La mitad de la humanidad, la mitad de la investigación
La adopción de un enfoque científico sensible al género/sexo aumenta su eficiencia y permite mejorar la vida de las personas
CTXT / Observatorio Social “la Caixa” 14/02/2017
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Si se preguntase cuáles son los síntomas más comunes de un ataque al corazón, lo más habitual es que se dijera que dolor en el pecho y en un brazo o en los dos. Sin embargo, esta respuesta solo sería correcta si quien tuviera el infarto fuera un hombre. Las mujeres suelen presentar otros síntomas, como náuseas, debilidad general y sudoración. Sin embargo, se suele atender a los síntomas ‘masculinos’ para identificar una cardiopatía, cuando esta les afecta a ellas es mayor el tiempo que transcurre desde su llegada al hospital hasta el diagnóstico y el tratamiento de la dolencia.
Esta situación ha ido cambiando con el paso del tiempo. Pero si la investigación da por hecho que no existe ninguna diferencia significativa entre los sexos/géneros, es posible que muchas vidas humanas sigan corriendo peligro. Para ello es esencial que los análisis de género y sexo se integren adecuadamente en los procesos de investigación. Durante mucho tiempo, la investigación médica daba por sentado —y en algunos casos aún es así— que los hombres pueden utilizarse como el grupo de control para toda la población. De esta forma, las mujeres (y quienes no encajan en la estructura binaria de hombre-mujer) han estado infrarrepresentadas en los ensayos clínicos y suelen estar sometidas a procedimientos médicos que parten de datos predominantemente masculinos.
Un enfoque con perspectiva de género/sexo puede parecer más pertinente para la investigación biomédica, pero en modo alguno se limita a esta. Pueden citarse muchos ejemplos, desde el transporte urbano hasta la traducción automática, el empleo, el desarrollo sostenible, el cambio climático...
Cuando se habla de las cuestiones de género y de la investigación académica el foco se pone en determinar cifras y organizaciones. Lo primero significa aumentar el número de mujeres en las carreras de investigación y que llegan a ocupar cargos importantes y los mantienen; lo segundo alude al modo en que las universidades y otras organizaciones de investigación efectúan cambios orgánicos en la forma de contratar, respaldar, mantener y promocionar.
Hay además una tercera labor cuando se trata de género e investigación: determinar unos conocimientos, cerciorarse de que la investigación se lleva cabo, con arreglo a las variantes femeninas y masculinas de sexo y género o para todos los sexos y géneros, en los casos necesarios y oportunos.
Conseguir una verdadera innovación y respuestas sólidas a problemas globales no será posible si la investigación no presta la suficiente atención a la mitad de la población.
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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el texto Las mujeres sostienen la mitad del cielo: se merecen la mitad de la investigación, de Katrien Maes, directora general de Políticas de la Liga de Universidades Europeas de Investigación, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.