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Marhuenda: Trump es un señor inteligente, asumidlo, es un señor formado, no es ningún ignorante, es un showman, ¡de la tele! Nosotros estamos en un medio de televisión...

Ferreras: ¿Es un racista?

Marhuenda: No, ¡qué va a ser un racista! Es un patriota americano... ¡Siempre cogéis los extremos! Es que de verdad...

(Al rojo vivo, La Sexta 11-11-2016).

Tras la victoria del magnate,  el “Todos contra Trump” podría parecer unánime. Sorprendidas, arrasadas, atribuladas, las cabeceras españolas tardan en digerir el resultado de las elecciones norteamericanas (pero lo digerirán). Han tardado en entender que Donald no era un payaso inofensivo, sino la eclosión de la ficción hecha realidad: Trump es un producto televisivo, un personaje de culebrón ochentero, género “lujo, ambiciones, sexo y ruinas”, como salido de Dallas o Falcon Crest. Décadas después, lo encontramos mutado en protagonista de alguna de las series políticas de Netflix (1992, Marsella).

Trump es un producto televisivo, un personaje de culebrón ochentero, género “lujo, ambiciones, sexo y ruinas”, como salido de Dallas o Falcon Crest

Sin embargo, hay una excepción: el diario La Razón. Su director, Francisco Marhuenda, auguró la victoria de Trump y nunca ha  escondido sus simpatías por el personaje. Una percepción superior.

“Si yo hubiera querido ser ministro, hubiera sido ministro”  (La Sexta Noche, 5 -11 -2016).

Ministro quizá, jefe de gabinete de Rajoy y comisario de policía, seguro:

“Condenado el 'comisario' Marhuenda por difamar a un policía. La Audiencia Provincial de Barcelona ha ratificado la condena que el Juzgado de Primera Instancia número 38 de esa ciudad impuso al director de La Razón, al que el Ministerio del Interior ha decidido nombrar comisario honorífico”. (Público, 14-4-2016). L

a línea editorial de La Razón es única, inimitable, a imagen y semejanza de quien la inspira: el mediático y ubicuo Marhuenda. Con su sorna marianista (y más cosas marianistas), sus  latiguillos y “deques”; con una cazurrería diseñada para irritar a sus enemigos políticos, un tono profesoral desgarradamente dolido cuando se le lleva la contraria, y un cinismo a prueba de bomba, ha creado un personaje televisivo querido por el público. Incluso sus más acérrimos troles reconocen que Marhuenda tiene gracia, precisamente por el inconfundible aroma a fatuidad que desprende el personaje. Porque Paco el Adulón lo es todo: simpático animador y estrella de la tele, director de periódico, profesor, historiador, economista, adalid del gobierno, poliopinador, ministro y Mano del Rey (Mariano, no Felipe). Alejado del extremismo de Intereconomía o es.radio, del matonismo de otros tertulianos profesionales (Inda), se permite el lujo de dar consejos centristas a quienes la emprenden contra Espinar (“Os ha salido el tiro por la culata”), por ejemplo. Alejado también del tono carraspeño del hirsuto Rubido (“ABC no levanta cabeza: registra otro agujero de 4,4 millones y arrastra a Vocento”. El Confidencial, 14-11-2016), Paco y su periódico de voz meliflua  han encontrado un hueco sabroso en la prensa más abiertamente derechista. Entre broma y broma; jugando al pim, pam, pum.  

Paco y su periódico de voz meliflua  han encontrado un hueco sabroso en la prensa más abiertamente derechista

“Sánchez: sin trabajo y sin estrategia. La universidad Camilo José Cela, donde ejerció como profesor asociado, no se ha puesto en contacto con él para el reingreso. Más allá de jalear a la militancia a través de las redes sociales no sabe aún cómo armar su candidatura.
Sánchez no posee un currículum brillante, al margen del ámbito universitario, algunos cargos de menor rango como asesor del Parlamento Europeo, jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia y concejal del Ayuntamiento de Madrid”.

Sobre el apoyo de Sánchez a Hillary Clinton (al parecer, el único que abogó por ella): “Si no fuera tan insignificante daría risa”. “Grotesca anécdota”, “gracieta”, “Es gafe”. Aseguran en La Razón que la proclama del defenestrado líder socialista “fue una auténtica boutade, o sea, una ocurrente broma, dado que nunca tuvo contactos con los demócratas, afirman fuentes de la Embajada norteamericana en Madrid, donde el equipo del hasta ahora titular Jaime Costos (SIC) tiene ya hechas las maletas ante el inminente relevo”. (La Razón, 14-11-2016).

¿Jaime Costos? ¿Es un error de corrector aficionado a la prensa rosa o taurina (Jaime Ostos)?  ¿O quizá volvemos a las épocas del periodismo de “Jorge Pujol” y “Juan Idígoras”? Podría ser un error tipográfico, una errata inocente de las muchas que infestan la prensa escrita si no supiéramos de las fobias de don Francisco. Porque este superhéroe, como todos, tiene una vulnerabilidad específica, su kriptonita, su talón no sumergido en la laguna Estigia. Un punto débil que conoce bien su supervillano particular: Arcadi Espada. (La crueldad de este Lex Luthor ha granjeado muchas más simpatías a Marhuenda).

Cuando se le pincha el hipertrofiado ego, el bueno de Paco pierde el oremus. Tocado en lo más hondo, se desliza por los senderos abruptos de la manía personal y la rabieta. Una de sus fobias obvias es James Costos, el embajador de Obama en España. Marhuenda ha repetido mil veces a través de sus mil medios que una de las ventajas de que ganara Trump era que obligaría a Costos a hacer las maletas. Un embajador de los Estados Unidos, productor de cine y televisión, judío y homosexual --pequeños detalles, acaso-- escarnecido por un periódico supuestamente proamericano desde el mismo día en que tomó posesión del cargo. ¿Sorprendente? 

Marhuenda ha repetido mil veces a través de sus mil medios que una de las ventajas de que ganara Trump era que obligaría a Costos a hacer las maletas

“El embajador de EE UU en España, el diplomático que vino de vacaciones”. “Durante su tiempo al frente de la Embajada, no ha logrado la esperada visita oficial del presidente de EEUU, y eso que el matrimonio Obama es amigo personal de la pareja formada por Costos y el decorador. Su antecesor, sin embargo, organizó una al más alto nivel entre la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, y las autoridades españolas. Costos se siente más cómodo charlando sobre gastronomía, decoración, su amor por su pareja o sus perros adoptados que cuando entra en asuntos comprometidos. (…) Sobre qué político español le gustaría que fuera gay y qué le parecía la coleta de Pablo Iglesias. “Pienso que es muy atractiva”, respondió. Si bien es cierto que entre dos países aliados como los nuestros no tiene por qué hacer falta un diplomático con solera sino más bien un hombre de negocios, también lo es que las hemerotecas relacionan más el apellido Costos con las socialités que con analistas de la actualidad”. (La Razón 5-4-2015).

James Costos es quien ha impulsado el rodaje de Juego de tronos (HBO) en España:

"La cultura española es un elemento importante de la Marca España que tanto el Gobierno español como la Embajada promueven activamente para fomentar la inversión en este país", aseguraba Costos tras la finalización del rodaje en Sevilla y Osuna. 

“La mejor publicidad turística: el chollo de ser un escenario de ‘Juego de Tronos’
La serie dispara un 125% el interés por visitar 7 localidades españolas”. 

“Para las localidades seleccionadas ha sido el mejor spot publicitario posible. Según los datos de la edición 2015 del estudio TripBarometer de TripAdvisor, Juego de tronos ha disparado en un 125% el interés por visitar siete localidades españolas tras rodar su sexta temporada en nuestro país, en comparación con el año pasado. Uno de cada cinco viajeros elige su destino en función de lo que ve en el cine o la televisión, al menos en este buscador. Campillo de Dueñas ha experimentado un incremento del 291% en sus visitas y el Castillo de Zafra ha repuntado un 488% su interés turístico, ya que allí se rodaron las imágenes de La Torre de la Alegría. Por este mismo motivo, también se han elevado las visitas en Bárdenas Reales de Navarra (41%), Girona (19%), Almería (16%), Sevilla (13%) y Tudela (Navarra) (7%). En comparación con años anteriores, Osuna aumentó un 44% sus visitas debido a que en la temporada cinco se emitieron capítulos rodados en su plaza de toros. También Córdoba aumentó un 17% sus visitas tras la emisión de la temporada anterior, y un 488% el interés por el Castillo de Zafra”.

“Un pueblo de Extremadura se convertirá en el escenario de la batalla de los 20 millones de euros”.

La Razón es uno de los medios que más ha hecho por desprestigiar a todo un sector económico (nunca lo hará con ningún otro): el cinematográfico

“España también ha conseguido otro hito: convertirse en el escenario de la batalla con mayor presupuesto de la producción de HBO. Alcanzará los 20 millones de euros, el doble de lo que se destinó para filmar La batalla de los bastardos. Su ubicación, la localidad de Malpartida de Cáceres. (Crónica Global, 6-11-2016).

La Razón es uno de los medios que más ha hecho por desprestigiar a todo un sector económico (nunca lo hará con ningún otro): el cinematográfico. Faltando a la verdad, con animadversión y mala fe, durante décadas. Ni siquiera ha rectificado cuando el beneficio era obvio, porque a la derecha mediática no le interesa el beneficio económico: eso es una falacia propagandística. Tampoco es cierto que proteja a las grandes empresas si estas no son de sus amigos financieros o de sus acreedores. Ni que trabajen para el “imperialismo yanqui”, sobre todo cuando el commander-in-chief es un Obama. Como la mayoría de los medios de comunicación de hoy, solo protege sus intereses inmediatos, personales, haciendo alarde de mezquindad  y profundo desprecio por su propio oficio. Con desvergüenza. Y mucho gracejo.