Aragón volvió a ser Ohio: el partido más votado por los ciudadanos de sus tres provincias –-el PP, aunque aquí en coalición con el Par-- lo fue también en España. Los aragoneses calcaron el 26J los resultados efectivos del 20D: seis escaños para los conservadores, cuatro para los socialistas, dos para la confluencia y uno para C’s. Y lo hicieron con unos matices que van a generar interesantes movimientos políticos. Más a corto que a medio plazo.

El PP fue el partido que más subió, con un ascenso de cuatro puntos porcentuales. La abstención se consolidó como la segunda opción tras ganar siete décimas y situarse en el 28,11%. El PSOE recibió unos 5.000 apoyos más que en diciembre para rozar el 25%. Podemos e IU, por su parte, solo recogieron 2.000 votos más de los que los morados obtuvieron en solitario hace seis meses. El 20D, Unidad Popular, liderada por Izquierda Unida y  por una Cha que no concurrió este domingo, obtuvo 45.000 votos. Y C’s mantuvo sin problemas su escaño por Zaragoza pese a dejarse algo más de 13.000 votos y un punto porcentual.

Sin embargo, el dato más llamativo de estas elecciones generales –-además del hecho de que el bipartidismo recupera el umbral del 60% de los votos en la comunidad-- es de carácter particular. O, más bien, local. El PSOE, que se mantiene como segunda fuerza en Aragón, recupera esa posición en la capital a costa de la confluencia tras ganar algo más de 6.000 votos y dos puntos y medio. Aunque Zaragoza en Común (ZeC), que gobierna con 9 concejales de 31 tras ser el apoyo inicial de los socialistas y Cha, no es lo mismo que Unidos Podemos pese a vertebrarse en torno a las mismas fuerzas. De hecho, la lista del alcalde Santisteve obtuvo en las municipales más votos que Podemos e IU en las municipales. En cualquier caso, Zaragoza ciudad fue el principal escenario de enfrentamientos dialécticos entre las dos principales fuerzas de la izquierda en los últimos días de la campaña.

“Somos la segunda fuerza en Zaragoza ciudad, y eso que tiene como alcalde a Santisteve”, ironizó el presidente de la Comunidad y secretario general del PSOE, Javier Lambán. Comunidad y ayuntamiento mantienen varios focos de tensión, aunque estos conviven con la apertura de líneas de colaboración inusuales entre esas dos instituciones. “Tenemos derecho a recrearnos moderadamente, esta noche”, con los resultados, anotó, poco después de reivindicar el liderazgo de la izquierda aragonesa y de lanzar este mensaje: “Nos hemos desecho de esa tenaza que urdieron el PP y Podemos para hundir al PSOE. Los problemas que auguraban los van a tener ellos”.

¿Tambores de guerra? ¿Reubicación de las posiciones, cuando ZeC y PSOE negocian formalmente un acuerdo municipal? Está por ver.

“Nunca hemos sido tan fuertes como ahora”, resaltó el cabeza de lista de Unidos Podemos, Pedro Arrojo, que insistió en que “tenemos que perseverar con los compañeros socialistas”, de quienes señaló que “se han equivocado de adversario”.

Mientras la izquierda debate y discute, la derecha va recuperando posiciones. Pesca en un río agitado. “Se ha demostrado que la mayoría de los aragoneses ha votado moderación”, apuntó la presidenta de los conservadores, Luisa Fernanda Rudi, que reclamó el fin de los vetos y el apoyo a Rajoy para que sea investido presidente.

“Estos resultados me tranquilizan como ciudadana”, dijo. De hecho, le permiten a su partido dar el siguiente paso de su estrategia confesada: ofrecer al PSOE apoyo en la comunidad, donde su socio de referencia es Podemos, a cambio de la investidura del presidente en funciones. ¿Y ese planteamiento incluye consecuencias en el ayuntamiento de la capital? Los dirigentes conservadores no contestan. Aunque su grupo municipal lleva semanas intensificando el asedio a ZeC, frecuentemente con el apoyo de C’s y, en ocasiones, en sintonía --¿táctica? ¿estratégica?-- con el PSOE.