Mi nombre es Jorge J. Pérez. Nací hace 29 años en el corazón del Cerro, en La Habana. Mi obsesión es robarle historias al tiempo, eso soy. Más que un fotógrafo, soy un ladrón de recuerdos, de memorias, de historias que pretendo capturar con cada imagen.

Con ellas saco a la luz mis fantasmas, mis nostalgias, mis amores y desamores, mis dolores y alegrías. Porque en cada una encuentro un rasgo de mi propia historia. Hoy vivo en la otra capital de los cubanos: la ciudad de Miami. Llegar aquí ha sido el final de una etapa en mi vida y el comienzo de otra. Todo cambia, desde el hogar, las amistades, la rutina diaria y el idioma.

Por eso este trabajo va titulado Adiós a Cuba, como la hermosa canción del compositor cubano Ignacio Cervantes, compuesta al ser expulsado de nuestra patria por las fuerzas españolas en el siglo XIX.

No es el hecho de decir adiós, sino que en cada una de mis imágenes tomadas antes de emigrar, estaba llevándome y despidiéndome de cada pedazo de vida que me queda en nuestra isla.

Porque allí, aun están esos recuerdos hechos imágenes: los abrazos de una madre, un atardecer desde el muro del Malecón, una vieja canción o algún que otro beso arrebatado a un viejo amor.