“Lo llaman democracia y no lo es… ”. Desde hace años en diferentes manifestaciones se cantaba este lema, antes ya del 15 de mayo de 2011. Desde hace años, personas diversas, algunas de ellas con pasado antifranquista y de lucha por la construcción de alternativas democráticas al régimen, han venido denunciado la baja calidad de nuestra democracia o su propia inexistencia. Si por democracia entendemos el gobierno del pueblo, el pueblo ha votado y otra cosa es gobernar. El 15M contribuyó a convertir en masivas posiciones que hasta entonces no lo habían sido. 

“Democracia real ya”, “No somos mercancía en manos de banqueros y empresarios”, “No nos representan” son algunos de los lemas que más se escucharon desde la manifestación del domingo 15 de mayo de 2011. Democracia Real Ya defendía en su manifiesto de convocatoria que era necesaria “una Revolución Ética” porque “hemos puesto el dinero por encima del ser humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio”. Las personas que se encontraron en las plazas compartían una preocupación ética y política por el funcionamiento de la sociedad. Eso afectaba a los representantes políticos y al sector empresarial y financiero, como mínimo. No había una clara propuesta política, pero sí un grito de inconformidad ética. La palabra ética se ha usado mucho en los últimos años. Algunas referencias e invocaciones han sido muy etéreas, se podría pensar que instrumentales, manipuladoras. Se ha llegado a imponer el “hace falta ética”, como quien pide sal. Como si la ética no fuera una disciplina de análisis y como si no pudiera haber diferentes propuestas éticas. 

Democracia y ética, democrética. Las acampadas pasaron, las manifestaciones también. Pero la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, nacida en 2009 y crecida con el 15M, sigue. Y lo hace desde la unión de una propuesta ética y política: garantizar el derecho a la vivienda, legitimidad por encima de la legalidad a cambiar, desobediencia civil… Y seguramente por esa unión representa muy bien lo emergido con tanta fuerza en 2011. A partir de 2014 llegaron los proyectos políticos que se plantearon aprovechar la crisis de representación para conseguir desde las instituciones públicas lo que no se estaba logrando desde fuera. Las elecciones municipales de 2015 nos mostraron cómo se podía llegar al gobierno (otra cosa puede ser al poder) desde la movilización. Toda nueva propuesta política empezaba con un código ético. Era la manera de demostrar el compromiso con otra manera de hacer. Se proponía un cambio de políticas y en las maneras de hacer política. 

La democrética  forma parte de la columna vertebral de los 5 años de 15M. Las diferentes evoluciones que ha tenido la movilización tienen el reto de mantener la propuesta democrética que se ha ido concretando, la coherencia entre el decir y el hacer que forma parte de la misma propuesta. Y si no se puede hacer lo que se dijo, lo que se dice, explicarse con verdad. La verdad forma parte también de la propuesta ética del 15M.  

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Jordi Mir Garcia es profesor asociado de Filosofía Moral y Política en la Universitat Pompeu Fabra y miembro del Centro de Estudios sobre Movimientos Sociales de la misma universidad. Acaba de publicar Movimientos sociales construyendo democracia. 5 años de 15M (El Viejo Topo).