El abandono escolar es uno de los grandes problemas que arrastra el sistema educativo español desde hace décadas. Esto no solo supone el fracaso de una de las principales herramientas de igualación social de nuestro sistema, sino que impone importantes barreras en la formación de capital humano y supone la pérdida de oportunidades de crecimiento económico y bienestar social. 

Si bien en el periodo pre-crisis la tasa de abandono escolar se situó en tasas cercanas al 30% en España, en 2015 el porcentaje aún se situaba en torno al 20%. Entre otras razones, la recesión y los muy elevados niveles de paro juvenil han llevado a que muchos jóvenes decidieran continuar en el sistema educativo. Pese a ello, la tasa aún es de las más altas de la Unión Europea y se encuentra muchos puntos por encima de la media de la región –cercana al 11%–.

Tanto a nivel europeo como a nivel nacional existen importantes diferencias en las tasas de abandono escolar en función del género: las mujeres tienden a permanecer más en el sistema de estudios, mientras que el abandono es más elevado entre los hombres. En 2015, el abandono escolar masculino en España ascendía al 24% (12,4% en la media UE-28), mientras que el porcentaje de mujeres que abandonaban prematuramente la educación se situaba en el 15,8% (12,4% en la Unión Europea).

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Este artículo ha sido elaborado a partir de lo expuesto en el infodato Limitaciones a la formación de capital humano y a las posibilidades de crecimiento económico y bienestar social, publicado en el Observatorio Social de “la Caixa”.