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Cuando dábamos por finalizada la jornada, íbamos a la playa. Allí habíamos hecho relación con un grupo de chicos y chicas de nuestra edad. Eran rubios, tenían los ojos azules, algunos llevaban rastas. Eran surfers. Todo parecía Californía. Pero no era California, ni el mar tenía olas. La fotógrafa y yo éramos las únicas personas morenas del grupo. Todos, en fin, éramos obscenamente jóvenes y bellos y con ganas de vivir con las dos manos. De noche íbamos a lugares recónditos. Encendíamos un fuego. Alguien fabricaba música con su ordenador. Construíamos una pequeña juerga. Como las que hacían ellos, los días tranquilos, en su servicio militar, mientras alguien hacía guardia por turnos. Eran explosiones de vida fabulosas. Aquellos chicos y chicas habían hecho un servicio militar, del que, a parte de esas fiestas, nunca hablaban, para defender un país del que no hablaban tampoco. Cuando se quitaban el neopreno, era común ver que algunos tenían cicatrices, que nunca comentaban. Recuerdo una chica minúscula y bellísima. En su brazo diminuto llevaba una rosa. No era un tatuaje. La rosa no era una rosa, a su vez. Era el agujero de salida de una bala, que construía una rosa que no era una rosa, que no era una rosa, que no era una rosa. Ya había visto alguno. Pero siempre impresiona ver alguno. Una bala es un dolor inaudito. Es fuego. Es metal ardiendo que entra en tu cuerpo por donde quiere y hace con tu cuerpo lo que quiere. En ocasiones mata. En ocasiones construye rosas. Trozos vegetales del cuerpo, zonas del cuerpo con otra biografía. Y, sorprendentemente, extraordinariamente suaves. Sólo hablan de las rosas de su cuerpo los energúmenos. Por eso, creo, nos gustaba aquel grupo. Todo ellos sabían, más que nosotros, mejor que nosotros, que un Estado, cualquiera, no está hecho con flores. O sí. Son rosas, que no son rosas. Son secretos.
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Guillem Martínez
Es autor de 'CT o la cultura de la Transición. Crítica a 35 años de cultura española' (Debolsillo), de '57 días en Piolín' de la colección Contextos (CTXT/Lengua de Trapo), de 'Caja de brujas', de la misma colección y de 'Los Domingos', una selección de sus artículos dominicales (Anagrama). Su último libro es 'Como los griegos' (Escritos contextatarios).
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