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El otro día vi un video de los Abba. En su día, no los aguantaba. Sigo en esa tesitura. No obstante, al verlos sentí cierta emoción. No era añoranza o sentimiento del paso del tiempo. Bueno, sí, era añoranza y sentimiento del paso del tiempo. Pero frente a algo no previsto. Se lo explico.

El grupo Abba vestía de manera estrafalaría. Se supone que eso era artístico. La idea de los Abba, no obstante, no era vestir como artistas. Era llevar prendas que no pudieran ponerse en la vida cotidiana. La razón: un inspector de Hacienda les había comunicado que no podían desgravar su vestuario si no demostraban que era un vestuario especializado. No podían salir al escenario, en fin, con ropa desgravada que podían utilizar también en una boda, en una cena, en una parada de autobús. Por eso, su ropa era radicalmente no utilizable en el mundo real. EL sello, lo que lo demostraba, era su escasa funcionalidad, y su roce absoluto con el mal gusto y la desproporción.

Durante unos años, pocos, pero importantes, en Suecia se construyó algo parecido al socialismo. En el mundo nunca ha habido grandes éxitos en esa dirección. La cosa consistía en que el Estado se quedaba con una parte formidable de tu sueldo, a través de una cosa que ya no existe, y que se llamaba IPRF. Con ese dinero se construían estructuras y servicios, y se repartía, en cierta manera, la riqueza. Quién tenía poco, veía un poco de corrección a su desposesión. Podía acceder a la vivienda, a la alimentación, al calor, a los estudios, a la sanidad, a la enfermedad o la vejez con cierto optimismo. Hubo personas que se negaron a ello. Defendían una idea de libertad extraña en aquella época. La libertad no era limitar la desposesión, sino todo lo contrario, el IRPF. Hoy, me temo, esa idea de libertad, absurda en su época, es la única idea de libertad disponible en la actualidad. Irgman Bergman fue la cabeza visible de la resistencia al IRPF. No hubo resistencia, de hecho. Hubo fraude. Bergman fue detenido por ello. Acabó exiliándolse, que es un palabro romántico para la alocución no-pagar-IRPF. Los Abba, pagaron IRPF. Descomunal. Ahorraron un poco burlando a su inspector de Hacienda. Con un vestuario colorido. Su vestuario colorido, divertido, ocurrente es lo único que queda, me temo, de un socialismo que llegó a modular la realidad.

Es importante un socialismo con colorines. Oscar Wilde decía que en el futuro la humanidad proclamaría el socialismo, y que todo el mundo vestiría como artistas. Cuando veo a los Abba me acuerdo de Wilde, y de la idea de que repartir la riqueza, tiene que ver, por fuerza, con los colorines. Tenía que ser emocionante un socialismo con colorines.

Me parece que ha ganado Bergman. Y han perdido los Abba. Cuando les vi en un video y me emocioné, lo que vi fue un instante anterior a esa derrota. Cuatro personas libres, vestidas de manera inverosímil, con todos los colores del mundo a cuestas, que cantaban chorradas con la boca repleta de dientes. Y, con todo ello, combatían la desposesión.