Carta al suscriptor
Nos vemos en septiembre
Esta carta, queridos nuestros, es una carta de despedida. Del curso, no se nos asusten. Volveremos. Como ustedes. Sean felices
Ángeles Caballero 31/07/2017
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Verano azul.
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Si alguno de ustedes, amables suscriptores, tuviera la oportunidad de ‘colarse’ en alguna de las conversaciones de CTXT, se daría cuenta de varias cosas. Uno: el descanso está sobrevalorado (si no, no se entiende que a las tres de la mañana se puedan estar mandando mensajes y cuatro horas más tarde ya estemos comentando algo que nos ha llamado la atención). En el fondo no somos más que periodismo reposado en manos de periodistas inquietos. Dos: nos tomamos muy en serio nuestro trabajo pero nos apuntamos a una risa a la mínima. No, no piensen que mandamos chistes a todas horas y luchamos por conseguir el gag del día. Más bien se trata de estar con el colmillo siempre alerta y el sarcasmo cuando se necesita (en esta legislatura créanme si les digo que lo hemos utilizado mucho). Tres: estamos muy pendientes de lo que hacen otros. Tenemos detectores de erratas que ya quisieran The New York Times y otros medios de nuestro entorno pero no perdemos la vista de lo que publican nuestros colegas y a veces amigos.
Pensaremos en sitios en los que presentar CTXT, ideas para renovar las suscripciones, ganar el corazón de los nuevos hasta llegar a esos 5.000 que nos convertirían en un medio sostenible
Esta carta, queridos nuestros, es una carta de despedida. Del curso, no se nos asusten. Porque el periodismo reposado necesita reposo. Parar un poco. Después de unos meses plagados de artículos, reuniones, debates y discusiones. Momentos difíciles y una redacción propia (algunos echamos de menos el saloncito), también muchos momentos de alegría y ese aliento tan propio de nuestros suscriptores, de cada uno de ustedes, que nos han dado un tirón de orejas cuando ha tocado y nos han animado a seguir creciendo y tecleando. Hemos enviado tazas y bolsas a muchos sitios, nos hemos dado cuenta de la cantidad de tiempo que se pasan leyendo lo que hacemos.
Les hablo de usted porque me educaron así, en casa y en el trabajo, donde me enseñaron que el lector es sagrado y merece respeto. Pero los datos nos dicen que nos lee gente muy joven. Jovencísima diría yo desde esta atalaya de canas que me dan los más de 40. Lo cual nos quita esa leyenda urbana que dice que no leen periódicos. Lo cual nos quita de golpe ese otro estereotipo que asegura que sólo ven gansadas virales, gatos, frivolidades y contenidos relacionados con seres humanos, digamos, de moral laxa. Nos leen como fieras, que diría el director de CTXT. Se suscriben también, añado yo. Gracias, de verdad.
Estos meses hemos sobrevivido a Rafa Hernando y a Mariano Rajoy (se parecen mucho más de lo que pensamos, más vista la declaración reciente del segundo en los juzgados), hemos visto a Pedro Sánchez morir y resucitar, hemos aguantado como hemos podido las luchas internas de Podemos y seguimos sin saber si Albert Rivera descansa en algún momento y para de regenerar. A ver si con un poco de suerte nos da una entrevista, ahora que hemos hecho obras en la redacción y nos ha quedado preciosa.
Hemos demostrado que, aunque se cree empleo y el señor Luis de Guindos nos explique que el Producto Interior Bruto está aumentando, la crisis por la que ha pasado este país ha dejado heridas tan profundas que son difíciles de cerrar. Así que hemos hablado de pobres, de los de siempre y de los nuevos pobres, de los de los empleos precarios. Hemos hablado también de mujeres, de las que salen mal paradas en casi todas las estadísticas de esa cosa tan extraña que se llama Macroeconomía. Peores sueldos, más vulnerabilidad, menos libertad.
Hemos hablado de música, de literatura, de la que habla del dolor y del fracaso y también la que habla de alegría. Gloria Fuertes y Rocío Molina, Nacho Vegas y Ray Loriga. No hemos hablado de Despacito.
Ahora que no nos escucha nadie, déjenme acabar con una confesión. Lo del descanso es relativo. Algunos de nosotros ya llevamos juntos más de dos años y sabemos que durante los días en los que cambiaremos de escenario y de cama estaremos dándole vueltas a las cosas. Pensaremos en sitios en los que presentar CTXT, ideas para renovar las suscripciones, ganar el corazón de los nuevos hasta llegar a esos 5.000 que nos convertirían en un medio sostenible. También leeremos lo que hacen otros y estaremos pendientes de lo que pasa en el mundo, porque nunca entendí a esos periodistas que dicen que cuando no trabajan prescinden de periódicos, radio y televisión (me veo a mí misma hace unos cuantos años buscando un agosto en Dubrovnik un ejemplar de El País, me veo comprando el mismo periódico en Nueva York hace también unos cuantos veranos para enterarnos de la explosión del piso de Leganés tras el 11-M).
Nos vemos en breve. Porque volveremos. Como ustedes. Sean felices.
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Ángeles Caballero
Es periodista, especializada en economía. Ha trabajado en Actualidad Económica, Qué y El Economista. Pertenece al Consejo Editorial de CTXT. Madre conciliadora de dos criaturas, en sus ratos libres, se suelta el pelo y se convierte en Norma Brutal.
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