1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

  307. Número 307 · Abril 2024

  308. Número 308 · Mayo 2024

  309. Número 309 · Junio 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Tribuna

El bitcoin: ¿oro digital o fraude colosal?

Su creciente éxito como instrumento de intercambio plantea dos graves problemas: su insostenibilidad financiera y medioambiental

Bruno Estrada 3/01/2018

Flickr

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito, la web exclusiva de la comunidad CTXT. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí. 

El bitcoin, la criptomoneda más famosa y más utilizada en el mundo, fue creada hace solo ocho años, en 2009. Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que no está respaldado por ningún activo; su valor intrínseco es cero, se basa en la confianza que millones de personas dan a un sistema descentralizado de creación de dinero. 

No hay ningún Banco Central de un gran país detrás de su creación, ni ninguna entidad financiera global, ni ninguna gran empresa. Son miles de “mineros” los que están continuamente creando esta moneda en base a unos códigos que aseguran las transacciones.

Su creación se hace de forma conjunta por un sistema competitivo descentralizado de estos “mineros” digitales. Para que estos nuevos bitcoins, estas nuevas transacciones, sean confirmados es necesario que se incluyan en un bloque con una prueba de trabajo matemático. Dichas pruebas son muy difíciles de calcular ya que la única manera de pasarlas es intentando hacer miles de millones de cálculos por segundo. 

Cuando los bloques son validados por el universo de “mineros” entonces el “minero” creador recibe una propina en bitcoins, propina que se ha ido reduciendo con el paso del tiempo. Los “apolojetas” del bitcoin dicen que esto es democratizar la creación de dinero.

Inicialmente, en la “época romántica” del bitcoin, los mineros eran personas individuales que, armados con un cierto conocimiento de electrónica e informática y un potente ordenador generaban esos bloques. Ante el aumento de valor de esta criptomoneda su producción se ha ido industrializando. Actualmente hay “granjas de servidores” trabajando permanentemente para calcular el valor de un nuevo bloque.

Su creciente éxito como instrumento de intercambio plantea dos graves problemas: su insostenibilidad financiera y medioambiental.

Insostenibilidad financiera

Como ha reconocido el propio Joseph Stiglitz, la utilización cada vez mayor del bitcoin obedece a que es “una moneda opaca que puede ser utilizada libremente para actividades económicas ilegales y como instrumento de evasión fiscal". 

Por eso Stiglitz dice que lo que deberíamos hacer es “exigir la misma transparencia en las transacciones financieras con bitcoins que la que tenemos con los bancos". Si así se hiciera, cree el premio Nobel, el mercado del bitcoin "simplemente colapsaría". 

El Banco de Inglaterra fue el primer Banco Central del mundo a partir de 1844, cuando el gobierno británico le otorgó el monopolio de la emisión de billetes en el Reino Unido. El objetivo de esta medida era terminar con las periódicas crisis financieras, aproximadamente una cada diez años, que asolaban al incipiente capitalismo británico debido a las continuas burbujas financieras derivadas de la absoluta libertad de creación de moneda de la que gozaban hasta ese momento los bancos británicos.

Parece que ciento setenta años después hemos aprendido poco de los riesgos de la desregulación de la creación del dinero. Stiglitz llega a la conclusión de que debería prohibirse el bitcoin.

Otro premio Nobel, Paul Krugman, la ha catalogado directamente de estafa. Según este economista, casi nadie entiende su funcionamiento y los que lo usan están atrapados en la mística incomprensible de una nueva tecnología redentora. El bitcoin vendría a ser un sistema de estafa piramidal tipo Ponzi, aunque en este caso de dimensiones planetarias, en el que el sistema da elevados beneficios a los que están en la parte superior de la pirámide, a los primeros que fabricaron o compraron bitcoins, mientras siga habiendo cientos de miles de incautos que continúen cambiando su dinero por esta quimera tecnológica. 

En España tuvimos un claro ejemplo de ello con la estafa piramidal de Forum Filatélico y Afinsa, que afectó a miles de pequeños inversores. Esas personas invirtieron en sellos, sin entender por qué se revalorizaban, sin tener la mínima idea de filatelia, del valor real de los sellos que compraban con su dinero. La revaloración de los sellos comprados por este entramado fraudulento fue posible mientras inocentes almas cándidas siguieron invirtiendo su dinero en ellos.

La evolución de la cotización del bitcoin y sus altibajos son impresionantes. En 2009 New Liberty Standard promovió el primer mercado de Bitcoins, fijando su precio en el coste de la electricidad necesaria para crear uno. El primer valor de cambio se estableció en 1.309,03 Bitcoins por un dólar estadounidense.

Ocho años después de su creación su valor, y la variabilidad de este, son asombrosas. En ocho años un bitcon ha pasado de valer menos de una milésima de dólar a cerca de 20.000 dólares. Solo las oscilaciones de su valor en diciembre del año pasado son como una montaña rusa. El 4 de diciembre de 2017 un bitcoin valía 11.476 dólares, el 16 alcanzó un máximo de 19.428 dólares, cayendo posteriormente en picado hasta que el 30 de diciembre su valor tocó suelo en 12.801 dólares. Estos altibajos no han afectado a la economía real porque aun hay pocos agentes económicos relevantes que operen en esta criptomoneda.

El riesgo financiero, y real, es que cada vez haya más incautos, no solo inversores particulares, también empresas y bancos que, atraídos por sus posibilidades especulativas y su opacidad fiscal, inviertan su dinero real en bitcoins, lo que podría dar lugar a una nueva burbuja financiera de magnitudes globales. Además, según el programa matemático que diseñó la criptomoneda, solo pueden ser creados 21 millones de Bitcoin, por lo que es muy posible que cuanto menos puedan extraerse (se prevé que el 99% de los Bitcoins sean extraídos en torno a 2032), su revalorización especulativa sea mayor, y la caída posterior también.

Insostenibilidad medioambiental

La proliferación de bitcoins generados por miles de ordenadores también está dando lugar a otro problema de insostenibilidad medioambiental.

Esas “granjas de servidores” que producen grandes cantidades de ese “oro digital” tienen un consumo exponencial de energía eléctrica. De acuerdo con los cálculos realizados por Digiconomist, el consumo anual de energía eléctrica de todos los “mineros” y “granjas” que se dedican a ello supone el 0,13% de la electricidad de todo el planeta, un consumo similar al de los 4,7 millones de irlandeses, o a los 186 millones de personas que viven en Nigeria.

En la actualidad gran parte de la producción eléctrica de China tiene su origen en ineficientes centrales térmicas que siguen usando carbón (el gigante asiático consume alrededor del 50% del carbón del planeta) y hay que recordar que este mineral es el responsable del 45% de las emisiones de CO2. Por tanto, China es responsable de más de un 20% de las emisiones de CO2 del sistema energético mundial.

Si tenemos en cuenta que, según algunos análisis, en China se realizan un 23% de las transacciones en Bitcoins, la conclusión de todo ello parece bastante evidente:

El nuevo capitalismo financiero inmaterial que representan los bitcoins tan solo beneficia a unos pocos, mientras que está basado en unos riesgos financieros que se asemejan demasiado a otras burbujas especulativas que hemos visto explotar en el pasado, y en unas externalidades medioambientales, en términos de cambio climático, que vamos a pagar todos. 

Este nuevo "oro digital”, que en realidad no vale nada, no parece nada democrático, más bien parece un fraude colosal.

------------------------------

Bruno Estrada es economista, adjunto al Secretario General de CC.OO.

CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito, la web exclusiva de la comunidad CTXT.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Bruno Estrada

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

18 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. Gustavo

    Se acuerdan del crack de 1929? Con el Chantcoin se está cimentando lo mismo, pero con alcance mundial. Un lavoro fino!

    Hace 6 años 1 mes

  2. robert

    El autor de este artículo no tiene ni idea. Si lo que quieres es: 1. Riqueza inconfiscable: algo que nos permita conservar y transferir cualquier cantidad de riqueza (o de valor) sin restricciones, 2. A cualquier persona del mundo, en cualquier momento y de forma instantánea, 3. Sin que nadie te lo pueda impedir (ningún político, ningún Estado, la policía...), sin intermediarios (sin tener que pedir permiso a nadie: banqueros, empresas, corredores de bolsas, agentes de aduanas...), 4. Desde y hacia cualquier lugar del mundo. 5. Pagando una tarifa mínima al alcance de todos, 6. Sin estar obligado a identificarte si no quieres, o sea, de forma privada... Si quieres todo esto, la elección es clara: Bitcoin Cash. Bitcoin Cash es el auténtico Bitcoin.

    Hace 6 años 5 meses

  3. Bruno

    "Una criptomoneda es un medio digital de intercambio que no está respaldado por ningún activo, su valor intrínseco es cero, se basa en la confianza que millones de personas dan a un sistema descentralizado de creación de dinero." Esta no es la definición de criptomoneda. Si quita usted la palabra "descentralizado", esta es la definición de "dinero fiduciario", como lo es el euro, el dólar americano, la libra, el yen... y el bitcoin.

    Hace 6 años 5 meses

  4. Cipriano

    Peregrinator, en Japón puedes pagar impuestos en Bitcoin. Imagino que "Japón" cuenta como "país sensato". El total de Bitcoins son 21 millones, no billones como dice el artículo. En este momento se han creado unos 16 millones. No tiene nada que ver dónde se realizan las transacciones con el consumo energético, la energía se gasta donde se crean los bloques que agrupan las transacciones, no donde se crean las transacciones. Además están saliendo soluciones basadas en cadenas de bloque que promueven la descentralización de la red energética y la generación con energías renovables (Pylon Network, SolarDAO, Hydrominer, ...). O aprovechando el calor de lo mineros para calentar casas en Siberia, o en España, muchos mineros en los meses de frío ganan dinero en vez de perderlo encendiendo estufas o quemando gas. Por lo que Bitcoin es un factor contra el cambio climático, no a favor de él. Los más interesados en gastar menos electricidad son los propios mineros y la mayoría invierte en generación solar y/o eólica para sus minas. Y también es un problema para el que se aportan nuevas soluciones informáticas, Ethereum va a cambiar su protocolo de consenso a Proof of Stake, FairCoin ha cambiado a Proof of Cooperation (con un gasto energético de la red en el orden de los kilowatios), Iota propone que el que realiza la transacción tiene que realizar el trabajo disminuyendo la energía total al eliminar redundancias de cálculos, etc. Bitcoin ha sido la primera criptomoneda y puede que no sea perfecta, pero se van aportando soluciones a los problemas. La comparación con los sellos y los tulipanes demuestra que quien las dice no tiene ni idea acerca de la tecnología sobre la que se construye el bitcoin. Lo realmente disruptivo de las criptomonedas es romper el monopolio de los bancos en las transacciones económicas, no les necesitamos para funcionar con una economía más descentralizada y popular, no tenemos que pagar tasas ridículas por tener dinero guardado en algún lado y menos por moverlo. Y además es pseudoanónimo, otro punto contra el gran hermano. No necesitamos ni al Banco Santander, ni a Paypal, ni a Wester Union, ni a Visa o Mastercard para realizar transacciones económicas, ni tampoco pagar sus tasas ni que registren las transacciones. Esta es la idea fuerza sobre la que se construyen las criptomonedas. Los bancos quiebran y hacen corralitos (Grecia, Chipre, Argentina, España por poco....). El Banco Central Europeo y el FMI dictan el precio del dinero favoreciendo siempre a la industria financiera. Las crisis cíclicas capitalistas las generan el sector financiero ávido de ganancias. Lo realmente capitalista es pensar que el sector financiero son los buenos de la película. Antes de escribir artículos es conveniente informarse mejor para no hacer el ridículo exponiendo miedos fruto de la ignorancia y el miedo al cambio (a mejor). Las criptomonedas son para el sector financiero lo que Emule y Bittorrent han sido para el sector audiovisual, han llegado para quedarse y usarse cada vez más empoderando a la ciudadanía contra la tiranía de los bancos, el BCE y el FMI.

    Hace 6 años 5 meses

  5. Jaime B

    Timo piramidal, el último que salga pierde hasta la camisa. En los 90 era la propiedad compartida, todavía siguen de litigios.

    Hace 6 años 5 meses

  6. Antonio Rodríguez

    Y ahora con el IntelGate, su minado contaminará un 30% más.

    Hace 6 años 5 meses

  7. Faustinotuya

    Cualquiera le dice a Bruno, que CCOO fué fundada en una Mina de Carbón en Gijón. Igual se asusta.

    Hace 6 años 5 meses

  8. Faustino Tuya

    El articulista no tiene ni idea. Yo participo en una plataforma de almacenamiento descentralizado en la nube. Simplemente cediendo parte de mi disco duro y mi conexión a internet. Yo uso el ordenador desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la mañana. El incremento de las 8 horas restantes, no me cuesta ni 20 euros al mes. El primer mes la plataforma me pagó en su “coin” (que aproximadamente se cambiaba por 0.20 $) el equivalente a 30$, hoy 4 meses después su “coin” se cambia a 2,70$. Solo analizando, la cantidad de información que se genera, con el big data, y sabiendo, que esta plataforma, es descentralizada y segura, ya que tiene 5 copias encriptadas y repetidas en ordenadores particulares de todo el mundo (con lo cual no necesita ni mantenimiento, ni servidores propios, ni paga la luz, ni paga internet), hace que este sea un negocio bastante seguro. En mi caso, ya estoy disponiendo más discos duros para agregarlos, ya que hoy recibiré mis “coins”, que podré cambiar tranquilamente por 405$. Aparte que todo me indica, que viendo los precios que tienen, para almacenar los datos, las plataformas de Amazon, de Google y de Microsoft, no tienen nada que hacer. No son competencia. Si mañana Estados Unidos desaparecen, todos los datos que hay en mi plataforma seguirán estando, mientras que los de estos otros, pueden sufrir ataques, bloqueos, etc. Porque están situados en un lugar determinado, y los de mi plataforma no. Decir que esto es un timo, en vez de ver que es una innovación, es no tener ni idea. No obstante, los bancos ya se metieron, solo hay que ver que todos están patrocinando Ripple. Se están metiendo porque si no desaparecen. También podríamos hablar del dinero, para armas, delitos, drogas, etc. Todo esto ya lo hay con dólares, euros, rublos o rupias. ¿O acaso esos delitos nacieron con el bitcoin?. Más bien podemos pensar que las criptomonedas, son el paraíso fiscal, pero para todos, no solo para los políticos listos.

    Hace 6 años 5 meses

  9. Germán

    Rocksana, no te preocupes, sólo se rescata a los bancos con el dinero de todos.

    Hace 6 años 5 meses

  10. Germán

    Para peregrinator. Es cierto que en su origen había una intención anarquista y también es cierto que lo están canalizando, cómo no, poderes financieros. Por eso lo que debería hacer hacienda es ponerse las pilas y tener la capacidad de fiscalizar las plusvalías que ya está creando toda esta locura.

    Hace 6 años 5 meses

  11. Krapocho

    Lo único cierto que dice el artículo es el tema medioambiental, y esto es un problema de Bitcoin, solucionado en otras criptomonedas, como Faircoin, por ejemplo. Lo importante aquí es la tecnología de la cadena de bloques, en la que se basan todos los criptoactivos, que, al contrario de lo que dice Stiglitz, es un smecanismo mucho más transparente que los actuales sistemas de pago electrónico, pues es descentralizado y cualquiera puede comprobarlo.

    Hace 6 años 5 meses

  12. tricomax

    Otro lamentable artículo sobre el Bitcoin.

    Hace 6 años 5 meses

  13. peregrinator

    El artículo ni es superficial ni tendencioso ni equivocado. Es claro y sencillo, porque la realidad de todas las estafas especulativas piramidales es muy sencilla. Los que niegan concimientos a los criticos del emperador desnudo o están personalmente interesados en la estafa o son tan ignorantes que no conocen su porpia ignorancia. Detrás del bitcoin no hay más que detras de los tulipanes. La expectativa de enriquecimiento facil que nubla el sentido común. Y desde luego que las criptomonedas no son una idea isquierdista, sino muy al contrario, es anarquismo de derechas. Sustituir la emision del dinero por una instancia pública que debería rendir cuentas, por una entidad anónima en el peor sentido, que no rinde cuentas ante nadie. Me creeré las criptomonedas, cuando la hacienda pública de un país sensato las admita como forma de pagar impuestos.

    Hace 6 años 5 meses

  14. Rocksana

    Veo que hay mucho especulojeta por aquí... Cuando colapse el bitcoin (pues no hay ningún producto material que esté detrás de la "riqueza"... NI UN DURO PARA RESCATAR A LOS TONTOS!

    Hace 6 años 5 meses

  15. Lola

    Estimado señor Estrada, que en otros artículos me ha encantado; dice usted que este nuevo dinero "no vale nada"...¿vale algo el euro, dólar, etc, desvinculados del oro, de cualquier economía real, basados sólo en la "autoridad" de personajes farsantes, venales y corruptos?

    Hace 6 años 5 meses

  16. Leopoldo Salgui

    el análisis no puede ser más superficial y equivocado ... hasta la primera premisa es falsa, el creciente éxito como instrumento de intercambio, ¿éxito como intercambio?, el uso de las criptomonedas en los intercambios de mercancías y servicios es prácticamente nulo, menos que residual es alucinante que un economista de izquierdas defienda el derecho del poder a fabricar moneda ... si el poder fabrica moneda, ¿qué le ocurre al dinero ya fabricado que se obtuvo por el trabajo?

    Hace 6 años 5 meses

  17. Félix

    Estoy con Germán... muy tendencioso el artículo y no es informativo es una opinión de un articulista. El que se mete en bitcoin sabe por adelantado lo que hay, compararlo con el tema sellos es más que lamentable. Tiene algo de piramidal pero si lo miramos de ese modo, que negocio no es piramidal?. Para mi deja de ser piramidal en el momento en que no hay engaño y el que se mete sabe lo que hay y el valor en el que está el bitcoin. Piramidal porque los que invirtieron primero se han hecho ricos?. Muy fácil esa comparativa.

    Hace 6 años 5 meses

  18. Germán

    Inexacto y tendencioso. Los dos problemas que plantea el artículo son ciertos pero otras cripto monedas lo solucionan. El símil Ponzi no es tal, quién compra btc sabe a qué atenerse, quién compraba sellos no. La comparación con las .com hubiera sido más afortunada y ya sabemos que ocurrió después: Facebook, Twitter et al. El blockchain está para quedarse y para revolucionar el sistema financiero mundial ; Ripple ya ha sido adquirido por bancos asiáticos como substitución del SWIFT. La especulación en el ecosistema es un índice de la gran expectativa que está creando

    Hace 6 años 5 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí