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Antes de que los cuñados tomasen el mundo, en El Gran Lebowski ya nos advertían de lo que es un nihilista. Y no fue la única película de los 90 que presentaba a personajes que lo eran. @CervantesFAQs los enumera y trata de encontrarles un sentido: pic.twitter.com/BM1xFcwuyE

— El Mentidero (@Mentidero_ctxt) 15 de febrero de 2018

Los nihilistas no creen en nada ni tienen principios políticos, morales o éticos. Desencantados de la vida, piensan que esta carece de significado, y la viven sin pensar en el Bien y el Mal, de forma individualista y sin seguir un código por negarlos todos. pic.twitter.com/04v4C5xl6K

— El Mentidero (@Mentidero_ctxt) 15 de febrero de 2018

En 1989 se tiró abajo el Muro de Berlín que separaba Alemania en dos mitades muy diferentes. Mucha gente, en vez de analizar qué ocurría en ellas, prefirió, como el proverbio dice, mirar al dedo que señalaba. El Muro cayendo fue un símbolo, y punto de inflexión del nihilismo. pic.twitter.com/DFBCrJ9KMR

— El Mentidero (@Mentidero_ctxt) 15 de febrero de 2018

Empiezan los 90 y, como en la propia El Gran Lebowski, buena parte de la sociedad, empezando por los republicanos post Reagan, dieron un giro hacia el nihilismo. Y es que la derecha comparte algún punto con esta corriente: es individualista y prefiere lo material a lo moral.

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Otra cosa por la que se pirra la derecha es por el poder y el elitismo. Justo como el protagonista de otra película de la época: American Psycho. El borderline Patrick Bateman disfruta siendo el mejor, incluso cuando mata a alguien, y no siente ninguna empatía por sus víctimas. pic.twitter.com/ei3vFYfTD0

— El Mentidero (@Mentidero_ctxt) 15 de febrero de 2018

Tampoco ve más allá de su dolor ni del que él inflinge a los demás. En realidad no le importa. Bateman lo arrasa todo a su paso mientras permanece constantemente en una posición de poder, recordándonos al Capitalismo que se hace más fuerte según es más despiadado. pic.twitter.com/jv3d69i0WN

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Es curioso que, para no creer en nada, en el fondo los nihilistas deseen siempre pertenecer al bando ganador. Un nihilista solo tiene orgullo de clase cuando (casualidad) la suya es media o alta. Desprecia tus principios, pero se amolda a los dogmas de su clase. pic.twitter.com/6TwCmq42au

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¿Es un nihilista entonces un cínico? ¿Es un hipócrita? ¿O solo es un instrumento más del sistema? ¿Cuál de los tres representa Cifra en The Matrix? Su traición, y por tanto su abandono de la rebeldía y su pliegue a lo establecido tiene mucho de nihilismo, egoísmo e individualismo pic.twitter.com/7DtSQQJmbP

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¿O es más bien el desencanto lo que hace que algunos abracen el nihilismo, como Martín padre en Martín Hache? pic.twitter.com/YY6ZXoTByy

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Otros son directamente expulsados y prácticamente obligados a no creer en nada. El cine los suele reflejar como vagos, véase El Gran Lebowski; fumetas, véase la filmografía de Kevin Smith; e inadaptados, véanse los dos más famosos de la factoría Disney: pic.twitter.com/8G2Lr6RBmd

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Pero, en realidad, no hace falta vivir al margen del resto para ser un nihilista. De hecho, los nihilistas están entre nosotras y son respetables ciudadanos. Sus días son todos iguales y no se mojan en nada. Así es el protagonista de Atrapado en el Tiempo: pic.twitter.com/y9MauTOttK

— El Mentidero (@Mentidero_ctxt) 15 de febrero de 2018

Phil Connors tiene que aprender que existen cosas más allá de sus narices, que las personas pueden ser buenas o malas y que eso debe importarte, incluso aunque no te salpique. Tomar partido es abrir los ojos al mundo y salir de tu vida en bucle.

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Quien lo hace incorrectamente es Lester Burnham en American Beauty, que por estar quemado con su insignificante vida decide darse al nihilismo y al hedonismo (la búsqueda únicamente de placer) pic.twitter.com/vLACAcHJYp

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Lo cual te puede llevar a no mover un dedo por cambiar lo que sientes que no funciona, resultando en una paradoja. Has llegado a esa situación porque no le ves sentido a la vida, pero si no haces nada por cambiar eso puede que solo abras los ojos cuando ya sea tarde... pic.twitter.com/4zMwqQ5bXu

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Y si algunas películas finalizan con lecciones de vida, otras se encargan de que haya personajes que parezcan felices siendo pasotas: también ellos son nihilistas, como Vincent Vega en Pulp Fiction: pic.twitter.com/5do20qaYLI

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Un matón a sueldo al que le da igual todo, solo cumple con su trabajo y no extrae ningún significado a lo que ocurre en su vida, ni siquiera cuando le revienta los sesos a un chico por accidente o cuando la esposa de su jefe casi muere por sobredosis pic.twitter.com/uE0txhhM1I

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Su compañero, Jules Winnfield, sí que se toma en serio la vida. Tanto, que al sobrevivir a una lluvia de disparos tiene una epifanía y decide dejar la vida de matón para empezar a recorrer el mundo. Vincent no lo entiende y se burla de él, llamándole vagabundo. pic.twitter.com/yw1cQMfHDP

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Es entonces cuando Pumpkin y Honeybunny (Yolanda) comienzan su atraco en la cafetería, y Jules, en lugar de matarlos como hubiera hecho antes de su revelación, intenta que ella mantenga la calma, pidiéndole que sea “como Fonzie” pic.twitter.com/1JiMXiUgTq

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¿Quién era Fonzie? Multitud de series y pelis han parodiado a este personaje de ‘Happy Days’, una comedia que se emitió en EEUU desde 1974 hasta 1984, y cuya estrella era este chico de clase obrera que vivía con una tranquilidad pasmosa y además votaba a la derecha: pic.twitter.com/qBPzCkg140

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Así lo demostró, respaldando al candidato republicano Ike Eisenhower diciendo en un mítin: "Me gusta Ike. A mi moto le gusta Ike" y “Hey, él ganó la guerra, ¿verdad?” El personaje era tan popular que ayudó a que Eisenhower derrotara a su rival demócrata en aquellas elecciones. pic.twitter.com/6YkCpgZjcn

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¿Fue Fonzie el primer nihilista? Escarmentado tras un pasado metiéndose en líos, ahora rehúye los problemas, es exitoso con las mujeres y todos le quieren. Curiosamente, en la serie lo tomaban por un rebelde, pero en realidad Fonzie era establishment, como lo es todo nihilista.

— El Mentidero (@Mentidero_ctxt) 15 de febrero de 2018

Porque es al establishment al que le beneficia esa despreocupación de los problemas: no creer en nada y por lo tanto no luchar por nada, solo vivir y dejar vivir. Nihilismo en vena pero simpatía por el diablo (la derecha) lograrán que todo siga igual mientras tú sigues ‘tranqui’. pic.twitter.com/blDd0w0uaU

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