1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

  310. Número 310 · Julio 2024

  311. Número 311 · Agosto 2024

  312. Número 312 · Septiembre 2024

  313. Número 313 · Octubre 2024

  314. Número 314 · Noviembre 2024

Ayúdanos a perseguir a quienes persiguen a las minorías. Total Donantes 3.335 Conseguido 91% Faltan 16.440€

Intelectuales, medios, política

Propuestas para una ‘función intelectual’ democrática

Rindiendo cuentas ante la gente es más fácil lograr la autonomía frente a los poderes político-económico-mediáticos. Una nueva alianza entre pensadores, editores y lectores evitaría el abuso de poder y la violencia simbólica del antaño ‘Intelectual’

Jorge Gaupp / Ana Luengo / Isabelle Touton 6/06/2016

LA BOCA DEL LOGO

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

El debate que está teniendo lugar en CTXT y Público comenzó con el quién: quién ha accedido al espacio público en las últimas décadas y quién no. Pero luego ha ido mutando hacia el cómo hablar en este espacio, y creemos que esa es la cuestión clave. No apostaríamos toda la mejora de la función intelectual a la renovación de voces o de firmas. Dentro de la discusión, vemos el miedo de Pereda a que dentro de unos años haya unos nuevos “cerdos”, acomodados a un nuevo poder. Hay quienes dirán que el acomodamiento autoritario es un proceso inevitable, una regla histórica. Creemos, con Pérez Tapias, que no debemos escuchar a esos cínicos en este debate, y menos en un momento de cambio como el actual. Si pensamos, como se lee en muchas de las entradas, que la función intelectual no ha logrado ser autónoma de los poderes político-mediático-económicos (ni del poder patriarcal, aunque eso no se haya mencionado tanto), proponemos lograrlo, al menos para quienes escribimos desde la universidad, ese curioso espacio de reflexión, pero también de poder. Aquí se elaboran algunas ideas lanzadas hasta ahora y se propone alguna nueva.

Si autonomía, auto-nomos, significa la creación de normas propias por parte de individuos y colectivos, en lugar de que te las impongan desde fuera, ¿por qué no creamos unas normas, límites o marcos formales para una nueva función intelectual desde la universidad? Ah, espera, ¿o sea que ahora yo, intelectual, voy a tener que seguir unas normas? Pero, ¿no era mi libertad lo más importante? Bueno, depende. De las muchas críticas que aquí se han hecho a los intelectuales hegemónicos de las últimas décadas, nos quedamos, sobre todo, con una, compartida por Alba Rico, Sánchez-León o Faber: la inconsciencia del propio poder. ¿Y cuál es el peligro de esta inconsciencia? Según Michel Foucault, el abuso de poder. Para él, cualquiera que tenga mucho poder debe cuestionarse e imponerse normas a sí mismo antes que a nadie, o de lo contrario acabará por imponer a la sociedad sus propias fantasías, apetitos y deseos. Es decir, debe aplicarse el poder que tiene a sí mismo para no abusar de él. Y, claro, ¿cómo va a aplicarse alguien su poder si ni siquiera es consciente de que lo ejerce? Así ocurre que los intelectuales acaban abusando del poder en nombre de la libertad. Como es fácil olvidarse del poder que se tiene, quizá sea momento de no confiarlo todo a la ética personal y empezar a pensar en cómo lograr colectivamente que esos límites se cumplan. 

Pero, espera, ¿yo, intelectual, tengo poder? A menudo, si preguntas a alguien de la universidad sobre su poder, te diremos que apenas tenemos de eso, comparado con otros del gremio, o comparado con un gobernante o un magnate. Y probablemente sea verdad. Lo que no quita que tengamos, a través del reconocimiento que la universidad otorga a nuestra palabra, mucho más poder individualmente que una persona de a pie. ¿Cómo limitar este poder para evitar el abuso? Proponemos, además de rechazar la figura de “El intelectual” como propone Pérez Tapias, construir colectivamente unas auto-normas mínimas, una suerte de código deontológico sobre cómo ejercer una función intelectual democrática desde (al menos) la universidad, que evite o minimice el abuso de poder. No se trata de controlar qué dice cada cual, no estamos a favor de la censura. Es un intento de iniciar la creación de un marco en el que cualquier contenido pueda ser discutido, entrar en conflicto, de una forma lo más horizontal y plural posible, para que la voz universitaria pueda encontrarse con la no universitaria y escucharse mutuamente, sin que nada prime por encima del argumento de cada cual. Así atacaríamos el problema que estudia Sánchez-Cuenca: que ciertas figuras puedan decir cualquier cosa en el espacio público, por patraña que sea, solo porque personas con poder que comparten sus mismas ideas o intereses hubieran logrado establecer que esa persona es “un genio”, o que es “brillante”. 

Sánchez-León habla de experimentar, de proponer mecanismos concretos. Imaginemos, por ejemplo, un sistema de revisión a ciegas, al estilo del peer-review (revisión de pares) académico. Si se ha montado toda una infraestructura para artículos (los académicos) que solo leen unas decenas de personas, ¿no tiene mucho más sentido hacerlo para textos que llegan a miles? Si dentro de la universidad nos controlamos entre nosotrxs (1) para que salgan buenos trabajos, ¿qué derecho tenemos de no hacerlo fuera? Tampoco sería algo tan raro o tan lejano, y se podría aprovechar para superar algunos problemas que tiene el propio peer-review. Pero, ¿quién estaría dispuesto a hacer esta función? Mucha gente, en realidad. Por ejemplo, ¿por qué no mandar los textos a lectores voluntarios? Y preguntarles si ven trabajo detrás, si lo ven útil, si se entiende. Sería como un peer-review democrático. Además, en esta nueva época que vive la prensa, la conexión con los lectores no solo es garantía de democracia sino también de viabilidad económica. ¿Quién no querría ser socix de un medio que te permite comentar los textos antes de que se publiquen? Obtener una respuesta en menos de 24 horas solo sería un problema de números: a cuántxs enviar el texto. Se podría hacer de muchas maneras diferentes, cada socix podría decir de qué tema entiende más para ser consultadx, o puede ser aleatorio… Bien diseñado, sería un buen blindaje frente a futuros procesos de oligarquización intelectual y mediática. Rindiendo cuentas ante la gente, es más fácil lograr la autonomía frente a los poderes político-económico-mediáticos.

El diálogo después de la publicación también puede ser potenciado. Hay muchas maneras, e Internet las facilita. Por ejemplo, que cada autor responda al menos a algunos de los comentarios que hoy día se le pueden hacer en los artículos de prensa online. La gestión de estos comentarios para evitar troles y minimizar hooligans o fanboys es un problema técnico gestionable (con reglas informales, sistemas de puntos, “karma”, etc.) en el que la mayoría de foros de Internet están más avanzados que la prensa. Pero también puede darse importancia y visibilidad a un sistema clásico de cartas al director. En cualquier caso, una función intelectual democrática sería una que sea consciente de que siempre puede ser cuestionada por cualquiera que tenga un argumento diferente. Quizá sería una forma de acercarnos a ese pensamiento colectivo del que habla Pereda. Ella (mujer opinando entre demasiados hombres) utiliza en este caso, por cierto, un tono humilde que también sería maravilloso que cundiera entre los llamados intelectuales. No debemos olvidar el peligro de que la función intelectual siga siendo portavoz del patriarcado. Aún hoy (y este debate no se libra) esa voz la encarnan muy mayoritariamente hombres que suelen invisibilizar o menospreciar la palabra de las mujeres, tal como ya señalaba Celia Amorós, o como no deja de denunciarlo la asociación Clásicas y Modernas en España. Esta situación incide en que el estilo de los debates suele ser el del “machismo discursivo”, en palabras de Diego Gambetta, en el cual uno ya sabe todo de antemano y ceder en algo no es más que un síntoma de debilidad. Así, apenas hay un verdadero diálogo. 

Otra pregunta posible para hacerse antes de escribir podría ser: ¿lo que escribo refuerza la capacidad crítica de quien me lee? ¿Potencia su propio pensamiento, o más bien le prescribe lo que debe pensar? Dicen algunos filósofos, como Cornelius Castoriadis, que la democracia solo es posible con personas que puedan pensar libre y críticamente, personas autónomas. Para ello ayudan mucho las herramientas críticas de cada momento. Estas herramientas pueden estar en muchos lugares: en las ciencias, en el arte que ayuda a imaginar o a mirar desde otro sitio, o en los saberes culturales acumulados de que habla Bernárdez. Uno de estos lugares, que creemos muy importante hoy día, es el ámbito de la teoría crítica.

La teoría crítica nos permite interpretar la producción cultural, y la propia realidad representada, después de leer y entender las teorías de pensadorxs de diversas disciplinas. Es decir, para comprender cuáles son los sentidos posibles de una novela, qué hay detrás de un spot de campaña, o por qué hoy en día se dice “emprendedor” en lugar de “empresario”, usamos conceptos que vienen de la filosofía y reflexionamos desde ellos. Pensamos que la producción cultural siempre está relacionada con el ámbito político de alguna manera. No es nada nuevo, en 1937 Max Horkheimer escribió Teoría tradicional y teoría crítica dejando clara esta conexión, y por aquella época era el tipo de análisis cultural que escribía Walter Benjamin (1892-1940) en sus maravillosos y complejos artículos. Fue la Escuela de Fráncfort tras la Segunda Guerra Mundial la que le dio la categoría académica que llegó a los Estados Unidos sobre los años sesenta, cuando en ese país las luchas por los derechos civiles se generalizaron y entraron en la universidad.

Esta teoría crítica se está extendiendo cada vez más en España y es fantástico que así sea, precisamente porque trae unas herramientas de pensamiento muy potentes. Pero, pensamos, también tiene sus peligros. Distinguimos al menos uno: los palabros. Los palabros serían conceptos que se inventan lxs teóricxs y que son muy útiles para pensar, pero que, especialmente en un ámbito público, pueden usarse para ejercer violencia simbólica. Vaya, he aquí un palabro. Sería por ejemplo, según el sociólogo Pierre Bourdieu, un lenguaje o una práctica que hace sentir inferior a quien la ve o escucha sin entenderla, creyendo que debería adoptarla para ser culto, cuando en realidad esa persona lo más probable es que tenga muchos otros saberes, mucha otra cultura que simplemente se expresa con otro lenguaje. Por aludir a uno de los probables intelectuales célebres de los próximos tiempos, la violencia simbólica explica cómo puede sentirse mucha gente al leer ciertos tuits de Íñigo Errejón. Su vocabulario de teoría política, usado en el espacio público, refuerza la distinción entre “el intelectual”, “el que sabe” y lxs demás. Claro que no todo el mundo se siente intimidado, como ocurrió con el caso famoso del núcleo irradiador. La burla y la risa son una defensa efectiva ante la violencia simbólica, pero no logran que nos apropiemos de esas herramientas, de esos conceptos tan potentes. Más bien incitan a alejarse de ellos. Por ello, creemos, es mejor que quien los use trate no solo de mencionar las fuentes, sino sobre todo de explicarlos, es decir, de liberar el código, aun sabiendo que la explicación no será académicamente impoluta ni incuestionable. Es algo que ya se está intentando, sea desde la prensa digital en blogs colectivos como Interferencias, o desde el estudio crítico y creativo de la cultura que hace Remedios Zafra. Sabemos que citar nombres reputados también puede ejercer violencia simbólica, pero no tenemos una propuesta sólida para minimizarla sin plagiar o parecer paternalistas, salvo quizá el cuadro que hay al final de este texto. Se admiten más sugerencias.

El uso de palabros forma parte de un lenguaje académico que también tiene otro problema: suele ser tremendamente aburrido. El mundo del periodismo sabe bien de esto, acostumbrado a escribir y editar para que las cosas se entiendan e interesen a la mayoría. Por ello creemos en la fuerza de esa crítica cultural de la que habla Faber como alianza entre académicos y periodistas, para la cual consideramos necesario añadir a lxs lectorxs.

En resumen, a partir de una nueva alianza entre quienes ejercen la función intelectual, quienes la leen y quienes la publican, podrían ponerse en marcha una serie de auto-normas mínimas sobre cómo escribir que prevengan del abuso de poder y de la violencia simbólica del antaño “Intelectual”, y de la propia institución universitaria. Mediante mecanismos para hacerlas cumplir, las nuevas aportaciones al espacio público se basarían más en el trabajo y el diálogo horizontal y serían más cuestionables y entendibles, a la vez que críticas con el patriarcado. Quizá así lograríamos trasladar herramientas mucho más útiles para la sociedad y lograr que, en definitiva, esta función intelectual, en el tiempo nuevo que parece abrirse, sea la propia de una verdadera democracia. Pero, claro, todo esto puede ser ampliamente cuestionado y complementado. Ojalá que así sea.

--------------------

Jorge Gaupp es estudiante de doctorado en estudios culturales en la Universidad de Princeton. Escribe una tesis sobre cultura y vida libertaria en España a inicios del siglo XX.

Ana Luengo es profesora de estudios culturales y de español en San Francisco State University, trabaja por la memoria histórica, el feminismo, el movimiento LGTB, la diversidad funcional y los movimientos sociales. Autora de La encrucijada de la memoria (Tranvia), y de Lucas tiene superpoderes, un cuento infantil sobre el autismo.

Isabelle Touton es profesora la Universidad Bordeaux Montaigne (Francia). Autora con Roberto Valencia de Todos somos autores y público. Conversaciones sobre creación contemporánea, sus trabajos se centran en estudios culturales de la España actual (narrativa, cómic, humor gráfico, campo literario).


Notas: 

(1) Para intentar que el artículo sea inclusivo en cuestión de género, hemos decidido usar a veces la “x” en lugar de “a” y “o”, como es cada vez más habitual entre los movimientos sociales. Sabemos que, mientras este lenguaje no sea mayoritario, puede chocar y dificultar la lectura, y por eso no abusamos de su uso. En el caso de las actividades de poder hoy mayoritariamente realizadas por hombres (políticos, magnates, intelectuales…), hemos mantenido el género masculino para marcar esta desigualdad.

 

Para pensar este texto nos han ayudado mucho los conceptos de poder y libertad que desarrolla Michel Foucault, por ejemplo aquí. La noción de autonomía unida a democracia sale de Cornelius Castoriadis, y esta entrevista es muy clara. Ambos se basan en nociones de la Grecia antigua. La noción de machismo discursivo de Diego Gambetta aparece citada en La desfachatez intelectual de Sánchez-Cuenca y desarrollada en esta compilación, pero también puede consultarse rápidamente aquí. Pierre Bourdieu explica rápidamente su concepto de violencia simbólica aquí. Sobre Celia Amorós, aún sirven las Notas para una teoría nominalista del patriarcado’ pero también se puede acceder rápidamente a ella en esta entrevista, donde dice que “la función de la teoría feminista como toda teoría, ya lo dice su raíz griega, es ‘hacer ver’. Pero la  teoría feminista tiene la particularidad de que su ‘hacer ver’ es inseparable de un irracionalizar las relaciones jerárquicas entre los sexos en multitud de ámbitos. Eso sólo se deja ver a la mirada crítica: la mirada convencional ni siquiera lo discierne”. Por último, estas ideas deben mucho a los debates en el seno de la asociación ALCESXXI, la experiencia de publicación del libro de textos La Uni en la Calle y las conversaciones con, al menos, Berta del Río, Sebastiaan Faber, Ángel Loureiro y Germán Labrador.

El debate que está teniendo lugar en CTXT y Público comenzó con el quién: quién ha accedido al espacio público en las últimas décadas y quién no. Pero luego ha ido mutando hacia el cómo hablar en este espacio, y...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes iniciar sesión aquí o suscribirte aquí

Autor >

Jorge Gaupp / Ana Luengo / Isabelle Touton

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

3 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Miguel Antonio

    Qué buen artículo. Creo que deberían tomar en cuanta a los intelectuales que no están en el campo universitario. De que los hay los hay, la unviersidad, como bien saben, no es el único espacio que alberga a intelectuales y referentes, opinólogos o detentores del espacio público.

    Hace 8 años 5 meses

  2. Enrique

    Hay un paralelismo, aunque todavía incipiente, entre ciertos medios de comunicación, ciertos partidos y ciertos autores de los últimos 30 años y lo mismo con nuevos medios (CTXT, Cuartopoder, Infolibre), nuevos autores (Alba Rico, Sánchez Cuenca, Sánchez-León...) y nuevos partidos. Si sólo se trata de sustituir los protagonistas de la obra sin cambiar el argumento, mal vamos.

    Hace 8 años 5 meses

  3. Mario

    La relación que propones entre las dos partes comunicativas sería como una forma de dialéctica socrática adaptada a nuestros tiempos. Sin duda, es uno de los proyectos más interesantes y enriquecedores que nos podría aportar la tecnología de la comunicación, ya que no solo se trataría de una forma de eliminar esta relación "patriarcal" entre lector y escritor, sino que daría lugar a un proceso de reflexión y autonomía racional de los lectores el cuál de ser posible de llevarse a cabo, resultaría totalmente eficaz a la hora de poner en marcha una paulatina Ilustración.

    Hace 8 años 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí