1. Número 1 · Enero 2015

  2. Número 2 · Enero 2015

  3. Número 3 · Enero 2015

  4. Número 4 · Febrero 2015

  5. Número 5 · Febrero 2015

  6. Número 6 · Febrero 2015

  7. Número 7 · Febrero 2015

  8. Número 8 · Marzo 2015

  9. Número 9 · Marzo 2015

  10. Número 10 · Marzo 2015

  11. Número 11 · Marzo 2015

  12. Número 12 · Abril 2015

  13. Número 13 · Abril 2015

  14. Número 14 · Abril 2015

  15. Número 15 · Abril 2015

  16. Número 16 · Mayo 2015

  17. Número 17 · Mayo 2015

  18. Número 18 · Mayo 2015

  19. Número 19 · Mayo 2015

  20. Número 20 · Junio 2015

  21. Número 21 · Junio 2015

  22. Número 22 · Junio 2015

  23. Número 23 · Junio 2015

  24. Número 24 · Julio 2015

  25. Número 25 · Julio 2015

  26. Número 26 · Julio 2015

  27. Número 27 · Julio 2015

  28. Número 28 · Septiembre 2015

  29. Número 29 · Septiembre 2015

  30. Número 30 · Septiembre 2015

  31. Número 31 · Septiembre 2015

  32. Número 32 · Septiembre 2015

  33. Número 33 · Octubre 2015

  34. Número 34 · Octubre 2015

  35. Número 35 · Octubre 2015

  36. Número 36 · Octubre 2015

  37. Número 37 · Noviembre 2015

  38. Número 38 · Noviembre 2015

  39. Número 39 · Noviembre 2015

  40. Número 40 · Noviembre 2015

  41. Número 41 · Diciembre 2015

  42. Número 42 · Diciembre 2015

  43. Número 43 · Diciembre 2015

  44. Número 44 · Diciembre 2015

  45. Número 45 · Diciembre 2015

  46. Número 46 · Enero 2016

  47. Número 47 · Enero 2016

  48. Número 48 · Enero 2016

  49. Número 49 · Enero 2016

  50. Número 50 · Febrero 2016

  51. Número 51 · Febrero 2016

  52. Número 52 · Febrero 2016

  53. Número 53 · Febrero 2016

  54. Número 54 · Marzo 2016

  55. Número 55 · Marzo 2016

  56. Número 56 · Marzo 2016

  57. Número 57 · Marzo 2016

  58. Número 58 · Marzo 2016

  59. Número 59 · Abril 2016

  60. Número 60 · Abril 2016

  61. Número 61 · Abril 2016

  62. Número 62 · Abril 2016

  63. Número 63 · Mayo 2016

  64. Número 64 · Mayo 2016

  65. Número 65 · Mayo 2016

  66. Número 66 · Mayo 2016

  67. Número 67 · Junio 2016

  68. Número 68 · Junio 2016

  69. Número 69 · Junio 2016

  70. Número 70 · Junio 2016

  71. Número 71 · Junio 2016

  72. Número 72 · Julio 2016

  73. Número 73 · Julio 2016

  74. Número 74 · Julio 2016

  75. Número 75 · Julio 2016

  76. Número 76 · Agosto 2016

  77. Número 77 · Agosto 2016

  78. Número 78 · Agosto 2016

  79. Número 79 · Agosto 2016

  80. Número 80 · Agosto 2016

  81. Número 81 · Septiembre 2016

  82. Número 82 · Septiembre 2016

  83. Número 83 · Septiembre 2016

  84. Número 84 · Septiembre 2016

  85. Número 85 · Octubre 2016

  86. Número 86 · Octubre 2016

  87. Número 87 · Octubre 2016

  88. Número 88 · Octubre 2016

  89. Número 89 · Noviembre 2016

  90. Número 90 · Noviembre 2016

  91. Número 91 · Noviembre 2016

  92. Número 92 · Noviembre 2016

  93. Número 93 · Noviembre 2016

  94. Número 94 · Diciembre 2016

  95. Número 95 · Diciembre 2016

  96. Número 96 · Diciembre 2016

  97. Número 97 · Diciembre 2016

  98. Número 98 · Enero 2017

  99. Número 99 · Enero 2017

  100. Número 100 · Enero 2017

  101. Número 101 · Enero 2017

  102. Número 102 · Febrero 2017

  103. Número 103 · Febrero 2017

  104. Número 104 · Febrero 2017

  105. Número 105 · Febrero 2017

  106. Número 106 · Marzo 2017

  107. Número 107 · Marzo 2017

  108. Número 108 · Marzo 2017

  109. Número 109 · Marzo 2017

  110. Número 110 · Marzo 2017

  111. Número 111 · Abril 2017

  112. Número 112 · Abril 2017

  113. Número 113 · Abril 2017

  114. Número 114 · Abril 2017

  115. Número 115 · Mayo 2017

  116. Número 116 · Mayo 2017

  117. Número 117 · Mayo 2017

  118. Número 118 · Mayo 2017

  119. Número 119 · Mayo 2017

  120. Número 120 · Junio 2017

  121. Número 121 · Junio 2017

  122. Número 122 · Junio 2017

  123. Número 123 · Junio 2017

  124. Número 124 · Julio 2017

  125. Número 125 · Julio 2017

  126. Número 126 · Julio 2017

  127. Número 127 · Julio 2017

  128. Número 128 · Agosto 2017

  129. Número 129 · Agosto 2017

  130. Número 130 · Agosto 2017

  131. Número 131 · Agosto 2017

  132. Número 132 · Agosto 2017

  133. Número 133 · Septiembre 2017

  134. Número 134 · Septiembre 2017

  135. Número 135 · Septiembre 2017

  136. Número 136 · Septiembre 2017

  137. Número 137 · Octubre 2017

  138. Número 138 · Octubre 2017

  139. Número 139 · Octubre 2017

  140. Número 140 · Octubre 2017

  141. Número 141 · Noviembre 2017

  142. Número 142 · Noviembre 2017

  143. Número 143 · Noviembre 2017

  144. Número 144 · Noviembre 2017

  145. Número 145 · Noviembre 2017

  146. Número 146 · Diciembre 2017

  147. Número 147 · Diciembre 2017

  148. Número 148 · Diciembre 2017

  149. Número 149 · Diciembre 2017

  150. Número 150 · Enero 2018

  151. Número 151 · Enero 2018

  152. Número 152 · Enero 2018

  153. Número 153 · Enero 2018

  154. Número 154 · Enero 2018

  155. Número 155 · Febrero 2018

  156. Número 156 · Febrero 2018

  157. Número 157 · Febrero 2018

  158. Número 158 · Febrero 2018

  159. Número 159 · Marzo 2018

  160. Número 160 · Marzo 2018

  161. Número 161 · Marzo 2018

  162. Número 162 · Marzo 2018

  163. Número 163 · Abril 2018

  164. Número 164 · Abril 2018

  165. Número 165 · Abril 2018

  166. Número 166 · Abril 2018

  167. Número 167 · Mayo 2018

  168. Número 168 · Mayo 2018

  169. Número 169 · Mayo 2018

  170. Número 170 · Mayo 2018

  171. Número 171 · Mayo 2018

  172. Número 172 · Junio 2018

  173. Número 173 · Junio 2018

  174. Número 174 · Junio 2018

  175. Número 175 · Junio 2018

  176. Número 176 · Julio 2018

  177. Número 177 · Julio 2018

  178. Número 178 · Julio 2018

  179. Número 179 · Julio 2018

  180. Número 180 · Agosto 2018

  181. Número 181 · Agosto 2018

  182. Número 182 · Agosto 2018

  183. Número 183 · Agosto 2018

  184. Número 184 · Agosto 2018

  185. Número 185 · Septiembre 2018

  186. Número 186 · Septiembre 2018

  187. Número 187 · Septiembre 2018

  188. Número 188 · Septiembre 2018

  189. Número 189 · Octubre 2018

  190. Número 190 · Octubre 2018

  191. Número 191 · Octubre 2018

  192. Número 192 · Octubre 2018

  193. Número 193 · Octubre 2018

  194. Número 194 · Noviembre 2018

  195. Número 195 · Noviembre 2018

  196. Número 196 · Noviembre 2018

  197. Número 197 · Noviembre 2018

  198. Número 198 · Diciembre 2018

  199. Número 199 · Diciembre 2018

  200. Número 200 · Diciembre 2018

  201. Número 201 · Diciembre 2018

  202. Número 202 · Enero 2019

  203. Número 203 · Enero 2019

  204. Número 204 · Enero 2019

  205. Número 205 · Enero 2019

  206. Número 206 · Enero 2019

  207. Número 207 · Febrero 2019

  208. Número 208 · Febrero 2019

  209. Número 209 · Febrero 2019

  210. Número 210 · Febrero 2019

  211. Número 211 · Marzo 2019

  212. Número 212 · Marzo 2019

  213. Número 213 · Marzo 2019

  214. Número 214 · Marzo 2019

  215. Número 215 · Abril 2019

  216. Número 216 · Abril 2019

  217. Número 217 · Abril 2019

  218. Número 218 · Abril 2019

  219. Número 219 · Mayo 2019

  220. Número 220 · Mayo 2019

  221. Número 221 · Mayo 2019

  222. Número 222 · Mayo 2019

  223. Número 223 · Mayo 2019

  224. Número 224 · Junio 2019

  225. Número 225 · Junio 2019

  226. Número 226 · Junio 2019

  227. Número 227 · Junio 2019

  228. Número 228 · Julio 2019

  229. Número 229 · Julio 2019

  230. Número 230 · Julio 2019

  231. Número 231 · Julio 2019

  232. Número 232 · Julio 2019

  233. Número 233 · Agosto 2019

  234. Número 234 · Agosto 2019

  235. Número 235 · Agosto 2019

  236. Número 236 · Agosto 2019

  237. Número 237 · Septiembre 2019

  238. Número 238 · Septiembre 2019

  239. Número 239 · Septiembre 2019

  240. Número 240 · Septiembre 2019

  241. Número 241 · Octubre 2019

  242. Número 242 · Octubre 2019

  243. Número 243 · Octubre 2019

  244. Número 244 · Octubre 2019

  245. Número 245 · Octubre 2019

  246. Número 246 · Noviembre 2019

  247. Número 247 · Noviembre 2019

  248. Número 248 · Noviembre 2019

  249. Número 249 · Noviembre 2019

  250. Número 250 · Diciembre 2019

  251. Número 251 · Diciembre 2019

  252. Número 252 · Diciembre 2019

  253. Número 253 · Diciembre 2019

  254. Número 254 · Enero 2020

  255. Número 255 · Enero 2020

  256. Número 256 · Enero 2020

  257. Número 257 · Febrero 2020

  258. Número 258 · Marzo 2020

  259. Número 259 · Abril 2020

  260. Número 260 · Mayo 2020

  261. Número 261 · Junio 2020

  262. Número 262 · Julio 2020

  263. Número 263 · Agosto 2020

  264. Número 264 · Septiembre 2020

  265. Número 265 · Octubre 2020

  266. Número 266 · Noviembre 2020

  267. Número 267 · Diciembre 2020

  268. Número 268 · Enero 2021

  269. Número 269 · Febrero 2021

  270. Número 270 · Marzo 2021

  271. Número 271 · Abril 2021

  272. Número 272 · Mayo 2021

  273. Número 273 · Junio 2021

  274. Número 274 · Julio 2021

  275. Número 275 · Agosto 2021

  276. Número 276 · Septiembre 2021

  277. Número 277 · Octubre 2021

  278. Número 278 · Noviembre 2021

  279. Número 279 · Diciembre 2021

  280. Número 280 · Enero 2022

  281. Número 281 · Febrero 2022

  282. Número 282 · Marzo 2022

  283. Número 283 · Abril 2022

  284. Número 284 · Mayo 2022

  285. Número 285 · Junio 2022

  286. Número 286 · Julio 2022

  287. Número 287 · Agosto 2022

  288. Número 288 · Septiembre 2022

  289. Número 289 · Octubre 2022

  290. Número 290 · Noviembre 2022

  291. Número 291 · Diciembre 2022

  292. Número 292 · Enero 2023

  293. Número 293 · Febrero 2023

  294. Número 294 · Marzo 2023

  295. Número 295 · Abril 2023

  296. Número 296 · Mayo 2023

  297. Número 297 · Junio 2023

  298. Número 298 · Julio 2023

  299. Número 299 · Agosto 2023

  300. Número 300 · Septiembre 2023

  301. Número 301 · Octubre 2023

  302. Número 302 · Noviembre 2023

  303. Número 303 · Diciembre 2023

  304. Número 304 · Enero 2024

  305. Número 305 · Febrero 2024

  306. Número 306 · Marzo 2024

CTXT necesita 15.000 socias/os para seguir creciendo. Suscríbete a CTXT

ANÁLISIS

La incipiente burbuja inmobiliaria (y II)

La nueva legislación de las SOCIMI y la reforma de la LAU entran en vigor en 2013. Desde el año siguiente se disparan los precios de los alquileres, con subidas astronómicas lideradas por Barcelona y Madrid

Javier Gil 27/06/2018

J. R. Mora

En CTXT podemos mantener nuestra radical independencia gracias a que las suscripciones suponen el 70% de los ingresos. No aceptamos “noticias” patrocinadas y apenas tenemos publicidad. Si puedes apoyarnos desde 3 euros mensuales, suscribete aquí

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

La burbuja inmobiliaria es mucho más que una burbuja de alquileres 

El plan del Gobierno funcionó a la perfección, y en el periodo 2015-2017 la inversión inmobiliaria  internacional se hizo masiva, llegando la inversión corporativa en el inmobiliario a alcanzar máximos históricos en 2017, y se prevé que en 2018 se alcance un nuevo récord. Fondos de inversión internacionales empezaron a comprar paquetes desorbitados de entre 200 y 2.000 viviendas por precios muy por debajo del mercado. Entre estos fondos destaca el estadounidense Blackstone, el mayor propietario inmobiliario del mundo, que en 2017 protagonizaba la mayor operación inmobiliaria privada de la historia de España, y se convertía en la segunda inmobiliaria más grande del país. Cabe recordar que Blackstone, a través de su SOCIMI Fidere, fue la entidad que adquirió en 2013 1.860 viviendas públicas por precios muy por debajo del mercado. Viviendas valoradas en más de 600 millones, que fueron compradas por 127,5 millones, y cuya compra fue de dudosa legalidad, además de vulnerar los contratos de los inquilinos.

La estrategia del Gobierno estaba clara y funcionó a la perfección, pasando a ser un eje fundamental de la reestructuración del sistema financiero de España. Los bancos se deshacen de sus paquetes de viviendas tóxicas, que serán adquiridas por fondos buitre en un mercado articulado sobre SOCIMI. Al mismo tiempo, la banca española comenzaría un proceso de inversión en SOCIMI para captar parte de los beneficios del nuevo ciclo. Un negocio redondo, ya que los beneficios de las SOCIMI no dejan de crecer. Si tomamos en consideración a las cinco SOCIMI más importantes del país, Colonial, Merlin, Hispania, Axiare y Lar, sus beneficios duplican los beneficios del resto de empresas del IBEX, y solo en 2017 crecieron un 69,8%. En este contexto, la SAREB, el mayor tenedor de vivienda del país, financiada a un 45% con fondos públicos, no podía quedarse fuera, y lanzaba Tempore Properties, su propia SOCIMI, que salió a bolsa el pasado mes de abril. Tempore solo es un ejemplo más de las continuas salidas a bolsa de SOCIMI que estamos viviendo durante estos meses. De hecho, Blackstone está ultimando la salida a bolsa de Torbel Investment, su cuarta SOCIMI en España.

Pero los principales beneficios de las SOCIMI no provienen en exclusiva de los aumentos de los alquileres. Las inversiones de las SOCIMI están dirigidas al conjunto del sector inmobiliario: viviendas, hoteles, oficinas, centros comerciales, hospitales, locales comerciales, etc; ya que se trata de explotar las rentas del suelo en todas sus formas.

El caso de los hoteles es muy ilustrativo. Al igual que sucediera con el mercado de vivienda, a partir de 2014 se dispara la inversión en el sector hotelero, en caída hasta 2013. En los últimos tres años la inversión hotelera ha crecido un 261,42%, llegando a su máximo histórico en 2017. Una vez más, Blackstone juega un papel muy importante en las nuevas inversiones. No solo ha comprado hoteles por valor de 631 millones, sino que ha lanzado una OPA sobre la SOCIMI Hispania, hasta el momento la mayor propietaria de hoteles en España (participada por el multimillonario George Soros), que, de resolverse favorablemente convertirá al fondo buitre en el primer propietario hotelero del país.

La finalidad de estas inversiones no es el negocio de los hoteles en sí, sino el de la especulación. Las SOCIMI compran hoteles, pero no se encargan de la gestión de los mismos, que se externaliza sobre cadenas o empresas especializadas. El beneficio de las SOCIMI se basa en las rentas de explotación, pero sobre todo, en las expectativas de revalorización del inmueble. Lo mismo sucede con las viviendas, las oficinas, los hospitales o los centros comerciales. El objetivo no solo es el beneficio que su actividad genera en el mercado, sino la revalorización del inmueble como activo financiero-inmobiliario. La inversión masiva en activos inmobiliarios se basa en las expectativas de que dichas inversiones producen de manera automática mayores subidas del valor de los activos.

La burbuja de alquileres generada de forma intencionada por las políticas del Gobierno ha sido un medio para reactivar a su vez una burbuja inmobiliaria en toda regla. Esta estrategia fue precisamente la que utilizó el Gobierno hace más de 30 años para activar la primera burbuja financiero-inmobiliaria de nuestro país. El Decreto Boyer de 1985 reformó por completo el mercado de alquiler, eliminando de un plumazo los principales derechos del inquilinato. Esta reforma se presentó como un mecanismo para fortalecer el mercado de alquiler, pero su efecto fue el contrario: subida de precios, menor número de viviendas alquiladas e inestabilidad para el inquilinato. Pero esta reforma aumentó el valor de la propiedad de las viviendas como inversión, y activó un ciclo de burbuja. 

Las fases y ciclos de la nueva burbuja inmobiliaria

En el periodo post-2008, una vez más, la intención del Gobierno ha sido reactivar una burbuja desde el sector de los alquileres, que se iba a articular sobre tres ejes y fases: una burbuja de alquileres, que impulse una burbuja de compraventa e hipotecaria, que a su vez genere un nuevo ciclo de construcción de vivienda de obra nueva.

En primer lugar, la burbuja de alquileres. Entre 2014 y 2017 se han disparado los precios de los alquileres. El hasta ahora ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, reconoció el pasado mes de abril la burbuja en los precios del alquiler, y el presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, alertó que estas subidas iban a tener impactos negativos sobre el conjunto de la economía. Esta burbuja ha hecho que España sea el país de la OCDE en que el inquilinato dedica un mayor porcentaje de sus ingresos al pago del alquiler. El efecto es que se está ahogando a la población. Suben los precios, pero las condiciones socioeconómicas de los ciudadanos se mantienen intactas, lo que genera pérdida de poder adquisitivo y que la población encuentre mayores dificultades para llegar a fin de mes. En muchos casos, las personas pierden su vivienda, ya sea por impago de alquiler o por sufrir un “desahucio invisible”. Ante las dificultades para alquilar y las subidas de precios, la opción de compra se vuelve una solución cada vez más rentable y extendida para quienes “se lo pueden permitir”. Más como necesidad que como deseo, ya que muchas de estas personas preferirían vivir de alquiler pero se ven forzadas a la compra ante los abusos del mercado de alquiler.

En segundo lugar, la burbuja de compraventa e hipotecaria. Entre 2008 y 2013 se desplomaron los precios de la vivienda, al igual que el mercado hipotecario y el de compraventa. Pero la tendencia se revierte después del 2013. En el periodo 2014-2017, el número de compraventas de vivienda registradas incrementó un 48,57%, y las hipotecas concedidas sobre viviendas aumentaron un 57%, según datos del INE. En los tres últimos años, el precio de la vivienda incrementó un 20,87% de media, según el Colegio de Registradores. Ante las dificultades para alquilar y las subidas de los precios, por muy increíble que parezca, emergen una vez más los discursos pre-2008: es mucho mejor comprar que alquilar, una hipoteca a 30 años es más rentable y se paga menos que alquilando. En algunos distritos de Madrid y Barcelona los precios de compraventa ya superan los máximos históricos, y otros distritos están muy cerca de los máximos, al igual que en otros municipios. El problema de estas subidas es que no van acompañadas de una recuperación de la economía ni de los ingresos de las familias, lo que genera nuevos desajustes socioeconómicos y síntomas de burbuja.

En tercer lugar, un nuevo ciclo de construcción de obra nueva. En el periodo 2014-2017 el ritmo de crecimiento de los visados de obra nueva, en caída desde 2007, creció un 136,02%, según el Ministerio de Fomento, y la construcción de vivienda de obra nueva aumentó un 15% solo en 2017. Esto llevó al antiguo director general de Vivienda del Ministerio de Fomento, Antonio Aguilar, a afirmar que “en España se vive un momento de euforia” dentro del sector de la construcción, que ya constituye un 4,83% al PIB.

El Gobierno del PP y los especialistas del sector, insistían una y otra vez en que las subidas de los alquileres se deben a que la demanda de vivienda supera a la oferta, y en que la solución pasa por edificar más vivienda. Pero las políticas de oferta, basadas en la construcción masiva de vivienda, solo buscan aumentar la burbuja, ya que España es uno de los países del mundo con más vivienda construida por habitante y con más vivienda vacía de Europa. Construir vivienda significa que entren en juego promotoras, recalificaciones de suelo, mordidas a políticos y contabilidad B, pero también que se amplíe la cantidad de capital financiero movilizado. Según Aguilar y el antiguo ministro de la Serna, los municipios deben facilitar que se construya más vivienda, y para ello deben crear suelo urbanizable: introducir suelo en el mercado y poner suelo a disposición de los promotores. La nueva ley de suelo de la Comunidad de Madrid, aprobada in extremis por PP y Ciudadanos unos días antes de la caída de Cristina Cifuentes, es un ejemplo palmario.

Cómo ya sucedió con la burbuja de 1995-2007, cuanto más se construya y cuanto más se urbanice, mayor será la subida de los precios de la vivienda y mayores serán los beneficios de los actores económicos y políticos implicados. Pero las subidas no responden a cuestiones del mercado ni de recuperación del sector, ya que los mecanismos de formación de precios tienen una lógica propia cuando funcionan bajo los efectos de una burbuja. La magia de las burbujas hace que la revalorización inmobiliaria de un hospital en un barrio, influya en el valor inmobiliario de un bloque de oficinas en el barrio colindante, y sobre los precios de las viviendas en ambos territorios. 

En algunos casos ni siquiera hace falta edificar. Las burbujas funcionan a través de mecanismos de expectativas. Basta con generar expectativas de que se va a edificar o de que van a subir los precios, para que los precios de la vivienda suban, y cuanto mayor sea la subida de los precios, mayor será la presión a que sigan subiendo -hasta que estallan-. Estas condiciones solo son propias de las dinámicas de burbuja y siguen un patrón propio. En ningún caso responden a cuestiones de mercado, como los posibles desajustes entre oferta y demanda, por mucho que políticos y especialistas del sector insistan en lo contrario. Es precisamente por esta lógica que llegado un punto las burbujas estallan y se desploman los precios, como sucedió en 2008.

¿Cuánto se hinchará la burbuja?

Dos elementos parecen indicar que será imposible que esta burbuja adquiera la magnitud de la burbuja pre-2008. En primer lugar, la situación financiera internacional y la situación económica de España. El periodo de reactivación de la nueva burbuja coincide con la crisis financiera internacional, que somete a los mercados internacionales a una enorme inseguridad y volatilidad, lo que aumenta el riesgo de las inversiones y de los mercados, incluido el mercado de nuestra particular burbuja. Lo que hoy son enormes rentabilidades, mañana pueden ser tremendas pérdidas.

La reactivación de la burbuja también coincide con los programas de inyección masiva de liquidez del Banco Central Europeo en economías como la española, el denominado Quantitative Easing. La inyección de liquidez ha amortiguado los efectos de la crisis, presentando una apariencia de relativa recuperación de la economía, que en realidad solo ha sido posible a través de la política intervencionista del BCE. Pero estas políticas se han comenzado a eliminar paulatinamente durante 2018. El final de estas probablemente coincida con las subidas estimadas de los tipos de interés y del precio del petróleo. En este contexto, es probable que la economía española, lejos de recuperarse, empeore a partir de 2019, lo que hará más difícil el hinchamiento de la burbuja.

En segundo lugar, la nueva burbuja, a diferencia de la burbuja pre-2008, también se ha reactivado sobre una economía en crisis y sobre una población empobrecida. El ciclo de burbuja 1995-2007 se articuló sobre un flujo masivo de crédito de los bancos hacia la población. Aunque se esté flexibilizando el crédito, ni la situación del mercado laboral ni la situación de los bancos van a posibilitar un endeudamiento masivo de la población como el que se vivió en el periodo previo. Es imposible estimar hasta dónde se hinchará la burbuja, pero cuanto más se hinche, mayor será el pinchazo. En este caso, el pinchazo va a recaer sobre una población que ya tiene serios problemas económicos, lo que aumentará de manera exponencial el impacto del pinchazo sobre la vida de las personas.

En este contexto, se necesitan otro tipo de políticas que reviertan los efectos de las políticas pro-burbuja. No solo para frenar, sino para restituir el crecimiento de la burbuja inmobiliaria y la subida de los precios. Además, ante un eventual pinchazo de la burbuja, también se necesitará poner fin a las políticas pro-burbuja y de rescate del sistema financiero-inmobiliario llevadas a cabo por el Gobierno desde 2008.

CTXT es un medio financiado, en gran parte, por sus lectores. Puedes colaborar con tu aportación aquí.

Este artículo es exclusivo para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí

Autor >

Suscríbete a CTXT

Orgullosas
de llegar tarde
a las últimas noticias

Gracias a tu suscripción podemos ejercer un periodismo público y en libertad.
¿Quieres suscribirte a CTXT por solo 6 euros al mes? Pulsa aquí

Artículos relacionados >

4 comentario(s)

¿Quieres decir algo? + Déjanos un comentario

  1. c

    Aznar-PP creó la crisis bajando derechos y sueldos y subiendo precos y dando hipotecas que por lo anterior no s epodrían pagar, para que bancos se quedaran casas creditos rescate etc echando a miles que ni siquiera pueden votar por no tener padrón Ahora su hijo compra pisos a la banca o dirge Blackstone eb España y su mujer vendió VPO a mafias El caso es que habiendose privatizado tanta VPO hay que construir mas y esto les interesa en su juego. Pero la banca debería pagar su rescate con los pisos que tiene y estos pisos ser socializados.

    Hace 5 años 9 meses

  2. Epaminondas

    La reducción del tiempo de duración mínimo de los contratos de arrendamiento de vivienda de 5 a 3 años ha empujado el aumento de precios facilitando la presión sobre el inquilino. Debería volverse a los 5 años de duración mínima lo antes posible.

    Hace 5 años 9 meses

  3. juan

    Gracias por el articulo, se entiende todo muy bien, incluso para gente poco entendida

    Hace 5 años 9 meses

  4. Ángel

    Breve , claro y conciso. Que dios nos pille confesados porque se vienen tiempos difíciles.

    Hace 5 años 9 meses

Deja un comentario


Los comentarios solo están habilitados para las personas suscritas a CTXT. Puedes suscribirte aquí