1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Adam Hochschild / HISTORIADOR

“Es muy difícil encontrar a un superviviente de la Brigada Lincoln que se arrepienta de haber luchado por la República”

Álvaro Guzmán Bastida Traducción: Adriana M. Andrade 17/07/2016

<p>Adam Hochschild</p>

Adam Hochschild

Jacqui Ipp, UC Berkeley Graduate School of Journalism

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Adam Hochschild (Nueva York, 1942)  está interesado en los eventos históricos que producen personajes épicos y extraordinarios. Reputado historiador estadounidense y cofundador de la revista Mother Jones,  Hochschild ha escrito sobre la explotación genocida del Congo a manos del rey Leopoldo III y sobre la improbable hazaña que enfrentaron los valientes opositores del monarca belga, así como sobre los dilemas de los pacifistas y belicosos héroes de la Primera Guerra Mundial, y los primeros abolicionistas ingleses en el siglo XVIII. Ahora se acerca a la guerra civil española y produce Spain in Our Hearts: Americans in the Spanish Civil War, 1936–1939, un fascinante trabajo sobre los voluntarios norteamericanos que lucharon junto al ejército republicano durante la Guerra Civil.

Para el título de su libro, Hochschild toma prestada la cita de Albert Camus: “Los hombres de mi generación tenemos a España en el corazón”. “Allí aprendieron que… uno puede tener razón y aun así ser golpeado, que algunas veces el coraje no tiene recompensa”. Hochschild habla con CTXT sobre lo que motivó a tres mil norteamericanos a atravesar el océano y arriesgar sus vidas para luchar con el bando republicano, cómo los periodistas que cubrieron la guerra se convirtieron en partisanos del conflicto, y sobre el insólito aliado de Franco: el gigante petrolero americano Texaco.

El tema de su último libro son los miles de norteamericanos que viajaron a España para combatir al lado de la Segunda República durante la Guerra Civil. ¿Quiénes eran y qué les motivaba?

Eran 2.800. Llegaron de todas las facetas de la vida americana. Estaba el hijo del antiguo gobernador de Ohio, el hijo del antiguo alcalde de Los Ángeles, un acróbata de vaudeville, profesores, estudiantes, estibadores, obreros… Había una desproporción a favor de los judíos, entre un tercio y la mitad. También había una desproporción de gente de la ciudad de Nueva York.  Muchos de ellos eran sindicalistas y organizadores de sindicatos. La mayoría eran miembros o simpatizantes del Partido Comunista. Lo que más les motivaba era que la mayor amenaza mundial en ese momento era el auge del fascismo. El escritor francés André Malraux dijo: “El fascismo ha extendido sus grandes alas negras sobre Europa”. Claramente millones de americanos sintieron lo mismo.

¿Diría que fue la ideología lo que les unió o había también un cierto espíritu “aventurero”?

Obviamente la ideología era un gran factor. El sentimiento de que había peligros inmensos que enfrentaban al mundo y el fascismo. Como he dicho, la mayoría de ellos eran comunistas o simpatizantes, pero no iban a luchar por la Unión Soviética. Iban a luchar por la República de España, que de ninguna manera era un país comunista. Creo que siempre hay un deseo de aventura y una oportunidad de heroísmo cuando se va a la guerra. Tristemente este era un motivo para algunos. Como en casi todas las guerras, creo que la gente pensaba que sería más corta de lo que acabó siendo. Y también esperaban una victoria rápida.

Escribe que murieron muchos más brigadistas Lincoln que otros combatientes americanos en cualquier lugar en el siglo XX, y que también murieron en mayor escala que los españoles durante la Guerra Civil. ¿Por qué sucedió eso?

Los brigadistas internacionales murieron tres veces más que los combatientes del ejército republicano. Ellos eran las tropas de asalto  --que se usan en las batallas clave de la guerra, normalmente para lanzar el ataque--. Estaban en el frente cuando el ejército republicano era atacado. Había dos razones para esto – al contrario que los soldados del ejército republicano, éstos eran voluntarios--. Alguno de ellos tenía experiencia militar, y esto generalmente no era así entre los reclutas del bando republicano.

Menciona que una alta proporción, una mayoría, era judía. ¿Qué les motivó a ellos?

Bueno, hay un voluntario norteamericano al que cito en mi libro, Maury Colow, que después de la guerra dijo: “Para nosotros nunca era Franco, siempre era Hitler”. La guerra empezó en el 36, Hitler había tomado el poder en 1933 y lo había hecho diciendo cosas horribles sobre los judíos. Nadie se imaginó que algo tan espantoso como el Holocausto pudiese suceder, pero estaba claro que era un régimen que se fundaba en el antisemitismo. Algo que solemos olvidar es que en este tiempo, a mediados de y en los últimos años treinta, la mayoría de Europa del Este estaba bajo regímenes de extrema derecha, casi siempre con un fuerte tinte antisemita.

Otro de los personajes del libro es una mujer de 19 años que estaba en España de luna de miel y acabó quedándose mucho más tiempo del que esperaba. ¿Quién era y qué le hizo permanecer en España? 

Me encantó descubrirla. Se llama Lois Orr. Había sido estudiante de la Universidad de Louisville, en Kentucky. A principios del 36 se había casado con Charles Orr, un profesor de Económicas en la universidad. Él era mayor que ella. Habían ido a Europa de luna de miel. Estaban muy politizados. Eran de izquierdas, pero muy antiestalinistas. Eran simpatizantes del ala izquierda del Partido Socialista de Estados Unidos. Planearon una luna de miel extremadamente política. Querían ver de primera mano la Alemania nazi. Querían ir a India y ver los efectos del colonialismo de primera mano. Estaban viajando por Francia y Alemania cuando se enteraron del intento del golpe militar en España, del levantamiento nacional. Les fascinaba el nudo de la asombrosa revolución social que se desarrolló sobre todo en el noreste español, donde los trabajadores tomaban las fábricas; los campesinos, las haciendas, y los conductores de locomotoras, los sistemas de ferrocarriles.

Lois, que era la chispa de la pareja, le dijo a su algo mayor y algo aburrido marido: “¡Tenemos que ir ahí!”. Hicieron autostop hasta la frontera española y la cruzaron a mediados de septiembre de 1936, dos meses después de que la guerra empezara, y vivieron y trabajaron los siguientes diez meses en Barcelona. No eran los únicos que estaban fascinados y tenían esperanza en la Revolución de Asturias. Había miles de jóvenes idealistas de todo el mundo que fueron allí. Uno de ellos era un refugiado político alemán de 23 años que se llamaba Clayton Young, y que sería, tres décadas más tarde, ministro de la República Federal Alemana.

Lois le escribió al ministro una estupenda serie de cartas, y más tarde unas memorias de aquel tiempo, describiéndole lo que había visto. Desafortunadamente, no se publicaron hasta mucho después de su muerte. Me fascinó el hecho de que muchos periodistas que estaban allí tuvieran tan poco interés en lo que estaba pasando en el noreste. Raramente escribieron sobre ello. 

Los periodistas norteamericanos que cubrieron la guerra son una gran parte de su libro. Pocos de ellos parecían someterse a las convenciones del periodismo americano que dictaba que el reportero debía ser – o al menos parecer-- neutral. ¿Por qué? ¿Eran una raza especial de periodistas? ¿Era la guerra un momento excepcional también para ellos?

Es curioso, tiene razón. En España, casi cualquier pretensión de objetividad quedó descartada. Herbert Matthews, el corresponsal del New York Times en el bando republicano y su homólogo en el New York Herald Tribune, Vincent Sheean, mandaron telegramas desde el campo de batalla en España al presidente Roosevelt urgiéndole a enviar armamento aéreo para que los republicanos no perdiesen. Nunca se ha visto a periodistas que hagan algo así hoy en día. Creo que se dejaron llevar por el momento, por la excitación de cubrir una guerra, por aquella tragedia. Esto les pasó a muchos periodistas que estuvieron allí. Ernest Hemingway, por supuesto, era el periodista más famoso y era un descarado partidario de la República. William Carner, el corresponsal del New York Times en el bando nacional, era un seguidor absoluto de Franco y los nacionalistas y años después de jubilarse encontró trabajo como propagandista de la España del dictador en Estados Unidos.

También escribe sobre un hombre de Nueva Orleans cuyo abuelo había sido dueño de esclavos. Y al mismo tiempo, un hombre negro que lideró una unidad de combatientes americanos en la Brigada Lincoln. ¿Hasta qué punto fue la guerra una oportunidad para algunos combatientes de encarnar los ideales políticos que les habría gustado ver en Estados Unidos?

Creo que era una oportunidad. Combatir el legado de la esclavitud, la vida americana extremadamente segregada en ese momento, era algo muy importante. Esta era la primera vez que americanos negros y blancos servían juntos en unidades militares y sí, en un momento dado la Brigada Lincoln tuvo un comandante negro, seguro que es la primera vez que pasó algo así entre las fuerzas armadas americanas y solo sucedería en el ejército americano años más tarde.

El Gobierno de EEUU se mantuvo neutral durante la guerra. Otro de los personajes de su libro, Torkild Rieber, el director ejecutivo de Texaco, no se mantuvo tan neutral, ¿no? Hizo negocios con Franco para suministrar combustible a su bando. ¿En qué consistió ese acuerdo? 

Los libros de historia dicen que Estados Unidos fue neutral en la guerra. Pero una compañía americana, Texaco, suministró al general Franco mucho petróleo durante el conflicto. Quise saber más sobre Torkild Rieber, el jefe de Texaco y un personaje peculiar, muy de derechas. Le gustaban los hombres duros, los dictadores, ya fuese Hitler, Mussolini, Franco o más tarde el Sha de Persia. Antes del comienzo de la guerra, Texaco tenía un contrato para suministrar petróleo a la Compañía Nacional de Petróleo de la República, pero tan pronto como la guerra empezó Rieber cambió de bando y ordenó a las instalaciones de Texaco dejar de vender petróleo a la República. Decidió hacer negocios con Franco vendiéndole petróleo con un gran descuento. Se lo vendió a crédito, lo que era una violación de la ley americana, transportando el petróleo a España en barcos americanos, petroleros de Texaco, lo que era otra violación de la ley. Suministró al bando nacional una gran cantidad de información de los servicios de inteligencia, porque al ser una multinacional petrolera, Texaco poseía muelles de carga, instalaciones y puertos en todo el mundo. En todos estos sitios se dieron instrucciones que decían “envíen información de inteligencia sobre los suministros de petróleo para la República”. Y esta información se la pasó Texaco al mando nacional. La información contribuyó al hundimiento o captura de al menos uno o dos petroleros de la República. Esto lo ha descubierto el investigador español Guillem Martínez Molinos en los últimos años, quien muy generosamente ha compartido los documentos conmigo. Sus descubrimientos son extraordinarios.

Texaco también estaba cerca de los nazis, ¿no? ¿Qué hizo Rieber tras la Guerra Civil?

No tuvo ningún problema por suministrar petróleo a Franco. El Departamento de Justicia americano le multó levemente, básicamente la Administración de Roosevelt no quería tener nada que ver con España, ni siquiera procesar a Rieber por violar la ley americana. En 1940, después de que la Guerra Civil acabase, Estados Unidos seguía haciendo negocios con la Alemania nazi. Rieber era propenso a contratar nazis. Resultó que un alemán que trabajaba en Texaco en Estados Unidos compartía información de inteligencia con un alemán que trabajaba para Texaco en Berlín. Los servicios de inteligencia ingleses descubrieron algo de esto, probablemente poniendo la oreja en el cable transatlántico. Filtraron la historia al New York Herald Tribune y forzaron a Rieber a dimitir. Pero recibió una gran indemnización de Texaco. Tuvo suerte porque Franco le nombró lobbista jefe en Estados Unidos del monopolio petrolero de los nacionales.

En el libro hace una pregunta retórica, si no le importa se la voy a hacer a usted, como no retórica: “¿Qué aprendieron los Lincolns de ellos mismos, de la guerra y del país que decidieron defender y del que se habían ido? ¿Se arrepintieron?”.

Es muy difícil encontrar a un Lincoln que sobreviviese y dijese que se arrepentía de haber luchado para la República, incluso aunque hubiese distintas vías políticas. Creo que todos saben que aquella guerra, como casi todas las guerras, no salió de la manera que esperaban. La victoria no fue rápida. La guerra no fue ni gloriosa ni romántica. Lucharon en condiciones lamentables. Las armas que se les dio nunca fueron tan buenas como las del bando nacional.

Pero al mismo tiempo, parece que los ciudadanos de la República les  recibieron calurosamente, estaban muy sorprendidos y emocionados porque aquellos jóvenes hubieran cruzado el océano para luchar por ellos. Años después, en el 50 y 60 aniversario del inicio de la guerra, fueron homenajeados con enorme fervor por la gente en España, incluso la policía tuvo que contener a las masas en la estación de tren de Barcelona. Así que creo que sintieron que habían hecho una cosa buena. El hecho de que  España sea hoy, con todos sus problemas, una democracia, significa, en cierto modo, que ellos ganaron la guerra, pero muchos años después. 

 

Adam Hochschild (Nueva York, 1942)  está interesado en los eventos históricos que producen personajes épicos y extraordinarios. Reputado historiador estadounidense y cofundador de la revista Mother Jones,  Hochschild ha escrito sobre la explotación genocida del Congo a manos del rey Leopoldo...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Álvaro Guzmán Bastida

Nacido en Pamplona en plenos Sanfermines, ha vivido en Barcelona, Londres, Misuri, Carolina del Norte, Macondo, Buenos Aires y, ahora, Nueva York. Dicen que estudió dos másteres, de Periodismo y Política, en Columbia, que trabajó en Al Jazeera, y que tiene los pies planos. Escribe sobre política, economía, cultura y movimientos sociales, pero en realidad, solo le importa el resultado de Osasuna el domingo.

Autor >

Traducción: Adriana M. Andrade

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

3 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Juan

    Amigo zeev, no confunda judío con Israel. Es una confusión muy común, aunque supongo que en su caso, no es desinteresada (ni tan siquiera un error por su parte). Excelente entrevista :)

    Hace 7 años 8 meses

  2. zeev

    Correccion de mi propio texto La mayoria de lo combatientes norteamericanos de las brigadas eran judios y un tercio de todos los brigadistas de todo el mundo eran judios,, aunque los judios no eran ni el uno por ciento de la humanidad de aquel entonces ese 30 por ciento de judios brigadistas fueron a morir por España . ¿y como les pago España los judios ? , CON TRAICION Y OLVIDO , en efecto Mientras que Israel nunca reconocio a Franco , los arabes , TODOS ELLOS SIN EXCEPCION si lo hicieron , cuando llego la democracia lo primero que hicieron los españoles fue reconocer a la OLP presidida por Yasser Arafat que su carta "MAGNA" desconocia la existencia de Israel y SOSTENIA QUE SU META ERA la destruccion de Israel.............tardaron 15 años o mas a los españoles en reconocer a israel y durante ese lapso tuvieron varios gobiernos e distito signo.......lo que significa que estar agradecidos es algo que los españoles no saben estar....yo diria que es algo que no va con el compromiso el honor y se asemeja mas a la traicion y a los intereses espurios , los nombres de los judios que murieron por España quedaran para siempre en la memoria de aquellos que si recordamos , para reclamarles a los que prefieren el olvido la traicion que para nosotros su taicion NO PASARA !!!!!!

    Hace 7 años 8 meses

  3. zeev

    La mayoria de lo combatientes norteamericanos de ls brigadas eran judios y un tercio de todos los brigadistas de todo elñ mundo eran judios aunque los judio sno eran ni el uno por ciento de la humanidad fueron a morir por España . ¿y como les pago españaa los judios ? mientras que israel nunca reconocio a Franco y los rabes si lo hicieron , cuando llego la democracia lo primeroque hicieron los españoles fe reconocer a la OLP presidida por araat que su carta organiga desconocia la existencia de isrel y proponia la destruccion de israel.............tardaron 15 años o mas los españoles en reconocer a israel y durante ese lapso tuvieron varios gobiernos e distito signo.......lo que significa que estar agradecidos es algo ue los españoles no saben estar....yo diria que es algo de deshonor

    Hace 7 años 8 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí