Tribuna
Poderes y sinrazones contra el diálogo
Tras oír a ese pequeño gran timonel que es Rajoy, parece que las posibilidades de diálogo desaparecen en el horizonte de la negra borrasca que se nos viene encima
José Antonio Pérez Tapias 21/10/2017
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Como futuro imperfecto que por la pendiente del tiempo se deja caer, llegó el momento esperado. Reunido el consejo de ministros del Gobierno de España, decide aplicar el artículo 155 de la Constitución para intervenir las instituciones del autogobierno de Cataluña. El relevo –la suplantación- del gobierno de la Generalitat por quien designe el gobierno del Estado es la parte primera de la hoja de ruta establecida. Convocar elecciones autonómicas es la segunda parte. Todo pendiente de que el Senado lo apruebe, lo cual no queda expuesto a incertidumbre alguna por cuanto el PP tiene mayoría absoluta en la cámara alta y cuenta, además, con el refuerzo legitimador del voto del PSOE --¿también de todos los senadores del PSC?-- y, por supuesto, de Ciudadanos, esa formación política adscrita al hooliganismo de los jaleadores del 155 con mano dura.
De la hoja de ruta trazada desde la cúspide del Estado español –la Corona también subraya el recorrido de tal diseño-- se dice que todavía podría verse frenada en su aplicación si Puigdemont, como presidente aún de la Generalitat, tomara la decisión de dar por terminada la legislatura y convocar él mismo elecciones, lo cual está por ver, al menos tal como se presentan las cosas de inmediato. Lo que igualmente está por ver es que la vía elegida, por mucho que el artículo 155 esté en la Constitución –se decía de él que era como botón nuclear para no ser apretado--, sea la adecuada para solucionar el conflicto en el que estamos inmersos, en el que todos, catalanes y españoles en general, nos podemos hundir. Es una temeridad aplicar un artículo como el de marras, impreciso hasta poder dar paso a lo más arbitrario, que incluso se parecería lo que supone un estado de excepción, sin la cobertura de un desarrollo legal previo de lo que tal aplicación debiera suponer. Ni va de suyo que las “instrucciones” que, según dice el artículo que nos ocupa, competen al gobierno del Estado deban suponer deponer un gobierno autonómico, ni se disipan las fuertes dudas acerca de la capacidad legalmente respaldada para disolver un parlamento autonómico y convocar unas elecciones por parte de quien no es miembro ni de la cámara ni del gobierno de Cataluña.
Reputados constitucionalistas así lo advierten, aportando razones cuyo peso no mengua por el hecho de que haya otros defendiendo interpretaciones distintas. Entra en lo muy probable que el proceloso mar en el que se adentra la nave del Estado con la hoja de ruta del 155 se vea alterado con marejada cuyas olas comporten naufragios para nada deseables.
sorprende sobremanera cómo la dirección del PSOE se ha sumado tan incondicionalmente a la estrategia de un capitán que de tanto dar vueltas sin ir a ningún sitio no tiene más mérito que su inmovilismo
En medio de incertidumbres borrascosas, sorprende sobremanera cómo la dirección del PSOE se ha sumado tan incondicionalmente a la estrategia de un capitán que de tanto dar vueltas sin ir a ningún sitio no tiene más mérito que su inmovilismo, lo cual es lo que ahora sus fieles y sobrevenidos seguidores quieren hacer pasar por virtud excelsa, modélica en cuanto a prudencia. Hay que decir que a la militancia del Partido Socialista y, por extensión, a la ciudadanía, habría que haberle dado las debidas explicaciones sobre los términos de los acuerdos alcanzados entre Pedro Sánchez y el presidente Rajoy. Pasar de afirmar enfáticamente que no se apoyaría la vía del 155 para abordar la crisis de Cataluña, en definitiva del Estado, a asumirlo como lo conveniente y hasta lo único posible, es trayecto ya cubierto sin razones suficientemente expuestas en público, máxime si ello se acompaña de un supuesto pacto en cuanto a reforma constitucional que presenta tan notables carencias que difícilmente es creíble en cuanto a su utilidad. No hace falta decir que desde los socialistas de Cataluña no deja de haber señales respecto a que entrar en las instituciones catalanas con el 155 puede ser como abrir la puerta a elefante en cacharrería, viéndose venir daños irreparables. Y éstos no son relativos sólo a la realidad catalana, sino al conjunto del Estado, para el cual la desembocadura de la corriente que le arrastra, y que sin altura de miras se incentiva, le lleva a un punto en que para salvarse no queda más que un proceso constituyente si en algún momento hay lucidez para sacar conclusiones de la facticidad insoslayable que supone un pacto constitucional ya insostenible.
No faltan, sino que abundan, quienes piensan que la argumentada crítica a cómo actúa el gobierno del PP y quienes le prestan incondicional apoyo supone una actitud condescendiente hacia el independentismo, los desafueros jurídicos apadrinados por Puigdemont, o por Forcadell al frente del parlamento catalán, o los errores de cálculo, calificables de grave irresponsabilidad, de los adalides de la secesión en cuanto a las repercusiones sociales y consecuencias económicas de su propia estrategia. Tanto tacticismo sin valoración de los efectos se ve sobrepasado por las fugas empresariales y las decisiones del poder financiero –ésas sí son las de la tan citada burguesía catalana--, así como resulta cuestionado por la escisión que se instala en el seno de un pueblo al que se invoca como demos, pero que ve cómo se le diluye esa condición en tanto se dejan de respetar los derechos de los ciudadanos a medida que se ahonda la realidad de una nación dividida. Así, pues, por parte de quienes propugnamos diálogo no hay tal ceguera inconsciente respecto a los errores culpables del independentismo.
Ocurre, con todo, que quienes abogamos, aun con mermadas esperanzas, por dicho diálogo como vía para empezar a hallar salida al grave conflicto en que estamos, somos calificados de “buenistas”, por el lado del constitucionalismo españolista, así como son tildados de “claudicantes” quienes propugnan otro tanto por el lado del soberanismo independentista. Parece que el choque de los nacionalismos –¡con él nos hemos topado cuando andábamos refutando a Huntington y su choque de civilizaciones!- no deja espacio para nada más que el promover el enfrentamiento pensando que uno de los polos va a ganar, a corto o a largo plazo. Lo que no se ve es el “idiotismo” de quienes se sitúa en su particular posición negándose no sólo a escuchar al otro, sino a ver la hierba que siegan bajo sus pies. A ello contribuye no reconocer, por una parte, que el Estado español, desde sus instancias de poder, incluyendo los dos partidos que se autopresentan como “de Estado”, se ha cerrado en banda a posibilitar una consulta legal en la que la ciudadanía catalana manifestara su voluntad política respecto a la relación de Cataluña con el Estado. Igualmente, por otra parte, también alimenta el desencuentro el no reconocer desde el independentismo los abusos respecto a procedimientos democráticos en los que se han visto involucrados, tanto en sede parlamentaria como en la pretensión de plena validez de un referéndum realizado sin condiciones objetivas en cuanto a requisitos indispensables para que fuera tal.
Cuando no se reconocen errores, en la situación en que estamos, difícilmente se puede avanzar para encontrar al menos un punto de aproximación entre posturas que se alejan hacia órbitas distintas, que funcionan con centros de gravedad dispares. El choque de nacionalismos lleva consigo un enfrentamiento de poderes: el poder constituido del Estado español y el poder constituyente de lo que se quiere que sea el Estado catalán, en el modo de república. Sin embargo, la misma sinrazón en que uno y otro se instalan hace que el poder constituido del Estado se vea erosionado, no sólo hacia fuera, sino también hacia dentro, lo cual se acentuará con una implementación del artículo 155 colisionando con el principio de legalidad al que sin descanso se apela. Y la sinrazón de lo que pretende ser poder constituyente de una nueva república se ve nutrida desde unas prácticas muy poco republicanas, las cuales no permiten ni articular una base social suficiente ni generar una construcción política legitimada para constituir una realidad política ex novo. El rupturismo a las bravas impide además hasta la simpatía internacional que sería indispensable.
El diálogo es imprescindible. Quien lo niega ha de decir hasta dónde está dispuesto a llegar con una fuerza que por el camino se irá mostrando con la dureza de un poder sin autoridad. Para dialogar ya sabemos que hay que empezar pactando los desacuerdos y abandonando el lenguaje del desprecio y la humillación si se quiere que el antagonista sea interlocutor. Ahora mismo, retomar la parte de solución que es un referéndum pactado, así como apuntar a la verdadera salida de un proceso constituyente para el Estado desde el reconocimiento explícito de las naciones políticas existentes en nuestra realidad, pasa por resolver lo inmediato, partiendo de que Puigdemont habla de elecciones constituyentes --¿de qué y cómo?-- y de que el gobierno habla de elecciones autonómicas --¿en qué condiciones y convocadas por quién?--. El pacto en torno a elecciones en Cataluña es la carta que quedaría para dejar a un lado las barajas trucadas. Y el camino de un abordaje civilizado del conflicto, si no queremos reducir incívicamente la civilización a mera piel de cordero de lobos impulsados por la querencia de un inhabitable y selvático estado de naturaleza. Pero, tras oír a ese pequeño gran timonel que es Rajoy, parece que las posibilidades de diálogo desaparecen en el horizonte de l negra borrasca que se nos viene encima.
Autor >
José Antonio Pérez Tapias
Es catedrático en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada. Es autor de 'Invitación al federalismo. España y las razones para un Estado plurinacional'(Madrid, Trotta, 2013).
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17 comentario(s)
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Ana de Murcia
Mire, señor Iñaki, le voy a decir la verdad: tengo ganas de llorar. Quizás esté equivocada, pero para mí lo importante es mi familia, mi hija, la salud de la gente a la que quiero, poder salir a la calle en libertad, tener unos servicios públicos de calidad y tener un trabajo digno. Para mí la dignidad es eso y me apena, me duele profundamente que en una sociedad mejorarle, pero donde se puede llevar a cabo un proyecto de vida feliz y en libertad, estemos enfrentados por estos asuntos mientras otros se ahogan en el mar tratando de llegar aquí. Quizás esté ciega y no vea lo importante que es la independencia para esta gente: ¿lo es tanto, que merece la pena enfrentarnos y gastar nuestras energías en esto? También tengo ganas de llorar por la pobre utilización de las palabras y los argumentos: votar, democracia, derecho a decidir, independencia, legitimidad, movimiento pacífico... Uno puede decir: quién es el Estado para decirme a mí que yo tengo que pagar impuestos, o para que yo haga la mili si soy antimilitar, o para que yo sea español por cojones, o para decirme cómo he de vestir o con quién me voy a acostar... Esta es la filosofía liberal: somos autónomos y decidimos lo que queremos... sin embargo, hay decisiones que afectan a terceros y quiebran la libertad de otros. Yo he de pagar impuestos porque aunque exista la propiedad privada, pertenezco a una comunidad con unas leyes y el territorio es simbólicamente de todos. Si yo tengo una empresa ubicada en mi propiedad privada pero contaminó el río y perjudico a las personas de río abajo, pues no soy totalmente libre de decidir, pues mi decisión afecta a otros. Si yo soy dueño de una multinacional ubicada en un territorio concreto, pero cuyo terreno es de mi propiedad y trabajan para mí 3000 personas, y de manera indirecta unas10 000 en empresas auxiliares, la decisión de deslocalizarla no puede depender sólo de mi y de los respectivos comités, pues dejaría en la calle a mucha gente. Pues imagínese una decisión como la independencia, con fronteras, familias mezcladas y requetemezcladas, con dependencias económicas por todos lados... Recuerdo cuando era pequeña y veía en la tele que habían asesinado a una persona para conseguir la independencia de Euskal Herria, y me preguntaba si merecía la pena que muriera gente por no hacer una cosa tan sencilla como es un referéndum. Había visitado con mis padres Donosti y quedé maravillada. Una de las zonas más ricas del mundo y, sin embargo, la gente odiaba y mataba al que no pensaba como había que pensar. Y me preguntaba cómo se había podido llegar ahí. Ahora, el independentismo catalán se refugia en el pacifismo para justificar sus peticiones, con lo que de manera implícita están diciendo: no hacemos como el independentismo etarra vasco. Están diciendo que eso estaba mal, de forma implícita. Sin embargo, también de manera implícita han justificado la violencia de ETA. Y en Cataluña hubo grupos terroristas que llevaron acciones violentas con muertes: ÉPOCA y TERRA LLIURE. Sólo hay que fijarse en donde ponen el foco de sus celebraciones: los recuerdos a Ernest Lluc y a las víctimas de Hipercor son multitudinarios, pero la celebración de una guerra de hace 300 años, manipulada hasta la saciedad para hacerla coincidir con la idea de "España contra Cataluña",y con un héroe legendario, Rafael Casanova, a malas penas es recordado. Si analizamos el discurso que prevalece: - Todo lo que sea pacífico es bueno per se y, además, legítimo. - Cualquier ideología que sea pacífica es buena per se y pacífica. - Lo que decida el"pueblo" está por encima de la ley Y eso tiene muchos matices y tomarlo de manera categórica es una falacia: 1. Yo puedo, junto con mis amigos, decidir ocupar su edificio, Iñaki, y de manera pacífica decidir que usted no debe ni va a vivir ahí. 2. Puedo, de manera pacífica, junto a la mitad de la población de mi ciudad, que los coches no van a circular en toda la semana porque vamos a hacer una sentada. 3. O puedo decidir, de manera pacífica, que ese grupo de personas que no piensa como yo no debe vivir aquí: les puedo negar el saludo, hacer que mis hijos no jueguen con los suyos, o marginarlos en determinados barrios. Y sin una pizca de violencia física. Y si la voluntad del pueblo prevaleciera sobre la ley, los ajustes de cuentas contra violadores, asesinos o "terroristas" estarían a la orden del día. Por cierto, los mossos ejecutaron a un hombre indefenso en medio de una viña porque era "terrorista". Los únicos que pusieron la voz en el cielo fueron los de la CUP. Si hubiera sido un supuesto etarra el susodicho, qué habría pasado. Yo también quiero la independencia, Iñaki. Quiero vivir en paz y tranquila, luchando porque haya unas leyes más justas y unas políticas más sociales. Sobre todo quiero que no haya violencia. Pero no por ello voy a legitimar discursos de cariz xenófobo, o discursos falaces que se alejan de la razón y el entendimiento necesario para convivir en paz. No creo que haya tanta prisa para la independencia y que merezca la pena dividir tanto a la sociedad y llegar hasta la violencia por unos deseos de una parte de la sociedad. Con esta política de "acción-reacción-acción" están jugando con fuego, y puede que les salga bien y consigan los porcentajes verdaderamente legitimadores, o nos lleven a un enfrentamiento civil y loco. Saludos cordiales
Hace 7 años 1 mes
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satrapa
pues a mi me parece que el PSOE esta dejando bastante clara su postura; llegados a este escenario lo mejor es dejarle a puigdemont la posibilidad de rectificar (hasta muchos recalcitrantes defensores del pruces aceptan la chapuza, ilegalidad y consecuencias), y si no, aplicacion de la ley para el caso, clarisimo por otra parte; el que quiera hace algo al margen del marco normativo puede hacerlo pero con sus consecuencias, y si se quiere cambiar el marco a buscar las mayorias y consensos, el espacio esta abierto.
Hace 7 años 1 mes
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José Luís
Tiene razón los chicos del 3% quieten dialogar sobre como hacerse independientes y que les paguemos la cama. Y claro, los españoles fachas (todos) pues parece que no están por la labor
Hace 7 años 1 mes
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Iñaki
Señora Ana de Murcia... Usted no hace ninguna reducción al absurdo, simplemente ridiculiza a los independentistas adjudicándoles esas afirmaciones sin contexto como su único argumentario. Eso, de ningún modo puede considerarse como un acercamiento serio a la comprensión del problema. Yo pido a los que dicen que el independentismo catalán lo ha hecho muy mal, que señalen el camino aceptable a seguir para que conseguir sus legítimos objetivos políticos. ¿Hay alguno para el nacionalismo español? Yo intuyo la respuesta, por eso me parece que el nacionalismo español (PPSOEC's) es profundamente antidemocrático.
Hace 7 años 1 mes
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Ana de Murcia
Aviam, senyor Joan Ginés. No visc a Múrcia ni sóc del PP. La selva lògica és aclaparadora: totes les persones que viuen a una regió són del partit polític gobernante. Seguramente parli català millor que vostè i no sóc oriünda de Catalunya. Vostè no argumenta gens ni mica. Com que no té res a veré en Jordi Pujol ámb tot el que està passant? Hace años denuncié en Murcia que el gobierno de la región gastara dinero en carteles de "Agua para todos" con dinero de todos y que colocaran esos carteles en bibliotecas, balcones de ayuntamientos y algún teatro. Es lo mismo que pasa en Cataluña: con dinero público se sufraga una campaña que favorece a una parte de la población. Y eso se llama"malversación"
Hace 7 años 1 mes
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Al grano
PSOE: Partido enemigo de la izquierda. Nada más que decir.
Hace 7 años 1 mes
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Ana de Murcia
Buenas tardes, señor Iñaki. Admitir como legítimo el independentismo no significa que sea legítimo todo lo que hagan los independentistas. Aunque podemos hacer una reducción al absurdo a ver hasta dónde llegamos: - Aceptamos que Vasconia y Cataluña son regiones colonizadas - Aceptamos que el pueblo de Cataluña y el de Vasconia son sólo quienes quieran los independentistas - Aceptamos que son regiones ricas por el buen hacer de sus gentes - Aceptamos que España no es una democracia y que tod@s l@s que digan esa palabra o busquen la unidad son fascistas - Aceptamos que la guerra civil fue una guerra de España contra Vasconia y Cataluña A ver dónde llegamos
Hace 7 años 1 mes
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Alex
Sr. Pérez Tapias, desde el independentismo se califica de "ilusos" (y no "claudicantes") a los que piden diálogo porque no son capaces de proponer ninguna manera en que este diálogo se pueda llevar a cabo. Porque el PP siempre ha dejado muy claro que diálogo siempre puede haber... pero sólo mientra no se toque ninguna coma de ninguna ley vigente. Es muy fácil pedir diálogo si a la vez no se ha de proponer como forzar al PP a que se siente a dialogar! Los independentistas somos conscientes de todo eso que Ud. dice que no queremos reconocer (que el referéndum no se hizo en condiciones normales, etc...) - pero después de todo lo vivido desde el 2003, no vemos otra manera de que cambien las cosas (sin que tengamos que esperar otros 30 años.) Si Ud. o los que piensan como Ud. son capaces de proponer maneras CONCRETAS y EFECTIVAS de solucionar el tema, claro que le escucharemos - y si funcionan incluso le pondremos un monumento! Y a modo de despedida, por favor recuerde que si el PP tiene la mayoría absoluta en el Senado es porque el PSOE se negó a hacer listas conjuntas con Podemos en las últimas legislativas - así que espero que entenderá que muchos veamos al PSOE como parte del problema, no parte de la solución... por lo menos de momento.
Hace 7 años 1 mes
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Joan Ginés
Ana der Murcia: En pocas líneas consigues dejar constancia de todas las mentiras que te han inoculado desde el PP y sus socios. ¿qué tendrá que ver Jordi Pujol con lo que está pasando. Y, disculpa, odio hacía nadie pero estamos aburridos ya de tanta estupidez y prejuicio hacia Catalunya. Por cierto ¿?qué tal en Murcia? ¿Os va bien con el PP?
Hace 7 años 1 mes
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Iñaki
Yo quisiera saber cuál es el camino que hubieran debido recorrer los independentistas para no ser señalados como corresponsables de lo que está pasando. Porque me parece que en este reparto asimétrico e injusto de las responsabilidades, lo que me parece que hay detrás es que a los independentistas se les condena por su independentismo. Todavía estoy por oír en España una voz que diga que ser independentista es legítimo, que sus aspiraciones políticas también lo son y que aceptaría que se viesen colmadas bajo unas determinadas condiciones. Mucha hipocresía veo desde el lado que incluso reniega del nacionalismo español.
Hace 7 años 1 mes
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Ana de Murcia
CiU no es de derechas, ni la familia Pujol y sus 23 años fomentando la educación concertada, la sanidad privada, y una xenofobia hacia todo lo que huela a español. ¿Se ha visto a una izquierda tan despistada y liberal (pues defender el derecho de autodeterminación o "a decidir" viene de una ideología liberal) que defiende unos privilegios fiscales para unas empresas cuyos líderes son convergentes y "dependen" totalmente del mercado español? ¿Se ha visto a algún empresario que insulte a sus clientes y dependa de ellos? ¿Si seguimos esa ideología liberal, con qué argumentos elaboramos leyes para obligar a pagar impuestos o a que no se deslocalicen las empresas? Señor filósofo, no da usted argumentos, al menos, de los que van al fondo del asunto.
Hace 7 años 1 mes
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carne de inquisición
Al Psoe se le lleva poniendo cara de Pasok mucho tiempo y con esto creo que se convertirán en indiferenciables, a nosotros se nos esta poniendo cara de sirios y a Felipe cara de Alfonso. Del Psoe hace tiempo que no me interesa nada, de Felipe nunca me ha interesado, de nosotros...bueno, de nosotros no se...veremos si como parece nos merecemos esto.
Hace 7 años 1 mes
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andres 2
Como mi tocayo, yo tampoco entiendo que hace usted en el partido de la susanita, periquillo, el felipillo (hermosura de hombre ! ... mas de derechas ....).
Hace 7 años 1 mes
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Ana de Murcia
¡Delirante artículo y delirante realidad! ¿Y usted se dice decano y profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Granada? ¿Cree que no hay xenofobia en el nacionalismo catalán? ¿Cree que una sociedad que convive con banderas por doquier desde hace años (no sólo de ahora) puede ser traer algo bueno? ¿Cree que se puede imponer por la fuerza de los hechos y saltándose todas las leyes una independencia que sólo representa a la mitad del electorado?
Hace 7 años 1 mes
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Andrés.
Fernández Tapias yo tampoco entiendo qué haces en ese partido.
Hace 7 años 1 mes
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explorador
Se está violando el 147 de la Constitución al anular el estatuto convocando elecciones ilegalmente. Y digo estatuto y no estatut, porque es un articul0 general y afecta a todas las comunidades. Es decir, nueva jurisprudencia: se podrán anular los estatutos a través del 155. Unidos Podemos, ¿esto no merece una ojeada por el TC?
Hace 7 años 1 mes
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guillotine
El P$0€ si tiene quién le escriba... R.I.P. P$0€
Hace 7 años 1 mes
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