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Lo Ferro, perteneciente al pueblo de Roldán, en la Región de Murcia, es una aldea de no más de 500 habitantes. Sus vecinos pasan los días trabajando en la agricultura, actividad principal de la población, o disfrutando de las bondades de la vida de jubilado. Poco más sucede en este punto del campo de Cartagena, más allá de las vicisitudes propias de la rutina de cada cual.
Pero, cada verano, Lo Ferro deja de ser solo Lo Ferro, cuando la pequeña aldea se pone su atuendo de las ocasiones especiales y saca la vajilla de porcelana para presentarse como el foco del Flamenco nacional.
Hace 37 años, un grupo de amigos ferreños, deseosos de darle a su barrio el color y el arte que sentían en las entrañas, decidieron crear las fiestas de Lo Ferro e ir más allá de la verbena de rigor. Apostaron tan alto que, más de tres décadas después, aquí estamos, hablando de esa loca idea pasada y de su más que cuerdo presente.
Esa idea se tradujo en el Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro, en cuya organización se vuelca con todo su empeño la Peña Flamenca Melón de Oro.
Juan Tomás Frutos, director del Festival, lo cuenta con emoción. “Sebastián Escudero, el fundador, supo darle vida a la criatura. El entorno, las gentes y un buen equipo humano hicieron que todo fuera hacia delante. El perfil de los pioneros y de sus continuadores ha sido el de personas que no se han paralizado ante los obstáculos. Por supuesto, también el contexto es relevante: el campo de Cartagena llama al flamenco".
Lo Ferro creció desde la modestia y consiguió posicionarse entre los mejores. “Hay un conocimiento y un gusto por el flamenco que puede estar a la par del que se dé en Andalucía o en otros puntos de España”, comenta Juan. “Quien venga de Andalucía se va a sentir como en casa, y hallará una imagen de marca que le invitará a volver.”
El público sabe que lo que oye es bueno, y eso se nota. Basta con pasear entre los asistentes y escuchar sus comentarios, para darse cuenta de que esto va en serio. Frutos lo define: “Todos entienden de flamenco, a todos les encanta. Respetan al artista y demandan el respeto de quien se ubica en las tablas. Se produce una simbiosis perfecta. Es un público que suma a más personas cada año y que ama lo que hacemos.”
Aquí se respira un flamenco profesional y respetado, pero también entre amigos, con una camaradería que va de los camerinos a las tablas. Un trato exquisito que ha seducido a figuras como Miguel Poveda, Dolores Abril, Rafael Farina, Marifé de Triana o Antonio Canales, entre muchísimos otros más.
Fue tanta la ilusión con la que nació esta fiesta, que casi de manera natural surgió su propio palo flamenco: la ferreña. “Sebastián Escudero quería un cante que identificara al festival y a esta zona. Fueron Juanito Valderrama y Fosforito los que consagraron este palo.”, explica Juan. Lo Ferro es, además, un trampolín para el talento joven. El concurso de cante es la seña de identidad del festival. “Viene lo mejor de lo mejor de todos los rincones del país, esencialmente de Andalucía y Extremadura, pero de más puntos de España", explica Frutos.
Homenaje a Camarón en familia
En la edición de este año, el cariño que Lo Ferro se ha ganado se dejó sentir en el especial homenaje a José Monje, ‘Camarón’, cuando se cumplen 25 años de su muerte.
Francisco Manuel Pajares, ganador del Melón de Oro del festival en 2016, abrió la veda con soleá, milonga, bulerías, fandangos… una actuación sobresaliente dedicada al de La Isla que levantó al público de sus asientos. A su lado Antonio Carrión, figura de peso internacional de la guitarra. Los dedos de Antonio sobrevuelan las cuerdas como aves de bajo vuelo.
Dolores Montoya ‘La Chispa’, viuda de Camarón, recogió la Medalla de Oro del festival a título póstumo, acompañada por toda la familia. “Es la primera vez que viajamos todos juntos tan lejos desde su muerte”, dijo emocionada.
Sus hijas advirtieron: "No somos profesionales, pero lo vamos a dar todo para que ustedes pasen un buen rato”. Y así fue. Acompañando al cantaor Raúl ‘El Balilla’, Gema y Rocío a los coros y Luis a la guitarra regalaron Como el agua, Volando voy, Soy gitano… un repertorio indisociable ya de la historia cultural de España. Una fiesta que abarrotó el recinto y levantó la arena con el movimiento del público.
Juan Tomás recordó una frase de Camarón que distingue su figura: “Hace falta imaginar”, decía el de La Isla, “experimentar cosas y cambiar algo. Hace falta arriesgarse. Yo ya sabía de antemano lo que iba a pasar, claro. Es que los puristas no experimentan nada de nada. Si se queda uno solo con los puristas nos quedaríamos siempre en el mismo sitio. Están metidos en un círculo del que no se salen, y yo creo que hay que salirse un poco, ¿no? Experimentar”.
Y fue ese mismo arrojo, ese apetito por la revolución, lo que transformó al Festival de Cante Flamenco de Lo Ferro de una reunión de amigos a una cita anual indispensable.
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Autor >
Slvia Nortes
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