España, el segundo país con más pobreza infantil de la UE
La crisis económica, el sistema educativo o la desprotección social han hecho que el empobrecimiento infantil se sitúe como uno de los principales problemas de España
ctxt 14/10/2017
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Los datos señalan a España como el segundo país de la UE con mayor empobrecimiento infantil en los últimos años. La crisis económica, sumada a otros factores como pueden ser un sistema educativo fallido o la desprotección social, han hecho que el empobrecimiento infantil se sitúe como uno de los principales problemas de España. De hecho, durante el año 2017 los hogares que tienen dificultades para llegar a final de mes pasaron del 33,7% al 33,9%.
Así se recoge en el informe titulado “La infancia en España: problemas y soluciones” elaborado por Consejo Independiente de Protección de la Infancia, en el que han participado un gran número de expertos de diferentes universidades y administraciones públicas españolas. En dicho documento, se apunta a la crisis económica como principal causa de la situación de pobreza a la que se enfrentan los niños y jóvenes españoles. Una crisis que estalló en 2007 que afecta especialmente a los niños que la padecen durante las primeras etapas de su vida. El informe señala que, a pesar de la leve recuperación económica de los últimos tiempos, dicha mejoría avanza demasiado despacio, y tiene como consecuencia la nula reducción de la pobreza infantil. Dentro de nuestro país se dan dos tipos de situaciones que ponen de relieve una vez más, las grandes diferencias entre unas CCAA y otras. Quizás el ejemplo más sangrante lo encontramos en Melilla (36% de tasa de riesgo de pobreza) y Andalucía (35,4%), mientras que en el lado opuesto se encuentran País Vasco (9%) y la Rioja (11,9%).
A pesar de que desde la Comisión Europea se ha recalcado en varias ocasiones la necesidad de invertir en la infancia, España se sigue caracterizando por tener unos niveles muy bajos de ayudas a las familias con niños. La escasa inversión en permisos de maternidad y paternidad, la mala conciliación familiar y el difícil acceso a la educación temprana, hacen que el problema sea difícilmente superable en cortos periodos de tiempo.
Además de la pobreza, otro de los grandes problemas que golpea a los menores es el sistema educativo que claramente ha fracasado en España, a la luz de las escandalosas cifras de abandono escolar, la metodología anticuada y la desmotivación de los jóvenes para continuar los estudios una vez superado el periodo obligatorio de 16 años. A pesar de que, desde 2005, la tasa de abandono escolar temprano se ha reducido desde el 31% al 20% aproximadamente, en el informe elaborado por el Consejo Independiente de Protección de la Infancia, se hace especial hincapié en la necesidad de fomentar el estudio aportando diversas soluciones: Aumento en el número de becas de estudio, dotar de una mayor eficiencia a los recursos educativos actuales, fomento de nuevos planes de lectura, etc.
La falta de conciencia de los adultos sobre la importancia que los menores tienen en la sociedad hace que las medidas adoptadas para una mejora en las condiciones de los menores no sean las más adecuadas y que aumente el riesgo de pobreza. Como consecuencia de esta falta de concienciación de la población acerca de la importancia que los niños y adolescentes van a tener en el futuro inmediato del país, se produce en los menores, especialmente en aquellos en riesgo de exclusión, una desprotección social muy importante.
Son numerosas las organizaciones sociales como Aldeas Infantiles SOS, Save de Children España o Asociación Infancia Libre las que hasta ahora, han solicitado al Gobierno, el desarrollo de la ley orgánica de protección integral de la infancia. Sin embargo, y según el informe, sus peticiones aún no han sido escuchadas. Esto sumado a que actualmente no hay un Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia, agrava una situación ya de por sí complicada. Otra de las medidas que se ha propuesto, según dice este informe, desde diferentes entidades para mejorar la participación infantil en la sociedad es que los niños y las niñas a partir de los 16 años puedan ejercer el derecho a votar, además de poder participar en los presupuestos y consejos locales.
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Espacio de información realizado con la colaboración del Observatorio Social de “la Caixa”.