Memoria
Represión violenta en Vallecas
La jornada del 1º de mayo de 1977 estuvo plagada de incidentes, sobre todo en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. Por el contrario, en las ciudades donde los gobernadores civiles fueron más flexibles, y se autorizaron los mítines, no hubo altercados
Mayka Muñoz Ruiz 1/05/2018
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Presentamos el primer cartel convocando a una concentración por el 1º de Mayo en España en el año 1977, recién legalizados los sindicatos, en el contexto de la transición de la dictadura a la democracia. El cartel tiene un diseño sencillo, más en consonancia con las octavillas de la clandestinidad que con los diseños más elaborados de futuras convocatorias. Sin embargo ya es en color, un tono mostaza, y de dimensiones relevantes: 70 x 100 cm aproximadamente. El texto es concreto e informativo: en la primera línea se especifican las reivindicaciones principales, libertad y unidad sindicales. En la segunda, destacado, 1º de Mayo. Después el llamamiento a una concentración unitaria en el campo del Rayo Vallecano. Y finalmente, los convocantes: USO, CCOO y UGT.
Los sindicatos habían sido legalizados días antes, aunque más tarde que los partidos políticos, en función de la Ley reguladora del Derecho de Asociación Sindical de 1 de abril de 1977. El 27 de abril registraba sus estatutos CCOO, y el 28 UGT. Sin embargo, la preparación de este 1º de Mayo no fue precipitada, pues llevaban trabajando en la semiclandestinidad ya un tiempo.
Ahora bien, nos encontramos en esa época compleja en la que aún estaba vigente el Sindicato Vertical, mientras que el movimiento obrero en la clandestinidad había sido la punta de lanza de la movilización de la sociedad española frente al franquismo. De esta manera, la celebración del 1º de Mayo fue prohibida en casi toda España, lo que se tradujo en una fuerte represión, de la que dio cuenta la prensa diaria en su momento. Los principales incidentes tuvieron lugar en Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. Por el contrario, en las ciudades donde los gobernadores civiles fueron más flexibles, y se autorizaron los mítines, no hubo altercados. Esto ocurrió en Pamplona y Sevilla.
En Madrid, los intentos de concentración en las inmediaciones del campo del Rayo fueron disueltos por la policía de manera violenta, del mismo modo que los distintos “saltos” que se produjeron en calles del centro de la ciudad. La prensa habla de tres heridos graves, otros cien de diversa consideración, y centenares de detenidos. La estrategia de las autoridades fue combinar la amenaza de represión con una cierta flexibilidad si se llevaban a cabo las concentraciones de manera menos visible, a lo que las centrales sindicales, obviamente, se opusieron.
Lo que sí es cierto es que mientras por la mañana la policía se empleó con fuerza, los actos realizados por la tarde, aunque no estaban permitidos, fueron más o menos consentidos, gracias también a la disposición de los dirigentes sindicales, que insistieron a los/as manifestantes en que mantuvieran el orden y evitaran enfrentamientos con las fuerzas de orden público. De esta manera, UGT celebró en el cementerio civil su tradicional homenaje a Pablo Iglesias. Por su parte, CCOO celebró una concentración en la Casa de Campo, en el pinar de las Siete Hermanas y zonas aledañas del lago. Durante el mitin, Marcelino Camacho abogó por la unidad sindical, la legalización de todos los partidos políticos y el camino hacia la democracia.
En Barcelona estaba convocada una manifestación por la Diagonal, que también fue prohibida, y que produjo encontronazos entre los/as trabajadores/as y las fuerzas policiales. Allí la convocatoria estaba hecha por CNT, USO, UGT, CSUT y SOC. Mientras, las CCOO habían organizado una fiesta campera en un camping en Casteldefells, acto que no fue expresamente prohibido. En el resto de Cataluña las acciones también estuvieron entre la prohibición y cierta tolerancia a actos menos numerosos o celebrados en recintos cerrados, como fue el caso de Lérida. En Tarragona se produjeron enfrentamientos durante todo el día y en Gerona se prohibió a última hora el mitin que, en principio, se había autorizado. En otras ciudades importantes también se siguió esta dinámica.
En resumen, la prohibición de las celebraciones fue la causa principal de los enfrentamientos, y dependiendo de la flexibilidad de las autoridades locales, estos fueron más o menos intensos. No obstante, los dirigentes de CCOO, UGT y USO denunciaron la prohibición de la celebración del 1º de Mayo y la fuerte represión ejercida, y anunciaron que elevarían una protesta ante la OIT. Aunque al día siguiente algunas empresas del metal de Madrid pararon en protesta por las detenciones, en general, los dirigentes sindicales dejaron muy claro que la intención de los trabajadores no era contribuir a la desestabilización política.
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Mayka Muñoz Ruiz es doctora en Historia y Archivera de la Fundación 1º de mayo.
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Mayka Muñoz Ruiz
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