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Para mí (y no sé de ningún otro sitio desde donde pueda escribir) hay libros que aparecen justo cuando hacen falta. Y el de Roberto Blatt, Biblia, Corán, Tanaj. Tres lecturas sobre un mismo Dios, es exactamente eso. Un trabajo de años que llega, por fin, cuando ya parece imprescindible. Y de urgente lectura.

No hace falta mostrar el panorama, el momento que estamos viviendo, pero un par de pinceladas (algo simples, en mi caso) no vendrán mal, digo yo. La irrupción de las políticas islamistas globalizadas y su estela de terror, por un lado, y la securityzación,  los recortes de libertades democráticas por otro. El sentimiento antimusulmán, la llamada “islamofobia”. El antisemitismo recuperado en toda Europa, y cruzado por ese terrorismo selectivo que se da tanto en las calles de Israel como en las ciudades europeas, y hablo de los degollamientos individualizados, además de los atentados contra espacios judíos, de culto o no.  Las guerras propagandizadas en toda la zona del Golfo, y sus al menos confusas estrategias. La llamada crisis de los refugiados, y la existencia de campos de concentración en toda Europa incluso en España. Las políticas y las economías de la madre de todas las crisis. En fin. 

El libro de Roberto Blatt, recién publicado por Turner, no es un libro político, es otra cosa. Pero tiene una indudable lectura política,  ineludible cuando se habla de las religiones organizadas, y muy especialmente de las tres monoteístas, ese formidable aparato triforme que ha configurado, unos desde antes, otros desde después, el mundo que conocemos. No sé si decir que occidental, o que irremediablemente globaloccidental.  En cualquier caso, esa lectura estaría al final de su aportación, después del severo análisis textual, histórico, y de las diferencias en la concepción de lo divino por parte de las tres religiones organizadas, el Judaísmo, el Cristianismo, el Islam.  Lo que prueba Roberto Blatt es que cada una de las tres religiones, desde su lectura de la divinidad única, ha elaborado una concepción del dogma,  pero también de la historia y de la construcción de la sociedad (el “buen gobierno”, que dice él). 

Y lo hace recorriendo, primero, los textos fundantes --la Tanaj, que son los veinticuatro libros  del Antiguo Testamento judío; la Biblia cristiana, que incluye el Nuevo Testamento y buena parte de estos libros, y el Corán, que se propone como la revelación definitiva para el Islam-- pero, enseguida, la historia de los grupos humanos que suscriben esas creencias organizadas, y esa misma organización, y la evolución de sus pensamientos comúnmente admitidos. La interpretación que a lo largo de esa historia se va haciendo, y que incluye una manera de leer (o de prohibir leer) los textos sagrados, revelados. Y es una historia de enfrentamientos, una dinámica de confrontación, en la que no faltan las alianzas más o menos puntuales, las disensiones internas en cada grupo humano,  las catástrofes como las dos  destrucciones del Templo de Jerusalén o el Holocausto, los enfrentamientos muchas veces bélicos. Las más. Y la manera en que se han configurado modos de ver el mundo muchas veces irreconciliables. Particularmente tras la irrupción de la modernidad y la implantación del laicismo. 

Me resulta difícil escribir sobre este libro, que he tenido la suerte de leer desde sus primeras versiones, y lo hago desde una perspectiva agnóstica, pero una formación católica, que familia, teresianas y jesuitas de Deusto marcan mucho. Me es difícil por la magnitud del tema y las mil ramificaciones de todo orden que este texto de “religiones comparadas” no sólo presenta y aclara, sino que plantea como interrogantes abiertos a una reflexión fundamental sobre el presente.  Porque, además de la aportación exhaustiva de datos históricos y filosóficos --reconozco que los que se refieren al Islam son los que menos conocía, y algunos de ellos me han sorprendido mucho-,  planta en cada una de las tres religiones del Libro las raíces de lo que nos pasa. 

¿Cómo se ha formado la idea de extraterritorialidad del pueblo judío, y cómo la del muy reciente Estado de Israel? ¿Qué relación existe entre el catolicismo y la utopía comunista? ¿De dónde vienen los integrismos cristianos, algunos protestantes como los muy reaccionarios en auge en USA, o católicos, como los no menos reaccionarios en Italia y la España del PP y sus ministros --y exministros-- del Interior y de Justicia? ¿Se puede separar el terrorismo islamista de la propia doctrina (y práctica histórica) del Islam? 

Estas preguntas son mías, me las hago yo.  Yo diría que algunas, como la que se refiere a la suficientemente estricta pertenencia islámica de los movimientos actuales más duros, como Al Qaeda o el ISIS, y la necesidad de que sean las sociedades musulmanas las que hagan su propia modernidad, están bastante expresas en el libro de Blatt.  Pero resumir, como traducir, siempre es traicionar, y mi lectura es mi lectura. 

En cualquier caso, esta recomendación --que es lo que es: una recomendación a leerlo-- apenas se asoma a la magnitud de sugerencias, posibles relaciones, preguntas establecidas. Y claro, algunas respuestas. Que el lector, desde su punto de vista, encontrará. Aparte de disfrutar de esta historia maravillosa, que es la nuestra; la de lo que ocurre cuando los hombres de un determinado largo momento histórico se identifican con un/unos libros revelados y construyen, con su lectura y su interpretación, las leyes, las reglas, y de ahí --ya sabemos, los huevos y las gallinas--  toda una civilización. Tres civilizaciones. Día a día, año a año, siglo a siglo. Hechas de vidas que se viven de una en una. Todo eso está, con rigor y fuerza, narrado en Biblia, Corán, Tanaj, el libro de mi amigo Roberto Blatt que ayuda a entender lo que nos pasa, porque no se escaquea de la realidad, y, aunque tiene una visión crítica y científica,  y por eso mismo, no le corta la corrección política de mala fe, que diría Sartre. Y que creo, como decía al principio, de obligada lectura.

Biblia, Corán, Tanaj. Tres lecturas sobre un mismo Dios (Turner), de Roberto Blatt, se presenta el jueves 10 de noviembre a las 19:00 h. en Madrid en el Centro Sefarad Israel, y el día 12 de diciembre en Casa América.