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El lehendakari Iñigo Urkullu ha aprovechado su reciente viaje a Montreal para exponer sus ideas acerca de la realidad nacional de Euskadi y la búsqueda de un nuevo pacto con España sobre la base de cuatro principios: diálogo, democracia, legalidad y bilateralidad. Se muestra convencido de que antes o después la Unión Europea tendrá que emitir una Directiva de Claridad, en línea con la ley aprobada por el parlamento de Canadá tras los dos referendos de Quebec. Europa debe definir a su juicio cuál debe ser la respuesta democrática de sus estados cuando se produce en su seno el caso de un pueblo que de forma reiterada y mayoritaria expresa su voluntad de decidir acerca de su soberanía. Urkullu sostiene en este extracto de la conferencia pronunciada en la universidad Laval que la democracia consiste no solo en que todas las ideas puedan ser defendidas, sino que puedan materializarse eventualmente si cuentan con el apoyo de la mayoría. En este sentido aboga por un referéndum pactado y con garantías en Euskadi.

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Soy Lehendakari de Euskadi, represento a un Pueblo con una cultura, una lengua y una identidad propias. Ustedes conocen bien esta realidad.

Euskadi es una Nación y España tiene pendiente encontrar un mejor encaje para sus diversas realidades nacionales. Algo que se ha puesto muy de manifiesto estos últimos meses con motivo del conflicto suscitado en Cataluña. Expresamos nuestra voluntad de reconocimiento como realidad nacional en el marco de Europa.

El acuerdo político entre Gran Bretaña y Escocia permitió celebrar un referéndum en pleno corazón de Europa. Es un referente de interés. También los referéndums celebrados en Quebec en los años 1980, 1995, la tramitación posterior de la “ley de claridad” y la respuesta dada por el Parlamento de Quebec con la denominada “ley 99” o “ley de los derechos políticos” conforman un modelo de referencia de interés.

En este foro universitario les hablo con claridad y expreso mi sentimiento nacionalista vasco. Afirmo nuestro anhelo de crecer como País por sentimiento y, también, por convicción.

Reconozco el lastre que durante años ha supuesto para nuestro proyecto la violencia y el terrorismo que hemos padecido en Euskadi. Desde hace poco más de seis años, vivimos la oportunidad histórica de la Paz. El terrorismo de ETA ha terminado para siempre, el pasado mes de abril entregaron sus armas y esperamos su pronta disolución definitiva.

Estamos ilusionados con este nuevo tiempo. Miramos al futuro y queremos cerrar este episodio para siempre y hacerlo de forma que jamás se vuelva a repetir.

Hoy nos corresponde asentar una nueva Convivencia. El Gobierno Vasco está firmemente comprometido con este propósito, los últimos cuatro años hemos cumplido con todos los compromisos del “Plan de Paz y Convivencia” y, ahora, de cara al año 2020, hemos aprobado un nuevo “Plan de Convivencia y Derechos Humanos.”

La Convivencia entendida como “vivre ensemble”, la expresión de “convivir es vivir con” guía nuestra actuación y es una prioridad social de primer orden.

En el ámbito político y en relación expresa al futuro del Autogobierno, en el Parlamento Vasco contamos con una Ponencia que pretende alcanzar un acuerdo interno amplio y plural, un grupo de trabajo destinado a este cometido.

El objetivo es acordar un documento de “Bases y principios” con el máximo consenso posible, que nos permita plantear un nuevo Pacto al Estado español. Nuestra aspiración es lograr el reconocimiento y respeto a la realidad nacional de Euskadi y actualizar nuestro Autogobierno, siempre en el marco de Europa.

Esta visita cobra para nosotros especial interés en este momento, porque aspiramos también a conjugar el principio de legalidad y el principio democrático; a poder realizar un referéndum legal y pactado, que permita definir nuestro futuro con libertad.

En este sentido el modelo de Quebec / Canadá constituye una referencia para nosotros. Compartimos cuatro principios fundamentales: Diálogo. Democracia. Legalidad. Bilateralidad.

-En primer lugar la opción por el diálogo permanente como vía de acción política e institucional, asentada en el realismo y un compromiso de respeto y reconocimiento.

-En segundo lugar el respeto al principio democrático. Quebec es una referencia, como lo fue Escocia, porque se reconoce la legitimidad de las aspiraciones políticas expresadas de forma democrática por la ciudadanía, a la que se consulta y se reconoce la capacidad de decidir su futuro.

-En tercer lugar, la asunción del principio de legalidad. Esto es el respeto a los procedimientos y las normas, aceptando que debe desarrollarse toda su potencialidad para contribuir a ofrecer soluciones políticas a demandas de naturaleza política.

-En cuarto lugar la opción de la negociación y la bilateralidad. Se acepta el compromiso de negociar y acordar entre los dos Gobiernos de forma que se puedan aplicar las decisiones adoptadas.

Conocido este modelo de referencia a este lado del Atlántico, tengo la convicción de que, más tarde o más temprano, la Unión Europea deberá abordar esta cuestión y plantear una Directiva sobre Claridad que podrá tomar como referencia el modelo aquí planteado. 

Tengo esta convicción, porque el propio Presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha reconocido las dificultades de una Europa con 95 Estados diferenciados, lo que supone en realidad el reconocimiento de la existencia de 95 realidades nacionales que aspiran a obtener un reconocimiento y un horizonte de claridad en su participación en el proyecto común europeo.

Nuestro ideario y proyecto es netamente europeísta, por eso creemos en la necesidad de una “Directiva sobre Claridad” que permita ofrecer respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cuál debe ser la respuesta democrática de un Estado europeo cuando, en su seno, un Pueblo ha expresado de forma reiterada y mayoritaria una voluntad de decidir sobre su estatus de soberanía, cosoberanía o interdependencia?

Europa debe ofrecer una respuesta constructiva a esta cuestión. Debe ofrecer una vía clara, legal y democrática, que dé respuesta a esta cuestión de naturaleza política.

La democracia consiste en que todas las ideas puedan ser defendidas y, también, eventualmente materializadas si una mayoría las apoya. Abogamos por un referéndum legal y pactado con garantías.

El modelo Quebec-Canadá es una experiencia de referencia útil. Permite desbloquear una realidad de soberanías compartidas mediante la asunción del compromiso de bilateralidad.

Considero este modelo una muestra de gestión avanzada de controversias constitucionales, de convivencia y de soberanía, mediante los procedimientos de la democracia y el derecho: las leyes, la negociación y la consulta a la población.

Este es un ejemplo de viabilidad para que procesos políticos complejos se puedan reconducir mediante procedimientos democráticos y dialogados.

En Euskadi analizamos con interés esta realidad desde el primer día y vamos a seguir trabajando por la actualización de nuestro Autogobierno en el marco de un acuerdo abierto, participado entre las diferentes fuerzas políticas vascas, pactado con el Estado, ratificado por la sociedad y respetado.

Esta es la orientación de la “vía vasca” a través del método de “diálogo, acuerdo, negociación y ratificación.”

Muchas gracias a todas y todos ustedes por su atención y a continuación trataré de responder a sus preguntas.

Eskerrik asko. Merci beaucoup.