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Mientras Irene Montero subía a la tribuna del Congreso para convertirse en la primera mujer en la historia democrática española que presentaba una moción de censura, un artículo muy crítico con los jóvenes se hacía viral en las redes sociales. Por esa razón no será reproducido aquí, todo sea que contribuyamos a los efectos perniciosos que denunciaba su autor.
“El lado oscuro de Antonio Navalón, el columnista que odia a los millennials”
“Navalón, muy conocido en los 90 por su relación con Mario Conde y las comisiones de Banesto, sienta cátedra en El País sobre por qué los nacidos entre los 80 y los 2000 no aportan nada al mundo. Llega a acusar a los jóvenes de provocar la llegada de Trump al poder, cuando los datos dicen todo lo contrario”.
“El presente de los millennials, según el columnista, es el de jóvenes sin ‘responsabilidades, ni obligaciones y tampoco un proyecto definido. Lo único que les importa es el número de likes, comentarios y seguidores en sus redes sociales. (…)’. Navalón destaca por estar inmerso en escándalos. Por ejemplo, apareció en la primera lista de morosos de Hacienda de diciembre de 2015, por dos millones de deuda con el fisco. (…) Antonio Navalón era uno de los accionistas de Star Petroleum, la petrolera a cuyo consejo pertenecía Juan Luis Cebrián después de que el dueño de la misma, Massoud Zandi, le regalase un paquete accionarial. Zandi también fue acusado por la Fiscalía de fraude a Hacienda el pasado año. Navalón, junto a Cebrián, salió del consejo de administración de la empresa después de las acusaciones de querer invertir en Sudán del Sur en plena guerra civil del país”. (eldiario.es, 12-6.2017)
Navalón publicó una carta de disculpa, pero la polémica mediática se solapó con la intervención en la moción de censura de Irene Montero, considerada por muchos como perteneciente a la generación denostada.
“La generación Y, también conocida como generación milenial, del milenio o milénica —del inglés millennial generation—, es la cohorte demográfica que sigue a la generación X. No hay precisión o consenso respecto de las fechas de inicio y fin de esta generación”. (Wikipedia).
¿Nacidos en los 80 o 90? ¿En los 2000? En esta cuestión nadie se pone de acuerdo. Aunque es seguro que los de la generación Y son más jóvenes que los de la X (cuarentones caídos con ellos en la crisis); también que los intocables de la Generación T (de Transición), si nos permiten acuñar el término.
“Osorio, ministro de Adolfo Suárez, dice que ‘grupos como los GRAPO y el FRAP’ se manifiestan ahora en los de la coleta"
“Alfonso Osorio, ministro de la Presidencia durante el Gobierno de Adolfo Suárez y militante de base del PP, ha dicho este miércoles que durante la Transición había ‘grupúsculos’ como los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) y el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) que ‘ahora se manifiestan’ en ‘los de la coleta y algún profesor universitario’ (…) Ha lamentado que haya personas que estén ‘hablando de la Transición’ pero que ‘no habían nacido’ cuando ‘se produjeron los acontecimientos’. ‘Se han dejado influir por personas que estaban en una situación marginal, y no han escuchado a los protagonistas del problema” (eldiario.es, 14-6-2017).
Ya se sabe que cuando hablan los Padres de la Patria los niños han de callarse, más si tienen presuntas tentaciones terroristas. ¿Pretensiones censoras de otras épocas, quizá? Para mayor abundamiento, ver Ley Mordaza.
“Con la Transición ya no era necesaria esa figura --el censor--. Adolfo Suárez nos dijo que ahí no había más censura que la autocensura”. (Chicho Ibáñez Serrador).
“Superstición”
“La opresora violencia de chats, redes sociales, tuits, o como quiera que se llame esa nube de palabrería, cada día se ve con mayor claridad que es una herramienta de extorsión” (…) Nada anuncia que ese fenómeno sea controlable. Es muy posible que haya comenzado uno de esos trastornos colosales que provocan un giro global, como el que sustituyó el paganismo por el monoteísmo. Para nosotros vendría el fin de la democracia y el comienzo de una nueva era demagógica”. (Félix de Azúa, El País, 13-6-2017).
Hay que pararlas, controlarlas. Porque las redes sociales, esos apocalípticos logaritmos creados por niñatos como Mark Zuckerberg, son una fuerza pseudopolítica animada por el espíritu de Cthulhu. Las mentes más preclaras del país ya sospechaban que internet propagaría una dictadura tiránica desde aquel aciago día de mayo de 2011. No ocurrió, pero lo mismo da; hay que avisar mil veces de los peligros que entrañan las redes sociales (terrorismo, totalitarismo, censura y estupidez general). Si el tremendismo amarillista se lanza desde una tele generalista, mejor.
“Siempre es posible una televisión de calidad. La calidad para mí es algo que a los telespectadores les quede, les sirva, les enseñe. La televisión debe entretener y debe formar”. Chicho Ibáñez Serrador. El genio del cine y la televisión --sí: en España los hay-- estrenó en 1976 su película Quién puede matar a un niño. Cumbre del cine de terror, aún hoy tremendamente subversiva al proponer una ficción de terror en la que los asesinos son niños, cuando en la realidad representa las más indefensas víctimas de los desmanes que los adultos cometen en el mundo. El filme llegaba a las pantallas un año en que otros “niños” se rebelaban contra el mundo adulto dueño de un pasado dictatorial y antidemocrático.
Entrevista a Ibáñez Serrador en El Diario Montañés:
--Ha realizado muchos programas y series para la televisión. Pero siempre se le identifica popularmente con Un, dos, tres. ¿Se convirtió el concurso en una condena?
--No, se convirtió en un aburrimiento.
"Es mejor mentir que aburrir": así critica Moncloa el extenso discurso de Iglesias contra Rajoy y el PP”
“Fuentes del Gobierno han comentado en los pasillos del Congreso el larguísimo discurso que está realizando Pablo Iglesias en el Congreso. Consideran que los dirigentes de Podemos están aburriendo desde la tribuna, y creen que la estrategia a seguir por el Ejecutivo está siendo la más acertada” (La Sexta, 13-6-2017).
En la televisión está prohibido aburrir y los invitados saben que deben “dar juego”, como se dice en el argot. Juego da el milenial Jorge Bustos (1983) diciendo: “Prefiero un corrupto en el Gobierno que un comunista en el Gobierno” o “Los comunistas no pueden ser demócratas. Es imposible que eso ocurra”. Ante la bronca en el plató, matizó: “Cuando yo digo comunista no me refiero a ideología marxista. Me refiero a aquellos comunistas que impusieron un gobierno autoritario como Pol Pot”. (La Sexta, Al rojo vivo, 8-6-2017).
Bustos, que no ha vivido la época de la clandestinidad antifranquista --como podría achacarle un ministro de Suárez--, parece tener mucho miedo de, pongamos un ejemplo, Alberto Garzón. ¿Es posible imaginar al joven líder comunista como un alevín de genocida? Cuidado: Chicho, el amo del horror patrio, avisa de que el miedo mal contado provoca todo lo contrario a lo que se pretende, es decir, hilaridad.
“Logorrea castrista vs. habano marianista”
“Su programa es un refrito naif de muros de Facebook (…) En esta vida se puede ser de todo (incluso comunista) menos un coñazo. (…) El caso es que Irene estuvo mejor que Pablo. Disparató, mezcló el rencor puro con los hechos probados, pero dio a su público la clase de merca que le coloca”. (Jorge Bustos, El Mundo, 13-6-2017).
Redes sociales, rencor, disparates, dictadura comunista y hasta tráfico de cocaína: el terror está servido. O la carcajada.
“Pablo Iglesias: autopsia de un fracaso”
“En otros países el populismo triunfa porque tiene un líder carismático, con tirón, transformador, atractivo, positivo, ilusionante, con personalidad constructiva. Con Iglesias, el populismo socialista español jamás triunfará. Esa es la suerte de nuestro país”.
“El fracaso ha sido tan clamoroso que el resto ha salido fortalecido. Rajoy, porque le ha permitido figurar como una opción sensata frente a la perorata vocinglera y gesticulante, el chiste sórdido y el eslogan mediocre. Iglesias y Montero le han brindado gratis este triunfo. Albert Rivera dio la impresión de ser un político fiable, votable, incluso maduro, que tiene todavía mucho que aportar. Incluso Ábalos, con ese estilo poscomunista –para bien y para mal, ojo--, salió airoso: ahora el PSOE parece una opción más centrada, hasta europea”. (Jorge Vilches, VozPópuli, 15-6-2017).
En este cuento con autopsias, sustos y mociones encontramos, a pesar de todo, salvación, encarnada en señores de edad sensatos (Rajoy) junto a milenials fiables (Rivera) y poscomunistas (Ávalos) buenos. También populistas “transformadores, atractivos, positivos e ilusionantes”. Aquí ya es más complicado encontrar ejemplos: ¿No eran perversos todos ellos? ¿Se referirá a Orbán o Le Pen? ¿Quizá a Trump? La incógnita --terrorífica-- queda en el aire.
“¡El Milenarismo va a llegar!” Fernando Arrabal (TVE, 1989)
Algunos diputados llevan años o décadas cubriendo de vergüenza pavorosa los pasillos del Congreso, asustando con sus decisiones y declaraciones, aterrorizando con sus políticas, pero es más cómodo llenar portadas, tertulias y hasta informativos (sí: informativos) afirmando que Montero fue pesada, agresiva, grosera, mitinera, vociferante, maleducada y soberbia. Un rosario de descalificativos a los que añaden otros de índole personal directamente insultantes. A pesar de ellos, lo sustantivo queda nítido: hay una joven política en una tribuna. Defiende una moción de censura al Gobierno ante un país entero y dice cosas aburridas, importantes. Es mujer y da miedo.
“España descubrió ayer a un remedo de Pasionaria, con cierto parecido hasta en el físico, sin el carisma de Dolores pero con tanta mala leche como Ibárruri, con mucho veneno encima, capaz de mantenerse dos horas largas en la tribuna sin quebrarse, y capaz también tanto de entusiasmar a la claque morada como de asustar a una mayoría de españoles”. (Jesús Cacho, VozPópuli, 14-6-2017).
Como bien decía el maestro Chicho, “nos causa placer sentir miedo desde el patio de butacas porque nos sentimos a salvo”. Fuera de esa butaca, al otro lado de la tele o de la pantalla del ordenador, no estamos a salvo. Sea usted un buen ciudadano aterrorizado y no se fíe de esos inventos diabólicos descontrolados, ni tampoco de quienes los usan a pesar de sus rostros infantiles, cutis tersos y voces inocentes, porque un milenial puede ser una amenaza mortal. Un terror más que añadir a todos los demás. Puro Milenarismo.
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Autor >
Pilar Ruiz
Periodista a veces y guionista el resto del tiempo. En una ocasión dirigió una película (Los nombres de Alicia, 2005) y cada tanto publica novelas. Su último libro es "La Virgen sin Cabeza" (Roca, 2003).
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