
Fotograma de El Ministerio del tiempo.
En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito, la web exclusiva de la comunidad CTXT. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.
Un fantasma recorre el mundo, digitalizado ya sin remedio. Las series de Movistar + La zona y La peste lo han puesto en primer término. Los anglosajones, fijadores del canon, le han quitado la sábana para bautizarlo como transmedia storytelling. Amenaza como una peste del siglo XXI, pero no se asusten, no es mortífera, solo contagiosa y puede llegar a ser placentera. Ofició de bautista de semejante ciberbacteria un profesor yanqui, Henry Jenkins, hacia el 2004. Por entonces ya florecían algunas propuestas al otro lado del Atlántico, que fueron replicadas en Europa. En España la expansión transmediática se ensayó tímidamente en series televisivas como Águila roja (TVE) o El barco (A3); pero habría que esperar a 2013 para verla reflejada en el cine (El cosmonauta, Panzer chocolate) como universos transmedia, término asumido por Jenkins, Dena o aquí por Scolari.
Esas propuestas nacían de iniciativas independientes, como Plot 28 (2013), uno de los universos transmedia más singulares. Salió con un app de pago y una web de contenidos libres; había sido elaborado con cocción lenta por un equipo interdisciplinar liderado por Agustín Serra y Hernán Ruiz. Como tantos universos transmediados partía de un “contenido seminal”, en este caso el falso documental La parcela 28 (Agustín Serra, 2008), que narra con premonitoria perspicacia los juegos de poder e intereses económicos que bambolean detrás operaciones de las “ciudad-marca”, como Expo Agua Zaragoza 2008. La megacrisis, nacida aquel mismo año, desvelaría ese inquietante teatro de sombras que ahora está en los juzgados...
A partir del tema, tramas y personajes de La parcela 28 se desarrolla una expansión narrativa de vídeos, documentales, cómics, fotos, web temáticas, blogs de personajes, música y tres textos ciberliterarios (una novela navegable, un libro de relatos y un diario). Este “mapa de contenidos”, dispuesto en distintas plataformas a través de diversos canales, está interconectado y cada uno aporta un plus en su lenguaje específico. Esa es, precisamente, una seña de identidad ineludible en la narración transmedia; la otra es su condición de narrativa participativa en el marco del ecosistema digital. Los ejemplos citados planteaban, de hecho, muchos retos interactivos para el usuario –Plot 28 disponía de un apartado específico a tal efecto en su web: (“plotys”)-. Como dice Agustín Serra, “los genuinos usuarios transmedia no solo se zambullen en un universo, sino que aportan contenidos creados por ellos para enriquecerlos; es decir, tenderán a convertirse en prosumidores”.
La “peste transmedia” no avanza como la negra, la de las ratas; esta manera de contar del siglo XXI no ha arraigado del todo en el tejido industrial audiovisual y multimedia español... Solamente las televisiones parecían estar interesadas en “contaminarse” y la serie que más lejos llegó fue El ministerio del tiempo (MT), a pesar de la desconfianza inicial de Pablo Olivares. Los tanteos del equipo de TVE en Isabel y Víctor Ros fructificaron en una planificación muy elaborada –por el storyteller Pablo Lara– de esa expansión transmediática. Se fueron sucediendo contenidos complementarios a partir de los capítulos emitidos hasta conformar un mundo transmediado: el programa online La puerta del tiempo, contenidos exclusivos de la Intranet del Ministerio, los podcasts Tiempo de valientes, la webserie de Angustias, un cómic (saldrá en primavera), dos experiencias de realidad virtual y productos de merchandising.
MT ha sido un éxito incuestionable más allá de su emisión televisiva, triunfando en visionados online y redes hasta convertirse en serie de culto. Olivares se ha rendido ante la ciberepidemia: “La curiosidad es, en mi opinión, la base del universo transmedia. La posibilidad de acceder no ya a un tema sino a sus afluentes. Y, a través de ellos, llegar a un río más grande. Y al mar. Un flneur incitando a quien se acerque a él para que paseen. Aunque no sea por la misma calle. Eso es para mí la cultura transmedia: la creación del nuevo flâneur. Sólo que éste no solo observa. Se relaciona e interacciona con lo visto y los demás observadores”.
MT ha demostrado también una tendencia que se venía observando en experiencias foráneas (Lost, 24, Sherlock Holmes…): para que un universo transmediado cale en la audiencia debe fundamentarse en un producto nuclear en formato tradicional, casi siempre una serie televisiva. Otra de las claves de este éxito son los “ministéricos”, tan activos en las redes a la hora de recomendar y también capaces de crear Contenidos Generados por Usuarios como prosumidores. Como señalan Scolari y Establés, pasamos del ecosistema tradicional broadcasting a otro emergente catalizado por las redes; como consecuencia, ahora la protagonista será la narrativa, no los medios.
No es extraño que, mostradas sus cartas de éxito televisivo, Movistar + haya apostado decididamente por la estrategia transmediática desde el inicio, secundados por El Cañonazo transmedia, Fluor Lifestyle o The Cocktail: “Teníamos claro desde el comienzo que las producciones tenían que tener una vida más allá de la plataforma. Este deseo nos llevó a integrar los proyectos dentro de los planes de producción como parte íntimamente unida a la producción de la serie, de modo que la relación de la narrativa fuese completa, así como el resultado del productor digital definitivo, revela David Sanz, gerente de Transmedia y Ecosistema Digital de Movistar +. Así se aprecia en La Zona, que parte de una catástrofe nuclear en la Asturias hullera para desplegar un mapa de contenidos tan apabullante como los medios activados para ello. La peste (2018) encarna la culminación de la epidemia transmedia anidada en las plataformas multimedia de las nuevas operadoras. Como dice Roger Casas, CEO de El Cañonazo: “La expansión de ambas series ha sentado un precedente, por ser las primeras que tienen un desarrollo transmedia de esta envergadura desde su mismo origen”.
Ambas tienen un sólido producto nuclear (con apariencia de serie televisiva) al tiempo que propician un consumo expansivo y autoprogramado, como corresponde al nuevo modelo de interactor y a las flamantes plataformas digitales donde operan. La peste puede seducir a un grupo amplio de espectadores como un thriller oscuro tipo True detective con toques de neopicaresca, pero seguramente fascinará en su expansión a los millennialls; ellos construirán su propia narrativa a partir de los retos servidos en el universo transmediado: consultando una wikipeste, transitando la ruta de la peste (“un contenido hecho a partir de diversos contenidos con entidad propia y que se complementan entre sí”, dice Roger); degustando la gastronomía del Renacimiento en Yantar, atentos al confesor que revelará arcanos de la historia, descubriendo cómo se hicieron los efectos digitales o los secretos de la trama desvelados por el guionista y director de la serie (inquisidores), e incluso sorprenderse con la Sevilla del XVI en clave actual, contada con gracejo local por una prostituta de la “La Mancebía”, o las claves de esa sociedad en una impredecible navegación por el Guadalquivir. Si la experiencia ha interesado y el usuario deviene apestado, las redes están dispuestas a contagiar el ciberespacio de esta pandemia digital. La suerte no está echada, porque la ficción ya depende del propio usuario.
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito, la web exclusiva de la comunidad CTXT.
Autor >
Javier Hernández Ruiz
Suscríbete a CTXT
Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias
Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí