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Benedicto XIII, más conocido como el papa Luna, sigue siendo un hereje o antipapa para la Iglesia católica. Murió hace seis siglos en el castillo de Peñíscola, donde se mantuvo “en sus trece” (una frase de uso común que tiene su origen en su tenacidad a la hora de defender sus convicciones). Nunca renunció a ser Papa porque se consideraba el único legítimo por haber sido elegido, en aquel tiempo de división en la Iglesia católica, por los cardenales en Aviñón.

El documental 600 años sin descanso. El papa Luna trata de reivindicar la "figura maltratada durante 600 años" de Benedicto XIII, considerado el "primer antipapa español", explica el director, Germán Roda. Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor (Illueca 1328-Peñíscola 1423) fue nombrado Papa a finales del siglo XIV y poco después fue obligado a renunciar en medio del Cisma de Occidente por la presión de las tropas francesas que lo asediaron durante cinco años en el palacio de Aviñón. Escapó y se marchó al castillo de Peñíscola (Castellón), donde residió hasta su muerte. 

El largometraje se estrenó en Zaragoza y Madrid a primeros de julio. Ahora ha comenzado una ruta por los lugares más señalados en la vida del papa Luna. Primero recaló en Illueca (20 de agosto) y llenó la plaza de España. Un silencio respetuoso se mantuvo durante la hora de proyección en una fría noche de cine al aire libre dedicada al vecino más universal de ese municipio zaragozano.

En Calatayud se presentó en la iglesia de Santa María a principio de septiembre, con un gran éxito de público, y en el castillo de Peñíscola recalará el último día de este mes. Además, está previsto que se emita en las cadenas Aragón Televisión y TVE, coproductoras del documental, antes de fin de año.

Este trabajo, que se ha grabado en cuatro países (España, Francia, Italia y Escocia, Gran Bretaña), pretende "recuperar un personaje español cuya historia estaba mal contada porque toda la imagen de Papa español o "antipapa" es mala", señala el director. La productora Estación Cinema, dirigida por Patricia Roda, remitirá el documental al papa Francisco para que la Iglesia católica pueda modificar su concepto y no lo considere un hereje. La intención es enviarle una carta y un link para que pueda ver el trabajo y contemple las similitudes entre el papa Luna y el papa Francisco.

El director de la película, Germán Roda, asegura que el Cisma de Occidente "fue uno de los periodos más oscuros de la Iglesia católica", situación que emborronó la imagen de Benedicto XIII, “un hombre con una gran formación y un adelantado a su tiempo". Sin embargo, al preparar la película, Roda comprobó que “la gente no tenía en buena estima al papa Luna porque pensaban que era un hereje, un testarudo y un cabezón”. Esa idea se desvanecía al ir realizando entrevistas a personajes que desvelan quién fue y qué papel jugó en la historia el Benedicto XIII. El escritor Javier Sierra, el historiador José Luis Corral o el sacerdote e investigador Ovidio Cuella explican en el documental que “era una persona inteligentísima, valiente y con una oratoria excepcional”.

Al morir, a los 95 años en el castillo de Peñíscola, hubo romerías para recordar su figura. “Hasta muerto, el papa Luna tenía el favor del pueblo y más cariño de la gente que el papa que lo sustituyó y estaba vivo; así pasó y lo dicen las crónicas. A un papa malo no lo recordarían como a él”, apunta Roda.

El robo del cráneo, por el que reclamaban un millón de pesetas, permitió recobrar al papa Luna

“Ovidio Cuella es la persona que más sabe del papa Luna porque pasó diez años en el Vaticano estudiando las bulas de Benedicto XIII”, explica Roda. “Espero que la gente se quede con la idea de Ovidio, que explica en el documental que el papa Luna hizo siempre lo que consideró mejor para la Iglesia y contó siempre con muchos seguidores porque no le interesaba tanto el poder como el interés de la gente”, añade el director, que, además, asegura que “de la historia del papa Luna se han contado más las sombras que las luces y este trabajo quiere destacar las luces, reivindicar la figura del papa Luna”.

El documental está concebido como "un thriller de suspense" porque comienza con el robo del cráneo del papa Luna en abril de 2000 en el palacio de Argillo, en Sabiñán (Zaragoza), que es propiedad de la familia Martínez Bordiú. Roda detalla que tenía "todos los ingredientes de una buena historia", es decir, intriga, luchas por el poder, la Iglesia Católica, una investigación forense y una policial.

La noticia de una “gamberrada”, como califica Roda al robo del cráneo por parte de dos hermanos y al chantaje al que sometieron al entonces alcalde de Illueca, al que reclamaban un millón de pesetas para recuperar la reliquia, permitió recobrar la figura del papa Luna. De hecho, la información, que publicó Heraldo de Aragón, tuvo una enorme repercusión en los medios internacionales y apareció en The Washington Post, The New York Times, L'Osservatore Romano y en medios nacionales como El País y El Mundo.

Los ladrones, invitados

El equipo contactó con los dos ladrones del cráneo y les invitó a participar en la película. “Al principio, fueron reticentes, después proclives y, al final, hubo desencuentro”, explica Roda. “No teníamos ninguna intención de sacar nada malo de ellos, sólo queríamos contar su versión porque a nosotros sólo nos parecía una gamberrada, pero en los pueblos esas cosas no se olvidan nunca y ellos continúan viviendo en Sabiñán, el pueblo donde se guardaba el cráneo y donde lo robaron”, añade.

La tarea de documentación sirvió para descubrir hechos curiosos. Por ejemplo, gracias a seis bulas de Benedicto XIII se fundó la prestigiosa universidad escocesa de Saint Andrews, donde estudian los hijos de los reyes de Inglaterra. “Cuando le retiraron el papado en Aviñón la mayoría de las coronas europeas le retiraron su apoyo, sólo los reinos de Aragón y Escocia continuaron apoyándole”, adelanta Roda. En su honor, el escudo de la universidad recoge la media luna hacia abajo, símbolo del Papa Luna.

La Universidad de Saint Andrews fue creada por una bula del papa Luna

Esa relación llegó hasta el punto de que la Universidad de Saint Andrews, donde se ha grabado, fue creada por una bula del papa Luna. “Siguieron apoyándolo pasado el tiempo y todavía sigue vivo, porque en el escudo de la universidad aparece la media luna del papa Luna”, menciona. “Ha quedado el recuerdo, una réplica del cráneo y el cariño que tienen al fundador de la universidad procedente de un pequeño pueblo de Aragón”.

600 años sin descanso. El Papa Luna se ha grabado en cuatro países (Italia, Francia, Gran Bretaña y España). El director cree que el documental puede tener tirón en todo el mundo “porque es un personaje global”. “El principal interés está en España, pero también en Escocia, por su especial relación con la universidad de Saint Andrews; en Francia, por su etapa papal en Aviñón y el tiempo que estudió Leyes en la universidad de Montpellier; y en Italia, por la presencia del Vaticano. Además, estoy convencido que en Latinoamérica también puede tener recorrido porque es el único sitio del mundo en el que la Iglesia católica está creciendo y el número de fieles crece”, apunta Germán Roda. “Al verlo conocerán la otra historia del papa Luna porque, seguro, que lo que sepan de él será malo. Abrirán los ojos y tendrán otra opinión al conocer esta parte de su historia”, asegura. 

Conservar la reliquia

El forense Salvador Baena, que dirigió la investigación para determinar que el cráneo sustraído pertenecía, efectivamente, al papa Luna, ha reconocido la pasión con la que vivió su equipo esas labores, en las que participaron laboratorios e instituciones internacionales, y que derivó en un afán por la reconstrucción de la vida del propio personaje y su peculiar forma de entender la religión. Algo que también compartió el equipo multidisciplinar de guionistas, formado por los periodistas Ramón J. Campo y Alberto Baeyens y el escritor David Lozano, lo que permitió enfocar la historia desde una perspectiva literaria, periodística y científica.

Mientras tanto, Peñíscola, municipio castellonense donde se refugió el papa, Illueca, localidad zaragozana donde nació, y Sabiñán, también en la provincia de Zaragoza y lugar en el que se conservó el cráneo durante 200 años, reclaman la reliquia. Ya ha sido catalogada como un bien de interés cultural y se custodia y conserva en el Museo Provincial de Zaragoza, aunque nunca se ha expuesto y no está previsto hacerlo próximamente.