Vivir bajo escolta es una tragedia e Italia es el país occidental con más periodistas en esta situación, puesto que tiene las organizaciones criminales más potentes y peligrosas del mundo. Y sin embargo, pese a ello, en lugar de proteger de los peligros a los periodistas bajo protección, Matteo Salvini, ministro de Interior, los amenaza.

Las palabras pesan, y las palabras del Ministro del Crimen, elegido en Rosarno (Calabria) con los votos de quienes mueren por 'Ndrangheta, son palabras de mafioso.

Las mafias amenazan. Salvini amenaza.

El 17 de marzo, justo después de las elecciones, Matteo Salvini celebró un mitin en Rosarno. Sentados entre las primeras filas, había hombres del clan Bellocco y gente emparentada con los Pesce. ¿Y qué hizo Salvini? Pues les dijo esto: "¿Por qué es famosa Rosarno? Por el chabolismo". Porque el problema de Rosarno es el chabolismo; no la 'Ndrangheta.

Matteo Salvini está buscando constantemente diversivos y ataca a los migrantes, a los gitanos y luego a mí porque está al frente de un partido de ladrones: casi 50 millones de euros de reembolsos electorales robados. Habla de todo y se la toma con los últimos porque la gente no tiene que saber que su partido robó al Estado millones y millones de euros. Habla a la rabia de la gente mal informada que ignora que el primer objetivo de esos chanchullos son precisamente ellos.

Y sin embargo, el Ministro del Crimen, señalándome como su blanco, me devuelve al sitio al que pertenezco. Salvini ha escogido sus enemigos: los italianos del sur, italianos de los que ni se ocupa ni se ocupará, los extranjeros que viven y trabajan en Italia, las chicas y chicos nacidos en Italia de padres extranjeros, chicos que hablan italiano, "que aman italiano". Sus enemigos son los gitanos.

Y entre los italianos olvidados por la política y las instituciones, entre los extranjeros señalados como blanco, estoy yo.

Salvini con sus amenazas me ha devuelto al sitio al que pertenezco. Me ha devuelto a los últimos. Soy uno de ellos, y serlo hace que me sienta orgulloso.

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Traducción de Gorka Larrabeiti.

Este texto fue publicado originalmente en la página de Facebook de Roberto Saviano.