1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Análisis

¿Qué camino debe seguir la socialdemocracia española?

Los socialistas deben reconocer y restablecer el poder de una democracia reguladora. Deben anteponer públicamente los intereses de su electorado por encima de los intereses del sector financiero privado

Ann Pettifor 18/10/2017

<p>José Luis Rodríguez Zapatero</p>

José Luis Rodríguez Zapatero

Luis Grañena

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

Estamos produciendo una serie de entrevistas en vídeo sobre la era Trump en EE.UU. Si quieres ayudarnos a financiarla, puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

 

El fracaso (o pasokización) de la socialdemocracia en Europa y Estados Unidos es dramático, pero no era inevitable. El agotamiento del PSOE y la socialdemocracia española ha sido particularmente dramático, si se tiene en cuenta el papel fundamental que desempeñó durante la transición del franquismo a la democracia y su etapa de gobierno, durante la cual disfrutó de mayor apoyo popular que cualquier otra formación política española.

Sin embargo, el aspecto más dramático de la desaparición de la socialdemocracia en toda Europa es que ha derivado directamente en el desmoronamiento de la democracia. El desencanto con la democracia se ha alimentado con la creencia de que los políticos socialdemócratas no podrían proteger ni protegerían a las poblaciones de los efectos catastróficos de las leyes del mercado tras las crisis económicas de 2007-9. La clase política se mostró renuente a contener o abordar (a través de la regulación) el aumento constante, y posterior implosión, del excesivo endeudamiento privado creado por la banca y las instituciones financieras, que a su vez se empleó en una temeraria especulación inmobiliaria. En segundo lugar, tras el desplome económico causado por la crisis financiera, fracasaron al tratar de resolver el descomunal aumento del desempleo en España. En su lugar, los políticos se centraron inexorablemente en intentar “cuadrar el presupuesto”. Al centrarse en la deuda pública y no en la privada, se perjudicó a aquellos que no habían causado la crisis, porque en un vano intento de ajustar el presupuesto, los políticos empeoraron las ya degradadas condiciones de vida de sus propios seguidores. 

Sin embargo, incluso antes de la crisis, los políticos socialdemócratas ya se habían resentido. Al renunciar progresivamente a la administración pública de los mercados privados respecto a asuntos financieros, laborales y comerciales, y al entregar el poder de estos mercados a organismos privados, los políticos socialdemócratas habían menoscabado su propia función en la economía. Al acceder a renunciar al apoyo de un banco central español respaldado con fondos públicos y, en su lugar, depender de un incomprensible Banco Central Europeo, los políticos españoles entregaron un gran poder. Debilitaron su propia administración e influencia. No es de extrañar que no tuvieran poder para proteger a la sociedad del inexorable y devastador impacto de los mercados durante la Gran Crisis Económica y posteriormente. Por el contrario, los políticos británicos y estadounidenses podían pedir ayuda a sus bancos centrales. 

Tras el desplome económico causado por la crisis financiera, fracasaron al tratar de resolver el descomunal aumento del desempleo en España

Naturalmente, los organismos privados se habían instalado en el vacío de poder creado por la Eurozona y asumieron el control. Hoy en día son los organismos privados los que gobiernan los mercados financieros en España y por toda Europa, no los organismos públicos. 

Zapatero, los objetivos de déficit y por qué los presupuestos estatales no son como los presupuestos familiares

Actualmente existe un amplio consenso en que José Luis Rodríguez Zapatero, líder del PSOE en 2010, cometió una especie de harakiri cuando, con una agobiante tasa de desempleo juvenil del 40%, accedió a un objetivo de déficit presupuestario del 6%, congeló las pensiones y otras prestaciones, aumentó la edad de jubilación, recortó los sueldos de los funcionarios, impuso medidas de austeridad a las autonomías y “flexibilizó” la negociación colectiva. 

Quizá el error más catastrófico fue la decisión de adoptar la “regla de oro” de estilo alemán concebida para incorporar políticas sobre déficits presupuestarios en la Constitución. En otras palabras, las políticas se convertirían en algo así como cemento: inalterables e inamovibles. Esta decisión refleja una interpretación muy deficiente de cómo funcionan las economías. A diferencia del “ordoliberalismo” de políticos reaccionarios como Wolfgang Schauble, las economías son “banquetes móviles”. Se levantan y caen, se expanden y contraen en función de una serie de factores. Las políticas económicas, por lo tanto, no pueden fijarse en cemento. No se pueden convertir en ley. Las políticas estatales han de poder responder a los vaivenes de la economía en general. Cuando la economía se calienta, y hay amenaza de inflación, deben adoptarse medidas para enfriarla. Cuando la economía se desploma, y hay amenaza de desempleo y deflación, la política debe responder para prevenir una quiebra económica prolongada. 

La “regla de oro” enraizó la austeridad y con ella los continuos altos niveles de desempleo en la economía española. Previsiblemente, provocó una aplastante derrota del PSOE en 2011.

El endeudamiento estatal no es como el endeudamiento familiar

El señor Zapatero no estaba solo. En toda Europa e incluso en EE.UU., hay unanimidad entre los socialdemócratas, los responsables políticos y los principales economistas en que la “austeridad” o saneamiento fiscal es la respuesta a un aumento de la deuda pública causada por un fracaso económico privado. Sin embargo, la “austeridad” en época de crisis es una ideología especialmente retorcida, declamada por los intereses financieros, preocupados porque no haya suficiente dinero para sostener al sector privado si está “desbordado” por el sector público. 

la “austeridad” en época de crisis es una ideología especialmente retorcida, declamada por los intereses financieros, preocupados porque no haya suficiente dinero para sostener al sector privado si está “desbordado” por el sector público

Se trata de una ideología basada en la microeconomía doméstica. La mayoría de los economistas actuales reciben formación principalmente como “microeconomistas” –con particular hincapié en la empresa, hogares e individuos. Emplean un razonamiento microeconómico que les permite llegar a conclusiones macroeconómicas para el conjunto de la economía. Pero el sentido común dicta que los gobiernos no son como los hogares. A diferencia de los hogares, los gobiernos obtienen ingresos de los contribuyentes –por ley. A diferencia de los hogares, y gracias al respaldo de los contribuyentes, los gobiernos pueden obtener financiación fácilmente pidiendo préstamos tanto a inversores nacionales como internacionales. La deuda pública, incluida la deuda española, es un bien o activo preciado y escaso, y hay una gran demanda por parte de millones de inversores de todo el mundo. La razón es que todos los gobiernos democráticos están respaldados por los contribuyentes –y por lo tanto, la amortización de la deuda pública está mucho más asegurada que la amortización de las deudas privadas. 

La deuda pública es como un balancín

Para entender cómo y por qué sube o baja la deuda pública ayuda visualizar el balancín de un parque infantil. Cuando el sector privado se desploma y cae la recaudación fiscal, la deuda pública, al igual que un balancín, sube. ¿Por qué? Porque la quiebra del sector privado provoca el desplome de la recaudación fiscal, y en una economía democrática, un aumento de las prestaciones sociales. Cuando el sector privado se recupera, el desempleo y las prestaciones sociales caen, y la recaudación fiscal aumenta. Entonces, la deuda pública, al igual que un balancín, también cae. 

De modo que la respuesta a un aumento de la deuda pública en una época de  quiebra del sector privado, no es empeorar las condiciones recortando el gasto y la inversión en el sector público. Por el contrario, es vital que el gobierno pida prestado y gaste para impulsar el empleo y la actividad económica, que a su vez aumentará la recaudación fiscal, y también estimulará un sector privado debilitado. 

El camino a seguir: comprender el poder de la administración pública

Para que los políticos socialdemócratas recuperen el poder y el apoyo de su electorado es necesario el rechazo absoluto de las políticas económicas de desregulación que dieron lugar a la Gran Crisis Económica. Por encima de todo, los socialdemócratas deben dejar de rendir pleitesía a los mercados financieros y deben comprometerse activa y públicamente a subordinar dichos mercados a la administración pública de la democracia reguladora de España.

Los políticos siguen permitiendo que los bancos amenacen la economía global con otra crisis financiera grave, a pesar de que hoy en día todos los bancos mundiales en la práctica son bancos nacionalizados

Para lograrlo, los socialdemócratas debe recuperar y comprender el potencial de la administración pública respaldada por los contribuyentes. Los mercados financieros privados dependen en exceso de las instituciones públicas, como los bancos centrales y los gobiernos, para los rescates masivos, la EC (expansión cuantitativa), los préstamos a bajo coste y las constantes garantías respaldadas por los contribuyentes para evitar la quiebra de mercados. Al reconocer esta dependencia del sector privado sobre el sector público, los socialdemócratas deberían exigir reciprocidad: la aplicación de términos y condiciones más estrictas a cambio de la generosidad del sector público. Desde la crisis, el sector financiero privado no solo se ha beneficiado de los rescates y ayudas a la deuda privada por parte del sector público, sino que, de hecho, ha saqueado las arcas públicas y ha abandonado completamente la denominada teoría del “mercado libre”. Los bancos, las empresas de capital privado y otras entidades financieras han quedado “exentas de responsabilidades” y han retomado sus métodos especulativos antiguos y peligrosamente temerarios –esta vez respaldados por los contribuyentes. La mayoría siguen siendo “demasiado grandes para caer” y “demasiado grandes para encarcelarlos’.  

Los políticos siguen permitiendo que los bancos amenacen la economía global con otra crisis financiera grave, a pesar de que hoy en día todos los bancos mundiales en la práctica son bancos nacionalizados. Sin la generosidad de los 500.000 millones de dólares de EC trimestrales (procedentes del BCE, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón) más unos intereses crediticios históricamente mínimos, respaldados por unas garantías estatales, habrían quebrado. Estos no son bancos pertenecientes al sector privado, batallando contra las llamadas leyes del mercado libre. Aún incluso con un generoso respaldo público, el sector bancario privado sigue sin otorgar préstamos a empresas de la economía española verdadera con tipos de interés sostenibles. 

Este tipo de generosidad unilateral debe acabar. Ha llegado el momento de obligar a la banca española a que priorice los intereses de la economía española o a afrontar las pérdidas que se respaldaron con fondos públicos obtenidos de la hacienda española, el BCE y otros organismos públicos. 

En segundo lugar, todas los bancos privadas dependen de instituciones respaldadas por los contribuyentes, como el sistema judicial y de derecho penal, para el cumplimiento de contratos. ¿No ha llegado el momento de insistir en que estas instituciones financiadas por los contribuyentes no se puedan utilizar para el cumplimiento de contratos, a menos que los bancos privadas contribuyan a restablecer la salud de la economía española? 

Es mucho lo que se puede hacer para desafiar el aparentemente abrumador dominio del sector financiero privado. Pero antes, los socialdemócratas españoles deben reconocer y restablecer el poder de una democracia reguladora. Deben anteponer públicamente los intereses de su electorado por encima de los intereses del sector financiero privado. Deben prometer que van a restablecer la autoridad pública sobre los mercados privados en lo que concierne al capital, trabajo y comercio. 

Solo de esta manera será posible recuperar la confianza de los ciudadanos, y con ella, el poder político. 

--------------------------------------

Ann Pettifor es Directora de investigación de la red sobre políticas macroeconómicas (Prime).

Este artículo se publicó originalmente en Prime, y una primera versión en castellano, en Sistema.

Traducción de Paloma Farré.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Ann Pettifor

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Mokina

    ....."Para que los políticos socialdemócratas recuperen el poder y el apoyo de su electorado es necesario el rechazo absoluto de las políticas económicas de desregulación que dieron lugar a la Gran Crisis Económica. Por encima de todo, los socialdemócratas deben dejar de rendir pleitesía a los mercados financieros y deben comprometerse activa y públicamente a subordinar dichos mercados a la administración pública de la democracia reguladora de España. ...." Espéralos sentada....!

    Hace 6 años 5 meses

  2. trenka

    ¿Y eso que es? Un Ente Abstracto, o se refiere ¿A quien? Los que recibieron 60.000 millones de prestamo del Estado Español y ahora no lo pagan? Los centenares de electos en lo9s diferentes gobiernos de las automias y del Gobierno Central que estan en la carcel y otros enfrentados a dar explicaciones de su proceder ante la justicia?

    Hace 6 años 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí