última línea del equipo está muy protegida por los 6 jugadores situados delante de ellos, pero esto no impide que les llegue peligro. Sin embargo, las situaciones que tienen que manejar están muy condicionadas por el trabajo de las dos primeras líneas, de modo que impiden al adversario jugar raso en los tres pasillos centrales. Una buena parte de estas situaciones se desarrollan en la banda.

Esta falta de presión permite por lo tanto que el jugador contrario se dé la vuelta, el equipo se “conforma” con una presión más floja para que sus centrocampistas se replieguen.

En su espalda, el central del lado del balón solo tiene una referencia: el jugador contrario. No sale de su posición para cubrir al lateral, solo un jugador contrario puede forzarle a salir de su posición.

Este estilo permite conservar a los centrales, lo máximo posible, en el área por si se produce un centro. Muchos entrenadores prefieren esta solución a una cobertura clásica teniendo por consecuencia que el área quede libre por un movimiento de los centrales hacia zonas en las que quizás no se sientan tan cómodos.

 

Pegar los trozos

Habéis comprendido por qué es erróneo decir que el Villarreal defiende cogiendo el balón, el espacio y los compañeros como referencia. La simplificación tiene sentido ya que es justa para la mayoría de jugadores, pero vemos diferencias entre las posiciones. Con este enfoque elegido por Marcelino, su equipo es muy difícil de manejar por parte del rival y los adversarios se ven forzados a jugar por las bandas ya que no encuentran soluciones en el corazón del campo. La imagen siguiente recapitula todo lo dicho hasta ahora.

El papel de los mediocampistas centrales es particularmente importante, ya que sus coberturas de los extremos se completan por una voluntad real de anticipar los pases, incluso de engañar al contrario por medio de movimientos muy rápidos. Notamos que con su posición en cobertura, el mediocampista central está en una posición ideal para bloquear el juego hacia el centro. Los hombres de Marcelino interceptan regularmente los balones de esta manera.

Podríamos hablar de una trampa defensiva porque el portador del balón parece atascado en la banda. Contrariamente a la trampa que realiza el Atlético de Madrid gracias a su presión, el Villarreal deja a menudo posibilidades de salida para el ataque rival (pase atrás o que el extremo se da la vuelta).

Estas posibilidades de salida se acentúan por un aspecto microtáctico inherente al juego del Villarreal: los jugadores van a presionar al adversario respetando una distancia de seguridad de por lo menos dos metros. Los hombres de Marcelino son excelentes cuando se trata de presionar rápidamente a un adversario manteniendo una distancia suficiente para no quedar eliminado de la jugada.

Este trabajo de presión asegurando una distancia de seguridad es necesario debido a que los jugadores del Villarreal no toman al adversario como referencia. En efecto, no están por lo tanto en contacto con el jugador que tiene el balón, lo que obliga a cerrar el hueco rápidamente. Si se presiona muy fuerte y pegado al contrario cabría la posibilidad de quedar eliminados si no dominan ese aspecto. Pero lo dominan, lo que les permite defender de pie y sin caer eliminados. Lo que explica que sea el segundo equipo que menos entradas realiza en Liga.

El vídeo siguiente reagrupa los ejemplos del bloque defensivo en varios partidos, donde encontramos todos los puntos evocados hasta ahora. Ingredientes que hacen que el Villarreal sea un equipo muy difícil contra el que jugar. [CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4/gkao.mp4]

Sin embargo hemos visto que el planteamiento defensivo de los jugadores de Marcelino permite que sus adversarios tengan tiempo a la hora de recibir el balón. Ya sea por referencias que excluyen al adversario o por una distancia de intervención más prudente, el Villarreal ofrece libertades al portador del cuero.

 

Los límites del submarino amarillo

Ya que no existe ninguna solución sin fallo, el enfoque del Villarreal tiene evidentemente límites. En efecto, una estructura defensiva que da mucha más importancia al espacio que al adversario genera una falta de movimiento que limita fuertemente la presión que pueda ejercerse al portador del balón contrario. Lo he dicho anteriormente, hace falta mucha concentración y paciencia para oponerse a una progresión durante fases potencialmente muy largas de partido ya que el bloque defensivo no fuerza la pérdida del contrario. Pero esta falta de presión puede permitir que un adversario hábil técnicamente y con muchas libertades posicionales pueda empezar una estructura colectiva de combinaciones.

Además la opción de tener defensas centrales con una referencia muy distinta al resto del equipo crea discontinuidad en el bloque del equipo. Discontinuidad que puede generar intervalos que pueden ser explotados por el equipo contrario. De este modo los adversarios del Villarreal utilizan (y a veces abusan) de los balones largos a la espalda del lateral, pases que se pueden ajustar fácilmente dado que no hay presión hacia el portador del balón.

El Sevilla CF es el equipo que mejor ha explotado los límites estructurales del Villarreal esta temporada. La falta de presión les permite combinar, utilizando a un lateral a la espalda del centrocampista del Villarreal para atraer al lateral del submarino amarillo. El intervalo lateral-central se crea, un centrocampista puede desmarcarse en profundidad. 

La ausencia de referencia “adversario” de los mediocampistas es clara dado que vemos que no siguen al jugador que se desmarca en profundidad. Lo que acentúa el problema del intervalo creado. [CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4-mobile/1m14.mp4]

Otra faceta del enfoque defensivo del Villarreal da algunos problemas. En efecto la animación defensiva evoluciona cuando el equipo se sitúa en un bloque bajo, ya que los atacantes no participan en el trabajo defensivo más allá de una cierta altura. Un comportamiento que tiene forzosamente consecuencias negativas en el rendimiento porque el adversario puede entonces controlar el juego en el campo del Villarreal.

Sin embargo, estos fallos en la estructura defensiva no deben cambiar la comprobación general: el Villarreal es un equipo que defiende muy bien. Su enfoque es bastante radical y tiene muy pocos equivalentes en Europa; los adversarios tienen muchos problemas para encontrar respuestas a este comportamiento que no acostumbran a afrontar.

Estos límites son generados por comportamientos queridos por Marcelino, que acepta por lo tanto los efectos negativos de esta elección porque encuentra más ventajas al evolucionar de esta manera. Por ejemplo la última opción comentada, los delanteros que se desentienden de la defensa más allá del bloque bajo, permite que el Villarreal sea mucho más eficaz en las transiciones ofensivas. En efecto, al defender en una especie de 4-4-0-2 en el bloque bajo, el Villarreal se asegura tener inmediatamente presencia arriba en caso de recuperación.

 

Transición ofensiva

Además otros aspectos del enfoque defensivo del Villarreal tienen una influencia en la calidad de las transiciones ofensivas.

Imaginemos un equipo que toma al adversario como referencia. Esta opción les permite estar siempre cerca de este y por lo tanto limitar el tiempo disponible cuando recibe el balón. Sin embargo en caso de recuperación, los jugadores están cerca de sus adversarios.

Con una toma de referencia más centrada en el espacio o los compañeros, los jugadores están inmediatamente desmarcados cuando se recupera el balón.

Este planteamiento defensivo permite también conservar un bloque muy organizado, lo que habilita que la recuperación tenga una buena estructura. Estructura que favorece las combinaciones y permite ser muy eficaces para generar un robo arriba que pueda transformarse en un contraataque o ataque.

El Villarreal saca un gran beneficio de estos dos aspectos cuando el equipo recupera el balón. Compuesto por jugadores capaces, individualmente, de resistir una presión, el equipo se aprovecha muy bien de la organización que conserva y de jugadores desmarcados para combinar rápidamente con triángulos y de apoyos para escaparse de la presión adversa.

Cuando es posible, el Villarreal aprovecha estas recuperaciones para moverse muy rápido hacia adelante y explotar el desequilibrio. Son los cuatro jugadores ofensivos los que tienen esa responsabilidad, con una voluntad real de progresar de manera vertical.

De manera general los delanteros van, desde la recuperación, a posicionarse en un pasillo, en la zona en la que el lateral ha subido al ataque. Esto les permite recibir fácilmente el balón para encarar portería y estirar la defensa adversa si un compañero consigue penetrar la defensa con el balón en los pies.

Una vez que llegan a los 30 últimos metros los jugadores buscan rápidamente la brecha: mediante la profundidad o mediante un centro desde una posición muy escorada. De esta manera estiran completamente la defensa adversa y los duelos con igualdad de número son creados. [CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4-mobile/ds6d.mp4]


Ataque en estático

Si tuviésemos que sacar un adjetivo de la animación defensiva del Villarreal sería “estructurado”. Y podemos afirmar lo mismo cuando el equipo tiene el balón

El submarino amarillo se construye con el balón en un 4-4-2 o más bien un 2-4-4 ya que los laterales suben un peldaño, tan identificable como en la fase sin balón.

Rara vez un gráfico habrá sido tan simple, y sin embargo describe bastante bien todo lo que ocurre en partido.

Teniendo una estructura rígida en la cual ningún jugador se posiciona entre líneas, el equipo de Marcelino puede difícilmente construir en el bloque defensivo adverso.

Por tanto el equipo utiliza bastante poco el medio del campo y cuenta mucho con los centrales para conectar con los atacantes. Generalmente esta progresión se hace en las bandas, ya sea por una construcción en “U”, o por movimientos coordinados en la banda.

La animación de las bandas se basa en un binomio a la izquierda (extremo y delantero) y un trinomio a la derecha (extremo, delantero, lateral). En el interior de cada “grupo” los movimientos son coordinados para crear espacios o jugadores desmarcados.

El binomio del flanco izquierdo se basa en un movimiento coordinado: el extremo se desmarca (hacia el centro del terreno o hacia la banda) mientras que el delantero se desmarca en profundidad por la banda. Este movimiento permite crear una superioridad numérica en la zona del lateral contrario que tiene que decidir si defender el desmarque del extremo o proteger su zona. Dependiendo de la opción que escoja, el balón será jugado en profundidad (hacia el delantero) o al pie del extremo. A veces el movimiento se invierte, es el delantero quien viene a recibir y el extremo el que se desmarca en profundidad.

En la otra banda las posibilidades son un poco más numerosas ya que son 3 los jugadores que trabajan juntos, pero encontramos de manera general los mismos mecanismos.  El lateral contrario debe esta vez elegir si defender el movimiento hacia el interior del extremo (como en la otra banda) o defender al lateral del Villarreal que viene a colocarse muy arriba y que no duda a la hora de desmarcarse en profundidad si el espacio se libera.

El goleador crea la superioridad numérica para combinar o para salir en profundidad cuando el adversario presiona el desmarque al medio.

Si los extremos reciben el balón en los pies después de ese movimiento (que sea a la derecha o a la izquierda), se aprovechan de estar a banda cambiada para volver a atacar el centro y buscar al delantero del lado opuesto. Estas secuencias las dominan muy bien los hombres de Marcelino que demuestran una finura técnica y de un dinamismo para adelantarse al bloque contrario.

[CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4-mobile/bsa0.mp4]

Desgraciadamente para el espectáculo no es el mecanismo más utilizado por el Villarreal que tiene tendencia a buscar muy rápido la solución en profundidad. Este plan de partido se adapta a los nuevos reclutas, con atacantes muy inteligentes en sus desplazamientos y que se aprovechan de su gran velocidad (Bakambu) o de una calidad en los desmarques (Soldado) para explotar los espacios a la espalda de la defensa.

Sin embargo estos pases verticales realizados por los defensores del Villarreal son a menudo leídos por los adversarios ya que la variedad de movimientos no permite sorprender a las defensas contrarias.

[CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4-mobile/481o.mp4]

A pesar de las cualidades de Bakambu para buscar la profundidad, el enfoque ofensivo del Villarreal es muy estéril y al equipo le cuesta mucho crear ocasiones a partir de un ataque en estático. Podemos además constatar que el equipo de Marcelino es el que menos pases decisivos realiza en la Liga, prueba que la fuerza del submarino amarillo se halla mucho más en sus actuaciones defensivas que en la calidad de su juego ofensivo.

Su planteamiento ofensivo se basa en la idea de romper al rival aprovechándose de cada error que este cometa. Atacando con una estructura muy ancha, las dos líneas de 4 se estiran a lo ancho, con lo que el Villarreal obliga al adversario a defender con un bloque muy estirado horizontalmente. Por tanto los mecanismos de cobertura son casi imposibles para el adversario, ya que las defensas centrales se posicionan a 20 metros el uno del otro. El mínimo error de apreciación o una anticipación pueden aprovecharse.

El Villarreal construye entonces sus ataques buscando la profundidad desde los defensas, estirando al máximo el bloque para romper al rival. Dos elecciones que tienen consecuencias directas en el comportamiento del equipo cuando pierde el balón.

 

Transiciones defensivas

Con esta estructura tan ancha cuando el equipo tiene el balón, el Villarreal se ve incapacitado para aplicar una presión cuando pierde el balón, puesto que las distancias entre jugadores son demasiado importantes.

Es por esto que el equipo no utiliza el muy a la moda “counterpressing”. A cambio de esto los jugadores se colocan muy rápido para formar el 4-4-2 que tanto le gusta a su técnico.

Para que se pueda dar este repliegue, los centrocampistas tienen como objetivo frenar la contra adversa y presionar de manera racional al portador del balón del equipo contrario. Una misión que pueden lograr gracias a que se sitúan más atrás de donde pudiera perderse el balón, dado que el balón pasa directamente de defensas a atacantes.

[CTXT pidió permiso a la Liga para reproducir los vídeos que ilustran la pieza original, pero la institución ha negado los derechos. Pueden verlo en: https://cdn.streamable.com/video/mp4-mobile/8clp.mp4

El planteamiento ofensivo por lo tanto tiene una influencia enorme en la manera de gestionar la transición defensiva.

Además el Villarreal no tiene mayor interés en recuperar inmediatamente el balón puesto que el equipo es muy eficaz en una defensa en estático. Estando también más a gusto para atacar después de una recuperación en el centro del campo o en la defensa, el equipo se siente satisfecho de un simple balance defensivo más que buscar una perdida debido a una presión.

 

Villarreal – Conclusión

Lejos de ser el arquetipo del equipo español al que le gusta jugar con pases cortos en el medio campo, el equipo de Marcelino es en realidad temible en su pragmatismo.

Su 4-4-2 tomando por referencia el espacio y los compañeros plantea problemas a sus adversarios que no están acostumbrados a enfrentarse a este tipo de planteamiento. Adversarios que no pueden cometer ni un error contra un equipo que utiliza mucho la profundidad del campo, hasta el punto de abusar de ello a veces, con inteligencia.

Bakambu es el jugador que más se aprovecha de este enfoque, gracias a la calidad de sus desplazamientos y de su velocidad.

Sin embargo, Denis Suárez es seguramente el elemento más importante del sector ofensivo, y será interesante ver lo que haga el FC Barcelona con él la temporada que viene.

Finalmente no podía acabar sin hablar de Bruno, que es la verdadera piedra angular del equipo. De excepcional inteligencia en su posicionamiento defensivo, consigue también de manera regular crear cambios de juego con pases brillantes.

No cabe la menor duda de que su repercusión habría sido mucho mayor si el equipo se hubiese construido alrededor de sus cualidades.


Este análisis fue publicado en Analy'sport el 13 de marzo de 2016.

Traducción: Gabriel Méndez.

Villarreal, pequeña ciudad en la costa del mar Mediterráneo, forma parte de los mejores equipos españoles esta temporada a pesar de su relativo anonimato. Sin embargo, el club se sitúa en el primer tercio de la clasificación desde que subió de segunda división hace tres temporadas: es Marcelino el...

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Traducción: Gabriel Méndez-Nicolas

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