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Guerras culturales en Cataluña: el 1714 contra el antifranquismo

Una exposición con dos esculturas franquistas, que se inaugurará en octubre, enfrenta a los partidos nacionalistas y al Ayuntamiento

Nuria Alabao 5/08/2016

<p>Propuesta para el exterior del Museo del Born.</p>

Propuesta para el exterior del Museo del Born.

Julia Schulz-Dornburg

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En Barcelona la temperatura política no ha bajado con el avance del verano. Agosto ha arrancado con una guerra cultural entre los partidos nacionalistas –ERC y PDC– y la Alcaldía de la ciudad. El motivo es una exposición que se inaugurará en octubre y que exhibirá dos esculturas franquistas en la explanada que precede al Centro de Cultura y Memoria del Born. Las esculturas –hoy en almacenes municipales– serán parte de la muestra “Franco, Victòria, República. Impunitat i espai urbà”, una propuesta de la alemana afincada en Barcelona, Julia Schulz-Dornburg. El martes pasado, justo cuando La Vanguardia se hizo eco de la futura exposición y la polémica saltó a los medios y las redes, el presidente del grupo municipal de ERC, Alfred Bosch, pidió que no se expongan las esculturas en el espacio público. Y en concreto, en la explanada de El Born, de significado particular para el nacionalismo catalán.

Lo que ERC no quiere que se exhiba es la efigie de un Franco a caballo y sin cabeza, ya que fue misteriosamente decapitado en los almacenes municipales. Según los mossos, el destino probable de la cabeza fue el mercado negro de coleccionistas. Además del dictador descabezado se expondrá una figura femenina –la Victòria– de Frederic Marés que formó parte de un conjunto escultórico destinado a señalizar la encrucijada de Paseo de Gracia y Diagonal como homenaje a la victoria fascista del 39. Las dos esculturas –sobre raíles para simbolizar su emergencia en el espacio público– se mirarán cara a cara para interrogarse mutuamente sobre su lugar en el mundo. (Y el de la memoria, el destino de los monumentos y su utilización política.) Esta pareja de estatuas permanecerán bajo una sombra que quiere representar la de una efigie republicana que antecedió a la Victòria de Marés antes del golpe militar y que con la democracia fue rescatada para una plaza de Nou Barris, ahora renombrada como de la República por el actual ayuntamiento hace menos de un mes.

Esta será la escena exterior, en el interior del Museo, unos paneles explicarán los azares de estas esculturas y mostrará fotos de sus antiguos emplazamientos. La muestra, de acuerdo con el proyecto, está pensada para abrir la reflexión sobre el uso político de las obras de arte y su transformación a lo largo del tiempo. Es decir, sobre la capacidad de los poderes institucionales de imponer a la ciudad significados a partir símbolos urbanos dibujados y redibujados a golpe de acontecimientos históricos. Una buena metáfora de la misma polémica que ha generado esta exposición es la disputa por el sentido de determinados hitos memorialísticos como el propio Museo del Born que alojará la exposición. Este museo fue inaugurado por el anterior alcalde, Xavier Trias –PDC antes CDC– y hasta hace poco estaba dedicado casi exclusivamente a la historia de la Barcelona arrasada por las tropas borbónicas de Felipe V en la guerra de Sucesión de 1714, la “zona cero de los catalanes”, según su primer director, Quim Torra. Se inauguró como preludio a los fastos del tricentenario en 2013 y desde entonces se ha convertido en un icono de la reivindicación nacionalista. En el interior de lo que fue un mercado de hierro del S.XIX, se pueden contemplar restos de la ciudad de principios del S.XVIII, que fueron descubiertos durante una reforma, aunque los hallazgos se remontan a la Barcelona medieval que no está representada en el conjunto. El nuevo ayuntamiento de Bcomú, amplió el espectro de contenidos que puede albergar el Museo, le añadió el apelativo de “de la Memoria” y programó exposiciones como la que nos ocupa.

Guerra de declaraciones

En este marco es en el que se ha desarrollado la polémica. El mismo día, el regidor del Partido Demòcrata, Jaume Ciurana, también criticó la muestra apuntando (tal cual) que “banalizaba” el franquismo. Por su parte Joan Tardà, líder de ERC tuiteó: "@AdaColau exponer unos días en la calle a Franco cuando hay miles de víctimas sin reparación es normalizar la anomalía. Por favor, no lo hagas".

Desde BComú se defendió, a su vez, la intención "pedagógica" de la muestra. Así lo ha expresado Gerardo Pisarello, primer teniente de alcalde, quien recordó que ésta se inscribe en un proyecto más amplio que incluye una exposición complementaria sobre la tortura durante el franquismo. Por su parte, Xavier Domènech, líder de En Comú Podem y ex Comisionado de Memoria del Ayuntamiento ha recordado en Facebook que una exposición no puede equipararse al "mantenimiento de estatuas franquistas como se hace en otros lugares" –en referencia a Tortosa, donde el alcalde de CiU apoyó que no se retirase un monumento franquista como dicta la ley de Memoria Histórica y que ganó una consulta popular al respecto–. El actual Comisionado, Ricard Vinyes, ha escrito una reflexión sobre el caso en la que dice que entiende "la memoria como un derecho civil que la administración ha de garantizar y regular para que todos los que quieran tener acceso a la construcción de la imagen del pasado lo puedan hacer".

Imagen del proyecto de Julia Schulz-Dornburg.

Imagen del proyecto de Julia Schulz-Dornburg.

Las guerras culturales de hoy se juegan en los medios y en las redes. Entre el alud de opiniones, críticas y réplicas, juegan un papel político destacado las de asociaciones como la Amical de Mauthausen que a través de su presidente Enric Garriga, ha criticado también la muestra: "Todavía no se ha hecho la suficiente revisión, petición de perdón y reconocimiento de culpabilidad de la represión franquista", lo que debería ser el paso previo para poder defender la exhibición de las estatuas". La contrarréplica en la guerra de legitimidades no se ha hecho esperar y la Asociación Catalana de Ex Presos Políticos del Franquismo ha mostrado su apoyo a la exposición a la que "saludan como una manera más de explicar lo que fue la dictadura, la lucha antifranquista y la represión".

'Cultural wars' y la construcción de la nación

Más allá de los argumentos de los líderes políticos, hay algo por debajo que resulta evidente pero que no se explicita en el debate oficial. Ha habido otras exposiciones donde se han exhibido símbolos franquistas y que no han generado tanta polémica. ¿Por qué esta vez sí? El historiador Hernández Cardorna lo ha dicho claramente: "Es un nuevo ataque al Born". Y el anterior director del museo, Quim Torra, que fue nombrado por CDC, ha pedido que las esculturas franquistas se exhiban en otros emplazamientos distintos. Mientras, la Asociación Catalana de Ex Presos Políticos del Franquismo ha cerrado su comunicado celebrando que el Born se dedique a otras exposiciones históricas “más allá del acontecimiento de septiembre de 1714”, “abriendo la posibilidad a otros momentos relevantes de nuestra historia”.

Imagen del proyecto de Julia Schulz-Dornburg.

Imagen del proyecto de Julia Schulz-Dornburg.

Desde esta perspectiva, la guerra de las estatuas es una escaramuza más del combate cultural por el uso de la memoria histórica o de la interpretación de la historia para la “construcción de la nación”. Pero la manera en la que se ha producido este debate marca un antes y un después, porque por primera vez en Cataluña se ha roto la unidad del discurso antifranquista que desde la Transición había sido instrumento de construcción nacional compartido. En esta escalada de polarización, los artífices del processisme no han considerado prioritario mantener el consenso sobre esa parte del pasado, mientras han defendido férreamente la interpretación de un conflicto dinástico del Antiguo Régimen. Es decir, se han deshecho del antifranquismo como mito común –el antifascismo es un mito fundador para muchas democracias europeas– para posicionar el 1714 y reinterpretar así los últimos 300 años en clave de ocupación española de Cataluña.

Al fin y al cabo, a una parte del nacionalismo catalán le incomoda la memoria antifranquista y republicana, que no deja de ser una memoria que se comparte con el resto del Estado español y que muchas veces tiene una interpretación también en clave progresista. Por el contrario, la memoria del 1714, como hecho fundante de la construcción nacional catalana, es netamente anti española y suficientemente ambigua en clave social para ser compartida por todos.

La reacción visceral de CDC/PDC responde, además, al pánico porque perciben que van perdiendo capacidad de generar el relato sobre lo que Cataluña es y tiene que ser y que han manejado desde la Transición. Una pérdida que corre en paralelo a su retroceso en las instituciones, aun cuando conservan buena parte de los medios y la Generalitat. En general, CDC nunca se llevó bien con la memoria de la República aunque sí reivindicaron la legitimidad antifranquista de Pujol, represaliado por el Régimen. Quizás con el objetivo de sortear mejor el hecho de que incorporasen a algunos alcaldes franquistas en las filas de la primera CDC.

Para ERC este combate responde netamente a la lucha por la hegemonía dentro de la izquierda catalana. Ya en las pasadas elecciones eligieron a En Comú Podem como la pieza a batir, el principal enemigo. Al fin y al cabo ECP les disputa los significantes de izquierda, mientras que Esquerra necesita avivar constantemente los conflictos nacionales para legitimar la Gran Coalición de la que forma parte en el gobierno de la Generalitat.

En Barcelona la temperatura política no ha bajado con el avance del verano. Agosto ha arrancado con una guerra cultural entre los partidos nacionalistas –ERC y PDC– y la Alcaldía de la ciudad. El motivo es una exposición que se inaugurará en octubre y que exhibirá dos esculturas franquistas en la...

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Nuria Alabao

Es periodista y doctora en Antropología Social. Investigadora especializada en el tratamiento de las cuestiones de género en las nuevas extremas derechas.

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15 comentario(s)

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  1. johannes

    LA izquierda antifranquista??? Los comunistas abandonaron la lucha contra els fascismo con los acuerdos Ribentrop-Molotov. Entre dictadores siempre se entienden.

    Hace 8 años

  2. Pedro Pablo

    ¿Lo de cambiar el nombre de Plaza de LLucmajor a Primera República también es cosa de la guerra de los nacionalistas? ¿Lo de pedir licencia de obra a la Sagrada Familia a estas alturas también? La Coronela, Pérez Andújar (que ha insultado a media Barcelona), etc... Lo del Born es un intento burdo de BeC de confrontar antifranquismo con nacionalismo catalán, y ha acabado como era previsible que acabaría. Y no fueron los nacionalistas los que parieron esta exposición. Lleváis 16 meses buscandoles las cosquillas a todo el mundo con mierdas como esta de las guerras culturales, y encima lo hacéis con solo 11 concejales, a mi me habéis perdido, no vote para enfrentarme a los únicos que están cuestionando abasallador poder central. Y menos aun para satisfacer resentimientos de nacionalistas españoles, que haberlos en la izquierda haylos como en la derecha. Ir al escenario de un ataque a la población civil por parte de militares españoles, a exponer una estatua de Franco (¿no habían mas sitios? no, que tocasen mas los huevos), que bombardeo Barcelona es una provocación. Una exposición tan chapucera que ni entendió que un Franco sin cabeza significa lo mismo que uno con cabeza. Fascismo y dolor.

    Hace 8 años

  3. Manuel

    Totalmente de acuerdo con 9 Paubcn y con 11 Antoine y 12 Zappa. Pero es que el cinismo de este articulo llega al punto del que la autora en dia de ayer confeso la verdadera intencion de la muestra por twitter. Que no era otro que combatir nacionalistas y ganar la hegemonia para Colau. Ni un gramo de preocupacion por el franquismo o el antifranquismo. https://twitter.com/KasperJuul_0/status/789375520483966976

    Hace 8 años

  4. Alex

    Cualquiera que siga a esta señora en twitter sabe que hace tiempo que enloqueció. Le falta un "putos catalufos" para convertirse en otra Marina Pibernat.

    Hace 8 años 3 meses

  5. Joan

    Aquesta obsessió de la Sra Núria Parlon (i de molts dels seus co-religionaris) de fer desapareixer la història de la resistència catalana davant de l'opressió espanyola, només te una o altra explicació : o bé estan al costat dels opressors o be és un cas psicològic d'auto-odi.

    Hace 8 años 3 meses

  6. Uriuri

    Paubcn, la lliga estuvo con los nacionales...

    Hace 8 años 3 meses

  7. Uriuri

    A BEC no le gusta el uso que se ha hecho del Born por considerar que tiene una intención política de cara a promover la independencia. Por otro lado ERC y PDC saben perfectamente que esa exposición no exalta el franquismo, sino todo lo contrario, pero les molesta que se utilice el Born para una exposición que no esté directamente relacionada con la identidad catalana. Estaría bien que fueran ambos un poco sinceros; que BEC diga alto y claro que considera (equivocados o no) que la exposición del Born es propagandística; y que ERC y PDC digan de una vez que lo que quieren es que el Born se dedique exclusivamente a hablar de la guerra de secesión en lugar de meterse en el cenagal de la guerra civil, donde claro, quizás debería hablarse del papel del nacionalismo catalán burgués que estuvo al lado del franquismo. De cara al procés el 1714 es ideal, la guerra civil no tanto, ya que hubo catalanes y catalanistas en ambos bandos.

    Hace 8 años 3 meses

  8. jordi

    És absurda aquesta batalleta cultural de memòries històriques. Tant important és reivindicar la resistència popular de 1714,com l'antifeixisme del 36. Per mi no hi ha cap contradicció.. Fan molta pena tots plegats,començant per ERC i PDC per considerar exaltació feixista l'expo aquesta i acabant pels de BEC despreciant l'espai 1714 del Born i la pròpia Alabao titllant ERC de feixistes.

    Hace 8 años 3 meses

  9. zalillo

    ¿Pero estamos en el 2016?

    Hace 8 años 3 meses

  10. Miguel

    Que dice Paubcn que los únicos que se enfrentaron al franquismo fueron el centro y centro-derecha catalán y vasco. Fin de la cita.

    Hace 8 años 3 meses

  11. Francesc

    Des de la distància,crec que s'està davant d'una mostra més de com ha degenerat l'anomenat "procés"una part dels seguidors del qual es dedica a estimatitzar qualsevol iniciativa que prengui Colau.No no sóc ni de Catalunya ni hi vis i,per tant,tant se me'n dóna Colau o Puigdemont.El que crec és que l'exposició és una bona idea i l'antifranquisme de la societat catalana no s'ha de fracturar per sectarisme polític d'alguns més papistes que el papà i que volen donar lliçons del quer no poden

    Hace 8 años 3 meses

  12. Paubcn

    La "guerra cultural" no es como dice la articulista, de "1714", el nacionalismo catalán,contra el "antifranquismo", sinó al contrario, es el intento de usar el antifranquismo para atacar el catalanismo politico y cultural por parte de una cierta "izquierda" profundamente ligada al proyecto nacional español. Tiene guasa que se ponga en duda el "antifranquismo" del centro y el centro-derecha nacional catalán para intentar desacreditarlo, cuando es junto al centro y centro-derecha vasco, el único que se ha enfrentado a esta ideologia reaccionaria y autoritària. Que este centro y centro-derecha no comulgue con el discurso oficial del antifranquismo de "izquierdas" y que condene los excesos y crimenes de la retaguardia catalana, que lanzó medio país contra el regimen republicano, y dividió profundamente la sociedad, no se puede usar para poner en duda su compromiso con la democràcia desde siempre.

    Hace 8 años 3 meses

  13. Javier Medrano

    ¿Sabrá la gente qué quiere decir ‘demagogia’ o ‘sectarismo’ cuando se llena la boca con esas palabras que a menudo les vienen grandes? Porque reaccionar a este artículo dicien-do que es franquismo es de todo punto desaforado, por decirlo suavemente. Quizá la res-puesta de Núria Alabao no sea la correcta, o quizá sí, ahí está el debate para dirimirlo. La lectura del impecable artículo de Ricard Vinyes puede ser un buen punto de partida. Pero lo que sí es un acierto, y eso convierte el texto en necesario, es plantearse la pregunta como lo hace la autora: ¿a qué obedece la simplicidad con que Bosch i Ciurana han reac-cionado a este asunto? A lo que añado: ¿y a qué tanto talante inquisitorial en España ―y Catalunya?

    Hace 8 años 3 meses

  14. Antoine

    Tendencioso, partidista...artículo que defiende a una parte concreta con la que la autora mantiene estrechos vínculos. Decir que en Catalunya se quiere olvidar la memoria de la republica, memoria que comparte con el resto de España, es una falsed8ahi está ad, ya que ni es compartida (el asesinato de Nin, las palabras sobre Catalunya de Negrín...) ni sus aspectos positivos han sido olvidados por el processisme (ahí está ERC). Los catalanes estamos de acuerdo en la exposición, no así en su ubicación: porque no se hace en el campo de la bota?. Que se haga en el Born, donde se quiere diversificar para así maquillar su poso histórico, en vez de en lugares donde el franquismo (y cierto republicanismo) cometieron ATROCIDADES, demuestra que quien quiere imponer una visión de la historia partidista no son precisamente los independentistas.

    Hace 8 años 3 meses

  15. Zappa

    El nivell de demagògia d'aquest article és espectacular. Però absolutament espectacular. Qualsevol cosa semblant a la imparcialitat de l'autora, al distanciament de l'autora respecte els dos hipotètics bàndols en disputa és 100% inexistent. Això ni és periodisme, ni és reflexió, ni és res més que pur i autèntic sectarisme. Tot ben embolcallat de mentides, tergiversacions i un clar i cristal·lí odi cap al catalanisme. Què era el franquisme al capdevall? El franquisme era, entre altres coses, articles com aquest.

    Hace 8 años 3 meses

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