El hacha
Atleti, preguntas y respuestas
Cada verano vuelven las mismas preguntas sobre quién vendrá y quién se irá del Atlético de Madrid. Lo que importa es que Simeone se queda y que los que quieren seguir en el equipo, van a seguir
Rubén Uría 7/06/2018
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No hay día después de la final de Lyon – que por cierto, ganó el Atleti aunque no lo parezca-, que no pise la calle y no me aborde, en pleno ataque de ansiedad, algún colchonero de pura cepa, con el fin de saber qué pasará, que misterio habrá y si el próximo año será nuestra gran noche. Las preguntas se suceden, la incertidumbre se traslada y las interrogantes vuelan: “¿Se va a quedar Griezmann?” “¿Va a renovar Oblak?” “¿Por qué ponen cláusulas tan bajas?” ¿”A quién van a traer”? Son las reacciones y las tribulaciones habituales de los hinchas del Atleti todos los veranos. No hay verano tranquilo en ese club, no hay mal que cien años dure y si lo hay, siempre hay cuerpo que lo resista. No hay aficionado rojiblanco que no sepa, después de años de amor eterno por esas rayas canallas, que en ese club todo está en venta, que todo se negocia, que no hay día que no suene que el Atleti vende a una estrella y que no hay periódico, radio o televisión que no ponga más el acento en quién saldrá antes que en quién vendrá. Y de ahí, las preguntas.
En bucle eterno, verano tras verano, de manera ininterrumpida, como metadona para esa droga dura que es el Atleti y que, cuando se te mete dentro, te hace un yonki de esos colores, pase lo que pase, fiche quien fiche o se vaya quien se vaya, llegan las preguntas sobre quién se irá y quién vendrá. Como si no hubiera mañana. Como si el cielo se fuera a desplomar sobre las cabezas de los atléticos. Lo primero es el miedo a perder lo que se tiene. Lo segundo, saber el motivo. Lo tercero, saber qué va a venir para mejorar lo que quede. “¿Se va a quedar Griezmann?” “¿Va a renovar Oblak?” “¿Por qué ponen cláusulas tan bajas?” ¿”A quién van a traer”? Todo, con tal de encontrar un punto de reafirmación, cierto alivio y esperanza de que a este presente brillante del club le acompañe un mañana mejor. Me lo preguntan en el supermercado debajo de mi casa, en los bares, en los semáforos, paseando por la calle, en la cola del cine y en mitad de una cena, entre el temor y la incertidumbre.
Así que, curado de espanto, curtido en fregados, conociendo el paño y la política del club de memoria, porque más sabe el diablo por viejo que por diablo, he desarrollado un plan de respuestas casi mecánico, ordenado y meticuloso. Así que a todo familiar, amigo, conocido o desconocido que se me acerca con ganas de saber qué pasará y qué misterio habrá, le respondo lo mismo. Si se queda Griezmann, maravilloso. A trabajar y a campeonar. Pero si se va ¿acaso no ha demostrado el Atleti que es un bloque de hierro donde todos los jugadores sólo agachan la cabeza para besar ese escudo? Creo que Oblak va a renovar pero si no lo hace ¿se ahogó el Atleti en un mar de lágrimas cuando se fue Courtois, no sabrá Simeone encontrar un portero ideal para el gran sistema defensivo del equipo? Lo de las cláusulas, es de manual. Las ponen así de bajas porque el Atleti confunde, adrede y desde que uno tiene uso de razón, las cláusulas con el PVP (precio de venta al público), porque en los últimos años, es un club que necesita vender para poder comprar. Y a quién van a traer, pues vaya usted a saber, pero ya han puesto en su vida a Rodri y el chico es un pelotero de calidad, que le hará mucho bien al Atleti.
Este equipo va a ser capaz de lo que sea, porque el Atleti no es ganar, el Atleti es insistir
Desarrollado el protocolo de respuestas al prójimo, toca contemplar la reacción de los interesados. Unos asienten, convencidos. Otros recelan y repreguntan para saciar su curiosidad. Y otros quieren ir más allá. Es entonces cuando uno, por empatía, afinidad y convencimiento, suelta la andanada final: “No importa quién se quiera ir o quién venga, importa que Simeone se queda y que los que quieren seguir en el Atleti, van a seguir. Importa que si este equipo fue capaz de superar tres muertes en vida, estar en Segunda, Lisboa y Milán, este equipo va a ser capaz de lo que sea, porque el Atleti no es ganar, el Atleti es insistir”. Y entonces, sea quien sea, familiar, amigo, conocido o desconocido, asiente, te da un abrazo y te desea lo mejor. Al final, el Atleti es eso. Una camiseta, una manera de entender la vida y un modo de afrontar cualquier dificultad en el camino.
Hace tres días, el tipo que me vende la fruta, socio desde que el Doctor Cabeza montase aquel tinglado de la tortilla española en el Manzanares, lo tiene más claro que nadie: “Simeone proveerá. Es mi pastor y con él, nada nos falta”. Cuando le escuché, pagué la cuenta, metí la fruta en la bolsa y sólo acerté a decirle algo muy escueto antes de irme a casa: “Amén”.
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Rubén Uría
Periodista. Articulista de CTXT y Eurosport, colaborador en BeIN Sports y contertulio en TVE, Teledeporte y Canal 24 Horas. Autor de los libros 'Hombres que pudieron reinar' y 'Atlético: de muerto a campeón'. Su perfil en Twitter alcanza los 100.000 seguidores.
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