1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

Fuera de Contexto / Unai Sordo, secretario general de CC.OO

“Sería un gran error estratégico medir el 8 de marzo en términos clásicos”

Mónica Andrade / Joaquín Estefanía Madrid , 23/02/2018

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT necesita un arreglo de chapa y pintura. Mejorar el diseño, la usabilidad… convertir nuestra revista en un medio más accesible. Con tu donación lo haremos posible este año. A cambio, tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Aporta aquí

El lunes 19 de febrero, Unai Sordo, secretario general de Comisiones Obreras, protagonizó la novena sesión del Fuera de Contexto, las entrevistas con público que CTXT organiza cada mes en el Teatro del Barrio. He aquí un extracto de la conversación mantenida por Sordo con Mónica Andrade, directora adjunta de la revista, y Joaquín Estefanía, miembro del consejo editorial. 

Mónica Andrade: ¿Cómo se hace uno sindicalista en estos tiempos? ¿Cómo te hiciste tú sindicalista?

Unai Sordo: Me hice sindicalista por un interés que había tenido toda la vida por el mundo del trabajo y la cuestión social. Eso estaba detrás de que decidiera estudiar relaciones laborales, que entonces se llamaba “graduado social”. Yo trabajaba en una pequeña empresa del sector de la madera, de 17 o 18 trabajadoras y trabajadores (bueno, una trabajadora y el resto trabajadores), donde la acción sindical era verdaderamente complicada; son empresas donde tienes poco margen de reivindicación y de acción sindical. Teníamos un delegado de personal que era de un sindicato nacionalista primero, y luego de CCOO. Me aproximé al sindicato para dar cauce a ese interés del que hablaba, que tenía poco que ver con mi actividad profesional; yo trabajaba en producción, no estaba en una oficina ni nada por el estilo. Y fue todo por la forma más casual: llevando un despido improcedente que exigía una indemnización. A partir de ahí, entré en la actividad del sindicato a través de la militancia en la secretaría de juventud, y luego en la estructura del sindicato.

M.A.: He leído en tu blog que ya habías hecho alguna incursión en el instituto, creo que el referéndum de la OTAN fue una de tus primeras batallas.

Bueno, yo todavía no sé cómo pudimos hacer aquello, era un un colegio público en 1986. Todavía se izaban banderas, nos hacían cantar… Y nos dio, con 14 años, por coger un cartel con una especie de matrimonio entre Reagan y Felipe González, si mal no recuerdo, y ponerlo en el corcho de la clase. No sé en qué estábamos pensando. Nos podría haber costado la cosa cara. Pero fue una chorrada de críos, de pre-adolescentes. Así empezó un poco mi historia, no en la afiliación porque no estaba afiliado al sindicato, pero sí en el trabajo sindical.

M.A. : ¿Con cuántos años te afiliaste?

Cuando empecé a trabajar, con 23 o 24 años si no recuerdo mal. Con 23 años empecé en la empresa en la que estaba, antes tenía trabajos precarios. Se habla mucho de esta crisis y es verdad, pero nosotros en Euskadi en 1993 teníamos una tasa de paro por encima del 20%, una tasa de paro bastante más alta incluso que la que hemos tenido en esta crisis. La gente que acabábamos de estudiar para encontrar un puesto de trabajo pasamos dos o tres años muy complicados. Me afilié cuando empecé a trabajar de manera un poco más estable, estando en esta empresa.

M.A.: No sé si leíste el reciente editorial que publicamos: ¿Por qué no se tiende hacia una unidad orgánica de los dos grandes sindicatos?

Sí lo leí. Es verdad que, durante la propia génesis de CCOO, aspirábamos a una central de trabajadores, era el sueño que tenía el propio Marcelino Camacho: esa idea de la unidad, de un movimiento sindical conjunto en España, existió en su día. Pero al final, se discurrió por un esquema de pluralidad sindical que tiene también sus fortalezas. El hecho de que haya varias organizaciones sindicales te obliga también a tener una presencia, siempre y cuando sea una relación de competencia bien entendida. Te obliga a reproducirte en el conjunto de las empresas, buscar también cómo mejorar tu perfil de acción sindical. En este terreno, el sistema de pluralidad sindical me parece que tiene bastantes potencialidades.

Dicho esto, es muy importante que haya un espacio de unidad sindical, y el que existe entre CCOO y UGT es un valor que no podemos permitir que se deteriore. Y desde luego nuestra voluntad va en ese sentido. Yo vivo en un territorio donde hubo una confrontación sindical casi sin cuartel, y es un escenario pésimo para la defensa de los intereses de la mayoría trabajadora.

El esquema que tenemos en España no se mete en grandes problemas, porque tenemos un nivel de competencia sindical, pero dentro de un esquema de unidad sindical estratégica. Seguramente si hubiese una central sindical única, en esta especie de dinámica de neocorporativismo que se está instalando también en una parte del mundo del trabajo, habría muchos resquicios abiertos, alternativas neocorporativas, en la representación y organización de los trabajadores y las trabajadoras. En ese sentido, que haya dos organizaciones sindicales con presencia potente cubre los huecos en ese terreno. No es un tema que me obsesione porque el modelo actual tiene bastante potencial. Y si queréis un titular: no diviso ningún escenario de avance en la unidad con la UGT.

Joaquín Estefanía: Antes se decía que los obreros no tienen patria y, sin embargo, lo que está sucediendo a nuestro alrededor en estos momentos, fundamentalmente relacionado con Cataluña, nos dice que los obreros sí tienen patria. Una de las cosas más desconcertantes que nos ha sucedido a muchos en los últimos tiempos es ver que la confederación de CCOO era bastante rígida en el hecho de no entrar en el asunto nacionalista, y sin embargo, CCOO y UGT de Cataluña sí que lo han hecho. Mi pregunta es: ¿los obreros tienen patria?

Nosotros nos hemos mantenido en una posición bastante coherente con respecto a lo que hemos defendido siempre en la Confederación de CCOO de España y la que ha mantenido CCOO de Cataluña. Pese a estar en una situación social terriblemente compleja, con un movimiento independentista que ha desbordado todos los márgenes de lo que ordinariamente era el movimiento nacionalista y que se ha dotado de una importante transversalidad dentro de la sociedad catalana, hemos sido consecuentes en nuestro planteamiento. No negamos tampoco las grandes dificultades por las que hemos pasado; no hay ninguna organización, desde luego no las de izquierdas, que no se haya visto sometida a un estrés terrible por lo que está pasando en Cataluña.

Nuestra organización en Cataluña tiene 140.000 personas afiliadas, y eso claro que condiciona. Pero en la Confederación nuestra posición ha sido inequívoca sobre la necesidad de crear un espacio de diálogo y acuerdo político. Ha sido muy complicado encontrar elementos de racionalidad política en Cataluña: es importante reformular el autogobierno, pero también mantener una posición clara de que esto no se puede hacer ni por las vías de la unilateralidad ni, evidentemente, saltándose la ley a la torera. El conflicto solo se podrá reconducir mediante deliberación y negociación, primero entre las fuerzas catalanas, y luego entre las instituciones políticas catalanas y las del conjunto del Estado. Cuanto antes lo asuman todos los actores, mejor.

En el tema de Cataluña, de fondo aparece un elemento muy potente: las nuevas formas de reconocimiento colectivo que están teniendo nuestras sociedades en el conjunto de Europa, incluso diría que de Occidente. Se están volviendo a reproducir viejos elementos de fuerte identidad, seguramente relacionados con la escasa capacidad de gobierno de la crisis y de las desigualdades, y con la pérdida de expectativas que se han dado en estas sociedades. Esa pérdida de pulso entre el poder económico y el poder institucional, unida a un cierto agravio generacional, está generando esos elementos identitarios que están afectando a las trabajadoras y trabajadores.

Se están volviendo a reproducir viejos elementos de fuerte identidad, seguramente relacionados con la escasa capacidad de gobierno de la crisis y de las desigualdades, y con la pérdida de expectativas que se han dado en estas sociedades

J.E.: En España los sindicatos son muy representativos pero tienen muy pocos afiliados. ¿A qué se debe esta caída?

El modelo de representación en España, de aplicación de lo pactado en un convenio colectivo que no se aplica solo a los afiliados y afiliados sino también al resto de trabajadores, es un modelo muy potente para dar cobertura y protección al conjunto de los mismos. Muchas PYMES no pueden tener siquiera representación sindical. Si no existiese ese modelo, se generaría un dumping empresarial continúo, iríamos a un modelo anglosajón donde solo se genera norma colectiva ahí donde hay algún tipo de afiliación. Es verdad que esto tiene un efecto desincentivador de la afiliación. Aun así, aunque hayamos sufrido en la parte afiliativa, en nuestra organización hemos aguantado una cifra de afiliados que tenemos que mejorar, pero que está en un 6% de la población ocupada, los ratios que históricamente siempre hemos tenido. Sin embargo, tenemos un nivel de representación bastante más importante porque el sistema que te legitima para negociar con un gobierno o una patronal, con una empresa o un convenio colectivo, es el de las elecciones sindicales. Ahí la densidad sindical, la implantación de CCOO y UGT, está en el segmento medio-alto si hacemos una comparativa con los sindicatos europeos. Son modelos radicalmente distintos. El modelo mediterráneo, el nuestro, se caracteriza por la representación media o media-alta y una afiliación media o media-baja. Pese a ello, estamos en tasas bastante más altas que los sindicatos franceses.

M.A.: Pero a años luz de los países escandinavos, donde las tasas son altísimas, rondando el 70%.

Claro, pero es que ahí los sindicatos gestionan la prestación por jubilación o políticas activas como el acceso a la prestación por desempleo. Por tanto, si no está el sindicato se tiene que recurrir a un servicio que normalmente funciona mucho peor para acceder al paro, por ejemplo. Son magnitudes que no son comparables; ahí solo hay convenio colectivo para el afiliado. Si no lo estás no puedes acceder a determinadas prestaciones. Igual resulta que el 60% de esa afiliación son personas retiradas, algo que pasa en Italia sin ir más lejos. Hay que ver el modelo sindical en su contexto para entender sus fortalezas y debilidades. Nuestro modelo tiene una legitimidad muy grande en cuanto a la representación y penetración (siempre mejorable: hay bastantes empresas en las que no hay representante sindical), en una media medio-alta de la que hay en Europa.

Es verdad que en afiliación estamos en otro nivel. ¿Tiene esto que ver con la crisis? Yo creo que en parte sí. Nosotros hemos visto una relación causa-efecto directa entre la evolución  del empleo y la evolución de la afiliación. Durante los años duros de la crisis, ¿dónde caía más la afiliación? En los sectores que perdían más puestos de trabajo. Estamos en riesgo de perder tasa de cobertura en España y uno de los análisis que hemos hecho es que es absolutamente esencial reforzar la base afiliativa del sindicato, pero no por una cuestión de interés corporativo ni de solvencia económica, sino porque, si no hay una agrupación más potente de trabajadores defendiendo con garantías que se va a cumplir el convenio colectivo, hoy en día es infinitamente más fácil dejar de aplicarlo.

El gran debate del sindicalismo es cómo penetramos en toda esta dispersión de mundos que aspiramos a representar, que nosotros seguimos llamando clase trabajadora pero que es terriblemente diversa, terriblemente compleja, y que interactúa a veces con elementos de contradicción de intereses. El sindicato tiene que saber gestionar esas situaciones de contradicción de intereses desde la presencia permanente en esas realidades. Ese es el reto. 

J. E.: La extrema derecha no deja de avanzar entre los obreros en Europa. ¿Ha entrado la extrema derecha en CCOO?

Al nivel de la estructura del sindicato, es evidente que no. Ahí la posición socio-política del sindicato es inequívocamente progresista. En una base de casi 1 millón de personas afiliadas tan plural es muy difícil determinarlo, pero creo que el hecho de que en España no se haya producido una reacción filo-racista a algunos fenómenos que han ocurrido en esta crisis, en un país que ha tenido unas tasas de paro absolutamente brutales, de desaparición de sectores enteros donde la población ocupada inmigrante era muy numerosa, como la construcción, en parte tiene que ver con la actitud de las organizaciones sindicales. El sindicato ha mantenido que los culpables del paro no eran los inmigrantes sino los empresarios que no aplican el convenio colectivo. Ahí es donde hay que centrar la lucha y esto ha calado entre nuestra gente.

M. A.: La tasa de afiliación en EEUU es bajísima, pero los datos dicen que el 72% de los nuevos afiliados en EEUU son menores de 34 años. ¿Qué está pasando con los jóvenes en España?

Esto que ocurre en EEUU tiene que ver con experiencias positivas, de las que habría que sacar alguna conclusión, del trabajo de los sindicatos norteamericanos en sectores de servicios muy precarizados. En España, en contra del tópico, no tenemos un problema radical de falta de afiliación de personas jóvenes o mujeres. De hecho, en los datos de afiliación de 2017 el colectivo que de largo más responde a la afiliación es las mujeres de mediana edad. ¿Cuál es el problema de la afiliación en España? La rotación afiliativa. Hasta en los peores años de la crisis se ha afiliado bastante gente a la organización, pero es una afiliación que varía más que rota: el trabajador se acerca más demandando un servicio de asesoramiento sindical o jurídico concreto. Cuando termina el ciclo de su problema tiende a darse de baja y quizá posteriormente a volver con otro. Hay que convencerle de que la función del sindicato sí es atender bien, sí es resolver un problema… Pero sobre todo de que somos una organización para generar norma y organización del trabajo en el centro de trabajo de una forma democrática.

no se puede entender la desigualdad de género sin entender los cauces o la claves de la desigualdad socioeconómica y laboral que existe en el país

J. E.: Quiero preguntarte sobre una movilización que viene: la del 8 de marzo de las mujeres: primero sobre el mismo hecho de que hayáis convocado la huelga de solo dos horas, y de paso: ¿empezáis a considerar que la huelga general en estas circunstancias ya no es la última arma sindical? 

La desigualdad de género, que es patente en la sociedad y que está teniendo elementos dramáticos, está generando una forma de identidad colectiva entre las mujeres y las jóvenes cuya máxima expresión es la respuesta a la violencia machista. Este es un elemento de muchísimo interés, el gran magma social que existe ahora mismo, de una forma más o menos subterránea, más o menos explícita, en la sociedad española.

La reflexión que ha hecho el sindicato al movimiento feminista, del que formamos parte desde que existe el movimiento en España, es que necesitamos un vector de reivindicación laboral, de reivindicación socioeconómica, y una presencia sindical desde el centro de trabajo para facilitar una gran respuesta social y cívica. Pero sería un error estratégico tremendo que el 8 de marzo se midiese en términos clásicos. No hay que llevar la batalla al único terreno en el que se puede perder. El 8 de marzo tiene que ser una gran movilización cívica, civil y social. ¿Con un componente socioeconómico? Claro. ¿Con un componente laboral? Claro. Por eso hemos puesto las reivindicaciones encima de la mesa. Por eso hablamos de planes de igualdad, de modificar la Ley de Igualdad, para dar una dimensión de concreción también a lo que se pide. Pero sin querer agotar la reivindicación, que es multifacética. Va a haber una movilización social muy potente con algunas visualizaciones de paro laboral significativas y cualitativamente importantes.

M.A. ¿Desde el sindicato impulsáis algún tipo de política, de formación, para convencer a los hombres que trabajen tanto como la mujer en casa? Porque eso también es trabajo...

Por eso digo que esto es multifacético y, no pudiéndose entender sin la dimensión económica, tampoco se puede explicar sólo desde la dimensión económica, hay también una dimensión cultural. Vivimos en una sociedad en la que todavía hay muchísimos roles patriarcales muy instalados. Es verdad que el sindicato históricamente ha sido una organización masculinizada porque el trabajo reconocido, el trabajo remunerado, era ocupado por hombres. Se ha financiado más a los sectores industriales donde había mayor participación de hombres, y, por tanto, esto acaba generando una pautas de funcionamiento, de comportamiento, de culturas organizacionales, ultramasculinas. En este aspecto hemos evolucionado mucho en los últimos años: tenemos organizaciones, como la federación de sanidad, o la de enseñanza o la de servicios en los que la afiliación masculina es ya menor que la femenina. Nosotros y nosotras tenemos 400.000 mujeres afiliadas al sindicato, pero a veces no se tienen en cuenta ciertas cosas.

J. E.: Entonces, ¿cuándo va a haber una secretaria general?

¡Cuanto antes!

J. E.: Antes has dicho que la tasa de afiliaciones rodaba el 6% de la población ocupada, pero entre los precarios debe ser ridícula, cercana al 1%. ¿Cómo mejorar esos datos en este mercado de trabajo fragmentado? ¿Cómo vais a buscar al afiliado precario, que además es un afiliado que, por sus propias características de trabajo, no tiene muchas veces ninguna conciencia de clase?

Esto solo se mejora teniendo unas pautas de acción sindical en la empresa, donde la situación del trabajador precario cuente para el sindicato. Te lo voy a explicar con un ejemplo. El otro día me preguntaba un compañero: ¿cómo incorporamos este tipo de sindicalismo a una empresa como la mía en la que el 40% de los compañeros son temporales? Le dije que seguramente en ese 60% de indefinidos el sentimiento de afiliación sea muy fuerte, así que, a la hora de plantear la reivindicación, el sindicato tiene que tener en cuenta la situación de ese 40% de temporales donde la conversión a indefinidos de un 20% es su mayor prioridad, incluso más que medio punto por arriba o por abajo del IPC. El sindicato tiene que tener un espacio deliberativo, no puede permitirse solo la inercia de la afiliación, tiene que ser inteligente para integrar otras realidades.

Las elecciones sindicales, que siguen teniendo lugar en algunos sectores de este país, deben tener una visión periférica. La empresa se ha fragmentado, y la cadena de valor se ha roto. Las empresas recurren hoy a contratas, subcontratas, falsos autónomos… centrarse ahí es una forma de luchar contra la precariedad. En este país debería cambiar el marco normativo que regula las relaciones laborales, lo hemos dicho muchas veces: pedimos la derogación de la reforma laboral pero no la derogación en sí, sino un marco laboral distinto. En materia de contratación, este país no puede convivir con unas tasas de temporalidad de entre el 25% y el 35%... Vaya la economía como vaya, somos campeones de Europa en temporalidad. Aquí se ha favorecido la contratación temporal, la precariedad y el despido libre, y esa inercia hay que romperla.

J.E.: No me refería tanto a la temporalidad como a los salarios, que son como un misterio… ¿cómo nos suben los salarios?

La capacidad de modificar lo pactado que existe hoy en las empresas es prácticamente esotérica. Pueden bajarte el salario porque sí, y en cambio no suben porque se ha articulado un sistema laboral que lo posibilita. Cuando los que redactaron la reforma laboral piden una subida salarial están pecando de un cinismo brutal, porque usted ha puesto los términos para que sea muy difícil hacerlo.. Hay un marco normativo pensado para la devaluación salarial como objetivo de política económica. Según el INE, el 10% de los salarios más bajos han perdido un 22% del poder adquisitivo, que se dice pronto, entre 2008 y 2015.

CTXT necesita un arreglo de chapa y pintura. Mejorar el diseño, la usabilidad… convertir nuestra revista en un medio más accesible. Con tu donación lo haremos posible este año. A cambio, tendrás acceso gratuito a El...

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autora >

Mónica Andrade

Periodista. Nacida en Madrid y criada en Pamplona. Huye de los focos, prefiere el 'backstage'.

Autor >

Autor >

Joaquín Estefanía

Fue director de El País entre 1988 y 1993. Su último libro es Estos años bárbaros (Galaxia Gutenberg)

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

2 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. hasta

    Sindicato Vertical versión 2.0

    Hace 6 años

  2. NUBEROJA

    Me produce nauseas oir/leer a estos burócratas indecentes. Su corrupción, su conchabeo con la patronal es el origen de la derrota clamorosa de los trabajadores. Son auténticos delincuentes. Estuve 20 años afiliado a CC.OO ,

    Hace 6 años

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí